El esc¨¢ndalo de Chappaquiddick todav¨ªa persigue a los Kennedy
Un nuevo libro sobre el accidente de tr¨¢fico en el que muri¨® una secretaria de Ted desvela que esta pudo vivir si el senador no hubiera huido
La carrera pol¨ªtica de Edward Ted Kennedy qued¨® marcada cuando cay¨® su autom¨®vil a las aguas de la bah¨ªa de Chappaquiddick frente a Martha¡¯s Vineyard, el 18 de julio de 1969, y una de sus secretarias, Mary Jo Kopechne, muri¨® en el accidente. Ted, que iba bebido, se descuid¨® mientras conduc¨ªa y su coche se precipit¨® a un lago desde un viejo puente. La maquinaria para proteger la carrera pol¨ªtica de Ted Kennedy se puso en marcha para minimizar el hecho de que el senador huyera de la escena del accidente y no informara sobre el accidente hasta diez horas. Aleg¨® que ¡°fue superado por un revoltijo de emociones: pena, miedo, duda, agotamiento, p¨¢nico, confusi¨®n y conmoci¨®n¡±.
Un nuevo libro Before Chappaquiddick, The Untold Story of Mary Jo Kopechne and the Kennedy Brothers (Antes de Chappaquiddick, la historia nunca contada de Mary Jo Kopechne y los hermanos Kennedy) realiza un an¨¢lisis profundo sobre la vida y muerte de Mary Jo. Kennedy nunca se disculp¨® con los padres de ella, pero acudi¨® a la televisi¨®n nacional para pedirle perd¨®n a la gente de Massachusetts.
El autor del libro desvela que durante el accidente Kopechne fue arrojada hacia atr¨¢s y su cabeza qued¨® inclinada hacia atr¨¢s con la cara presionada.
El buzo que recuper¨® el cad¨¢ver de la secretaria, John Farrar, testific¨® en la investigaci¨®n oficial que la joven de tan solo 28 a?os, podr¨ªa haber sobrevivido si su acompa?ante, el senador Kennedy, hubiese notificado a las autoridades el suceso con la debida celeridad, esto es, de cinco a diez minutos despu¨¦s del accidente, ya que la burbuja de aire creada tras la inmersi¨®n la habr¨ªa mantenido viva sin problemas durante ese tiempo.
Una semana despu¨¦s del incidente, Ted Kennedy se declar¨® culpable de abandonar la escena del crimen y recibi¨® una sentencia de dos a?os de c¨¢rcel, suspendida por falta de antecedentes. En una aparici¨®n en la televisi¨®n nacional defendi¨® que no conduc¨ªa borracho y que no ocurri¨® nada inmoral entre ¨¦l y la secretaria. Aun as¨ª, admiti¨® resultaba ¡°indefendible¡± no haber informado a la polic¨ªa de forma inmediata tras el accidente y concluy¨® rogando al p¨²blico que le recordara en sus oraciones. La tragedia confirmaba la vigencia de la llamada maldici¨®n Kennedy y la magnitud del esc¨¢ndalo obligar¨ªa al senador a renunciar a sus aspiraciones presidenciales.
A pesar de que Kopechne era un miembro leal de los Kennedy, la familia cerr¨® filas y dej¨® que la prensa publicara historias de que era una oportunista. La joven de 28 a?os era una leal Boiler Room Girl, apodada por la peque?a habitaci¨®n sin ventanas donde trabajaban seis chicas para el personal de Capitol Hill de Robert Kennedy cuando se postul¨® para senador de Nueva York en noviembre de 1964. Kopechne fue considerada una Kennedy honoraria por su dedicaci¨®n a Bobby.
Despu¨¦s del asesinato de Robert, Ted organiz¨® una peque?a fiesta en Chappaquiddick como un gesto de gratitud por el arduo trabajo de las Boiler Room Girls en la campa?a presidencial de su difunto hermano, que termin¨® fatalmente para Kopechne. Pero a pesar de su cercan¨ªa con la familia, su muerte amenaz¨® con arruinar la carrera pol¨ªtica de Ted, por lo que los Kennedy cerraron filas, dejando a la prensa calumniar a Kopechne.
Kopechne fue una v¨ªctima inocente cuya atracci¨®n por las visiones pol¨ªticas de los Kennedy termin¨® con ¡°su reputaci¨®n manchada en una red de rumores, insinuaciones y mentiras descaradas¡±, escribe William Kashatus en esta nueva obra, publicada por Potomac Books. Medio siglo despu¨¦s, esta tragedia sigue persiguiendo a los Kennedy.
La herencia pol¨ªtica del apellido Kennedy hoy prevalece en solo dos casos. El primero es Joseph Kennedy III, quien desde 2013 ha logrado consolidar la permanencia de la cuarta generaci¨®n en el Congreso como representante del cuarto distrito de Massachusetts. El pol¨ªtico, de 38 a?os, es nieto del exfiscal general de EE UU, Robert F. Kennedy, asesinado en 1968, y sobrino nieto del expresidente John Fitzgerald Kennedy. La segunda es Caroline Kennedy, la ¨²nica hija viva del matrimonio entre JFK y Jackie. En 2013 el entonces presidente Barack Obama la nombr¨® embajadora en Jap¨®n, convirti¨¦ndose en la primera mujer en representar a su naci¨®n en el pa¨ªs asi¨¢tico. Caroline fue asesora de Obama en las dos carreras presidenciales del dem¨®crata. En enero de 2017 ces¨® de sus funciones y ahora est¨¢ centrada en el activismo.
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