Meghan Markle revela que sufri¨® un aborto en julio pasado
La duquesa de Sussex explica lo sucedido y c¨®mo se sinti¨® en un art¨ªculo publicado en ¡®The New York Times¡¯. ¡°Sent¨ª un fuerte calambre. Me dej¨¦ caer al suelo¡±, recuerda
¡°Era una ma?ana de julio que comenzaba como cualquier otro d¨ªa: prepara el desayuno, da de comer a los perros, t¨®mate las vitaminas, encuentra ese calcet¨ªn perdido. Me hice una coleta antes de sacar a mi hijo de su cuna. Despu¨¦s de cambiarle el pa?al, sent¨ª un fuerte calambre. Me dej¨¦ caer al suelo con ¨¦l entre mis brazos, tarareando una canci¨®n de cuna para mantenernos a ambos tranquilos. La alegre melod¨ªa contrastaba con mi sensaci¨®n de que algo no estaba bien. Sab¨ªa, mientras abrazaba a mi primog¨¦nito, que estaba perdiendo al segundo¡±. As¨ª comienza el art¨ªculo que Meghan Markle ha publicado este mi¨¦rcoles en el diario The New York Times en el que desvela c¨®mo sufri¨® un aborto el pasado mes de julio. Un suceso hasta ahora desconocido que ella ha querido hacer p¨²blico de esta manera tan inusual en un miembro de la familia real brit¨¢nica, algo que prueba que su vida y la de su marido, el pr¨ªncipe Enrique de Inglaterra, se rigen por normas muy alejadas a las de palacio desde que el pasado enero se instalaron en Estados Unidos.
El peri¨®dico presenta a Markle como ¡°duquesa de Sussex, madre, feminista y defensora de causas¡±. Ella, en su texto, contin¨²a: ¡°Horas m¨¢s tarde, yac¨ªa en una cama de hospital, sosteniendo la mano de mi esposo. Sent¨ª la humedad en su palma y bes¨¦ sus nudillos, mojados por nuestras l¨¢grimas. Mirando las fr¨ªas paredes blancas, mis ojos se pusieron vidriosos. Trat¨¦ de imaginarme de qu¨¦ manera nos curar¨ªamos¡±.
En su desgarrador y detallado texto, la que fuera actriz de Suits rememora: ¡°Record¨¦ un momento el a?o pasado cuando Enrique y yo est¨¢bamos terminando una larga gira por Sud¨¢frica. Yo estaba agotada. Estaba amamantando a nuestro hijo peque?o y estaba tratando de mantener una cara valiente ante los ojos del p¨²blico. ¡®?Est¨¢s bien?¡¯, me pregunt¨® un periodista. Le respond¨ª con sinceridad, sin saber que lo que dec¨ªa llegar¨ªa a tantas personas (...) Mi respuesta improvisada pareci¨® autorizar a la gente a poder decir su propia verdad. Pero responder honestamente no fue lo que m¨¢s me ayud¨®, sino que fue la pregunta en s¨ª. ¡°Gracias por preguntar¡±, dije. ¡°No hay mucha gente que me haya preguntado si estoy bien¡±. Sentada en una cama de hospital, viendo c¨®mo a mi esposo se le part¨ªa el coraz¨®n mientras trataba de sostener los pedazos rotos del m¨ªo, me di cuenta de que la ¨²nica forma de comenzar a curarse es preguntar primero: ¡°?Est¨¢s bien?¡±.
¡°?Estamos bien nosotros? Este a?o nos ha llevado a muchos a nuestros extremos. En 2020, la p¨¦rdida y el dolor nos han afectado a todos, en momentos tensos y de debilidad. Lo hemos escuchado en muchas historias: una mujer empieza su d¨ªa, tan normal como cualquier otro, y luego recibe una llamada en la que le dicen que perdi¨® a su anciana madre a causa de la covid-19. Un hombre se despierta sinti¨¦ndose bien, quiz¨¢ algo lento, pero nada fuera de lo com¨²n. Da positivo por coronavirus y en unas semanas, ¨¦l, como otros cientos de miles m¨¢s, ha muerto¡±, prosigue el texto de Meghan Markle, que despu¨¦s cita dos casos reales y que en los ¨²ltimos meses han sido muy pol¨¦micos en EE UU. ¡°Una joven llamada Breonna Taylor se va a dormir, tal y como hac¨ªa cada noche, pero no vive para ver la ma?ana porque una redada policial sale terriblemente mal. George Floyd sale de una tienda sin darse cuenta de que respirar¨¢ su ¨²ltimo aliento bajo el peso de la rodilla de alguien, y en sus momentos finales, llama a su madre¡±.
¡°Las protestas pac¨ªficas se vuelven violentas¡±, recapitula la duquesa de Sussex. ¡°La salud se convierte r¨¢pidamente en enfermedad. En lugares donde alguna vez hubo una comunidad, ahora hay divisi¨®n¡±. Y a?ade, esta vez haciendo un gui?o a las elecciones presidenciales celebradas el pasado 3 de noviembre: ¡°Adem¨¢s de todo esto, parece que ya no estamos de acuerdo en lo que es verdad. No solo estamos peleando por nuestras opiniones sobre los hechos; estamos polarizados sobre si el hecho es, de hecho, un hecho. Estamos en desacuerdo sobre si la ciencia es real. Estamos en desacuerdo sobre si se han ganado o perdido unas elecciones. Estamos en desacuerdo sobre el valor del compromiso. Esa polarizaci¨®n, junto con el aislamiento social necesario para luchar contra esta pandemia, nos ha dejado m¨¢s solos que nunca¡±.
Markle, en este texto tan personal, aborda m¨¢s asuntos hasta ahora privados y retoma sus recuerdos: ¡°En mi adolescencia, me sent¨¦ en la parte de atr¨¢s de un taxi que atravesaba el ajetreo y el bullicio de Manhattan. Mir¨¦ por la ventana y vi a una mujer al tel¨¦fono que lloraba. Estaba en la acera, viviendo un momento privado de forma muy p¨²blica. En ese momento, era nueva en la ciudad y le pregunt¨¦ al conductor si deb¨ªamos detenernos para ver si esa mujer necesitaba ayuda. Me explic¨® que los neoyorquinos viven su vida personal en espacios p¨²blicos. ¡®Amamos en la ciudad, lloramos en la calle, nuestras emociones e historias est¨¢n ah¨ª, para que cualquiera las vea¡¯, recuerdo que me dijo. ¡®No te preocupes, alguien en esa esquina le preguntar¨¢ si est¨¢ bien¡±.
¡°Ojal¨¢ pudiera volver y pedirle a mi taxista que se detuviera¡±, rememora ahora en su ensayo Markle. ¡°Este, me doy cuenta, es el peligro de vivir aislados, donde los momentos tristes, aterradores o fundamentales se viven solos. Nadie se para a preguntarte: ¡®?Est¨¢s bien?¡±.
¡°Perder un hijo significa cargar con un dolor casi insoportable, experimentado por muchos, pero del que pocos hablan¡±, reflexiona la esposa de Enrique de Inglaterra. ¡°En el dolor de nuestra p¨¦rdida, mi esposo y yo descubrimos que en una habitaci¨®n de 100 mujeres, entre 10 y 20 habr¨ªan sufrido un aborto espont¨¢neo. Sin embargo, a pesar del asombroso parecido de este dolor, la conversaci¨®n sigue siendo tab¨², llena de verg¨¹enza (injustificada) y perpetua un ciclo de duelo solitario¡±.
Sin embargo, Markle tambi¨¦n divisa la esperanza: ¡°Algunos han compartido sus historias de forma valiente; han abierto la puerta, sabiendo que cuando una persona dice la verdad, nos da licencia a todos para hacer lo mismo. Hemos aprendido que cuando las personas preguntan c¨®mo nos va, y cuando realmente escuchan la respuesta, con el coraz¨®n y la mente abiertos, la carga de dolor a menudo se vuelve m¨¢s liviana, para todos nosotros. Al ser invitados a compartir nuestro dolor, juntos damos los primeros pasos hacia la curaci¨®n¡±.
¡°Este D¨ªa de Acci¨®n de Gracias, mientras planeamos unas vacaciones como nunca antes, cuando muchos de nosotros estaremos separados de nuestros seres queridos, solos, enfermos, asustados, divididos y tal vez luchando por encontrar cualquier cosa por lo que estar agradecidos, compromet¨¢monos a preguntarle a los dem¨¢s: ¡®?Est¨¢s bien?¡¯ Por mucho que estemos en desacuerdo, aunque estemos distanciados f¨ªsicamente, la verdad es que estamos m¨¢s conectados que nunca por todo lo que hemos soportado individual y colectivamente este a?o¡±, reflexiona Markle sobre esa famosa fecha, clave en el calendario estadounidense, que se celebrar¨¢ este jueves 26 de noviembre. ¡°Nos estamos adaptando a una nueva normalidad en la que los rostros est¨¢n ocultos por mascarillas, pero que nos obliga a mirarnos a los ojos, a veces llenos de calidez, otras de l¨¢grimas. Por primera vez, en mucho tiempo, como seres humanos, realmente nos estamos viendo¡±.
El 6 de mayo de 2019, Meghan Markle y Enrique de Inglaterra fueron padres de su primer hijo, Archie. Un ni?o que pes¨® 3,260 kilos al nacer. Enrique estuvo presente en el parto. ¡°Estoy muy contento de anunciar el nacimiento de nuestro hijo, que ha sido un ni?o y ha nacido esta ma?ana, un ni?o muy sano¡±, dijo el pr¨ªncipe en una breve comparecencia ante las c¨¢maras. ¡°La madre y el ni?o se encuentran incre¨ªblemente bien. Ha sido la experiencia m¨¢s incre¨ªble que jam¨¢s habr¨ªa podido imaginar¡±, explic¨® con una gran sonrisa el hijo peque?o de Diana y Carlos de Inglaterra. ¡°Estoy muy agradecido por todos los mensajes de cari?o que he recibido, han sido incre¨ªbles¡±, a?adi¨® ante las c¨¢maras. El peque?o lleva una vida muy discreta en Estados Unidos, donde ha pasado gran parte de su vida. Desde que lleg¨® all¨ª casi no hay fotos de ¨¦l. La ¨²ltima data de cuando cumpli¨® su primer a?o.
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