La fruta y la verdura, mejor desnudas

Una ¨²nica cebolla en una bandeja de porexp¨¢n envuelta en film, mandarinas peladas y metidas -de una en una- en envases de PVC o calabacines ecol¨®gicos embolsados a pares por el productor: el uso superfluo del pl¨¢stico en la industria de la fruta es desolador. La iniciativa #DesnudaLaFruta pide terminar con ¨¦l denunci¨¢ndolo en redes sociales a trav¨¦s de fotos, para concienciar tanto al consumidor como a los supermercados del impacto medioambiental de este abuso.

Detr¨¢s de la campa?a est¨¢n Isabel Vicente, ingeniera agr¨®noma al frente del blog dedicado a sostenibilidad y medioambiente La Hip¨®tesis Gaia, y Fernando G¨®mez y Patricia Reina de la web Vivir Sin Pl¨¢stico. El uso innecesario de este material llevaba a?os inquietando a Isabel, que se dio cuenta de que ¡°la secci¨®n de frutas y verduras se estaba volviendo una locura: frutas envueltas una a una, bandejas agrupando hortalizas¡­ todos eran envases prescindibles¡±. Una vez abierto el mel¨®n -ejem- y teniendo en cuenta el aumento de la sensibilidad de los consumidores en temas medioambientales, la campa?a se ha convertido en un clamor, y las redes se han llenado de im¨¢genes de denuncia, agrupadas a trav¨¦s del hasthag #DesnudaLaFruta.

El material que nunca desaparece

El ser humano ha generado la friolera de 8.300 millones de toneladas m¨¦tricas de pl¨¢stico en su historia -aproximadamente la mitad en los ¨²ltimos 13 a?os- y la cifra va al alza: la ONU ha advertido que, de seguir as¨ª, en 2050 habr¨¢ m¨¢s toneladas de pl¨¢stico que de peces en los oc¨¦anos. Adem¨¢s este material no se biodegrada, no hay ning¨²n ning¨²n ser vivo -microorganismos u hongos- que lo pueda reintegrar al ciclo natural: solo se descompone en part¨ªculas m¨¢s peque?as sin cambiar su composici¨®n qu¨ªmica.

Con este desolador panorama en perspectiva, cabe preguntarse qu¨¦ sentido tiene seguir generando este tipo de desperdicios, tan f¨¢cilmente evitables en algunos casos. Se lo preguntamos a Ignacio Garc¨ªa Magarzo, Director General de la Asociaci¨®n Espa?ola de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), que asegura que desde los supermercados siguen las iniciativas europeas, nacionales y auton¨®micas que buscan un uso m¨¢s racional de todos los materiales y productos que tienen impacto en el medio ambiente. ¡°Valoramos las campa?as, como la de #DesnudaLaFruta, que fomentan el debate en este sentido. Necesitamos que se estudie caso por caso analizando soluciones y alternativas viables, tal y como se afirma en la Estrategia de Pl¨¢sticos que acaba de publicar la Comisi¨®n Europea¡±.

La necesidad de un envase

Pero, ?realmente hay alg¨²n caso en el que sea totalmente necesario un envase de pl¨¢stico para comprar fruta o verdura, cuando tienen su propia piel o c¨¢scara como protector natural de serie? Desde ASEDAS aseguran que el primer motivo es garantizar la seguridad alimentaria, ¡°como se establece en los reglamentos europeos, son una herramienta fundamental, a d¨ªa de hoy, para evitar contaminaciones y preservar la seguridad alimentaria de los productos¡±.

En segundo lugar aseguran que deben ¡°ofrecer al consumidor los productos que busca en funci¨®n de sus preferencias y estilos de vida¡± para que aquellos que lo deseen tengan la posibilidad de realizar compras de fruta y verduras, as¨ª como de otros productos frescos, a granel. ¡°Pero tambi¨¦n debemos responder desde nuestros lineales a las necesidades de aquellas personas que buscan adquirir, por ejemplo, ensaladas preparadas o frutas cortadas¡±. As¨ª que, b¨¢sicamente, lo venden porque lo compran, y la oferta solo desaparecer¨¢ si lo hace la demanda de productos tan absurdos como aguacates en mitades envasados al vac¨ªo en un pl¨¢stico tan duro que necesita un cuchillo para abrirlo: el mismo que podr¨ªas usar para abrir el aguacate en dos.

Sara Acosta, de la revista especializada en medioambiente y econom¨ªa Ballena Blanca ve estos casos especialmente flagrantes, ya que cree que hay envases que tienen una cierta funcionalidad porque pueden hacer que algunos alimentos duren m¨¢s (por ejemplo los platos preparados tratados con atm¨®sferas controladas). ¡°Pero resulta in¨²til y absurdo cuando se le quita la piel a una pi?a -su mejor envase y con el que dura m¨¢s- para meterlo en pl¨¢stico y ponerle una fecha de caducidad de una semana¡±.

¡°Las campa?as de concienciaci¨®n ser¨ªan fundamentales: hay muchas personas dispuestas a hacer algo pero no lo hacen porque desconocen el da?o que est¨¢ causando al planeta todos los envases innecesarios que utilizamos¡±, aseguran desde Vivir Sin Pl¨¢stico. ¡°Cuando lo comprenden, empiezan a tener un poco m¨¢s de cuidado con su estilo de consumo. Y tambi¨¦n est¨¢n las instituciones: la legislaci¨®n que controla el envasado deber¨ªa ser menos laxa: la que tenemos en la actualidad est¨¢ claro que no funciona¡±.

Ignacio Garc¨ªa Magarzo asegura que desde ASEDAS tambi¨¦n est¨¢n buscando la manera de evitar el sobre-envasado, avanzar en el eco-dise?o y encontrar potenciales materiales sustitutivos como papel y cart¨®n para productos secos -previo estudio de la huella de carbono y el posible impacto en la naturaleza que provocar¨ªa su uso intensivo- y pl¨¢sticos biodegradables que puedan tirarse a los contenedores de basura org¨¢nica.

La burbuja del pl¨¢stico

Algunos de los vegetales que m¨¢s se envasan sin necesidad son los que se venden como gourmet o ecol¨®gicos. ¡°Este ¨²ltimo caso es un verdadero sinsentido: estos productos est¨¢n destinados a un p¨²blico que supuestamente tiene especial inter¨¦s por el medioambiente y, sin embargo, usan uno de los materiales m¨¢s contaminantes para envolverlos¡±, reflexiona Isabel de La Hip¨®tesis Gaia. Desde Vivir Sin Pl¨¢stico apuntan a la posibilidad de que lo hagan para evitar el peligro de que ¨¦stos se mezclen o ¡®contaminen¡¯ por error con los convencionales, ¡°pero para esto no hacen falta ni pl¨¢sticos ni kil¨®metros: con ponerlos en dos pasillos diferentes ser¨ªa suficiente¡±.

En el caso de las verduras y frutas gourmet a veces lo ¨²nico que les da esa categor¨ªa es precisamente el envase donde lo pone, que aporta m¨¢gicamente un valor a?adido imposible de demostrar. No solo algo no tiene por qu¨¦ ser gourmet o deluxe porque lo ponga en una caja -no hay una regulaci¨®n al respecto-, sino que adem¨¢s puede favorecer que no se aprecie su deterioro a primera vista: es m¨¢s f¨¢cil que te lleves una fruta o verdura pocha si no la puedes apreciar directamente, y peor a¨²n cuando hay varias filas apiladas.

?Es el reciclaje la soluci¨®n?

Desgraciadamente, no. Primero, porque como apunta Isabel Vicente, ¡°no todo el pl¨¢stico que se consume acaba en el contenedor que le corresponder¨ªa, y tampoco todo el pl¨¢stico que s¨ª va al contenedor adecuado se acaba reciclando¡±. Por lo tanto, la soluci¨®n ideal siempre es reducir su consumo, y en el caso que abarca la campa?a ser¨ªa tan sencillo como que estos envases no existieran.

Desde ASEDAS abogan por trasladar esta responsabilidad al comprador, asegurando que todos somos responsables de utilizar correctamente los materiales que tienen alto impacto medioambiental y ¡°asegurarnos de que, una vez usados, sean reciclados de una manera adecuada¡±. Incluso suponiendo que el pl¨¢stico termine con ¨¦xito su proceso de reciclado, ¨¦ste tambi¨¦n tiene un coste energ¨¦tico y econ¨®mico. As¨ª que, hasta en este caso, el mejor pl¨¢stico es siempre el que -si no es absolutamente necesario-, no se usa.