Jang Yeong-jin, el primer desertor norcoreano homosexual, encuentra el amor
El autor de 62 a?os, que recogi¨® su tortuosa vida en una celebrada autobiograf¨ªa, contraer¨¢ matrimonio con su pareja este a?o
Homosexual y norcoreano, el principio de la vida de Jang Yeong-jin parec¨ªa encaminado sin remedio a la desgracia. Su destino se quebr¨® cuando decidi¨® escapar del pa¨ªs y cruzar la frontera hacia Corea del Sur, proceso que relat¨® en 2015 en sus memorias, A Mark of Red Honor (Una marca de honor rojo), convertidas en un ¨¦xito internacional tras su traducci¨®n al ingl¨¦s. El libro, no obstante, no recoge un ¨²ltimo cap¨ªtulo: a sus 62 a?os, Jang por fin ha encontrado el amor.
Su prometido es un restaurador estadounidense a quien conoci¨® el a?o pasado a trav¨¦s de una p¨¢gina web de citas. Tras unos meses de conversaci¨®n digital Jang se decidi¨® a visitarle al otro lado del Pac¨ªfico. Aunque la primera impresi¨®n no fue buena ¨C¡±Al ver c¨®mo se vest¨ªa asum¨ª que era un hombre maleducado y brusco¡±¨C durante el confinamiento el roce acab¨® por hacer el cari?o. ¡°Cuanto m¨¢s le conoc¨ªa, m¨¢s pod¨ªa ver su buen car¨¢cter¡±, confesaba en una reciente entrevista concedida a la BBC. ¡°Aunque es ocho a?os menor que yo, es el tipo de persona que primero se preocupa por los dem¨¢s¡±. Poco despu¨¦s le pidi¨® matrimonio y Jang acept¨®.
Ser¨¢ la segunda boda para el norcoreano. La primera, d¨¦cadas atr¨¢s, le sirvi¨® para darse cuenta de que algo no funcionaba. Contaba 27 a?os cuando se cas¨® con una mujer en su pa¨ªs de origen, pero en la noche de bodas no fue capaz de ¡°poner un dedo sobre mi esposa¡±. Pasaron los a?os sin que la pareja tuviera descendencia, hasta que acab¨® por confesarle a su hermano que nunca se hab¨ªa sentido atra¨ªdo por alguien del sexo opuesto. Este reaccion¨® llev¨¢ndole al m¨¦dico de inmediato.
Jang no sab¨ªa qu¨¦ le pasaba. ¡°La homosexualidad no es un concepto en Corea del Norte¡±, apunta. Las relaciones entre personas del mismo sexo, de hecho, no est¨¢n penadas por el r¨¦gimen ni cuentan con legislaci¨®n espec¨ªfica, aunque los medios oficiales las caracterizan como s¨ªntoma de ¡°la decadencia moral de Occidente en contraste con la pureza de los valores socialistas¡±. Tras visitar varios hospitales donde su ¡°anomal¨ªa¡± no obtuvo respuesta, acab¨® recibiendo el alta.
Intent¨® divorciarse de su mujer para que esta pudiera proseguir con su vida, pero las autoridades no se lo permitieron. Fue entonces cuando decidi¨® escapar del pa¨ªs: eso le convertir¨ªa en un proscrito, su matrimonio quedar¨ªa anulado y ella podr¨ªa casarse de nuevo. En abril de 1997, tras un intento fallido a trav¨¦s de la frontera china, rept¨® entre las minas de la Zona Desmilitarizada que separa ambas Coreas hasta llegar al otro lado, uno de los pocos desertores en lograrlo.
La puerta del armario en una revista
De acuerdo al protocolo, Jang fue sometido a varias rondas de interrogatorios por parte de las fuerzas de inteligencia surcoreana. En su caso, el proceso se alarg¨® m¨¢s de lo normal porque se resist¨ªa a confesar el verdadero motivo. Su evasi¨®n despert¨® la atenci¨®n de los medios y cuando abri¨® una revista en busca de un art¨ªculo sobre ¨¦l encontr¨®, en la p¨¢gina adyacente, un texto sobre la homosexualidad, ilustrado con una imagen de dos hombres bes¨¢ndose. ¡°Cuando vi aquello, supe enseguida que era ese tipo de persona. Por eso no me gustaban las mujeres¡±.
A partir de entonces se convirti¨® en asiduo de los bares gais de Se¨²l, pero pronto descubrir¨ªa que el enga?o no entiende de preferencias sexuales. Su primera pareja, un auxiliar de vuelo, le estaf¨® y se fug¨® con todas sus posesiones y la mayor parte de sus ahorros. Viniendo de un estado totalitario, la incapacidad de la polic¨ªa para rastrear a un sujeto le frustr¨®.
Jang enferm¨® hasta ser hospitalizado, a consecuencia de lo cual perdi¨® su empleo en una f¨¢brica industrial. De un plumazo hab¨ªa perdido dinero, trabajo, salud y amor. Sumido en la miseria, logr¨® superar este nuevo bache gracias a su empe?o por plasmar su tortuosa trayectoria vital en un libro. Mientras trabajaba como limpiador redact¨® sus memorias, las cuales vieron la luz en 2015.
En la literatura encontr¨® un refugio ante la culpa que siente por el impacto que su fuga tuvo en su familia: varios parientes fueron deportados y seis, entre ellos su madre y cuatro de sus hermanos, fallecieron. ¡°Escribir (...) es la ¨²nica manera en que puedo compensarles¡±. Ahora, enamorado y prometido, prepara su segunda boda, sabedor de que lo m¨¢s importante en una historia no es el principio, sino el final.
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