C¨®mo alargar la vida del pan

El pan se endurece cuando se pierde la humedad en las mol¨¦culas de almid¨®n, parad¨®jicamente se pone chicloso primero ¨Cy mohoso despu¨¦s¨C cuando est¨¢ en ambientes demasiado h¨²medos y el fr¨ªo tampoco le va precisamente bien. Por eso la manera de almacenarlo es fundamental para que dure el m¨¢ximo en ¨®ptimas condiciones, listo para darnos tostadas estupendas, bocadillos campeones y ayudarnos a reba?ar la salsa de las alb¨®ndigas.

Pero no todos los tipos de pan tienen las mismas necesidades ni se comportan igual: por eso hemos preparado esta gu¨ªa, que te ayudar¨¢ a mantener el pan de molde tierno, las barras crujientes y las hogazas con el mejor equilibrio entre ambas cosas durante todo el tiempo posible.

El proceso importa

Cuantas menos cosas a?adidas tenga el pan y m¨¢s natural sea su proceso de elaboraci¨®n, m¨¢s tiempo durar¨¢ en buenas condiciones: por eso el del pueblo, de la abuela o aquel que perdura en las leyendas de cada familia siempre ¡°duraba una semana¡±. Los procesos enzim¨¢ticos de un pan que ha sido elaborado con harina ¨Co harinas¨C, agua, sal y tiempo hacen que sea no solo m¨¢s duradero, sino tambi¨¦n m¨¢s f¨¢cil de digerir.

Por el camino

No hay manera m¨¢s eficaz de cargarse una buena barra, hogaza, panecillo o lo que sea que meterlo caliente en una bolsa de pl¨¢stico: su propio calor y la humedad lo dejar¨¢n como un chicle en cuanto te despistes. Si lo compras reci¨¦n salido del horno, aseg¨²rate de que puede ¡®respirar¡¯ en condiciones hasta que est¨¦ a temperatura ambiente.

Llevar una bolsa de tela ¨Cde las de toda la vida o de las que se usan en verano como bolso¨C nos asegura que el pan llegue a casa en buen estado. Si no hay m¨¢s remedio que meterlo en la bolsa en cuesti¨®n porque est¨¢ lloviendo a mares, s¨¢calo de all¨ª en cuanto puedas: cada minuto cuenta, como en La jungla de cristal.

Las barras

Si es tu formato favorito, seguramente ya sabr¨¢s que tambi¨¦n es el que peor aguanta el paso del tiempo: la proporci¨®n entre corteza, miga y superf¨ªcie de exposici¨®n al aire lo convierte en el m¨¢s ef¨ªmero de los panes. Que aguante perfectamente de un d¨ªa para otro es complicado incluso en las mejores calidades, as¨ª que intenta consumirlo en el mismo d¨ªa que lo compras, y gu¨¢rdala con la misma bolsa de papel en la que lo has comprado protegida con una bolsa de tela o un pa?o de cocina.

Si te sobra y quieres darle una segunda vida al d¨ªa siguiente sin pasar por el congelador, m¨¦tela en una bolsa de pl¨¢stico: quedar¨¢ chiclosa y no muy agradable para comerla tal cual, pero esa misma humedad le devolver¨¢ la vida si pasas el pan por la tostadora o te preparas con ¨¦l un crujiente y delicioso bocadillo planchado.

Pan de molde

He aqu¨ª el ¨²nico pan que agradecer¨¢ que lo guardes en la misma bolsa de pl¨¢stico en la que lo has comprado, donde conservar¨¢ su caracter¨ªstica textura blandita y ligeramente h¨²meda. Aunque lo suyo es guardarlo en un lugar oscuro y fresco, como una alacena alejada del horno y otras fuentes de calor, si donde vives hace un calor extremo existe la opci¨®n de meterlo en la nevera.

Con este truco retrasar¨¢s la aparici¨®n de moho, pero el fr¨ªo har¨¢ que se seque m¨¢s r¨¢pido: envolverlo en una bolsa extra lo proteger¨¢ y minimizar¨¢ este problema. Recuerda sacarlo de la nevera un rato antes de consumirlo: a temperatura ambiente estar¨¢ m¨¢s rico y m¨¢s tierno que reci¨¦n salido del frigo.

Las hogazas

Este es sin duda el formato m¨¢s agradecido para conservarse en las mejores condiciones: una buena hogaza puede durar una semana en condiciones m¨¢s que dignas (otra cosa ser¨¢ que puedas aguantar sin com¨¦rtela, algo por lo que no ponemos la mano en el fuego). La tela vuelve a ser tu mejor aliada para pon¨¦rselo f¨¢cil: si lo envuelves en un pa?o de algod¨®n o lino limpio, te lo agradecer¨¢ conservando la miga tierna y la corteza crujiente.

Guardarlo en un lugar fresco, seco y protegido de la luz es b¨¢sico, siempre que este sitio no sea la nevera, que le va tirando a fatal y acelera su descomposici¨®n (menos al de molde). Cuando el tiempo empieza a pasarle factura y el pan est¨¢ bien-pero-no-tanto, dale un golpe de calor y volver¨¢ a sacar lo mejor de s¨ª mismo.

Si no tienes absolutamente nada para proteger tu pan ¨Cporque te han abducido los extraterrestres cuando volv¨ªas de hacer la compra, por ejemplo¨C, apoya la parte de la miga sobre una superf¨ªcie lisa. Eso la proteger¨¢ de la sequedad, mientras la corteza ya hace lo mismo de manera natural con el resto de la superf¨ªcie del pan.

En el congelador

Congelar el pan es una estupend¨ªsima manera de conservarlo en las mejores condiciones, siempre que se haga teniendo en cuenta un par de detalles. Si antes te hemos dicho que no hay que ahogar el pan con pl¨¢sticos, en este caso es es justo lo contrario: cuanto m¨¢s protegido est¨¦, mejor, as¨ª evitaremos que las bajas temperaturas lo quemen y se quede securrio y con mal sabor.

La mejor opci¨®n pasa por hacer con unas bolsas de zip de las que se usan para congelar (por algo ser¨¢). El grosor del pl¨¢stico y el sellado ayudan a conservarlo en las mejores condiciones. El film de cocina tambi¨¦n sirve, aunque es m¨¢s engorroso de quitar, y si usamos bolsas normales es mejor poner una encima de la otra (y asegurarse de que est¨¢n bien cerradas y no tienen agujeros.

Tambi¨¦n ayuda congelar el pan en el formato en el que lo vamos a consumir. Por ejemplo, si es una barra para hacer bocadillos, cortarla en trozos del tama?o deseado: se descongelar¨¢ antes y evitaremos sobras innecesarias. Las rebanadas son perfectas para ir del congelador a la tostadora: si se separan un poco con las manos antes de ir al fr¨ªo evitaremos que se peguen entre ellas. Esto es especialmente ¨²til en panes densos y de miga h¨²meda, como el de centeno, que puede convertirse en un bloque imposible de separar sin cincel y martillo.