Producto del mes: Las galletas que saben a infancia feliz
Las Maruxas de nata, unas deliciosas galletas como las de antes rescatadas del olvido por una gallega idealista, inauguran nuestra secci¨®n dedicada a productos que nos enamoran.
Estrenamos nueva serie sobre productos artesanos que nos hayan emocionado por su calidad, por su sabor y por la historia que tienen detr¨¢s. No son art¨ªculos patrocinados, ni anuncios, ni las marcas nos han comprado con un sobre, un apartamento en Torrevieja o una yogurtera. Los sacamos porque nos sale del n¨ªspero, pero si quieres dar la chapa con que hacemos publicidad encubierta, abajo tienes los comentarios.
Conoc¨ª las galletas Maruxas de nata? como se conocen hoy los nuevos restaurantes, las mascotas de los amigos y las futuras parejas: por una foto en Instagram. Hablaban de ellas en t¨¦rminos tan entusiastas que me falt¨® tiempo para probarlas. Es lo m¨ªnimo que puedes hacer cuando lees: ¡°El mejor postre hasta la llegada de las Maruxas de nata. Una cosa muy loca de dos chicas que reformularon la granja familiar para hacer galletas con la leche de ¡®vacas felices¡¯ a las que ponen m¨²sica y cepillan y tal. Todo marketing bio y eco, pero que han ganado decenas de premios de mejor producto del a?o y rollo chicas emprendedoras y dem¨¢s. Y NADA SUPERA LO BIEN QUE SABEN¡±. Fue hacerlo y comprender los elogios superlativos: efectivamente, las Maruxas son una cosa loca de sabor y textura. No se parecen a nada similar que exista en el mercado, s¨®lo a galletas de nata caseras¡ hechas con nata de la que no se encuentra en supermercados, ni en casi ning¨²n sitio.
¡°Son las galletas de mi infancia, t¨ªpicas de la zona de Ferrol. En Internet no hab¨ªa ning¨²n dato sobre un producto igual comercializado en el mundo¡±, nos explica por tel¨¦fono Mercedes Guerreiro, al frente de las Maruxas. ¡°Lo que s¨ª hab¨ªa, y mucho, eran personas que comentaban en foros lo mucho que a?oraban ese sabor. Aquello se hac¨ªa cuando la leche era leche de verdad, se repart¨ªa por las casas, se herv¨ªa y con la nata resultante se hac¨ªan gallegas, bizcochos, bollas de nata, y es que loque¨¢bamos. Es un sabor que si lo pruebas te queda grabado. Antes de empezar el negocio hicimos una prueba en el horno de casa -salieron horrorosas-, pero s¨®lo el olor te transportaba a la infancia, al hogar¡±.
La historia de las Maruxas lo tiene todo para atraer la atenci¨®n de los medios: nacidas en la Granxa Maruxa de Monterroso, Lugo, elaboradas con nata de vacas que escuchan a Mozart y a Fangoria ¨CAlaska lleg¨® a amadrinar una de ellas¨C, estas galletas no tardaron en empezar a recibir premios nacionales e internacionales, tanto por la labor emprendedora que hab¨ªa detr¨¢s como por su sabor y calidad. El tema iba m¨¢s all¨¢ de lo buenas que estaban: era f¨¢cil ver en ellas un s¨ªmbolo del mundo rural que sobrevive contra viento y marea, el amor por las cosas bien hechas y los sabores que cre¨ªamos perdidos. Una historia que se vende sola.
En los ¨²ltimos meses la situaci¨®n ha cambiado respecto a lo descrito en la foto de Instagram por la que las conoc¨ª. Tras la ruptura de la relaci¨®n de Mercedes y Marta, las galletas ya no se elaboran en la Granxa Maruxa sino en un pol¨ªgono de Nar¨®n, en la Ferrolterra. Granja y galletas siguen existiendo, pero sin vinculaci¨®n entre ellas.
La nata que da nombre a las Maruxas ya no es de las vacas mel¨®manas, pero sigue procediendo de vacas gallegas que tienen el certificado ecol¨®gico acreditado por el CRAEGA (Consello Regulador de Agricultura Ecol¨®xica de Galicia). ¡°Me volv¨ª loca para encontrar la nata adecuada¡±, confiesa Mercedes. ¡°La que encontraba no ten¨ªa la grasa suficiente, era de un 14% o un 15%, y la que necesito pide como m¨ªnimo un 60% de materia grasa¡±. A los preocupados por esta cifra, en nuestra mano est¨¢ controlar nuestro nivel de tragaldabismo. Los otros dos ingredientes, el az¨²car de ca?a -tambi¨¦n ecol¨®gico- de Brasil y Paraguay y la harina de trigo molida en molinos de piedra de Castilla y Le¨®n -nos aseguran que al hacer la masa se nota la diferencia- se mantienen tal cual.
La combinaci¨®n de esos tres ¨²nicos elementos es suficiente para llamar la atenci¨®n de quien tenga oportunidad de probarlas. ¡°No falla¡±, afirma Mercedes. ¡°Son galletas que interrumpen conversaciones¡±. Fue gracias a visitar muchas ferias locales, ¡°de aldea¡±, y a empezar regalando cajitas de 200 gramos en tiendas de su zona m¨¢s cercana, como las Maruxas adquirieron el estatus que tienen hoy, cuando est¨¢n a la venta en tiendas gourmet y especializadas en productos gallegos que de toda Espa?a (y acaban de empezar a venderse en un establecimiento de Toulouse). Al no utilizar distribuidores, el contacto con los puntos de venta es directo y continuo.
A sus 67 a?os, Mercedes tampoco es exactamente ¡°una chica¡±, pero no est¨¢ en sus planes retirarse del mundo galletil: ¡°Me hice aut¨®noma con 60 a?os y estoy encantada. Me apetec¨ªa much¨ªsimo darle un cambio a mi vida y me horroriza estar parada; quiero seguir porque me apetece y por mis hijos¡±.
Hoy, en Maruxas de nata trabajan cuatro personas adem¨¢s de Mercedes. La masa se hace en una amasadora pero todo lo dem¨¢s, desde la elaboraci¨®n de las galletas pellizco a pellizco hasta el etiquetado se realiza a mano, por lo que no hay dos Maruxas iguales. Son la sencillez hecha dulce ¨Csu receta s¨®lo consta de tres ingredientes- pero la constataci¨®n de que un producto ¨²nico siempre acaba por abrirse camino. O en eso queremos creer.
Entre los objetivos de Mercedes est¨¢ seguir creciendo -con el traslado a Nar¨®n la producci¨®n ha pasado de unos 40 a unos 100 kilos diarios- pero sin abandonar la elaboraci¨®n artesanal del producto ¡°Nuestra intenci¨®n es asistir a ferias m¨¢s importantes y ver hasta d¨®nde podemos llegar sin mecanizar, porque no queremos que se pierda la esencia. Si tengo que contratar a m¨¢s gente estar¨¦ encantada de hacerlo¡±, declara convencida.
El listado de puntos de venta se puede consultar aqu¨ª. El precio orientativo de la caja de 200 gramos es unos 6 euros; el de la bolsa de 400 gramos, 9 euros y el del bote de 500 gramos, 12 euros.
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