La familia real de M¨®naco celebra su gala de la Cruz Roja en un esfuerzo por volver a la normalidad
Alberto de M¨®naco recupera uno de los festejos m¨¢s importantes del peque?o pa¨ªs mediterr¨¢neo con una fiesta con m¨²sica de Jamie Cullum a la que no acudi¨® Charlene de M¨®naco
El coronavirus ha arrasado con la econom¨ªa de la mayor parte de pa¨ªses, que han sufrido una merma en sus ingresos a causa del obligado par¨®n provocado por el virus. M¨®naco, con alrededor de 40.000 habitantes, es un pa¨ªs que vive de las inversiones extranjeras y tambi¨¦n del turismo, por lo que la imagen exterior que proyecta es fundamental para su supervivencia. En total, ha tenido unos 2.700 infectados y apenas 33 muertos, el ¨²ltimo de ellos a primeros de junio. De ah¨ª que sus gobernantes hayan decidido dar pasos en pos de la normalidad para demostrar que, poco a poco, est¨¢ llegando. Y nada m¨¢s normal en un verano en M¨®naco que una gran fiesta.
Gran parte de la familia principesca, presidida por Alberto de M¨®naco, acudi¨® la noche del viernes 16 de julio a la plaza del Casino de Montecarlo para atender a la gala de la Cruz Roja, uno de los dos eventos ¡ªjunto al conocido Baile de la Rosa¡ª m¨¢s importantes del pa¨ªs y que se lleva celebrando casi 75 a?os. El soberano se present¨® junto a quien durante a?os ha actuado como primera dama, su hermana Carolina, y acompa?ado de sus sobrinos Casiraghi, los hijos mayores de esta. Carlota acudi¨® sin su marido, Dimitri Rassam, con quien se cas¨® hace dos a?os, mientras que Pierre y Andrea lo hicieron con sus respectivas esposas, Beatrice Borromeo y Tatiana Santo Domingo, respectivamente. Su hermana menor, Alexandra, fruto del matrimonio de Carolina con Ernesto de Hannover, no acudi¨®.
Quien tampoco estuvo presente en el acto fue Charlene, la mujer de Alberto de M¨®naco. Esta ausencia, la m¨¢s sonada de la noche, se debe a que la princesa est¨¢ en Sud¨¢frica, su tierra natal, y no puede volver al padecer una enfermedad, una ¡°infecci¨®n de o¨ªdos, nariz y garganta¡±, como ella mismo cont¨® hace pocos d¨ªas, que le impide montarse en un avi¨®n y regresar a M¨®naco, lo que tambi¨¦n le impidi¨® celebrar su 10? aniversario de boda junto al soberano. Sin embargo, s¨ª que hubo en la gala una representaci¨®n de los Wittstock, lo que aparenta que las relaciones entre Alberto y Charlene siguen siendo s¨®lidas. En la fiesta estuvieron presentes Gareth y Roisin Wittstock, hermano y cu?ada de la princesa. Gareth es una figura habitual en el principado, donde se instal¨® despu¨¦s de la boda de su hermana y all¨ª trabaja en la fundaci¨®n de Charlene, en la que es secretario general. La pareja tiene una ni?a, Kaia Rose, nacida en 2013, y cuyos padrinos son Alberto y Charlene; Gareth lo es de Gabriella, la hija de los pr¨ªncipes. Cuando los Wittstock se casaron, en septiembre de 2015, tambi¨¦n decidieron hacerlo en M¨®naco.
Los Wittstock y los Grimaldi (entre los que tampoco estuvo Estefan¨ªa, cada vez menos dada a estos actos) acudieron a la plaza del Casino ¡ªque acog¨ªa su primer gran evento tras ser renovada hace unos meses¡ª para escuchar la actuaci¨®n del m¨²sico brit¨¢nico Jamie Cullum, que deleit¨® al p¨²blico con un concierto al aire libre, como dictan las nuevas medidas contra el coronavirus. All¨ª se celebr¨® el recital y tambi¨¦n una cena al aire libre, en la que el precio del cubierto era de entre 200 y 800 euros. Una iniciativa ben¨¦fica renovada, pero con los precios al cl¨¢sico estilo de M¨®naco.
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