Ernesto de Hannover se recupera de los 43 kilos que lleg¨® a pesar en una cl¨ªnica que cuesta 5.000 euros semanales
El pr¨ªncipe, enfrentado con su hijo mayor y que en marzo fue condenado a 10 meses de libertad condicional, se recupera de sus problemas f¨ªsicos y mentales en una lujosa cl¨ªnica austriaca
Son tiempos complicados para Ernesto de Hannover. La que parec¨ªa una tranquila vida en un paraje austriaco se convirti¨® hace unos meses en un rosario de agresiones, denuncias y juicios. En julio de 2020 el jefe de la casa g¨¹elfa acab¨® en un psiqui¨¢trico tras agredir a un polic¨ªa, amenaz¨¢ndole primero con un afilador de cuchillos de 30 cent¨ªmetros y despu¨¦s d¨¢ndole un pu?etazo, y despu¨¦s tratando de agredir a otro con un bate, lo que le hizo enfrentarse a una condena de tres a?os de c¨¢rcel que finalmente se quedaron en 10 meses. La salud mental del pr¨ªncipe estaba en peligro, pero ahora se ha sabido que tambi¨¦n lo est¨¢ su salud f¨ªsica. El todav¨ªa marido de Carolina de M¨®naco, que mide 1,82 metros, ha llegado a pesar apenas 43 kilos.
Una situaci¨®n extrema que le ha hecho tener que pasar por una cl¨ªnica de reposo y recuperaci¨®n en Austria, la exclusiva Vivamayr, en sus id¨ªlicas instalaciones junto al lago Altausseer. Un lugar de cuento a una hora de Salzburgo y tres de Viena con instalaciones en madera, embarcadero propio vistas a lagos y monta?as escarpadas donde las habitaciones cuestan un m¨ªnimo de 300 euros por noche (ha ganado varios premios al mejor spa del mundo), adem¨¢s del precio del tratamiento. Ha sido el propio pr¨ªncipe, de 67 a?os, quien ha hablado de su situaci¨®n para la revista Bunte, a la que ha concedido una entrevista. La publicaci¨®n alemana explica que este centro es ¡°un punto de acceso internacional de desintoxicaci¨®n para las estrellas y los superricos¡±, que en el lugar solo se sirven infusiones y agua y que el precio de la estancia por una semana parte de los 5.000 euros. Aunque lleg¨® a pesar m¨¢s 90 kilos, ahora est¨¢ en 60, recuperado de los 43 que lleg¨® a pesar. Sigue una dieta estricta (que incluye alg¨²n filete empanado habitual del lugar), en este caso para recuperar peso.
Seg¨²n ha contado ¨¦l mismo en Bunte, tras los incidentes legales contra esos polic¨ªas, cuando ingres¨® en la cl¨ªnica lleg¨® a sufrir una grave hipoglucemia que le dej¨® en coma, aunque evita sacar a relucir el tema, porque afirma que los medios de comunicaci¨®n tienen enormes prejuicios contra ¨¦l y siempre asocian su figura a una imagen negativa. De hecho, bromea con el medio explicando que si ayudara a una anciana a cruzar la calle, la prensa informar¨ªa de que su intenci¨®n era robarle el bolso.
Su tono durante la entrevista, donde no saca demasiados temas a relucir, es bromista y cercano. Llega a decir que est¨¢ en ¡°una granja de grasa¡±, y que mientras otros pacientes tratan de perder peso, ¨¦l es una excepci¨®n que intenta ganarlo. Hace las actividades habituales de la cl¨ªnica y mantiene una dieta estricta. ¡°Si fuera mujer, podr¨ªa trabajar como modelo. Necesito desarrollar un poco de m¨²sculo¡±, explica. Afirma que sus compa?eros en la cl¨ªnica son ¡°muy agradables¡±, al igual que el personal m¨¦dico.
El medio que le entrevista le define como centrado, educado y cort¨¦s, adem¨¢s de gran lector y conversador con sus compa?eros de cl¨ªnica. Cuando los m¨¦dicos se lo permiten, sale a practicar con su bicicleta, a pasear por la monta?a o a tomar un cl¨¢sico pastel de hojaldre, nata y crema t¨ªpico de la zona. Aunque est¨¦ viviendo en la cl¨ªnica durante una temporada, Hannover no est¨¢ solo. En ocasiones queda con algunos amigos para pasear por la monta?a. Adem¨¢s, su hijo Christian, que vive en Madrid y con quien mantiene una buena relaci¨®n, ha acudido a visitarle. Sin embargo, la frialdad se ha instalado en su trato con Ernesto, su primog¨¦nito, Ambos est¨¢n enfrentados a causa de su castillo y de su legado. Ernesto Jr., a punto de cumplir los 38 a?os y casado con la dise?adora rusa Ekaterina Malysheva, es el mayor de los tres hijos de Ernesto (tambi¨¦n tiene una hija, Alexandra, de 21 a?os, fruto de su matrimonio con Carolina de M¨®naco) y desde 2004 cabeza de la casa g¨¹elfa y encargado de gestionar su patrimonio. Ha sacado obras de arte a subasta y se ha ocupado del ruinoso castillo de 136 habitaciones de la familia, que en 2018 decidi¨® vender al estado de Baja Sajonia por apenas un euro, de forma simb¨®lica. Sus acciones le han enfrentado directamente a su padre, que el pasado febrero decidi¨® demandarle por cinco millones de euros porque sus decisiones violaban ¡°gravemente¡± sus ¡°derechos e intereses legales¡±. Pero ahora Ernesto ha decidido liberarse de todo ese estr¨¦s comiendo filetes empanados con vistas al lago Altausseer.
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