Grandes regularizaciones
El divorcio de los Cuevas Ponce, su ¡®proc¨¦s¡¯ personal, ha sido otra de las noticias que ha estremecido y acompa?ado durante la pandemia
La revista ?Hola! ha decidido concederle su portada de esta semana crucial de diciembre a Paloma Cuevas y a su larga melena. A pesar de los l¨ªos de Cantora y la regularizaci¨®n fiscal del rey em¨¦rito, el divorcio de los Cuevas Ponce, su proc¨¦s personal, ha sido otra de las noticias que nos ha estremecido y acompa?ado durante la pandemia. Paloma luce radiante en la portada, incluso mejor que en aquel anuncio de Ferrero Rocher de hace unos a?os, menos country, m¨¢s maquillada pero tambi¨¦n m¨¢s decidida. Con m¨¢s firmeza. Es lo que tiene la madurez, sienta muy bien cuando sigues todos los consejos para no querer aparentar otra cosa. Adem¨¢s, en un saludable intento de regulaci¨®n, muy certera en sus declaraciones: ¡°La que decidi¨® divorciarse fui yo¡±.
Como el semanario mantiene una naturaleza democr¨¢tica e inclusiva a prueba de reg¨ªmenes, coronas y gobiernos de coalici¨®n, le dedica tambi¨¦n unas im¨¢genes a Ana Soria, la vitalista joven que ha arrebatado el coraz¨®n y algo de raciocinio, al padre de los hijos de Paloma, el torero Enrique Ponce. Es curioso que mientras que Paloma luce sedosa y serena esa melena cuidad¨ªsima, Ana, joven de fuertes valores religiosos, es retratada mostrando preocupaci¨®n mientras lleva a su mascota, un Beagle enfermito, al veterinario. Poco que ver con la Ana Soria de este verano, aquella amazona apasionada que cabalgaba sobre cocodrilos inflables en el mar esmeralda de Almer¨ªa. El invierno es cruel y las declaraciones de Paloma congelaron el rumor de que podr¨ªa haber reconciliaci¨®n entre ella y el matador. Ya solo queda la regularizaci¨®n como salida. Y si la hay, aceptada por todas las partes, podemos pensar que una pr¨®xima portada ser¨¢ Ana, con su perrito curado y la gran interrogante de si la acompa?ar¨¢ Ponce o ya volar¨¢ sola.
Es probable que el rey em¨¦rito tambi¨¦n vuele solo desde su exilio dorado de Abu Dabi. Quiere volver a casa por Navidad aunque le cueste m¨¢s de 600.000 euros el billete. La verdad es que muchas veces nos quejamos de la familia pero lo cierto es que tira, y mucho. Resuelta la relaci¨®n con Hacienda, ahora queda solo pendiente la regularizaci¨®n con Corinna. Y lo de reclamarle los importes de sus viajes privados en solitario mientras fue amiga no parece la mejor manera de hacerlo. Corinna Larsen, la mujer de los 65 millones y los mil vuelos, tendr¨ªa que pagarse ahora los traslados que realiz¨® sola en jet privado. ?Taca?er¨ªa o efectos colaterales de la regularizaci¨®n? El caso es que nunca terminaremos de entender a los verdaderamente ricos. Siempre aliment¨¦ la fantas¨ªa de volar en avi¨®n privado, entendiendo que solamente era posible a trav¨¦s de una invitaci¨®n formal e inequ¨ªvoca. Y que, de pagar, pagabas con afecto, puntualidad y unas muy sinceras gracias. Y que para conseguir que todo este viaje funcionara divinamente hab¨ªa que dominar unas cuantas claves, la primera de ellas aportar conversaci¨®n interesante para las alturas. Esquivando cualquier turbulencia con temas motivadores sobre la humildad, la importancia de medir tus actos y palabras, de la aceptaci¨®n consciente de la experiencia del momento presente. Si el trayecto se alarga y la socorrida conversaci¨®n sobre mindfulness se agota, puedes comentar positivamente la decoraci¨®n o el servicio de la nave mientras estiras un poco m¨¢s las puntas de los pies.
Cre¨ªamos que en los viajes de Corinna con el rey em¨¦rito las cosas iban m¨¢s o menos as¨ª, sobre seda y d¨®lares. Pero no, con el final del viaje llegaron crispaciones y cuentas mal hechas. Puede que esto sea otro enredo m¨¢s en esta apasionante relaci¨®n pero resulta incomodo sospechar que un aut¨¦ntico caballero, un embajador de su pa¨ªs, pida la devoluci¨®n del importe del taxi a su novia. Cualquiera puede taca?ear a Hacienda, pero no a alguien con quien has volado tanto y tan alto. No s¨¦, lo encuentro una regularizaci¨®n, un protocolo innecesariamente amargo.
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