Carpaccio de gambas (con cuatro variaciones)

Yo compr¨¦ las gambas ya peladas ¨Chay un puesto en uno de mis mercados de referencia, el de la Abaceria en el que la gamba roja pelada es m¨¢s barata que la entera, supongo que porque as¨ª aprovechan los ejemplares que peor han soportado el transporte¨C, pero si las compr¨¢is con cabeza no dud¨¦is en preparar una salsa americana y usarla en la vinagreta: le dar¨¢ un extra de sabor potencia de lo m¨¢s sexy. Partiendo de la misma base ¨Co cambi¨¢ndola por gamba normal o langostino, la oferta en el mercado y la econom¨ªa mandan, y aunque hay peque?as diferencias tampoco viene de aqu¨ª¨C puedes hacer viajar tu carpaccio hasta donde t¨² quieras. As¨ª de entrada, se me ocurren tres versiones que lo van a petar segur¨ªsimo:

- Con cacahuetes tostados picados, aceite de s¨¦samo, sriracha, cilantro, lima y una gelatina hecha con leche de coco y agar agar ¨Co, en la versi¨®n m¨¢s-simple-imposible, un chorrito de leche de coco tal cual¨C te mandar¨¢n directo a Tailandia.

- Una puntita de wasabi, soja (o un poco de pasta de miso), vinagre de arroz, algas rehidratadas picadas y una base de arroz crujiente ¨Ca modo de chirashi sui generis¨C ser¨¢ un ¨¦xito asegurado entre los aficionados a la gastronom¨ªa japonesa.

- Un par de tomates secos un poco rehidratados picados, ralladura y zumo de lim¨®n, un buen aceite de oliva virgen extra, pistachos troceados, hojas tiernas de albahaca, sal y pimienta le pondr¨¢n un toque italiano/mediterr¨¢neo al carpaccio. Esta versi¨®n podr¨ªa acompa?arse con un pan carasau ¨Ct¨ªpico de Sarde?a¨C previamente tostado en la sart¨¦n o el horno para asegurar el punto crujiente.

Para no tener que congelar las gambas al montar el plato, recomiendo untar el papel de horno con un poco de aceite de oliva y despegarlo con cuidado. A m¨ª me funcion¨®, y eso que no soy especialmente manitas.