Dolly Parton, el hada madrina de Estados Unidos
La cantante, que ha donado un mill¨®n de d¨®lares a una de las vacunas contra el coronavirus, naci¨® en una humilde familia obrera de 12 hermanos y es reconocida a un lado y otro del espectro pol¨ªtico
Cantante, compositora, actriz, productora, empresaria, icono de la cultura popular, escritora, fil¨¢ntropa y mon¨®gama confesa. Las m¨²ltiples facetas de Dolly Parton (Sevierville, Tennessee, 74 a?os) revientan cualquier intento de categor¨ªa. La reina de la m¨²sica country, que revitaliz¨® el g¨¦nero con canciones que se convirtieron en himnos populares como Jolene y I Will Always Love You ¡ªel tema que popularizar¨ªan a?os despu¨¦s Whitney Houston y el filme El guardaespaldas¡ª, no podr¨ªa haberse mantenido en el candelero de no ser tan aut¨¦ntica, por mucho que su estilismo ¨²nico, para algunos trasnochado (la melena cardada; esos vestidos semitransparentes de lentejuelas), pareciera confinarla a un ba¨²l de naftalina. Nada m¨¢s lejos de la realidad: lo que en otros solo ser¨ªa moda, en ella es ADN. Incombustible como pocas ¡ªpor encima de Cher, de Tina Turner o Jane Fonda, por citar a algunas coet¨¢neas¡ª, Dolly Parton es actualidad casi a diario, y la de hoy est¨¢ ligada al combate del coronavirus como donante de un mill¨®n de d¨®lares a una de las investigaciones en curso para hallar una vacuna.
Qui¨¦n se lo iba a decir a aquella ni?a pobre, del cintur¨®n blanco obrero de EE UU. Cuarta de 12 hermanos, se crio en una humilde granja donde la electricidad y el saneamiento eran un lujo, un pasado que nunca ha ocultado y que, al rev¨¦s, ha transformado en fuente de an¨¦cdotas con las que sazona entrevistas o conciertos. Sus recuerdos alimentan tambi¨¦n las letras de muchas de sus canciones, como Coat of Many Colors (Abrigo de muchos colores), que la retrata como una colegiala orgullosa de su abriguito hecho en casa a base de retales. De su familia paterna hered¨® la laboriosidad y de la materna, la inclinaci¨®n a la bohemia, y ella les a?adi¨® determinaci¨®n a raudales y un car¨¢cter bienhumorado que se ha convertido en marca de la casa.
Una biograf¨ªa publicada recientemente, She Come by It Natural: Dolly Parton and the Women who Lived her Songs (algo as¨ª como Le sale natural: Dolly Parton y las mujeres que habitaron sus canciones), interpreta su trayectoria en t¨¦rminos protofeministas: como una feminista avant la lettre, una mujer hecha a s¨ª misma que se atrevi¨® a romper siete a?os de tutela por parte de su primer mentor, un conocido m¨²sico con el que comparti¨® un show televisivo, para volar en solitario. Era el destino que sin duda le aguardaba desde que a los cinco a?os cay¨® en sus manos la vieja guitarra de uno de sus t¨ªos, o desde que a los 10 debutara ante un micr¨®fono. ¡°Desde que soy capaz de pronunciar palabras, puedo tambi¨¦n rimarlas¡±, ha dicho esta letrista y compositora de muchas de sus canciones.
Adolescente, se introdujo poco a poco en el circuito amateur del condado, cantando en fiestas populares o en iglesias hasta que, al d¨ªa siguiente de acabar el instituto, se subi¨® en un autob¨²s en pos de un sue?o sin saber que era un trayecto directo a la fama. A los 19 a?os firm¨® su primer contrato discogr¨¢fico; a los 20 se cas¨® con Carl Dean, su ¨²nico amor, y en 1973 ya ten¨ªa 24 ¨¢lbumes a la espalda.
La citada biograf¨ªa, que se suma a otros muchos t¨ªtulos sobre la cantante y a su propia autobiograf¨ªa, publicada en 1994, la retrata como un heraldo de la mujer trabajadora y un icono para todas sus cong¨¦neres por encima de distinciones pol¨ªticas o convicciones. Este verano, en plena oleada iconoclasta que llev¨® a derribar estatuas de personajes esclavistas o ligados a la dominaci¨®n racial en EEUU, los legisladores de Tennessee recibieron una petici¨®n inusual. ¡°Reemplacemos las estatuas de hombres que buscaron romper este pa¨ªs por un monumento a la mujer que ha trabajado toda su vida para acercarnos m¨¢s¡±, dec¨ªa la iniciativa, suscrita por decenas de miles de personas. En el ¨²nico episodio en que ha roto su escrupulosa equidistancia de la mel¨¦ pol¨ªtica, la estrella no dud¨® este verano en mojarse a favor del movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan), impulsor de las mayores protestas contra la brutalidad y el racismo policiales en d¨¦cadas. ¡°Por supuesto que las vidas negras importan, ?o vamos a creernos que nuestros culitos blancos son lo ¨²nico que cuenta? ?No!¡±, escribi¨® en Twitter, con millones de r¨¦plicas.
Porque Dolly Parton es, adem¨¢s de un reflejo fidedigno de la cultura popular estadounidense, un s¨ªmbolo de uni¨®n, de concordia, de consenso; transversal -aunque el palabro se le quede muy corto, adem¨¢s de artificioso-, por encima de trincheras ideol¨®gicas, reverenciada por rojos y azules, los colores con que se representa, respectivamente, a republicanos y dem¨®cratas. La senadora dem¨®crata Elizabeth Warren utiliz¨® una de sus canciones en sus m¨ªtines durante las primarias del partido, De nueve a cinco, sobre tres secretarias que se declaran en rebeld¨ªa ante los abusos de un jefe machista y grosero. Nine to five fue un t¨ªtulo que la artista cre¨® en 1980 especialmente para la pel¨ªcula hom¨®nima, titulada en Espa?a C¨®mo eliminar a su jefe. Adem¨¢s de coprotagonizar la cinta junto con Jane Fonda y Lily Tomlin, Parton fue candidata al Oscar por la mejor canci¨®n original.
Empresaria con miles de empleados, benefactora, fil¨¢ntropa de larga data, Dolly Parton parece ubicua estos d¨ªas extra?os, entre festivos y congestionados. La veterana cantante no solo protagoniza esta nueva biograf¨ªa, tambi¨¦n un telefilme de Netflix sobre la Navidad, y acapara titulares en los medios serios por su contribuci¨®n al desarrollo de una vacuna contra el coronavirus. La ¨²ltima proeza que le faltaba para ser deificada por sus seguidores.
Aunque su aportaci¨®n se limit¨® a un mill¨®n de d¨®lares (unos 844.000 euros) a la Universidad Vanderbilt, que desarrolla junto a la farmac¨¦utica Moderna una de las tres vacunas m¨¢s avanzadas contra el coronavirus, sus seguidores no reparan en el detalle de la cuant¨ªa, frente a los mil millones que inyect¨® en el proyecto el Gobierno federal: para ellos la aut¨¦ntica benefactora, la ¨²nica, es la reina Parton. De hecho, subrayan que su contribuci¨®n fue determinante porque se produjo en la fase inicial de la investigaci¨®n, esta primavera. Su compromiso humanitario es firme desde mediados de los ochenta, cuando impuls¨® el primero de sus proyectos, uno educativo para ¨¢reas deprimidas; siguieron campa?as contra el VIH, por la construcci¨®n de hospitales oncol¨®gicos e incluso en la lucha contra los incendios forestales o la preservaci¨®n de una especie de ¨¢guila amenazada.
Durante la pandemia, tambi¨¦n ha grabado v¨ªdeos sobre la importancia de lavarse las manos, as¨ª como cuentos infantiles, adem¨¢s de publicar una nueva canci¨®n dedicada a la necesidad de que el pa¨ªs afronte unido la crisis sanitaria. Ella misma lo explicaba recientemente a la revista Billboard: ¡°Como dicen las Escrituras: ¡®A quien mucho le es dado, mucho se le demandar¨¢¡¯. As¨ª encaro mi vida a diario, pensando en lo que Dios espera de m¨ª. Eso me hace sentirme bien¡±. La unidad y el bienestar de los Estados Unidos de Am¨¦rica le deben mucho a Dolly Parton.
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