Alberto de M¨®naco, un pr¨ªncipe eternamente enfrentado a la pol¨¦mica
La nueva demanda de paternidad presentada contra el soberano vuelve a poner en primer plano su cuestionada vida personal despu¨¦s de a?os centrado en cambiar la imagen del Principado
La nueva demanda de paternidad a la que se enfrenta el pr¨ªncipe Alberto de M¨®naco, presentada en Mil¨¢n, es la en¨¦sima pol¨¦mica en la que se ve envuelto el soberano, siempre cuestionado por su vida personal. Su historial amoroso, las dudas sobre la uni¨®n con su esposa, la nadadora sudafricana Charlene Wittstock e incluso rumores pasados sobre su orientaci¨®n sexual son cuestiones que el jefe del principado de M¨®naco nunca ha conseguido disipar por completo y que muchas veces han eclipsado su gesti¨®n de gobierno.
En esta ocasi¨®n, una mujer brasile?a afirma que tiene una hija de 15 a?os fruto de una relaci¨®n con el pr¨ªncipe y le va a llevar a los tribunales. El monegasco, de 62 a?os, tiene cuatro hijos: dos con su esposa, Jacques y Gabriella, y otros dos fuera del matrimonio, Jazmin Grace y Alexandre, nacidos en 1992 y 2003, respectivamente, y a los que ha reconocido en la ¨²ltima d¨¦cada. Aunque estos ¨²ltimos no tienen derechos sucesorios porque la Constituci¨®n del Principado los reserva solo para los descendientes nacidos dentro del matrimonio.
El historial sentimental del pr¨ªncipe Alberto ha hecho correr r¨ªos de tinta. Su condici¨®n de soltero de oro de la realeza europea dur¨® d¨¦cadas. Desde joven se le asoci¨® con relaciones fugaces, muchas con mujeres famosas como Brooke Shields, Naomi Campbell o Claudia Schiffer, Monica Bellucci o Sharon Stone, aunque con algunas le uniera una mera amistad. Al mismo tiempo, su reticencia a casarse desat¨® rumores sobre una supuesta homosexualidad. En 2003, su viaje al Festival Gay Escandinavo de invierno y sus fotograf¨ªas junto a varias drag queens desataron todo tipo de conjeturas.
Su matrimonio tard¨ªo, a los 52 a?os, no fue suficiente para desvanecer las habladur¨ªas. La presi¨®n para casarse y dar a M¨®naco una princesa que ocupara el vac¨ªo que hab¨ªa dejado Grace Kelly y herederos leg¨ªtimos aument¨® despu¨¦s de su llegada al trono en 2005 tras el fallecimiento del pr¨ªncipe Rainiero III. El futuro del Principado est¨¢ estrechamente ligado a la capacidad de los Grimaldi para mantener en pie la dinast¨ªa, conscientes del atractivo que supone para el turismo y las inversiones el magnetismo de la familia real monegasca.
La elegida fue la campeona de nataci¨®n Charl¨¨ne Wittstock, a la que el pr¨ªncipe Alberto, que es miembro del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, conoci¨® en los Juegos Ol¨ªmpicos de Sidney en el a?o 2000, aunque su relaci¨®n se hizo p¨²blica en 2006, cuando el soberano ya hab¨ªa asumido la corona. La pareja pas¨® por el altar en 2011, pero desde el inicio su uni¨®n siempre ha estado en entredicho. La prensa francesa lleg¨® a publicar que ella hab¨ªa firmado un contrato prenupcial en el que se compromet¨ªa a estar al lado de su marido cinco a?os. ¡°Necesito un per¨ªodo de adaptaci¨®n, ser¨¦ una princesa a mi manera¡±, anunci¨® Charl¨¨ne unos meses despu¨¦s de su matrimonio. Tambi¨¦n se difundi¨® la noticia de que la princesa hab¨ªa intentado huir unas horas antes de la boda al enterarse de una infidelidad de quien iba a ser su esposo, algo que desminti¨® el Principado acusando a los medios de querer da?ar la imagen del soberano y de su prometida.
De car¨¢cter reservado, Alberto de M¨®naco contrarresta el inter¨¦s medi¨¢tico por su vida privada con su faceta institucional como soberano. Antes de asumir el bast¨®n de mando, su imagen hab¨ªa sido la del eterno soltero de la dinast¨ªa que parec¨ªa m¨¢s centrado en cualquier otra cosa que en la gobernanza y las cuestiones de palacio. Pero con su llegada al trono hace quince a?os sorprendi¨® y destac¨® por un ins¨®lito sentido del deber, por su seriedad y su compromiso con la transparencia. En este tiempo, el peque?o Estado en el que se han instalado millonarios en busca de beneficios fiscales y de una vida de lujo ha perdido cierto esplendor y ha evolucionado hacia un nuevo modelo econ¨®mico basado en la tecnolog¨ªa y en la sostenibilidad.
El pr¨ªncipe Alberto se ha propuesto ser la cara visible de la nueva identidad del Principado, menos dependiente del glamur que convirti¨® al peque?o Estado en los a?os sesenta en un icono de opulencia y en epicentro de desfiles de estrellas de Hollywood y de fiestas opulentas de la mano de la princesa Grace Kelly. ¡°Debemos continuar diversificando la econom¨ªa de M¨®naco, no podemos quedarnos en el turismo de lujo¡±, dijo el pr¨ªncipe en una entrevista con el diario italiano Il Corriere della Sera. Por otro lado, el soberano se ha propuesto consolidar su faceta de pr¨ªncipe verde y ha impulsado un proyecto para ganarle espacio al mar con un nuevo barrio ideado por el arquitecto italiano Renzo Piano, con paneles solares y amplias zonas verdes. La protecci¨®n del medio ambiente es un tema sensible para los Grimaldi, comprometidos tradicionalmente con la ecolog¨ªa.
En la actualidad, Alberto est¨¢ protagonizando el paso del cuento de hadas a la recuperaci¨®n despu¨¦s de la pandemia. El pr¨ªncipe, que deber¨¢ enfrentar el desaf¨ªo de encauzar la recuperaci¨®n despu¨¦s de los estragos de los meses de confinamiento en el tejido social y econ¨®mico, pretende dar ejemplo de solidaridad y, entre otras cosas, se ha rebajado su retribuci¨®n en unos cinco millones de euros.
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