Gianni Agnelli, el centenario del rey sin corona de Italia
Triunf¨® en los negocios y su fama de ¡®playboy¡¯ incorregible lo acompa?¨® durante su fren¨¦tica trayectoria pero comparti¨® cinco d¨¦cadas de matrimonio con Marella Caracciolo
¡°Se ha hecho una encuesta: 99 ciudadanos de cada 100 saben quien es el Papa y todos conocen a Gianni¡±, esta frase del periodista y escritor Enzo Biagi define a la perfecci¨®n a Gianni Agnelli, el hombre que reinvent¨® el imperio Fiat, el empresario m¨¢s famoso y poderoso del siglo XX en Italia, donde se le considera el ¨²ltimo rey sin corona, una figura carism¨¢tica, un icono de estilo que trascendi¨® fronteras m¨¢s all¨¢ de los negocios. Este viernes se celebra el centenario del nacimiento del Avvocato, como se le conoce en el pa¨ªs transalpino y estos d¨ªas se le recuerda como el protagonista absoluto del auge econ¨®mico y social de los a?os dorados de la segunda mitad del pasado siglo. Su biograf¨ªa se mimetiza por completo con la historia de Italia despu¨¦s de la II Guerra Mundial.
Profundamente italiano y a la vez perfectamente cosmopolita, encaj¨® de manera insuperable en la jet set internacional, los paparazis y los comentaristas lo buscaban por su elegancia, por su iron¨ªa y sus comentarios ¨¢giles. Cuando falleci¨® en 2003, miles de personas se despidieron de ¨¦l en Tur¨ªn.
Su fama de playboy incorregible lo acompa?¨® durante su fren¨¦tica trayectoria. Comparti¨® la mayor parte de su vida con su esposa, la arist¨®crata Marella Caracciolo, con quien estuvo casado hasta su muerte, durante m¨¢s de cinco d¨¦cadas. Con ella tuvo dos hijos, Eduardo, que se quit¨® la vida poco antes de que Gianni falleciera y Margarita, la madre de John, Ginevra y Lapo Elkann.
Susanna Agnelli, hermana del Avvocato y amiga ¨ªntima de Marella fue quien los present¨®. Su futura cu?ada era hija del diplom¨¢tico Filippo Caracciolo, pr¨ªncipe di Castagneto, y de la norteamericana Margaret Clarke. Una joven discreta y elegante, muy apegada a su independencia y considerada una mujer adelantada a su tiempo. Estudi¨® arte en Par¨ªs y m¨¢s tarde trabaj¨® en Nueva York como asistente del c¨¦lebre fot¨®grafo Erwin Blumenfeld. De nuevo en Italia colabor¨® en varias revistas de moda, hasta que conoci¨® a Gianni Agnelli. Cuando se casaron en 1953 ella se pas¨® meses sin moverse del sof¨¢ leyendo, abrumada por la fortuna de su marido y sin saber c¨®mo tomar las riendas de aquella nueva vida a rebosar de lujos y privilegios, seg¨²n relat¨® en su autobiograf¨ªa Marella Agnelli: El ¨²ltimo cisne. El matrimonio viajaba con asiduidad a Estados Unidos, donde alternaba con celebridades como Andy Warhol, que retrat¨® a Marella en una serigraf¨ªa o con Truman Capote, que la bautiz¨® como ¡°el cisne¡±, por su estilizado cuello.
Antes de conocerla, Gianni hab¨ªa mantenido una relaci¨®n con la brit¨¢nica Pamela Harriman Churchill, exnuera de Winston Churchill y diplom¨¢tica que le abri¨® puertas en los salones de poder europeos. Aunque despu¨¦s de casarse, para el empresario el matrimonio nunca supuso un impedimento para dar rienda suelta a su faceta de conquistador. Uno de los nombres que siempre ha sonado con fuerza en el elenco de sus conquistas y amantes es el de Jackie Kennedy, aunque nunca se ha podido confirmar. Con Gianni Agnelli, ¨²nico, pero tambi¨¦n presumido y fanfarr¨®n, todo era posible. Fue el ¡°hombre que invent¨® la vanidad¡±, cuenta un viejo compa?ero de juergas y regatas en el documental producido por HBO y dirigido por Nick Hooker, que recorre las luces y las sombras de su vida de leyenda y que se estren¨® en 2018. ¡°Adoraba ser Gianni Agnelli, admirado e imitado por todo el mundo¡±, confiesa su amiga Marina Branca en la cinta.
A su lista de presuntos romances se suman las actrices Virna Lisa, Rita Hayworth o Anita Ekberg, que se convirti¨® en un mito mundial despu¨¦s del ba?o en la Fontana de Trevi en La dolce vita de Federico Fellini. ¡°Era un hombre raro, agradable e inteligente, discreto y con un gran sentido del humor¡±, revel¨® esta ¨²ltima en una entrevista. En el documental sobre el empresario, la actriz estadounidense y amiga de la pareja Jackie Rogers relata una an¨¦cdota particular: ¡°Sab¨ªamos que estaba en el Grand Hotel con Anita y que nunca cerraba la puerta. As¨ª que entramos, la habitaci¨®n estaba en penumbra, hab¨ªa m¨²sica de fondo y Anita y ¨¦l estaban en la cama desnudos. Ella tuvo una crisis hist¨¦rica, se levant¨® y nos ech¨® a gritos de la habitaci¨®n, respirando con ese pecho enorme que se mov¨ªa arriba y abajo. Pero lo mejor fue al d¨ªa siguiente, cuando Gianni me llam¨® para decirme que se hab¨ªa divertido y que nuestra sorpresa le hab¨ªa gustado much¨ªsimo¡±.
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