Jos¨¦ Luis Perales, alfarer¨ªa, vino y una admiraci¨®n correspondida por Garc¨ªa M¨¢rquez
El cantante, a los 75 a?os, vive dedicado a la literatura, al campo y a su gira de despedida, interrumpida por la pandemia
A estas alturas anda en un obligado receso de su gira de despedida. Una carrera como la suya, a los 75 a?os, no merece menos que un reconocimiento global en Am¨¦rica y Espa?a. Pero esta pandemia lo ha dejado todo en suspenso y la ¨²ltima salida de Jos¨¦ Luis Perales, en algunas ciudades, tendr¨¢ que esperar. El adi¨®s se ha convertido en un hasta pronto, en un despu¨¦s sin fecha fija. Termin¨® la primera etapa en M¨¦xico, de donde regres¨® para llevar el confinamiento en su domicilio de Madrid. Vol¨® desde all¨ª con su hijo Pablo, que es su productor y mano derecha, due?o de la firma Tom Music. En su caso, no lo debe llevar mal. De hecho, ya que este encierro no lo ha elegido pese a ser en ¨¦l una necesidad recurrente, le sirve para componer canciones. M¨¢s canciones, mientras la expansi¨®n del virus dicta el nuevo calendario de un periplo que ten¨ªa previsto retomar el dos de mayo en Roquetas de Mar (Almer¨ªa). No ser¨¢ antes del verano. Las fechas del pr¨®ximo mes entran en cuarentena. Junio est¨¢ por ver.
Perales, por su parte, anda tranquilo. Este oto?o confesaba en El Pa¨ªs Semanal que segu¨ªa poni¨¦ndose nervioso antes de salir al escenario, que le sudaban las manos y le temblaba todo. Debe tratarse de aquellos que soportan bien el confinamiento. Desde muy pronto se acostumbr¨® y busc¨® los periodos de reclusi¨®n. El invierno, confiesa, es su estaci¨®n: ver llover tras los cristales con una guitarra a mano y la inspiraci¨®n rondando por los techos, las paredes o el jard¨ªn de sus casas. Por eso, aparte de la m¨²sica, Perales ha cultivado otras aficiones. Con unas llena su actitud cartuja. Con otras, su necesidad de cultivar la tierra o sentirse al aire libre.
Al fin y al cabo, es un hombre de campo. La literatura y la alfarer¨ªa pertenecen al primer ramo. Entre las otras, la arqueolog¨ªa, un quehacer que explora con ah¨ªnco en excavaciones como la de Noheda, provincia de Cuenca, donde suele echar una mano por temporadas. O en el huerto propio y los vi?edos, de donde extrae vino y orujo para consumo propio con sus 300 cepas. Perales es autor de varias novelas, pero ahora est¨¢ escribiendo una autobiograf¨ªa. La ¨²ltima obra que ha publicado apareci¨® precisamente este a?o: Al otro lado del mundo (Plaza y Jan¨¦s), se titula. Antes hab¨ªan aparecido La hija del alfarero y La melod¨ªa del tiempo. En todas ellas hay rastros de su vida y homenajes a autores que admira, como Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. En este caso, el reconocimiento fue mutuo, porque el autor colombiano le confes¨® en vida que dar¨ªa un tesoro por resumir una de sus novelas en una canci¨®n suya de tres minutos. Fue sin duda producto de los whiskies que se tomaron cuando se conocieron. Perales, agazapado tras su legendaria timidez, le respondi¨® que ¨¦l dar¨ªa lo mismo por convertir una canci¨®n en alguna de sus novelas. En ellas, siempre aparecen rastros de su experiencia, la de un chiquillo de Castej¨®n, en Cuenca, que aprendi¨® a tocar el la¨²d de ni?o y despu¨¦s la guitarra que le compr¨® su padre con el sueldo de tres meses. Ven¨ªa de una familia humilde pero tanto su madre, amante de la copla, como su padre, alba?il y loco del flamenco, compart¨ªan su sue?o de artista. De adolescente se aplic¨® a la obligaci¨®n de huir. ¡°Cruzar las monta?as azules¡±, asegura. Las de la serran¨ªa conquense que serv¨ªan de puesto fronterizo hacia el sur para aquellos pueblos. Pero siempre ha regresado a su rinc¨®n en el seno manchego.
Estudi¨® electr¨®nica en Sevilla y trabaj¨® en diversos oficios en Madrid, desde chispas montando farolas por las calles de la ciudad a delineante. Lo que est¨¢ claro es que en aquellos a?os se pasaba la vida tarareando canciones de sus ¨ªdolos de entonces: The Beatles, Charles Aznavour y Joan Manuel Serrat, principalmente. Atr¨¢s, en su casa, hab¨ªa dejado como un zumbido en los o¨ªdos de su madre a Concha Piquer y a La Ni?a de los Peines en los de su padre.
Quiz¨¢s con alguna canci¨®n yey¨¦ entre los labios conoci¨® entonces a Manuela Vargas, su esposa hasta hoy, con quien ha tenido dos hijos: Pablo y Mar¨ªa. Tanto a Andaluc¨ªa como a la capital se llev¨® su guitarra y no olvid¨® su verdadera aspiraci¨®n, su plan secreto: dedicarse a la m¨²sica. Quiz¨¢s no como cantante, cara al p¨²blico, no se ve¨ªa en eso a pesar de que le ped¨ªan que se arrancara con canciones suyas en los guateques. Pero s¨ª como creador y compositor para que otros las interpretaran. De uno de esos saraos surgi¨® la oportunidad de que Jeanette cantara una de sus canciones: ¡°Hoy en la ventana brilla el sol...¡±. Y as¨ª fue como Por qu¨¦ te vas inici¨® el camino de oro de esta figura. No solo para su voz, tambi¨¦n para las de Isabel Pantoja, Roc¨ªo Jurado, Raphael, Mocedades, Julio Iglesias, Dyango, Massiel, Paloma San Basilio, La Oreja de Van Gogh... Las figuras y los grupos que han entonado al compositor m¨¢s prol¨ªfico y de m¨¢s ¨¦xito en la canci¨®n popular en espa?ol.
Un adi¨®s interrumpido y de momento solo parcial
Esta vez s¨ª. Esta vez dir¨¢ adi¨®s. Pero s¨®lo sobre los escenarios. Porque Jos¨¦ Luis piensa seguir componiendo y quiz¨¢s intercale alg¨²n nuevo tema entre los grandes ¨¦xitos que ha seleccionado para su despedida. El coronavirus ha interrumpido una de las giras m¨¢s esperadas para sus fans de 2020.
Hab¨ªa concluido la primera etapa en M¨¦xico y Centroam¨¦rica. Ten¨ªa ya muchos compromisos con todo vendido en mayo, donde, aparte de Roquetas de Mar, iba a recalar en plazas importantes como Barcelona, Sevilla, Zaragoza o Bilbao.
Su intenci¨®n es reanudar en junio y recalar todo el verano en Espa?a. Pero el oto?o lo tiene reservado para Estados Unidos ¡ªMiami, Los ?ngeles Washington o Nueva York¡ª y Colombia antes de volver para cerrar definitivamente en Bilbao, Barcelona y Madrid.
Perales se ha convertido en un cl¨¢sico que resiste bien el paso del tiempo.
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