Cat¨¢strofes navide?as: lo que NO deber¨ªas cocinar estas fiestas
Navidad es tiempo de amor, de paz y de armon¨ªa. Pero tambi¨¦n es tiempo de tru?os culinarios, no nos vamos a enga?ar. En el frenes¨ª festivo, una parte de la humanidad logra sacar adelante platos m¨¢s o menos decentes, sean lujosos o humildes. Son los afortunados. Mientras, otra parte sufre en silencio, casi siempre bajo los efectos del alcohol, la oleada anual de rollitos de jam¨®n con huevo hilado, langostinos Pescanova con salsa rosa y dem¨¢s cl¨¢sicos de la comida viejuna navide?a, acompa?ados por las eternas figuritas de mazap¨¢n, frutas escarchadas, yemas y otros productos zombis que s¨®lo salen de su tumba en estas fechas tan entra?ables.
El tercer grupo humano, al que va dedicado esta entrada, es el formado por los que lo intentan fuertemente, pero fracasan. O no eligen bien los platos, o se dejan llevar por extra?as fantas¨ªas navide?as, o tienen mal gusto, o directamente son unos manazas que deber¨ªan comprar la comida preparada. Y no, no os ri¨¢is tanto de ellos, porque todos los que nos hemos metido en la cocina en Navidad hemos tenido nuestras cat¨¢strofes. Los autores de los estropicios que siguen no ganar¨¢n la pr¨®xima edici¨®n de Masterchef, pero hay que reconocerles al menos un valor: la osad¨ªa.
El abeto de langostinos
Cruza el c¨®ctel de gambas con el ¨¢rbol de Navidad y te saldr¨¢ el abeto de langostinos, un espanto viejuno con amplia tradici¨®n en Estados Unidos que por desgracia no ha arraigado (a¨²n) por estos lares. Aqu¨ª tenemos una imagen antigua de c¨®mo ser¨ªa idealmente, en la que destaca el bidonazo de salsa rosa imprescindible para mojar la colita.
Una vez admirado el modelo, podemos deleitarnos con dos ejemplos del pino atacado por la procesionaria que te queda cuando lo intentas en casa, juntando unas gambas congeladas, unos tomates chirry y cuatro hojas de lechuga chuchurr¨ªa.
Por su tama?o y su capacidad de infundir miedo, mi abeto de langostinos favorito de todos los tiempos es ¨¦ste, visto en el ClubHotel Riu Negril de Jamaica. ?Mirad, mirad como trepan los bichitos!
Cosas con fresas
No, las fresas no est¨¢n en temporada en diciembre en el hemisferio norte. Pero eso no impide que cientos de horteras se pongan a hacer moner¨ªas con ellas en navidad, ya que su color coincide m¨¢s o menos con el del atuendo de Santa Claus. Los mini Pap¨¢ Noeles de fresa y nata son un cl¨¢sico de la pinstruosidad, que ya he comentado en alguna entrada anterior. ?sta es su versi¨®n m¨¢s o menos cuqui:
Y esto es lo que les pasa a los mortales que los intentan hacer en su hogar:
PASTEL DE PESCADO
El pastel de pescado es ya de por s¨ª bastante viejuno -y digo esto habi¨¦ndolo practicado yo mismo-, pero la viejunez alcanza el paroxismo si el pastel en cuesti¨®n tiene FORMA de pescado. Este tipo de preparaciones lo petaron en los sesenta y setenta, cuando se consideraban el colmo del refinamiento culinario. Ya hab¨ªa gente a la que se le iba la mano por aquel entonces, y lograba colores para la comida que no existen en la naturaleza:
Otros, con tal de lograr su objetivo, eran capaces de servir sus propios penes a los invitados:
La probabilidad de que un bonito pez se transforme en una espantosa criatura abisal es bastante alta:
O en un mocordo con grumos:
O en una lombriz:
Aunque los mejores resultados los obtienes, sin duda, cuando tratas de darle al asunto un toque infantil a la par que moderno, y te sale un Bob Esponja en MDMA:
Velas de pl¨¢tano
Hay ideas que NO. Y ¨¦sta es una de ellas: las velas navide?as hechas con pl¨¢tanos. Las estrellas de gelatina se podr¨ªan perdonar, pero el detalle de la cera derretida imitada con crema blanca lechosa sobrepasa lo tolerable. La navidad no es precisamente el momento m¨¢s adecuado para servir un postre de falos eyaculando, aunque debemos reconocer que lo de poner a unos angelitos a adorar el bukkake tiene su rollo.
Pescados decorados
Gracias al amable lector que nos envi¨® la foto, en el ¨²ltimo Al¨®, Comidista pudimos deleitarnos con un salm¨®n visto en un c¨¢tering que re¨²ne todos los horrores del pescado decorado: base de gelatina picada, adornitos de frutas y de langostinos, y filigranas de mayonesa para marcar los ojos, la boca y el cuello del pobre bicho.
Lo terrible es descubrir que este crimen contra el buen gusto no es un hecho aislado, sino que forma parte de una cultura del pescado decorado que pone en cuesti¨®n todo lo que ha avanzado el ser humano en 25 siglos de cocina. La experta en viejunismo gastron¨®mico Biscayenne publicaba este espanto hace unos d¨ªas, que quiz¨¢ ma?ana se repita en m¨¢s de una casa espa?ola.
Bel¨¦n de salchichas y bacon
El sue?o de la Navidad produce monstruos: hay gente a la que se le va la perola definitivamente intentando recrear escenas religiosas con comida. Encontramos un buen ejemplo de ello en los creadores de este bel¨¦n c¨¢rnico elaborado con salchichas, beicon, jam¨®n y una especie de butifarracas gordas que no s¨¦ lo que son. Es lo malo que tiene haber abolido la Inquisici¨®n, que la pe?a hace estas cosas sin pagar por ello.
Tartas con forma de jersey
El jersey con motivos navide?os es un espanto que se suele regalar en varios pa¨ªses del mundo occidental. No s¨¦ si aqu¨ª en Espa?a cuenta con tanta tradici¨®n, aunque entre las brumas del pasado creo recordar que los Reyes me trajeron alg¨²n jersey mierder de este tipo y quise atacar a mis padres como Divine cuando no le regalaron los cha-cha heels.
Los jerseys navide?os est¨¢n teniendo un retorno en clave ir¨®nica, y hasta se organizan ugly christmas sweater parties en las que debes vestir uno de ellos, cuanto m¨¢s feo, mejor. Si montas uno, puedes engendrar un pastel que trate de replicar tan elegante prenda; en caso contrario, est¨¢n absolutamente prohibidos por la polic¨ªa del buen gusto.
'Cake pops' de osos polares
Imagino que por el origen ¨¢rtico de Pap¨¢ Noel, en navidad tambi¨¦n nos da por replicar animalitos que vienen del fr¨ªo, como los osos polares. Una forma muy "divertida", como dicen los cursis, de hacerlo es creando unos cake pops o piruletas de bizcocho con cabezas de dichos plant¨ªgrados.
Ahora bien, cuidad¨ªn con el malenismo. Si te da por ah¨ª, m¨¢s vale que seas un maestro en esta clase de mo?eces, porque si no te pasar¨¢ esto:
Galletas de renos
El oso polar es, en realidad, una modernez. Lo que manda la tradici¨®n es hornear galletitas con forma de renos, que para eso son los que empujan el trineo de Santa Claus. Claro que lo de los cuernecitos, los ojos, la boca y dem¨¢s ¨®rganos tiene su complicaci¨®n, y el cuarteado de las galletas en el horno tampoco ayuda. Que os sirva como ejemplo lo que les ocurri¨® a dos mujeres que trataron de emular una receta supercuchi y megapinterest de Baker Girl.
Mu?ecos de nieve
Otro elemento muy invernal y navide?o que te puede tentar reproducir es el mu?eco de nieve. F¨¢cil, pensar¨¢s: si en grande son s¨®lo tres grandes bolas de nieve, una zanahoria por nariz y poco m¨¢s, ?qu¨¦ me va a impedir fascinar a los ni?os de la familia con un platillo que lo imite? ?Si con un poco de pur¨¦ de patata y dos guisantes ya lo tengo montado! Pues no. Veamos lo que le ocurri¨® a Mel cuando trat¨® de hacer un mu?eco de nieve que vio, c¨®mo no, en Pinterest.
LESS THAN PERFECT BLISS OF LIFE PINSTROSITY
En efecto, le sali¨® un mo?eco.Sin embargo, las versiones m¨¢s temibles del hombre de nieve se dan en la reposter¨ªa. Sirvan como advertencia de lo que puede ocurrir a quien se aventure con ellos estas monstruosidades aparecidas en supermercados de alg¨²n lugar de la Am¨¦rica profunda.
En casa, unas sonrientes cabezas de mu?eco de nieve en forma de cake pops pueden acabar recreando escenas de angustia que ni el Gernika de Picasso.
O tambi¨¦n pueden recordar, una vez m¨¢s, a El orfanato.
He dicho que lo peor era la reposter¨ªa. Ment¨ªa. Lo peor es la pesadizza de mu?eco de nieve.
Tronco de Navidad
Versi¨®n francesa y navide?a de nuestro cl¨¢sico brazo de gitano, el tronco de Navidad emula un pedazo grueso de le?a con bizcocho enrollado y un ba?o final de chocolate. El peligro de estos troncos es que, a nada que no seas muy diestro en el manejo de los materiales, se pueden parecer con demasiada facilidad a otro tipo de pinos que se plantan en los v¨¢teres.
Aqu¨ª la moner¨ªa vista en Pinterest:
Y aqu¨ª el tordo pisado casero:
Fistro de Navidad
?Cu¨¢l es la mayor causa de catastrofe culinaria navide?a? La libertad creativa. Mal entendida, claro. Quieres hacer algo mono para divertir a los m¨¢s peque?os, no tienes muy claro un modelo ni c¨®mo lo vas a preparar, y te lanzas a inventar. Entonces generas una monstruosidad de ojos sangrantes como ¨¦sta, a la que le pones unos guantes navide?os en las orejas para que no se le enfr¨ªen. Felicidades: tus hijos ya tienen garantizadas las pesadillas hasta 2016.
Pastel de Santa Claus
Muchos fans de los Reyes Magos lloramos y pataleamos contra la creciente popularidad de Santa Claus, ese se?or barrig¨®n que no tiene ni de lejos el ex¨®tico glamour de Melchor, Gaspar y Baltasar. La parte buena de que los reyes sean menos medi¨¢ticos es que casi nadie hace pasteles con su forma, mientras que la figura de Santa es maltratada en infinidad de horrores reposteros.
Tres casos merecen comentario aparte. Primero, el Santa Claus sodomizado por uno de sus renos:
CONFESSIONS OF A HOLIDAY JUNKIE
Segundo, el Santa Claus gusano que se chusca a una piedra.
CONFESSIONS OF A HOLIDAY JUNKIE
Y el tercero, sin duda mi favorito: el Santa Claus que llega de after.
Ya sab¨¦is, amiguitos: NO INTENT?IS HACER ESTO EN CASA.
M¨¢s cocina navide?a (pero de la buena) en el Especial de Recetas de El Comidista.
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