Cuando Enrique encontr¨® a Meghan y todo salt¨® por los aires
Una biograf¨ªa, que sale este mi¨¦rcoles a la venta en Espa?a, da detalles de su historia de amor y de los motivos que les hicieron abandonar sus funciones en la familia real brit¨¢nica
La expectaci¨®n que ha generado la salida del libro sobre la relaci¨®n del pr¨ªncipe Enrique de Inglaterra y Meghan Markle es solo comparable a las medidas de seguridad que la editorial estadounidense encargada de su publicaci¨®n ha tomado para evitar que se filtrara ¨ªntegramente antes de su lanzamiento en Estados Unidos el martes 11 de agosto.
Los autores de Finding freedom, que en Espa?a sale a la venta este mi¨¦rcoles con el t¨ªtulo Meghan y Harry. En libertad, editado por HarperCollins Ib¨¦rica, afirman que no han contado con la colaboraci¨®n de los duques de Sussex y que con este libro solo han tratado de ¡°hacer un retrato fiel de Meghan y Enrique, una pareja a la que a menudo se ha retratado de manera inexacta y que ha sido v¨ªctima de intereses espurios¡±.
Los detalles que proporcionan en su historia Omid Scobie y Carolyn Durand, miembros del grupo de corresponsales expertos en la realeza brit¨¢nica, son minuciosos y si no han tenido la colaboraci¨®n directa de sus protagonistas, s¨ª al menos la de personas muy pr¨®ximas a su entorno que con seguridad no han hablado por su cuenta y riesgo. Quiz¨¢ por este motivo, los tabloides brit¨¢nicos aseguran que se trata del ajuste de cuentas de los duques de Sussex. Una pareja que vivi¨® lo m¨¢s parecido a una luna de miel de popularidad desbordante cuando dieron a conocer su compromiso, para enfrentarse, casi de inmediato, a cr¨ªticas furibundas no exentas de un trasfondo racista y clasista nada ajeno al origen afroamericano de Meghan Markle y a su anterior trabajo como actriz.
Enrique aparece retratado en el libro como un hombre hist¨®ricamente ansioso por llevar una vida normal, aferrado a ideales ut¨®picos y a quien le gusta acercarse a la gente sin el oropel y el revuelo que provoca su aristocr¨¢tico origen. Un ni?o que sufri¨® la p¨¦rdida de su madre, la princesa Diana, y que qued¨® maltrecho por un dolor que aflor¨® a?os m¨¢s tarde en forma de agresividad y ansiedad. Hasta el punto de llegar a afirmar que tras su paso por el Ej¨¦rcito estuvo ¡°muy cerca de un derrumbe absoluto¡± al llegarle ¡°de todas partes presiones, mentiras y tergiversaciones de todo tipo¡±.
Su hermano, el pr¨ªncipe Guillermo, era su principal apoyo: ¡°La ¨²nica persona del mundo con la que puedo hablar de verdad de cualquier cosa¡±, lleg¨® a decir el duque de Sussex. Hasta que apareci¨® Meghan. En ella el pr¨ªncipe Enrique encontr¨® autenticidad, una persona segura de s¨ª misma y con quien compart¨ªa valores b¨¢sicos que le hicieron ilusionarse desde la primera noche que quedaron para una cita a ciegas en Londres.
La privacidad y las bromas que Markle compart¨ªa en su muro de Instagram y que solo ¨¦l entend¨ªa, saltaron por los aires solo seis meses despu¨¦s de que comenzara su relaci¨®n sentimental, cuando fueron descubiertos y todo cambi¨® de repente. ?l ya le hab¨ªa dicho que su vida era ¡°surrealista¡± y aunque ella estaba acostumbrada a actuar frente a las c¨¢maras se enfrent¨® a ¡°un papel sin descansos¡±, frente a la vida relativamente normal de una actriz que triunfaba con la serie Suits.
El romanticismo del pr¨ªncipe, sus detalles, su espontaneidad con ella fueron suficientes como para creer que a su lado superar¨ªa todos los problemas. Estaba dispuesta a aprender e ilusionada con emprender un trabajo de mayor calado que la actuaci¨®n, aunque dejar de ser actriz le resultara ¡°aterrador¡± al principio.
Los primeros problemas llegaron con los comentarios racistas de los tabloides y el rechazo que provocaron en el pr¨ªncipe Enrique, que ya hab¨ªa visto las consecuencias sobre su propia madre. El c¨¢lido recibimiento de la familia real brit¨¢nica hacia Meghan Markle, especialmente por parte de la cauta Isabel II y del pr¨ªncipe Carlos, tambi¨¦n encontr¨® fisuras en los protectores consejos que su hermano Guillermo y uno de los amigos ¨ªntimos de la infancia, Skippy, se empe?aron en dar a Enrique. Sus indicaciones de que se tomara todo el tiempo que necesitase para ¡°conocer a esa chica¡±, cayeron como un jarro de agua sobre el enamorado pr¨ªncipe y solo consiguieron enfriar sus relaciones hasta el punto de que el libro afirma que durante meses casi no se hablaron.
Por parte de la familia de Meghan Markle tampoco ayudaron las declaraciones y actuaciones de sus hermanos, Samantha y Thomas, con los que no ten¨ªa casi contacto y a quienes no hab¨ªa invitado tampoco a su primera boda con el productor Trevor Engelson. Ni las de su padre, Thomas Markle. Todos ellos reclamaron su raci¨®n de protagonismo con evidente desacierto y mal disimulados intereses econ¨®micos.
El caso es que comenzaron los ataques por todo y por nada: errores de protocolo, supuesta altivez, demasiada cercan¨ªa. La ilusionada Meghan no encontraba respiro a pesar de que los brit¨¢nicos redoblaron sus v¨ªtores en las visitas que realiz¨® junto a su prometido. El libro detalla que la futura duquesa de Sussex encontr¨® ayuda en su ¡°fe en Dios, en su familia y en las personas m¨¢s cercanas a ella¡±.
Durante su embarazo, los medios le brindaron un respiro. Despu¨¦s los ataques regresaron y la pareja sinti¨® que la casa real no les apoyaba lo suficiente para desmentir los bulos, como s¨ª hac¨ªa con otros miembros de la familia. Otro de los principales problemas que se encontraron los duques de Sussex, seg¨²n la biograf¨ªa, fue no poder hablar por s¨ª mismos y tener que delegar en lo que la publicaci¨®n describe como la ¡°lenta y aparatosa maquinaria de la instituci¨®n mon¨¢rquica¡±. La cuenta de Instagram @SussexRoyal supuso cierta liberaci¨®n para Meghan a quien le hab¨ªa costado mucho acostumbrarse a no poder dirigirse directamente al p¨²blico. Se convirti¨® en la principal fuente de comunicaci¨®n del matrimonio y en solo 24 horas acumul¨® 2,1 millones de seguidores.
Estaban contentos de poder controlar su discurso, pero Enrique, deseoso de hacer muchas cosas, se empez¨® a frustrar porque quedaban relegados a un segundo plano. Respetaban las jerarqu¨ªas, pero todo segu¨ªa siendo lento y ceremonioso para ellos. Los amigos de la pareja se refer¨ªan a la vieja guardia del personal de la casa real como ¡°las v¨ªboras¡±, y ellos describ¨ªan al equipo de los Sussex como ¡°la tercera rueda chirriante¡± de palacio, seg¨²n afirma textualmente la biograf¨ªa escrita por Omid Scobie y Carloyn Durand.
Decidieron pasar la segunda quincena de noviembre y todo diciembre en Canad¨¢, cansados y agotados por el hostigamiento medi¨¢tico y la falta de apoyo de la familia real y all¨ª, apartados y concentrados en su vida familiar, tuvieron tiempo para reflexionar. Antes de abandonar el Reino Unido la biograf¨ªa asegura que Enrique hab¨ªa hablado varias veces con su padre y con su abuela: quer¨ªan encontrar un espacio dentro de la monarqu¨ªa en el que pudieran sentirse c¨®modos. Pero fue en Canad¨¢ donde comprendieron que no pod¨ªan volver a lo anterior, y que desvincularse era la ¨²nica salida posible.
A su regreso al Reino Unido se filtr¨® en The Sun que ten¨ªan pensado quedarse a vivir en Canad¨¢, y su equipo no dud¨® que la informaci¨®n proven¨ªa de dentro del palacio. La casa real lo desminti¨® y les devolvi¨® la pelota afirmando que estaban molestos por forzar la decisi¨®n haciendo p¨²blico el asunto. Para Enrique su ¡°peque?a familia¡± estaba por encima y ¨¦l se encontraba m¨¢s enfrentado que nunca a la que hab¨ªa conocido desde que naci¨®. Los gestos le dec¨ªan que hab¨ªan quedado relegados, y ni las palabras de su padre asegurando que ¨¦l y Meghan formaban parte del futuro de la familia real, sirvieron para convencerle. La opci¨®n de cumplir a medias sus funciones oficiales era insostenible. El Megxit se hab¨ªa materializado.
En la despedida, la biograf¨ªa asegura que Meghan Markle le dijo a una amiga: ¡°He renunciado a mi vida entera por esta familia. Estaba dispuesta a hacer lo que hiciera falta. Y aqu¨ª estamos. Es muy triste¡±. Quedan muchos interrogantes, pero el primero se ha develado justamente este martes. Sin t¨ªtulos, en libertad, Meghan Markle votar¨¢ en las pr¨®ximas elecciones de Estados Unidos.
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