Las cajas de verduras que ayudan a salir adelante a j¨®venes migrantes
La Fundaci¨®n Esperanza en Acci¨®n acoge y da trabajo a migrantes en C¨¢diz. Sus socios colaboradores reciben a cambio un surtido de espl¨¦ndidos productos de la huerta cultivados en su finca
Toda idea lleva detr¨¢s una historia, y la de Roc¨ªo Mart¨ªnez y Jos¨¦ Gonz¨¢lez, propietarios de la finca rural La Petite, en Chiclana (C¨¢diz), nace con el deseo de ayudar. No podr¨ªan hacerlo sin otra ayuda, la de los socios colaboradores concienciados con lo que se llevan a la boca, que en este caso adem¨¢s de ser verdura saludable, de temporada y origen nacional, tiene un fin solidario. Lo hacen de la mano de la Fundaci¨®n Esperanza en Acci¨®n, una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro con sede en Chiclana (C¨¢diz) dedicada a ayudar a los j¨®venes migrantes fomentando a la vez la agricultura respetuosa con el medio ambiente.
Empezaron ofreci¨¦ndose como familia de acogida a migrantes a su llegada a nuestro pa¨ªs, pero la demanda era tal que decidieron ir m¨¢s all¨¢ y poner su a disposici¨®n La Petite, que da nombre al proyecto, donde j¨®venes llegados de distintos pa¨ªses africanos cultivan verduras ecol¨®gicas. Estas son entregadas despu¨¦s a los 155 socios que actualmente participan con una aportaci¨®n mensual de 20 euros al mes, y reciben a cambio una caja de verduras que ser¨ªa la envidia de cualquier cesta de Navidad.
Y no cualquier verdura, una ecol¨®gica y local, ya que a la hora de cultivar apuestan por semillas de la zona. ¡°La lechuga est¨¢ crujiente, el tomate parece carne, sabe y huele, la calabaza est¨¢ espectacular¡ no puedo quedarme con una sola cosa¡± zanja Jos¨¦ Gonz¨¢lez. Las verduras que saben a verduras no son un animal mitol¨®gico y en La Petite est¨¢n orgullosos de las suyas. Para recogerlas, los socios suelen acercarse una vez al mes donde, adem¨¢s, crean un v¨ªnculo casi familiar con los chicos que all¨ª est¨¢n.
Se trata de personas que no lo han tenido f¨¢cil y a todos les duele rememorar su historia. Abdou sali¨® de Gambia siendo solo un adolescente y haciendo la ruta m¨¢s complicada y mortal que se conoce, que es cruzar el S¨¢hara. Pocos lo consiguen, pero ¨¦l atraves¨® pa¨ªses como Senegal, Mali, Argelia y Marruecos poniendo en riesgo su vida cada d¨ªa, una epopeya que le llev¨® unos seis a?os hasta que consigui¨® cruzar en patera y llegar a un centro de acogida en Espa?a. Desde all¨ª, al no poder hacerse cargo de ¨¦l, se pusieron en contacto con la Fundaci¨®n que casualmente ten¨ªa una plaza libre que pudo aprovechar. Hoy, dos a?os despu¨¦s de toda esta gesta, trabaja en una empresa de instalaci¨®n de aires acondicionados.
Fue en 2020, cuando el matrimonio, sensibilizado por las dificultades a las que se enfrentan los migrantes en su llegada a nuestro pa¨ªs, puso La Petite al servicio de esta causa. La idea es sencilla: all¨ª alojan a los reci¨¦n llegados y les ofrecen manutenci¨®n, atenci¨®n sanitaria y unas obligaciones laborales que les llevar¨¢n a conseguir su primer permiso de trabajo. Todo a trav¨¦s de la agricultura ecol¨®gica que, en palabras de uno de sus fundadores, da como resultado ¡°un proyecto solidario que puedes tocar y comer¡±.
¡°El proyecto La Petite es nuestra principal iniciativa como fundaci¨®n y trabaja simult¨¢neamente en cuatro ¨¢mbitos: la solidaridad, el medio ambiente, la alimentaci¨®n saludable y el valor educativo, ya que les inculcamos todos estos valores para ayudarles a una mejor inserci¨®n. Conseguimos as¨ª algo muy importante: devolverles la confianza en la gente, ya que la hab¨ªan perdido¡±, reflexiona Jos¨¦ Gonz¨¢lez.
Conocen as¨ª de primera mano historias como la de Thierno Barry, que lleg¨® hace varios a?os de Guinea-Conakry y tras pasar por varias asociaciones recal¨® en la finca, donde estuvo trabajando en el huerto hasta que sus inquietudes le llevaron a hacer un curso de formaci¨®n de ayudante de cocina. ¡°Me est¨¢n ayudando mucho, ellos han sido clave para conseguir el permiso de trabajo o para resolver cualquier complicaci¨®n que me encuentre¡±, cuenta Thierno. Hace un mes, debido a la problem¨¢tica actual del alquiler, se ha mudado a la casa que tiene la Fundaci¨®n.
Su deseo para el futuro es seguir trabajando, pero teniendo cerca a los suyos. ¡°Llevo ya varios a?os en restauraci¨®n y ahora tengo experiencia, se me da bien. Me gustar¨ªa seguir dedic¨¢ndome a eso y, cuando pueda, traer a mi mujer y formar una familia aqu¨ª¡±. Las alegr¨ªas compartidas saben mejor y todo su entorno est¨¢ convencido de que va para cocinero. ¡°Tiene muy buena proyecci¨®n, se est¨¢ haciendo camino. Ha encontrado su vocaci¨®n en la hosteler¨ªa y para nosotros es un referente¡±, cuenta Jos¨¦ emocionado como un padre orgulloso.
Desde esta petite finca gaditana siguen trabajando en el futuro y dando forma a este proyecto que, en palabras de su fundador, est¨¢ vivo y va transform¨¢ndose seg¨²n las necesidades. ?El objetivo a corto plazo? Crear un espacio de degustaci¨®n gastron¨®mica, una especie de ¡°pizzer¨ªa ecol¨®gica¡± donde poder probar una cocina b¨¢sica pero con productos frescos de la huerta. Unos platos que, adem¨¢s, tendr¨¢n una historia detr¨¢s como las de Abdou y Thierno, que alimentar¨¢n el est¨®mago y el esp¨ªritu.
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