Salmorejo de cerezas y remolacha

?Hay alguna fruta que tenga un aspecto m¨¢s apetecible que la cereza? Ese tono entre morado y rojo subido ¨Cdependiendo de la variedad y el punto de madurez¨C que dice "h¨ªncame el diente pero ya", esa pinta jugosa, esa facilidad para poder com¨¦rtelas en cualquier sitio sobre la marcha sin mucho m¨¢s que un enjuagado previo. Estos caramelos de la naturaleza est¨¢n en todo su esplendor ahora mismo, y es conveniente recordar que ¨Cadem¨¢s de para com¨¦rselas tal cual¨C funcionan perfectamente como ingrediente para recetas tanto dulces como saladas.

As¨ª naci¨® el que probablemente sea el salmorejo menos can¨®nico de la historia, al que a pesar de eso he mantenido el nombre porque lleva pan, aceite para emulsionar, tomate y vinagre, y porque su consistencia es demasiado densa y potentorra para poder considerarlo una sopa. Para potenciar el colorazo de la cereza y poder darle un poco m¨¢s de cuerpo sin necesidad de poner todo el pan y el aceite que manda la tradici¨®n, le a?ad¨ª un par de remolachas crudas (si no las encontr¨¢is as¨ª pod¨¦is usar las que vienen cocidas y envasadas al vac¨ªo).

Le puse queso feta y nueces como complemento porque el primero y las cerezas se llevan de muerte, y las segundas le aportar¨ªan un tropez¨®n divertido a cada cucharada, pero pod¨¦is ponerle sin problema huevo duro y jam¨®n, salm¨®n ahumado y cebollino, unos langostinos cocidos ¨Co crudos, pas¨¢ndolos un par de minutos por zumo de lima¨C y un poco de menta o parmesano y pasas.

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