Camarero, este cachopo es un fraude
El v¨ªdeo que ha destapado el #cachopogate ha revolucionado las redes sociales, surgido a ra¨ªz de las dudas sobre un campeonato nacional de cachopos y la academia gastron¨®mica que lo organiza.
Lo del cachopo es ya una religi¨®n en toda regla: tiene suficientes creyentes integristas, los templos de adoraci¨®n crecen exponencialmente por todo el pa¨ªs y Asturias es lugar de peregrinaci¨®n para sus manadas de seguidores. Al culto no le faltan ni milagros: todos los negocios que lo incluyen en su carta saben bien que el cachopo tiene el don de multiplicar los panes y los peces. Y, claro, en cuanto los beneficios son ping¨¹es -como en toda creencia consolidada-, no tardan en aparecer los falsos mes¨ªas que rodean de un halo de fraude su cuota de milagro (si no te ha venido a la cabeza Carlos Jes¨²s es que eres insultantemente joven, pero puedes seguir leyendo).
Este es el contexto del #cachopogate, el asombroso caso desvelado por el v¨ªdeo de investigaci¨®n que rula desde hace unos d¨ªas por redes sociales y que no se anda con rodeos en su planteamiento: ?Es el mejor cachopo de Espa?a un fraude? La respuesta viene en forma de indicios para que saquemos nuestras propias conclusiones sobre un campeonato gastron¨®mico en concreto que ha permitido obtener buenos dividendos a su ganador, la sidrer¨ªa madrile?a A Ca?ada Delic Experience. De momento, la sombra de la duda ya ha encendido a los organizadores habituales de estos eventos, a los establecimientos que suelen concursar en ellos, a los jurados encargados de valorar y hasta a los fartones -asturianada que hay que decir m¨¢s para referirnos a los tragaldabas- que devoran cachopos. ?Estamos ante una religi¨®n que se tambalea? Veamos qu¨¦ pasa con esto.
Aqu¨ª lo importante no es participar. Ganar en un concurso oficial de cachopos es dar con el ¨ªdolo de oro y ¡°supone aumentar las ventas sobre un 40%¡±, comenta Juanjo Cima de Las Tablas del Campill¨ªn en Oviedo, ganador en 2016 del Campeonato de Asturias de Cachopo. El beneficio est¨¢ claro, y en el caso de vencedores de ediciones anteriores, el t¨ªtulo incluso les ha servido para expandir sus negocios; una posici¨®n envidiable en tiempos de crisis econ¨®mica. El v¨ªdeo del #cachopogate presenta a C¨¦sar Rom¨¢n, propietario de A Ca?ada Delic Experience, como un individuo tentado por la avaricia que poco despu¨¦s de tratar de comprar la victoria en un campeonato oficial de cachopos gana una competici¨®n con m¨¢s oscuros que claros. ?Casualidad? En la investigaci¨®n insin¨²an que no. ¡°Alguien del mundillo te cuenta una sospecha sobre el campeonato y su ganador, vas tirando del hilo, de tus fuentes, y vas descubriendo certezas¡±, cuenta el periodista gastron¨®mico Miguel Llano cuando le pregunto c¨®mo se le ocurri¨® empezar a investigar este premio, contado en un buen ejercicio de periodismo junto a la gente de SinFiltros en el reportaje viral.
La sospecha es que la Academia Espa?ola del Cachopo que concedi¨® el galard¨®n tiene poco de oficial, ya que se limit¨® a proclamar un vencedor de un campeonato sin bases p¨²blicas, sin lista ni clasificaci¨®n de participantes. Lo que descubre el #cachopogate es que un miembro de la supuesta Academia tiene relaci¨®n directa con, ?oh sorpresa!, el propietario de A Ca?ada Delic Experience. ¡°?Qu¨¦ legitimidad puede tener un concurso tan poco transparente? Lo ¨²nico que consigue es poner en duda a quienes s¨ª hemos ganado campeonatos de forma honrada¡±, dice enfadado Juanjo Cima. En la misma onda est¨¢ Eufrasio S¨¢nchez, integrante del Colegio de Cr¨ªticos Gastron¨®micos de Asturias y uno de los organizadores del Campeonato de Cachopos de Asturias: ¡°No hay lugar a dudas. Todas las competiciones gastron¨®micas oficiales tienen una convocatoria, con bases y con un jurado de prestigio que valora a los participantes. Lo que no sea as¨ª, hace poco bien a estos cert¨¢menes¡±. Si hay que buscar motivos a lo del #cachopogate, lo tiene claro: ¡°Con la burbuja del cachopo hay saturaci¨®n de campeonatos, jornadas y dem¨¢s. Y ya sabemos que a r¨ªo revuelto hay ganancia de pescadores, as¨ª que no es dif¨ªcil que aparezca un campeonato falso y se meta en esta mara?a¡±. Mes¨ªas embusteros.
La movida tambi¨¦n deja en evidencia la profesionalidad del jurado. Les pregunto a quienes normalmente tienen la dura labor de evaluar los cachopos de los campeonatos, y est¨¢n de acuerdo. ¡°La falta de puntuaciones p¨²blicas en la Academia Espa?ola del Cachopo es algo muy sospechoso, porque siempre calificamos honestamente y con exactitud desde el rebozado hasta la calidad de la carne¡±, me comenta Olalla Salazar, de A buen bocado. Marta Medio y Noelia Fern¨¢ndez de la web Emp¨¢chate ahondan en esa defensa de la honorabilidad de los jurados: ¡°Nunca han tratado de sobornarnos directamente ni de darnos indicaciones sobre qui¨¦n debe ganar un concurso, es una verg¨¹enza lo que se insin¨²a que trat¨® de hacer C¨¦sar Rom¨¢n. Es muy dif¨ªcil valorar los detalles de cada elaboraci¨®n y no se puede premiar a cualquiera¡±. El asunto tambi¨¦n desconcierta a los m¨¢s fieles. Lo podemos ver en las lindezas de los comentarios que suscit¨® la publicaci¨®n del v¨ªdeo en la p¨¢gina de Facebook Cachopo, desde el ¡°nos enga?an¡± hasta un ¡°mete miedo¡±, pasando por ¡°no nos podemos fiar de nadie¡±. Peque?as grietas en eso de que los creyentes no buscan explicaci¨®n a su fe.
Est¨¢ claro que los campeonatos gastron¨®micos en general y los que tenemos sobre la mesa en particular normalmente est¨¢n fuera de toda duda. Pero, entonces, ?c¨®mo podemos saber que un premio no es sospechoso? En tiempos del internet de las cosas, con sus redes sociales y su vida en directo, es dif¨ªcil que nos la cuelen. Porque nos enteramos al instante de que un campeonato se convoca, de sus bases, los participantes exhiben que compiten mientras los jurados instragamean sus valoraciones y el ganador suele recibir su diploma en un acto multitudinario. Pues bien, en este caso -?oh, sorpresa!- s¨®lo supimos de la existencia del Mejor cachopo de Espa?a cuando el certamen ya se hab¨ªa celebrado.
?A qui¨¦n podemos culpar? Hay que darle un buen azote a todos los redactores de blogs, peri¨®dicos, radios y televisi¨®n que difundieron la noticia copiando y pegando la nota de prensa facilitada por A Ca?ada Delic Experience. No son tiempos para contrastar fuentes, amigos: en el momento en que uno explica un milagro, ya desaparece. El lado bueno de la pol¨¦mica es que el cachopo pocas veces ha tenido tanta repercusi¨®n en los medios de comunicaci¨®n. Bien para la salud del plato asturiano, la burbuja est¨¢ lejos de explotar.
De momento, en el epicentro del #cachopogate, la vida sigue: desde que el asunto sali¨® a la luz, en A Ca?ada Delic Experience no han respondido a las insinuaciones de fraude, ni parece que est¨¦n por la labor. El negocio les va viento en popa, y esta misma semana estrenan en Madrid un servicio de cachopo a domicilio. Disfruten lo -no- votado.
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