Fortuny: auge y ca¨ªda del legendario palacete en el que naci¨® la prensa del coraz¨®n contempor¨¢nea
El local madrile?o propiedad del empresario Javier Merino, que fue un emblema de la Espa?a de los noventa, ha salido a subasta por m¨¢s de 23,5 millones de euros
1997. Ana Obreg¨®n anda de copas con Davor Suker, la estrella absoluta de un Real Madrid que a¨²n preside Lorenzo Sanz. Felipe VI, un joven pr¨ªncipe soltero, sale por las noches con su gran amigo ?lvaro Fuster. El PP acaba de ganar sus primeras elecciones, el vicepresidente del Gobierno, Francisco ?lvarez-Cascos, acaba de casarse con Gema Ruiz. Espa?a va bien, Madrid bulle y el empresario Javier Merino, conocido entonces por sus proyectos inmobiliarios (principalmente en Marbella) y due?o ya de algunos negocios hosteleros de ¨¦xito, se da cuenta de que la capital necesita un local de copas tan sofisticado como divertido que sea capaz de aunar a toda esa gente. Posa su mirada sobre un palacete de estilo franc¨¦s del siglo XIX de la calle Fortuny, ubicada en el nobil¨ªsimo distrito de Almagro, una de las zonas m¨¢s caras del centro (hoy en d¨ªa su metro cuadrado est¨¢ valorado en 6.305 euros), se lo compra al restaurador cl¨¢sico Florencio Solchaga, quien no hab¨ªa conseguido darle renombre a su propuesta, y ficha a la ¨²nica persona que en aquel momento pod¨ªa obrar el milagro que ¨¦l ten¨ªa en mente: el relaciones p¨²blicas ?scar ?lvarez-Ossorio.
Hijo del fundador del tablao flamenco (del que tambi¨¦n era socio el banquero Juan Abell¨®) en el que se gest¨® la fusi¨®n de Banesto, El Port¨®n, su padre, el andaluz ?scar Ossorio, hab¨ªa sido el art¨ªfice la noche diorissima (como la llamaba Umbral) de los ochenta. Ahora, su misi¨®n era conseguir lo mismo a finales de los noventa. ¡°Cuando Javier me llam¨® ten¨ªamos encima ya la temporada de terrazas. Pens¨¢bamos que no ¨ªbamos a ser capaces de hacerlo¡±, cuenta ?lvarez-Ossorio. Merino era socio en una agencia que ten¨ªa como grandes fichajes a Mar Flores ¡ªquien entonces sal¨ªa con el naviero gallego Fernando Fern¨¢ndez Tapias, pero estaba a punto de convertirse en la pareja de Cayetano Mart¨ªnez de Irujo¡ª y a Sof¨ªa Mazagatos, que por la ¨¦poca estaba en el candelabro. Ambas acud¨ªan all¨ª todas las noches.
Como cuenta ?lvarez-Ossorio, aquel era un modelo de ocio nocturno que ya no existe, que mezclaba restaurante con copas y baile y en el que estaba socialmente aceptado usar a las mujeres como reclamo: un ej¨¦rcito de 25 relaciones p¨²blicas iba a buscar clientes a los restaurantes m¨¢s selectos de la ciudad y se los llevaban all¨ª; otras tantas ¡°chicas imagen¡±, como las llama ¨¦l, repart¨ªan copas a los reci¨¦n llegados en un espectacular patio ajardinado. Mientras tanto, ¨¦l se ocupaba de llevar a empresarios, miembros de la jet-set y arist¨®cratas. ¡°El 15 de agosto, con Madrid supuestamente desierto, le dije a la brigada de camareros al cerrar: ¡®Abrid todo el Don Perejil [en alusi¨®n al Dom Perignon] que quer¨¢is, que hemos facturado esta noche cinco millones de pesetas¡±. Entonces era una fortuna. El ¨¦xito del local ese verano fue tal, que Merino, quien pensaba cerrar en invierno, acept¨® la propuesta de ?lvarez-Ossorio, quien le dijo que estaba seguro de que funcionar¨ªa tambi¨¦n en invierno. Y no se equivoc¨®.
En noviembre de aquel mismo a?o, Brad Pitt vino a Espa?a al estreno de Siete a?os en el T¨ªbet. Despu¨¦s, claro, fue a Fortuny, donde ya no se serv¨ªan copas con Coca Cola, sino con Pepsi, pues la marca de refrescos (seg¨²n cuenta ?lvarez Ossorio) pag¨® casi 100 millones de pesetas al local para conseguir entrar en aquel reino de la diversi¨®n. ¡°Los famosos acud¨ªan a nosotros porque adem¨¢s de todo les garantiz¨¢bamos absoluta discreci¨®n. No era como ahora, que con los m¨®viles es imposible saber cu¨¢ndo va a haber una filtraci¨®n. Yo ten¨ªa mis propios fot¨®grafos, los Escribano¡±. Lo que no quiere decir que dentro no hubiese prensa del coraz¨®n, solo que no hab¨ªa im¨¢genes. ¡°Yo ten¨ªa muy buena relaci¨®n con Lydia Lozano y con Jes¨²s Mari?as, que entonces no eran personajes conocidos, y les dec¨ªa: ¡®Os dejo entrar si me tra¨¦is a gente pintona¡±. Al mismo tiempo, as¨ª se enteraban de cotilleos de primera mano (y eran jugosos: Bruce Willis o John Malkovich pod¨ªan acabar bailando con una marquesa) que luego llevaban al plat¨® del programa de la televisi¨®n valenciana T¨®mbola: la prensa, de hecho, se enter¨® de que Mar Saura se iba con Pitt porque les lleg¨® un soplo de dentro.
De alguna manera, all¨ª naci¨® una forma de hacer prensa rosa. As¨ª que no es extra?o que el due?o del negocio se acabara casando con la entonces gran reina de las revistas del coraz¨®n, Mar Flores. Tras unos a?os iniciales de gloria, en los que adem¨¢s de celebrarse all¨ª las fiestas m¨¢s sonadas y los photocalls con mayor rotaci¨®n en las televisiones, Fortuny pas¨® de sin¨®nimo de divineo y diversi¨®n a ser simplemente un cl¨¢sico elegante, redecorado en 2004 por Pascua Ortega con la intenci¨®n de que el local no perdiera su aura inicial.
Sin embargo, la crisis de 2008 azot¨® fuerte. Los h¨¢bitos nocturnos del mundo cambiaron para siempre: la gente quer¨ªa apretarse el cintur¨®n, pero, adem¨¢s, las nuevas generaciones ya no ten¨ªan tanto inter¨¦s en la noche. Desde entonces han cerrado el 64% de las discotecas en Espa?a. Hab¨ªa que repensar el negocio, y Merino vio claro que intentar refinar la parte hostelera pod¨ªa ser una soluci¨®n de eso. ¡°Yo le suger¨ª adem¨¢s a Javier que intentase ir a un p¨²blico m¨¢s empresarial para sacarle el m¨¢ximo partido con los eventos, en lugar de ir al copeo duro¡±, cuenta Mario Mart¨ªnez, el consultor que ayud¨® a Merino con el relanzamiento de Fortuny al comienzo de esa d¨¦cada ¡ªjusto cuando sus deudas con Hacienda se convert¨ªan en noticia. El esfuerzo de reorientaci¨®n, con un nuevo branding, nuevos chefs y convocatorias m¨¢s selectas fue intenso, pero al local le hab¨ªan salido fuertes competidores: los cachorros de la jet que se hab¨ªan criado bailado all¨ª, como Chiqui Calleja o Alonso Aznar, que hab¨ªan sido capaces de adaptarse a los nuevos gustos de un p¨²blico m¨¢s joven que prefer¨ªa el tardeo y las cenas al trasnoche duro y estaban haci¨¦ndose los due?os de Madrid con un nuevo modelo de restauraci¨®n.
La noticia de que Fortuny ha salido a subasta p¨²blica por m¨¢s de 23,5 millones de euros llega justo despu¨¦s de un a?o fat¨ªdico para todo el sector hostelero. Desde la empresa a¨²n no quieren comunicar qu¨¦ ocurrir¨¢ con la continuidad del negocio: este punto de inflexi¨®n puede suponer el final de una era, aunque el nuevo Madrid de Ayuso, capital europea del ocio, quiz¨¢ sea el inicio de otra.
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