Roc¨ªo Carrasco, las claves que la convirtieron en una mujer destrozada

Durante los nueve cap¨ªtulos emitidos ya de la serie documental Roc¨ªo, contar la verdad para seguir viva, Roc¨ªo Carrasco, la hija de la cantante Roc¨ªo Jurado y el boxeador Pedro Carrasco, ha ido desgranando las razones de un silencio largamente cuestionado sobre sus conflictos familiares, esos que han provocado que lleve casi nueve a?os sin ver a los dos hijos que tiene con el ex guardia civil y colaborador televisivo Antonio David Flores y que no mantenga relaci¨®n con su familia materna, a quien antes estaba estrechamente unida.

A lo largo de lo que ya se ha podido ver en Telecinco ¨Dla misma cadena que durante a?os dio voz a la versi¨®n de Antonio David Flores y despu¨¦s a su hija, Roc¨ªo Flores¨D las palabras y las pruebas presentadas por Roc¨ªo Carrasco han ido retratando a una mujer desgarrada, a dos hijos convertidos en v¨ªctimas vulnerables de un conflicto conyugal que ha condicionado sus vidas y su car¨¢cter, y a un entorno que cae en los estereotipos sociales que marcan como mala madre a aquella que se distancia de sus hijos (en este caso, primero de su hija mayor) aunque est¨¦ en juego su salud mental e incluso su integridad f¨ªsica. A¨²n hoy la duda persiste en muchos de los implicados y en algunos de los millones de espectadores o lectores que est¨¢n siguiendo las confesiones de Roc¨ªo Carrasco, las respuestas de Antonio David Flores y los silencios de Roc¨ªo Flores.

En los primeros cap¨ªtulos, Roc¨ªo Carrasco se?al¨® a su exmarido, Antonio David Flores, como un maltratador, un hombre infiel y una persona que tras su separaci¨®n acapar¨® los medios de comunicaci¨®n contando su verdad sobre la relaci¨®n y la separaci¨®n y rentabiliz¨® su relato, aunque no tuviera nada que ver con la realidad que Carrasco afirma haber vivido. Despu¨¦s cont¨® la manipulaci¨®n que, a su juicio, sufrieron los dos hijos del matrimonio por parte del padre y c¨®mo ese goteo constante de victimismo y predisposici¨®n contra ella fue calando en su hija, Roc¨ªo Flores. En los ¨²ltimos cap¨ªtulos, ha dado a conocer su versi¨®n acerca de los motivos que la alejaron de su primog¨¦nita y m¨¢s tarde de su hijo peque?o, que naci¨® con problemas que le provocaron cierta discapacidad nunca especificada.

La fecha clave la sit¨²a en el d¨ªa 27 de julio de 2012, cuando una discusi¨®n con su hija provoca que esta la amenace, insulte y agreda hasta dejarla inconsciente tirada en el suelo. Roc¨ªo Carrasco afirma que mientras tanto su hija manten¨ªa su m¨®vil abierto y chillaba diciendo que su madre dejara de pegarle cuando era ella la autora de los golpes. No era la primera vez, asegura Carrasco, que hab¨ªa sido objeto de la violencia de su hija, a la que siempre disculpa diciendo que ella fue primero v¨ªctima, en clara referencia a la manipulaci¨®n paterna. Pero aquel d¨ªa de julio lo que aconteci¨® en el domicilio familiar y despu¨¦s, cuando padre e hija, que ten¨ªa 15 a?os, la denunciaron por ¡°un delito de maltrato habitual¡±, quebr¨® definitivamente a Roc¨ªo Carrasco. ¡°A m¨ª no me duele tanto la paliza como el hecho de que ella me quisiera meter en la c¨¢rcel. (...) A d¨ªa de hoy todav¨ªa me mata por dentro¡±, afirm¨® Carrasco en el cap¨ªtulo emitido este mi¨¦rcoles. Tambi¨¦n habl¨® de ¡°terror¡±, de ¡°p¨¢nico¡± hac¨ªa una persona a quien ella no reconoc¨ªa: ¡°Era alguien a quien hab¨ªa parido, pero no ten¨ªa ni un ¨¢pice m¨ªo en ese cuerpo porque yo no soy as¨ª. Yo no hubiera sido capaz de hacer eso con mi madre, ?ni con nadie!¡±, afirm¨® presa del llanto.

Rebati¨® las mentiras sostenidas durante 20 a?os y que ella no desminti¨® porque crey¨® que con su silencio proteg¨ªa de alguna manera a sus dos hijos: nunca denunci¨® a su hija, siempre trat¨® de mantener el hecho fuera del escrutinio p¨²blico; fue ella a quien no le qued¨® m¨¢s remedio que defenderse o enfrentarse a un ¡°juicio por maltrato habitual que conlleva pena de prisi¨®n¡±. No solo habl¨® el mi¨¦rcoles de ello, present¨® informes judiciales que apoyaron sus palabras y desgarr¨® con su llanto y su respiraci¨®n entrecortada a tantos y tantos como la sentenciaron antes.

Del aquelarre no se libr¨® su propia familia, los hermanos de Roc¨ªo Jurado, su padrastro, el torero Jos¨¦ Ortega Cano: ¡°Los Mohedano han tenido, que yo sepa, contacto con los ni?os mucho despu¨¦s de que ocurriera todo esto. Creo que lo que han hecho ha sido apostar por lo que ellos consideraban el caballo ganador y ellos eran c¨®mplices. A uno de ellos se lo cont¨¦ y sali¨® en televisi¨®n jact¨¢ndose, diciendo que eran l¨¢grimas de cocodrilo. Fue el marido de mi t¨ªa Gloria¡±.

De Ortega Cano dijo: ¡°?l no se ha preocupado. Su familia s¨ª, sus hermanos s¨ª, ¨¦l no. (...) No tengo nada pendiente bueno con ¨¦l¡±.

Tampoco el sistema judicial sali¨® bien parado: ¡°Llevo 20 a?os en silencio por mi hija y por mi enano. Quiero que la gente entienda que antes de verdugo fue v¨ªctima. De ah¨ª es muy dif¨ªcil salir¡±, dijo Carrasco. Muestra un informe psicosocial en el que queda reflejada la ¡°vulnerabilidad de los menores¡± en aquel momento. ¡°Cuando un informe de este calibre llega a manos de un juez, deber¨ªa tomar alguna medida¡±, denunci¨® Roc¨ªo Carrasco. Y continu¨®: ¡°Lo que hoy por hoy no entiendo es que nadie haya hecho nada para que esto no vuelva a suceder. (...) A pesar de todo lo que he le¨ªdo, el se?or del juzgado determina que, como la ni?a ya no est¨¢ conmigo, el ni?o se vaya con el padre para que no est¨¦n separados¡±.

Sobrellevar el dolor, ser protectora y cuidadora incluso por encima de v¨ªctima, parece correr parejo al acto de dar a luz un hijo, y cualquier actitud que no siga este camino queda bajo sospecha, especialmente si la madre opta por el silencio ¨Dpor proteger a sus hijos, seg¨²n la versi¨®n de Roc¨ªo Carrasco¨D y el resto aplica el dicho ¡°el que calla, otorga¡± para tener carta blanca en un juicio p¨²blico y medi¨¢tico que ha sentenciado a la madre sin entrar ni cotejar los motivos que han provocado sus actos.

Carrasco tambi¨¦n ha respondido a otras preguntas que quedan en el aire respecto a por qu¨¦ no retoma la relaci¨®n con su hija ahora que tiene 24 a?os y es adulta: ¡°No puedo ponerme en contacto con ella hoy por hoy. No puedo mantener, muy a mi pesar, ning¨²n tipo de relaci¨®n con una persona que tiene a otra persona al lado y que ha intentado meterme en la c¨¢rcel. No es que tu hijo te d¨¦ una paliza, que ya es antinatura, es que me ha puesto una denuncia en connivencia con su padre¡±. Incluso ver a su hija en televisi¨®n le causa dolor: ¡°Me supone sufrimiento porque prueba lo que hizo y por qu¨¦ lo hizo. A m¨ª no me devuelve ir a ver a mis hijos a una funci¨®n del colegio, un beso de mi hija y nadie ha hecho nada. Ni medios de comunicaci¨®n, ni justicia. Todo el mundo se lo ha cre¨ªdo y ha contribuido a que esto sucediera de una manera o de otra¡±.