El pr¨ªncipe Enrique y Meghan Markle, ganadores y perdedores de un a?o de ¡®Megxit¡¯
La popularidad de los duques de Sussex se desploma en el Reino Unido, pero sus ingresos econ¨®micos se multiplican en 2021. La Casa de Windsor recela del activismo de la pareja
Hay una expresi¨®n inglesa para definir el arte de lo imposible que algunos afortunados logran dominar: to have the cake and eat it (quedarse con la tarta y com¨¦rsela). Equivalentes en espa?ol pueden ser lo de ¡°chocolate y merendar¡± o ¡°nadar y guardar la ropa¡±, aunque lo m¨¢s aproximado ser¨ªa simplemente la idea de que, en esta vida, no se puede tener todo. O s¨ª. Cuando el 8 de enero de 2020 los duques de Sussex iniciaron su peque?a revoluci¨®n en Instagram, al anunciar que renunciaban a las tareas p¨²blicas que impone la pertenencia a la familia real para emprender una nueva vida con ingresos propios, algunos comentaristas exaltados llegaron a hablar de una crisis constitucional en el Reino Unido. La ciudadan¨ªa brit¨¢nica entendi¨® m¨¢s claramente lo que popularmente comenz¨® a conocerse como Megxit, en comparaci¨®n a otra espantada sonada como fue la del Brexit. Enrique y Meghan quer¨ªan quedarse la tarta y com¨¦rsela. El ¨²ltimo sondeo publicado por YouGov sobre la popularidad de la pareja, a finales de octubre, es demoledor. Como era previsible, mucho m¨¢s demoledor para ella que para ¨¦l. La diferencia entre los brit¨¢nicos que tienen una visi¨®n positiva de la actriz estadounidense (33%) y la de los que la tienen negativa (59%) refleja un saldo de -26 puntos. En el caso del pr¨ªncipe (48% frente a 47%), el resultado tambi¨¦n es negativo pero menor: -1. Ambos, sin embargo, han perdido casi 20 puntos desde el pasado marzo.
Y aun as¨ª, vaya a?o el de los Sussex y vaya el del resto de la familia. La pareja ha establecido su residencia permanente en Montecito (Santa Barbara, California, EE UU). Nueve habitaciones. 16 cuartos de ba?o. 22.000 metros cuadrados de terreno. 12 millones de euros. Su sociedad matrimonial ha cerrado acuerdos con Netflix (80 millones de euros) y Spotify (25 millones de euros) para producir documentales y podcasts en los que juntos, elijan ¡°activar la compasi¨®n¡±. As¨ª proclama la entrada de la p¨¢gina web de su fundaci¨®n Archewell, en la que el ¨²nico rastro de realeza es una foto del peque?o Enrique a hombros de su madre, Lady Di. Al lado, otra de la peque?a Meghan abrazada por su madre, Doria Ragland. ¡°I am my mother?s son. And I am our son¡¯s mother¡±, anuncian en las primeras l¨ªneas de la p¨¢gina. ¡°Soy el hijo de mi madre. Y yo soy la madre de nuestro hijo¡±. M¨¢s claro, agua. Los estandartes de la pareja son la ¡°princesa del pueblo¡±, Diana Spencer, ¨Del mayor desaf¨ªo sufrido por la Casa de Windsor en las ¨²ltimas d¨¦cadas¨D y el peque?o Archie, el bisnieto de Isabel II, que ser¨¢ el primero en crecer fuera de la asfixiante jaula de oro de la monarqu¨ªa brit¨¢nica. ¡°Tengo la sensaci¨®n de que, a pesar de que las cosas no fueron exactamente como deseaban, en el sentido de seguir asumiendo algunas funciones p¨²blicas, en general son bastante felices con su nueva vida¡±, ha dicho Victoria Murphy, una de las m¨²ltiples periodistas especializadas en asuntos de la realeza. Una conclusi¨®n no muy complicada de alcanzar.
Al mismo tiempo, de vuelta en el Reino Unido, la casa real brit¨¢nica no ha tenido relaciones tan productivas con Netflix. La cuarta temporada de la serie The Crown ha vuelto a traer a la memoria la peor imagen de los a?os de Lady Di, con un pr¨ªncipe Carlos que roza el abuso ps¨ªquico a su joven esposa, una Isabel II distante y una familia real sobrada de crueldad. Para colmo, han acabado por perder el pulso que intentaron echar, a trav¨¦s del Gobierno de Johnson, al gigante del entretenimiento. La amenaza con obligar a Netflix a avisar al principio de cada cap¨ªtulo de la serie de que se trataba de una obra de ficci¨®n qued¨® en agua de borrajas. Cuando la leyenda es mejor que los hechos, en el Oeste publicamos la leyenda, parafraseando al director de peri¨®dico de El hombre que mat¨® a Liberty Vallance. 2020 ha sido el a?o en que la reina permanec¨ªa recluida en el castillo de Windsor por culpa de la pandemia. El heredero, Carlos de Inglaterra, acababa enfermando de la covid-19. Al igual que el pr¨ªncipe Guillermo, tercero en la l¨ªnea de sucesi¨®n. Las apariciones en Zoom y los mensajes de v¨ªdeo solo valen hasta un punto. Y las causas que pueden apoyar ¨Dirreprochables, como el apoyo a la salud mental¨D tienen vuelo limitado en un mundo de trincheras. Enrique y Meghan, por su parte, se han sumado al movimiento antirracista del Black Lives Matter, al feminismo y hasta al activismo pol¨ªtico en Estados Unidos, al pedir a los ciudadanos que acudieran masivamente a las urnas. No hac¨ªa falta decir a qui¨¦n hab¨ªa que votar.
El ¨²nico momento de tristeza lleg¨® en julio, aunque no fue hasta noviembre cuando lo revel¨® la duquesa de Sussex en un texto publicado en The New York Times. Hab¨ªa sufrido un aborto durante el verano, ¡°una experiencia dolorosa casi insoportable sufrida por muchos, pero que solo unos pocos se atreven a contar¡±, escribi¨®. El torrente de apoyo y cari?o recibido fue notable, y demostr¨® que el afecto va por generaciones. La letra peque?a de la encuesta de YouGov indicaba que, entre los brit¨¢nicos de 18 a 24 a?os, la imagen de la pareja es mayoritariamente positiva. Y que el sello SussexRoyal, que el Palacio de Buckingham se empe?¨® en eliminar, no era tan relevante. Enrique y Meghan, a secas, ha demostrado ser una marca m¨¢s atractiva.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.