Lo que est¨¢ frenando la obesidad en los pa¨ªses n¨®rdicos (y en Espa?a no)
Noruega y Finlandia han tomado una serie de medidas eficaces de salud p¨²blica que est¨¢n consiguiendo contener la epidemia de obesidad en ni?os y adultos. Sorpresa: ninguna se aplica en Espa?a.
La obesidad es uno de los mayores problemas de salud p¨²blica en el mundo; no lo decimos nosotros, es una cuesti¨®n evidente que planea de forma constante en los m¨¢s prestigiosos foros de salud internacionales, y a la que las revistas cient¨ªficas m¨¢s importantes dedican extensos monogr¨¢ficos. Es motivo tambi¨¦n de numerosas publicaciones y de miles de trabajos cient¨ªficos debido, precisamente, a la alta prevalencia y gravedad del asunto.
No es una cuesti¨®n que nos pille por sorpresa: tirando por lo bajo llevamos con esta cantinela 20 a?os; aunque en el entorno cient¨ªfico el asunto se ve¨ªa venir desde mucho antes, pongamos otros 20 m¨¢s. Pero no solo estamos como quien oye llover, sin hacer gran cosa: con bastante probabilidad, muchos pa¨ªses (entre ellos Espa?a) est¨¢n adoptando posturas peores que la de no hacer nada. Me refiero a emprender acciones que parece que sirven para algo ¡ªsolo lo parecen¡ª pero que en realidad retroalimentan el problema.
La estrategia es sencilla, consiste en desarrollar programas con nombres m¨¢s o menos euf¨®nicos y que a la vez no sean demasiado intervencionistas, ya que eso enfadar¨ªa a unos ciudadanos poco comprometidos, adem¨¢s de aportar munici¨®n a los adversarios pol¨ªticos de turno. De esta forma se puede decir p¨²blicamente que ya hay en marcha planes, campa?as y programas para poner freno al asunto: solo de cara a la galer¨ªa, eso s¨ª, pero ah¨ª est¨¢n. Siendo bienpensantes, podr¨ªamos creer que hacen lo que pueden y no hay unas pol¨ªticas de solvencia contrastada que se podr¨ªan imitar y aplicar a lo local. Pero las hay, y para conocerlas ni siquiera tenemos que salir de Europa (aunque los guantes, el gorro y la bufanda son recomendables en este viaje).
Pol¨ªticas de ¨¦xito dirigidas a la poblaci¨®n general
Tenemos que viajar hasta los fr¨ªos pa¨ªses escandinavos para encontrar un modelo que funciona y destaca por la intervenci¨®n ¡ªseria y real¡ª de la Administraci¨®n en el problema que nos ocupa. A fin de cuentas los pa¨ªses n¨®rdicos se han revelado tradicionalmente como un ejemplo a seguir en cuanto a pol¨ªticas de salud p¨²blica y prevenci¨®n, entre las que podemos destacar el proyecto para la prevenci¨®n de la enfermedad cardiovascular de Karelia del Norte (Finlandia) a principios de la d¨¦cada de los 70.
Noruega ha marcado un hito reciente al conocerse que sus ciudadanos han reducido el consumo per c¨¢pita de az¨²car de 43 kilos al a?o a 23 entre los a?os 2000 y 2018. Asombroso. ?C¨®mo se ha conseguido este prodigio? Pues con diversas acciones, de nuevo mancomunadas, realizadas en el fondo ¡ªno como una pose¡ª y con la intenci¨®n directa de conseguir el objetivo perseguido. Entre ellas:
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Aumentar hasta un 87% los impuestos sobre los alimentos dulces y chucher¨ªas (en Espa?a no se hace).
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Aumentar hasta un 42% los impuestos a los refrescos, ya sean ¡°normales¡±, con az¨²car, light o zero, o con edulcorantes acal¨®ricos (en Espa?a tampoco se hace).
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Legislar de forma espec¨ªfica la publicidad de estos productos y, todav¨ªa m¨¢s importante, controlar el cumplimiento de esas leyes (una vez m¨¢s, en Espa?a tampoco se hace).
Las cifras de sobrepeso y obesidad de la poblaci¨®n adulta noruega son radicalmente inferiores a las nuestras, tanto como casi la mitad. Seg¨²n la ¨²ltima Encuesta Nacional de Salud de 2017, cerca del 55% de los adultos espa?oles de ambos sexos est¨¢ en situaci¨®n de sobrepeso u obesidad. En la poblaci¨®n noruega esa cifra no alcanza el 25%
Las buenas excepciones en el terreno infantil tambi¨¦n vienen del fr¨ªo
Algunas comunidades tambi¨¦n se han remangado para trincar por los cuernos al toro de la obesidad en esta franja de edad, que deber¨ªa estar especialmente protegida y a la vez bien informada para fomentar futuros ciudadanos con criterio propio. Vamos con el ejemplo que en su d¨ªa nos mostr¨® la ciudad de Sein?joki, en Finlandia: el ¨¦xito de su modelo ha servido para exportarlo posteriormente a otros municipios del pa¨ªs e incluso a otros pa¨ªses tan poco parecidos como Corea del Sur (s¨ª, en todas partes se cuecen las habas de la obesidad).
Hace ya m¨¢s de nueve a?os se puso en marcha en la localidad un programa piloto para revertir la obesidad infantil que, por aquel entonces, afectaba a cerca del 20% de los ni?os de cinco a?os. Apenas cinco a?os m¨¢s tarde, la prevalencia de la obesidad en esa poblaci¨®n se redujo a la mitad, hasta cerca del 10%. Mientras, en Espa?a, la conocida como Estrategia NAOS ¡ªnutrici¨®n, actividad f¨ªsica y prevenci¨®n de la obesidad¡ª nacida en 2005 para revertir la prevalencia de la obesidad infantil tiene el dudoso honor de haber ido de la mano con el incremento del sobrepeso y la obesidad en los m¨¢s j¨®venes; de forma constante e inexorable desde entonces y hasta nuestros d¨ªas (este trabajo da una idea de lo acontecido entre los a?os 1993 y 2011).
?Cu¨¢les son las caracter¨ªsticas del exitoso modelo finland¨¦s?
La principal fue emprender un programa mancomunado, hasta el punto de convertir la salud en un criterio clave para la toma de cualquier decisi¨®n pol¨ªtica. Al mismo tiempo observaron el problema desde una perspectiva multifactorial, emprendiendo acciones al un¨ªsono que por aqu¨ª ni est¨¢n ni se las espera. Ah¨ª van algunos ejemplos:
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Mejorar la planificaci¨®n urban¨ªstica para cambiar los patios de las escuelas con el fin de promover una mayor actividad f¨ªsica.
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Redise?ar los men¨²s escolares con opciones m¨¢s saludables y con menos az¨²car.
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Planificar revisiones m¨¦dicas anuales gratuitas en las que se cuente con profesionales de la salud espec¨ªficamente formados en la materia.
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Crear campa?as de educaci¨®n nutricional para los padres, con el fin de concienciarlos y dotarles de recursos para afrontar mejor estas cuestiones.
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Realizar acciones concretas para reducir el acceso a los alimentos de peor perfil nutricional ¡ªaquellos especialmente dulces, altos en grasas saturadas y tambi¨¦n a las bebidas azucaradas¡ª, en las m¨¢quinas expendedoras de los colegios.
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Regular desde la Administraci¨®n la publicidad de alimentos dirigidos a los ni?os.
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Imponer la mayor tasa impositiva de comercializaci¨®n posible a productos de nulo inter¨¦s nutricional: dulces, chocolates, refrescos, helados, chucher¨ªas y dem¨¢s.
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Impartir en las escuelas contenidos espec¨ªficos de nutrici¨®n, diet¨¦tica, salud y cocina.
Las l¨ªneas maestras que funcionan
Volvamos a aquel glorioso monogr¨¢fico de la revista m¨¦dica brit¨¢nica The Lancet de 2015 sobre la obesidad en el mundo, que estableci¨® las l¨ªneas maestras que deber¨ªan regir sobre cualquier Administraci¨®n realmente interesada en poner coto al problema de la obesidad (y las plasm¨® en una infograf¨ªa bastante resultona). Podemos de nuevo detallar cu¨¢les son esas grandes l¨ªneas y contrastar cu¨¢ntas de ellas est¨¢n siendo empleadas por la Administraci¨®n sanitaria espa?ola:
- Restringir el marketing dirigido a ni?os: aqu¨ª el C¨®digo PAOS (de autorregulaci¨®n, no olvidemos) es una excusa de cierta industria alimentaria para ponerse medallas con la publicaci¨®n de su compromiso, incumplido de forma sistem¨¢tica sin que haya ning¨²n tipo de castigo o sanci¨®n.
- Legislar para conseguir un etiquetado m¨¢s amable y accesible para los consumidores: en este caso dependemos de las directrices de la Uni¨®n Europea, y aunque hay que reconocer que el RE 1169/2011 supuso un cierto avance, lo cierto es que queda mucho much¨ªsimo por hacer. Empezando por el etiquetado frontal que, posiblemente por las actuales presiones de cierta industria alimentaria, se encuentra estacionado y sin plazo.
- Invertir en infraestructuras para producir alimentos m¨¢s saludables: algo que suena muy bonito pero que parece que en Espa?a no se tiene ni idea de qu¨¦ quiere decir. A efectos pr¨¢cticos, no se conocen otras relaciones de la administraci¨®n sanitaria con otra industria alimentaria que no sea la que elabora productos t¨ªpicamente ultraprocesados.
- Gravar los productos con peor perfil nutricional: fue algo que se lleg¨® a plantear en Espa?a en su d¨ªa; solo plantearlo y solo respecto a los refrescos azucarados. Al final la propuesta nunca vio la luz y lo poco que se vislumbr¨® estaba motivado por cuestiones econ¨®micas, nunca de salud: de haberse implementado, se hubiera hecho lejos, muy lejos, de las directrices marcadas por la OMS en este sentido.
- Ofrecer subsidios para favorecer el consumo de alimentos de perfil m¨¢s saludable: Si el punto anterior era imposible, el mero planteamiento de este directamente nos lleva a la carcajada.
- Proporcionar educaci¨®n alimentaria: una informaci¨®n v¨¢lida que vaya m¨¢s all¨¢ de absurdeces decimon¨®nicas como la pir¨¢mide de los alimentos o el famoso balance de calor¨ªas que entran por las que salen. Si es as¨ª, esto no se hace en Espa?a.
- Establecer unos m¨ªnimos est¨¢ndares en los men¨²s escolares: establecerlos y sobre todo hacerlos cumplir, ya que a pesar de tener una Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n bastante regulera, el mayor de los problemas es que ni siquiera se vela por su cumplimiento.
- Incentivar a los distribuidores de comida con mejor perfil nutricional para facilitar su acceso en los entornos m¨¢s desfavorecidos: esto no se hace ni de lejos en Espa?a.
- Regular la venta de alimentos insanos en aquellos lugares de mayor concentraci¨®n de menores: se refiere, por ejemplo, al emplazamiento de m¨¢quinas de vending malsano, algo con lo que de nuevo solo cabe la carcajada hist¨¦rica.
La respuesta puede parecer bastante descorazonadora, pero si alguien me preguntara si creo que nuestro Ministerio de Sanidad est¨¢ acertando en algo para afrontar el problema de obesidad en Espa?a, no podr¨ªa decir otra cosa que un ¡°no¡± rotundo. Lo siento, pero no se est¨¢ dando ni una. Esta no es una perspectiva personal: Margaret Chan, exdirectora de la OMS, la describi¨® con pelos y se?ales. Tambi¨¦n se puso de relieve en una de las series del monogr¨¢fico de The Lancet antes mencionado, que tom¨® por t¨ªtulo Repensar y replantear el problema de la obesidad. Ya en 2015 aquel trabajo part¨ªa de dos ideas b¨¢sicas muy sencillas: primera, la epidemia de la obesidad no revertir¨¢ jam¨¢s en tanto en cuanto los Gobiernos no asuman el liderazgo y; segunda, ning¨²n pa¨ªs ha reportado una disminuci¨®n significativa de la obesidad durante tres d¨¦cadas.
Si se me permite la analog¨ªa, esta actitud es similar a la que se producir¨ªa cuando alguien est¨¢ siendo objeto de un delito violento y se da cuenta que hay una persona que est¨¢ presenciando toda la escena y llamando a la polic¨ªa. Pero ese supuesto testigo es en realidad un compinche del atacante, y est¨¢ ah¨ª para que la v¨ªctima permanezca relativamente tranquila y crea que hay alguien que est¨¢ haciendo algo por poner fin a su situaci¨®n. Pues con muchas administraciones sanitarias pasa lo mismo: parece que hacen algo, pero no. Honestamente, casi ser¨ªa mejor que no hicieran nada.
Juan Revenga es dietista-nutricionista, bi¨®logo, consultor, profesor en la Universidad San Jorge y miembro de la Fundaci¨®n Espa?ola de Dietistas-Nutricionistas (FEDN). Ha escrito los libros Con las manos en la mesa y Adelg¨¢zame, mi¨¦nteme.
Los brindis al sol de la sanidad espa?ola
Esto no va de colores ni de siglas pol¨ªticas: en los ¨²ltimo 30 a?os (1987-2017) los espa?oles hemos pasado del 39% al 55% de obesidad entre los adultos y ha habido muy distintas coyunturas pol¨ªticas en dicho periodo. En todas ellas hemos destacado entre los pa¨ªses de nuestro entorno por saber hacer las cosas especialmente mal. De nuevo, la m¨ªa no es una opini¨®n aislada: el Instituto Econ¨®mico Molinari revel¨® en su ¨²ltimo informe de hace pocas semanas que Espa?a es uno de los pa¨ªses m¨¢s tolerantes con las conductas m¨¢s insanas. Se refiere a conductas de control -que no ejercemos- relacionadas con el tabaco, las bebidas alcoh¨®licas y las elecciones alimentarias menos recomendables.
En relaci¨®n con la regulaci¨®n de la publicidad, un tambi¨¦n recent¨ªsimo estudio publicado en la prestigiosa revista Nutrients revel¨® que la mayor parte de los anuncios de comida dirigidos a ni?os en nuestro pa¨ªs sirven para promocionar productos de p¨¦simo perfil nutricional e infringen el conocido c¨®digo PAOS de autorregulaci¨®n de la publicidad dirigida a menores.
Este mismo c¨®digo PAOS -de autorregulaci¨®n, no lo olvidemos- se ha revelado tantas y tantas veces como una aut¨¦ntica verg¨¹enza porque, de hecho, solo sirve nominalmente a los fines que pretende servir. Tanto que en esta carta publicada en la revista The Lancet el investigador espa?ol Miguel ?ngel Royo-Bordonada denunciaba en apenas 300 palabras la ignominia de dicho c¨®digo, la ineficacia de la Estrategia NAOS y el papel mojado que en realidad es nuestra Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n.
En 2019 el mismo Royo-Bordonada public¨® un interesante dosier cuyo elocuente t¨ªtulo es Captura corporativa de la salud p¨²blica. En ¨¦l se detalla c¨®mo estamos expuestos al grave proceso en el que las decisiones pol¨ªticas responden a un inter¨¦s particular, privado, en detrimento del inter¨¦s p¨²blico. El siguiente eslab¨®n es el Plan HAVISA, supuestamente para la promoci¨®n de H¨¢bitos de Vida Saludable en el que el Ministerio de Sanidad establece un convenio de colaboraci¨®n con la Fundaci¨®n Alimentum; un consorcio de empresas de la industria alimentaria caracterizadas, la mayor¨ªa, por la producci¨®n de comestibles de la peor calidad nutricional posible. Tienes toda la informaci¨®n en este enlace.
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