S¨ª hay vuelta atr¨¢s en la semana de la moda de Mil¨¢n
Reeditar colecciones de hace 20 a?os o celebrar dos desfiles paralelos son algunas de las estrategias de los dise?adores italianos para aumentar el impacto de sus presentaciones
Que la moda se repite, que se retroalimenta c¨ªclicamente del pasado, no es noticia. Que empiece a hacerlo no solo por motivos est¨¦ticos sino tambi¨¦n como estrategia comercial y de promoci¨®n resulta revelador. Este s¨¢bado, Alessandro Michele, director creativo de Gucci, anunci¨® el lanzamiento de Vault, una plataforma online donde, junto con prendas de dise?adores emergentes como Cormio o Yueqi Qi, se vender¨¢n piezas vintage de la firma restauradas y personalizadas. ¡°Es muy dif¨ªcil vencer al pasado aunque seas un dise?ador talentoso. El pasado no es algo opuesto al presente, sino dos dimensiones que dialogan constantemente, y, desde mi punto de vista, un puente al futuro¡±, explicaba Michele en rueda de prensa en Mil¨¢n.
El proyecto del italiano no es caprichoso. La compraventa de productos de lujo de segunda mano se valora hoy, seg¨²n datos de la consultor¨ªa Boston Group, en 34.000 millones de euros y se espera que, en cuatro a?os, llegue a los 60.000. Aunque Michele insiste en que Vault no est¨¢ dise?ado para ser rentable: ¡°Esta herramienta para buscar y compartir reliquias es 100% un regalo de la empresa para m¨ª¡±.
Otra forma de canalizar el apetito nost¨¢lgico es reeditar los propios iconos, como hicieron tambi¨¦n el s¨¢bado Dolce & Gabbana. Los creadores italianos decidieron revisitar ¡ªy homenajear¡ª sus primeras colecciones de los 2000 a trav¨¦s de sus vestidos-cors¨¦, sus bodies de encaje y sus faldas m¨ªnimas. La firma recuper¨® incluso el top que Jennifer L¨®pez luci¨® en su m¨ªtico v¨ªdeo Jenny from the block. ¡°Todo pasado por el filtro de nuestra experiencia actual¡±, explicaba Domenico Dolce en un encuentro previo a su desfile. Su propuesta, continua, ¡°es un tributo a la femineidad m¨¢s sexy, donde celebramos la necesidad de divertirse, pero no de una forma superficial, y de volver a la fiesta como una forma de estar juntos¡±.
Como Dolce & Gabbana, Armani vuelve la mirada hacia los 2000 y regresa al teatro de la via Borgonuovo donde no desfilaba desde hace 20 a?os. Dos elementos recurrentes ¡ªlos zapatos planos y los pa?uelos anudados en la cabeza¡ª hilvanan una colecci¨®n de inspiraci¨®n n¨®mada presentada por modelos sonrientes. Y, s¨ª, que las modelos sonr¨ªan sobre la pasarela es noticia.
Por la fuerza de la repetici¨®n, tambi¨¦n Prada consigui¨® enfatizar los pilares de una colecci¨®n, la suya, que, a ratos, jugaba a interpretar en clave minimalista la est¨¦tica dieciochesca. A saber: prendas de piel envejecida, vestidos ce?idos abruptamente a la cintura como si de una bata de quir¨®fano se tratase ¡ªy que en algunas de sus m¨²ltiples declinaciones se decoraban con ballenas¡ª, camisetas-cors¨¦, jerseys con el pecho preformado como en una armadura y minifaldas con cola. Insistir en estos elementos version¨¢ndolos en infinitos colores y tejidos es algo que pocos pueden permitirse sin caer en el aburrimiento. Miuccia Prada y Raf Simons son dos de ellos. Para reafirmar que no tienen miedo a la redundancia, los codise?adores decidieron fusionar el formato f¨ªsico con el presencial. O, mejor dicho, con los presenciales. La marca celebr¨® dos desfiles de forma paralela y con id¨¦ntica escenograf¨ªa en Shangh¨¢i y Mil¨¢n. En un juego de ciberespejos, el desfile chino se proyect¨® en las pantallas instaladas entre los invitados de la capital italiana, mientras las modelos de carne y hueso caminaban por su pasarela. Y viceversa.
Tambi¨¦n Moncler conect¨® lo digital y f¨ªsico a trav¨¦s de dos presentaciones de fashion films que estaban teniendo lugar al mismo tiempo en Shangh¨¢i y Mil¨¢n; la europea, presentada por Alicia Keys y la china, por la actriz y cantante Victoria Song. Ambas aparecieron en forma de holograma en el evento contrario. El futuro de la moda no era el elastano, sino una pel¨ªcula de Christopher Nolan.
Sportmax recurri¨® una vez m¨¢s a los c¨®digos que la definen desde hace m¨¢s de cincuenta a?os ¡ªes decir, la est¨¦tica deportiva y la investigaci¨®n de tejidos¡ª para construir una colecci¨®n que resulta comercial y conceptual al mismo tiempo. Como si se tratase de paraca¨ªdas, sus vestidos se retorc¨ªan sobre el cuerpo de las modelos gracias a plisados, estructuras deconstruidas y cinchas industriales. La ligereza de los tejidos, a veces transparentes, y la paleta de colores crudos aportaban a la colecci¨®n una delicadeza que contrastaba con la fuerza de sus vol¨²menes, a medio camino entre una representaci¨®n de nuestra capacidad de adaptaci¨®n posapocal¨ªptica y un goticismo pasado por lej¨ªa. Salvatore Ferragamo hac¨ªa lo propio con el trabajo del cuero en una colecci¨®n donde las propuestas masculinas ensombrec¨ªan a las femeninas, empezando por los zapatos, el producto que ha hecho famosa a la marca florentina.
Despu¨¦s del confinamiento y las restricciones sociales, de la pasarela de Nueva York a la de Mil¨¢n, se percibe un deseo renovado de ¡°ense?ar, celebrar y liberar el cuerpo¡±, tal como explicaba el estadounidense Michael Kors. Traducido al italiano, este concepto se expresa en Missoni, por ejemplo, a trav¨¦s de escuet¨ªsimos bikinis, siluetas que recuperan, como en Dolce & Gabbana, los 2000 m¨¢s sexies, y escotes que descienden por debajo del ombligo.
El largo de las faldas de Tod¡¯s tambi¨¦n est¨¢ m¨¢s cerca de esta parte de la anatom¨ªa que de las rodillas. La colecci¨®n de la firma italiana, pr¨¢ctica y f¨¢cil de entender, cumple su prop¨®sito, que no es otro que el de subrayar el trabajo en piel y la artesan¨ªa como pilares de su identidad. Las bombers de cuero y los vestidos de primoroso crochet acompa?an a bolsos-pulsera, deportivas que se alargan hasta convertirse en bota y sandalias de ante rematadas por una versi¨®n XL de sus ic¨®nicos gominos, las esferas que acolchan la suela de aquellos mocasines que Diana de Gales convirti¨® en tendencia, primero, y cl¨¢sico de la firma italiana, despu¨¦s.
Versace, la casa que hizo de la sensualidad su sello, no se qued¨® atr¨¢s con min¨²sculos corpi?os y faldas en goma. Sobre la pasarela, Dua Lipa, Naomi Campbell y Lourdes Le¨®n (hija de Madonna). Alrededor de ella, un grupo de fornidos abanicadores sin camiseta hac¨ªan oscilar un techo de pa?uelos de seda tirando de enormes cuerdas. Que la ropa tuviese que competir por la atenci¨®n de la audiencia con tantos elementos quiz¨¢ fuese algo intencionado. Y, en tal caso, un acierto seguro.
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