Beatriz Rico desvela la faceta menos conocida de Ana Obreg¨®n tras la muerte de su hijo ?lex

¡°Ya ha pasado una semana, y ahora me siento con ganas y fuerzas para contaros qui¨¦n es Ana Obreg¨®n. Me faltar¨ªan cuentas en Twitter, as¨ª que voy a dar unas pinceladas, las suficientes para que sep¨¢is qui¨¦n es Ana¡±. Con esa frase arrancaba la int¨¦rprete Beatriz Rico una sucesi¨®n de tuits en los que quer¨ªa contar c¨®mo es realmente Ana Garc¨ªa Obreg¨®n, su querida amiga, que el pasado mi¨¦rcoles 13 de mayo perd¨ªa a causa de un c¨¢ncer a su ¨²nico hijo, ?lex Lequio, de tan solo 27 a?os.

A lo largo de 17 tuits, varios de ellos acompa?ados de fotograf¨ªas de ambas de finales de los a?os noventa y de la primera d¨¦cada de los 2000, Rico cuenta su historia con Obreg¨®n y desvela detalles de su generosidad, su cari?o y su amabilidad con ella, no siempre merecida, como la propia int¨¦rprete reconoce. "En mi web le dedico una frase 'amiga, eres todo un misterio¡±, contin¨²a Rico, para empezar a contar su historia.

"La conoc¨ª en A las 11 en casa¡±, explica sobre la exitosa serie emitida en La1 de Televisi¨®n Espa?ola entre 1998 y 2000, protagonizada por ambas y tambi¨¦n por Antonio Resines, Carmen Maura y Lidia San Jos¨¦ ¡°y pronto me di cuenta de que Ana estaba siempre de buen humor. La vi rodar con lesiones, dolores fuertes, incluso un d¨ªa vino con fiebre muy alta y jam¨¢s se quej¨® ni puso mala cara¡±.

¡°Ana era un cascabel¡±, contin¨²a Rico, ¡°por donde pasaba, el cachondeo estaba asegurado. Y si la estaban maquillando y llegabas t¨² porque ten¨ªas una escena antes que la suya, se levantaba para que te sentaras y te maquillaran a ti sin que nadie le dijera nada. Esto puede parecer una chorrada, pero en nuestro mundo en el que hay ¡®muy famosos¡¯ que hacen cosas de ¡®muy famosos¡¯, no es habitual que hagan cosas normales que denotan compa?erismo. Ana nunca necesit¨® alimentar ego con chorradas de ese tipo".

Esa amistad durante el rodaje sali¨® fuera de la pantalla, sigue contando la actriz. ¡°Pas¨® el tiempo y, como somos casi vecinas, compartimos gimnasio, as¨ª que nos manten¨ªamos al d¨ªa una de la otra. Y en el gimnasio Ana segu¨ªa siendo ese cascabel, siempre risas y buen rollo con todo el mundo. A veces me mosqueaba tanta alegr¨ªa, sobre todo cuando yo ten¨ªa un mal d¨ªa y ladraba a tutipl¨¦n¡±, reconoce. ¡°Recuerdo una noche navide?a en su casa, hizo una fiesta. Si seg¨²n los budistas el observar sin juzgar es la m¨¢xima expresi¨®n de la inteligencia, Ana demostr¨® ser Buda, algo que le agradec¨ª siempre (los motivos no vienen a cuento)¡±.

Rico pasa a contar la experiencia que m¨¢s las uni¨® y donde aprendi¨® m¨¢s de Obreg¨®n. "A continuaci¨®n lleg¨® Ellas y el sexo d¨¦bil: era SU serie. Escrita por ella y en la que se hab¨ªa volcado poniendo una ilusi¨®n que arrasaba con todo. Mar¨ªa Barranco, Isabel Gaud¨ª y Tet¨¦ Delgado completaban el grupo de mosqueteras. Ana segu¨ªa siendo la misma que conoc¨ª a?os atr¨¢s: una ni?a de ojos llenos de chispitas y enormes ganas de divertirse en el cuerpo de una mujer. Se preocupaba por todo: ¡°?Han comido los t¨¦cnicos el bocata? Igual hay que cortar¡±, ¡°?Est¨¢is cansados? ?Paramos?¡±. Por eso la gente la quer¨ªa tanto. Y porque nos hac¨ªa re¨ªr, mucho. A d¨ªa de hoy, me sigo preguntando c¨®mo es posible no haberla visto nunca quejarse ni poner una mala cara despu¨¦s de tantos a?os.

¡°Y lleg¨® el cataclismo: la serie fue un desastre de audiencia y nos comunicaron que se cortaba el rodaje en el cap¨ªtulo ocho¡±, retoma Rico. Aquella mala noticia la impact¨® y pens¨® que a Obreg¨®n le afectar¨ªa de un modo similar. ¡°Yo, como buena pisciana con tendencia al drama, llegu¨¦ a plat¨® acongojada y pensando c¨®mo estar¨ªa Ana de destrozada. ?Era SU serie, la que tantos a?os le cost¨® sacar adelante! Llegu¨¦ en plan Lady Macbeth y me la encontr¨¦ con el buen humor de siempre. ?Era ella la que estaba levantando ¨¢nimos a la gente! Cuando me vio (yo estaba casi llorando), me dijo: ¡°?T¨² est¨¢s bien? ?Tu familia est¨¢ bien? Entonces, todo est¨¢ bien¡±. Segu¨ªa riendo y haciendo bromas para mantener el ¨¢nimo en el equipo. Ah¨ª recuerdo que me di cuenta de que esa mujer, tan delgadita ella, era un tanque. Pero un tanque de los irreductibles. En ese cuerpo peque?o cab¨ªan una fuerza, una inteligencia, un tes¨®n y una bondad que parec¨ªan imposibles de concebir en una sola persona", rememora Beatriz Rico en su emocionante relato.

¡°Ella se port¨® muy bien conmigo. Yo no puedo decir lo mismo, y me averg¨¹enzo por ello¡±, confiesa despu¨¦s. ¡°Por razones que no vienen al caso, un d¨ªa me port¨¦ fatal. Fui injusta con ella y le dije algo muy feo que no se merec¨ªa y de lo que me arrepent¨ª enseguida. Le hice pagar en ese momento por mis problemas. ?Maldito genio el m¨ªo! Sent¨ª tanta verg¨¹enza de lo que hice, que no le ped¨ª perd¨®n a tiempo. Cuando pas¨® el tiempo y por fin dej¨¦ la cobard¨ªa de lado y le dije: ¡®Perd¨®name¡¯. Ella me contest¨®: ¡®?Anda, mujer! Si ya ni me acordaba... todos tenemos malos momentos¡¯. Y volvi¨® a ser la amiga de siempre. Sin reproches, sin rencores¡±.

¡°Esa es Ana¡±, resume. ¡°?Hab¨¦is visto la foto de la semana pasada en la que baja la ventanilla del coche para dar las gracias a los fot¨®grafos con una sonrisa llena de dolor despu¨¦s de llegar de Barcelona y de lo que hab¨ªa sucedido?¡±, le pregunta a sus 58.000 seguidores. ¡°En esa sonrisa dolorida se condensa la esencia de Ana. Esa es ella. Por todo esto nunca nadie habla mal de ella. ?Qu¨¦ vamos a decir, si los que la conocemos solo tenemos motivos para darle las gracias!¡±.

¡°En esta semana he pensado tanto en ella y he rezado tanto por ella¡±, desvela, ¡°que necesitaba contaros todo lo que mi cabeza ha macerado. He visto c¨®mo la gente siempre quiere estar con ella, porque todos nos sentimos mejor cuando Ana est¨¢ cerca. Mejora nuestras vidas. Creo que a eso se le llama tener ¨¢ngel. Y ella lo tiene. Y ahora, m¨¢s que nunca¡±.