Alessandro Michele: ¡°Hemos cambiado. Tomarse tiempo para hacer algo es el verdadero lujo¡±
El dise?ador romano ha convertido a Gucci en una de las marcas m¨¢s rentables, influyentes y copiadas de un sector que se enfrenta a una crisis sin precedentes. Pero para sobrevivir en esta nueva e incierta sociedad, cree que la moda no puede seguir rigi¨¦ndose por normas obsoletas. Y ha comenzado cambiando las de su propia casa. Hablamos con el creador sobre c¨®mo conquistar a los mileniales, no ofender a los consumidores con las rebajas y vestir un poco mal. Solo un poco.
Perdona a mi perro, le gusta llamar la atenci¨®n¡±. Alessandro Michele habla v¨ªa Zoom desde su piso milan¨¦s donde pasa el segundo confinamiento italiano. Con su larga melena mesi¨¢nica, los dedos cubiertos por enormes anillos y un sencillo jersey ¡ª¡°de hace tres a?os¡±¡ª, el director creativo de Gucci, uno de los m¨¢s relevantes de la industria de la moda, reflexiona sobre su ¨²ltima osad¨ªa: pasarse algunas de las reglas m¨¢s asentadas del sector por el arco de los pantalones de campana. Ven¨ªa avisando. El pasado mayo ya anunci¨® que reducir¨ªa el n¨²mero de colecciones anuales de seis a dos, que no responder¨¢n a la tradicional divisi¨®n por temporadas y g¨¦neros, ni se ajustar¨¢n al calendario de las semanas de la moda. Y cumpli¨® su palabra. ¡°La pandemia¡±, asegura el dise?ador de 47 a?os, ¡°ha cambiado el mundo y el sector del lujo de una forma radical¡±, y las normas que lo llevan rigiendo desde que Gucci se fundase hace 100 a?os se han revelado obsoletas. Se impone ¡ª advierte¡ª una transformaci¨®n. Aunque sea traum¨¢tica.
Es noviembre y, al otro lado de la pantalla, el creador romano est¨¢ plet¨®rico. Acaba de presentar su ¨²ltima colecci¨®n y lo ha hecho no a trav¨¦s de un desfile, sino del GucciFest, una ambiciosa iniciativa que engloba una serie de siete episodios codirigida junto al cineasta Gus Van Sant y llamada Ouverture of Something that Never Ended (Obertura de algo que nunca termin¨®), adem¨¢s de 15 fashion films de dise?adores emergentes. El evento tuvo lugar un mes y medio despu¨¦s de que finalizase la Semana de la Moda de Mil¨¢n, en la que la marca italiana suele desfilar y que esta temporada concluy¨® debilitada por su ausencia. Porque las decisiones de Michele no solo afectan a la firma que dirige, sino a toda la industria. Ni siquiera los detractores incombustibles, aquellos que denuncian que su trabajo est¨¢ m¨¢s cerca del merchandising que de la moda, pueden negar su enorme influencia. Primero, por el propio peso espec¨ªfico de Gucci, que con una facturaci¨®n en 2019 de 9.630 millones de euros se erige en locomotora de Kering, el segundo conglomerado de empresas del lujo m¨¢s grande del mundo conformado, entre otras, por firmas como Balenciaga, Saint Laurent y Bottega Veneta. Y despu¨¦s, porque son muchas las marcas que replican los pasos est¨¦ticos y estrat¨¦gicos de Michele en un intento de alcanzar sus cifras de negocio: desde que el creador lleg¨® a la firma en 2015, las ventas de Gucci han aumentado m¨¢s de un 20% al a?o. As¨ª que puede que el romano sea el primero en reducir el n¨²mero de colecciones y abandonar las pasarelas, pero no ser¨¢ el ¨²ltimo. Cuando Michele hace el gesto de la tijera en Mil¨¢n con sus enjoyados dedos, un hurac¨¢n sacude la industria del lujo global. ¡°Gucci est¨¢ bajo un hechizo. Es como una serpiente con un mill¨®n de capas de piel y por eso todav¨ªa se mantiene tan fuerte, porque est¨¢ siempre abierta a conversar con la sociedad¡±, explica el creador utilizando la palabra que m¨¢s repetir¨¢ a la largo de la entrevista ¡ªconversar¡ª y que resume su m¨¦todo para dise?ar, enfrentarse al mundo y a s¨ª mismo.
?Por qu¨¦ decidi¨® cambiar un modelo de negocio que funcionaba y era tan rentable?
Habl¨¦ de una forma muy sincera con nuestro CEO, Marco Bizzarri, y decidimos ir por otros caminos. Repetir las mismas f¨®rmulas de siempre es m¨¢s f¨¢cil, pero ya no es seguro. No lo es desde el punto de vista de la creatividad y tampoco para el sector. Porque resulta aburrido para ti, para tus clientes y hasta para los periodistas. Y no queremos aburrirnos. Nunca m¨¢s. La moda es algo interesante precisamente porque no hay una receta fija.
?Cu¨¢l ser¨¢ a partir de ahora la importancia de los eventos f¨ªsicos como los desfiles?
Todos estamos deseando volver a vernos f¨ªsicamente, pero debemos investigar nuevas formas de mostrar nuestro trabajo. Yo lo acabo de hacer a trav¨¦s de una serie. ?Te imaginas un desfile con las modelos caminando por la pasarela? No estoy seguro de que alguien quiera. Antes de la pandemia mis desfiles ya se sal¨ªan del formato tradicional, porque para m¨ª nunca tuvo sentido. Si dispones de un escenario y una audiencia, hay muchas cosas interesantes que puedes hacer m¨¢s all¨¢ de pasear.
Ha reducido sus seis colecciones anuales a solo dos, ?c¨®mo piensa mantener los envidiados beneficios de Gucci?
No digo que quiera hacer menos cosas, porque me obsesiona crear; pero s¨ª que quiero hacerlas de una forma distinta. Y la gente est¨¢ lista porque se ha aburrido de seguir una agenda tan predecible como la de la moda. Me encantar¨ªa experimentar con otras marcas, dise?adores y artistas, en la l¨ªnea de la colaboraci¨®n que hemos desarrollado con The North Face [presentada el pasado diciembre]. Algo ha cambiado para siempre dentro de nosotros. Nunca vamos a volver a donde est¨¢bamos. Es una nueva era. Igual que tras la II Guerra Mundial, porque la pandemia ha sido como una guerra.
?Est¨¢ la industria de la moda preparada para adaptarse a este cambio?
¡°Las rebajas son una f¨®rmula antigua. Si compras una cosa y al mes lo pongo a la venta al 50%, es como si te estuviese robando¡±
Hay una audiencia que se est¨¢ terminando y la mayor parte de los j¨®venes no conectan con las marcas de moda porque no les interesan. Han crecido con las redes sociales y est¨¢n abiertos a decir lo que piensan. Quieren saber. Y en cierta forma sienten que no pueden establecer una conversaci¨®n real con las firmas. As¨ª que creo que el cambio no puede esperar.
Pero debe ser real, profundo. Para esas nuevas generaciones la autenticidad es fundamental; y si detectan la impostura, la castigan.
Autenticidad es una palabra muy poderosa. Nosotros crecimos en una sociedad que no era aut¨¦ntica en absoluto. Al menos, mi generaci¨®n. A ellos les encanta Billie Eilish, por ejemplo, porque tiene talento pero al mismo tiempo es solo una chica, no es una diva. Harry Styles es tal como lo ves: dulce, abierto y sin limitaciones. No es que sean valientes, simplemente no tienen miedo a ser como son. Representan un nuevo cap¨ªtulo en la historia. Pero las marcas que tratan de manipularlos a trav¨¦s del marketing se est¨¢n confundiendo, porque ellos se dan cuenta perfectamente. El marketing tiene que ir despu¨¦s de la creatividad, no al rev¨¦s, porque entonces est¨¢s muerto, tenlo por seguro.
?La decisi¨®n de presentar su ¨²ltima colecci¨®n a trav¨¦s de una serie tiene que ver con el deseo de conectar con estas nuevas generaciones?
No. A veces creo que nac¨ª con estrella. Hago las cosas porque me gustan y finalmente resulta que los j¨®venes se sienten apelados por ellas. Es algo m¨¢gico. Por ejemplo, en uno de los cap¨ªtulos de la serie decid¨ª establecer un di¨¢logo entre Harry Styles y Achille Bonito Oliva [historiador del arte italiano de 81 a?os], porque yo soy un poco Achille y un poco Harry: me encanta la historia del arte, pero tambi¨¦n estoy muy conectado con gente como Styles, con el que paso tiempo. El discurso de Achille ten¨ªa un lenguaje muy complicado, pero estoy seguro de que la audiencia est¨¢ preparada para cosas nuevas y elevadas.
?La m¨¢s joven ¡ªla generaci¨®n Tik Tok¡ª tambi¨¦n?
Sin duda. Ayer por la noche estaba viendo mi Instagram y hab¨ªa cientos de mensajes de gente joven que dec¨ªa: ¡°Nos encanta Achille¡±, y hablaban de transvanguardia [el concepto acu?ado por Bonito en los setenta para definir la reacci¨®n contra el arte povera]. Seguramente han tenido que hacer un google para descubrir qui¨¦n era, y eso es maravilloso. Debemos aprovechar la plataforma de la que disponemos para algo m¨¢s que vender bolsos. Y tenemos bolsos incre¨ªbles, enti¨¦ndeme, yo estoy obsesionado con ellos, soy un coleccionista, un fetichista de zapatos, vestidos, de todo. Tengo un apartamento que es como un archivo. Pero creo que, si no le das un sentido poderoso a las cosas materiales, no vas a volver a vender nada nunca m¨¢s.
?Esa es la clave para la supervivencia del lujo?
Durante los ¨²ltimos 15 o 20 a?os nos han querido convencer de que el marketing estaba por encima de todo. ¡°Puedo venderte lo que quiera¡±, dec¨ªan. Afortunadamente, eso ya no es verdad. No vamos a comprar ¡ªincluido yo¡ª todas las cosas que t¨² nos pones en la cara. La ¨¦poca de la modelo en una silla con un bolso ha muerto. Gracias.
?Para qu¨¦ sirve el lujo hoy? ?Qu¨¦ raz¨®n de ser tiene en este preciso momento?
Creo que la lentitud, tomarse tiempo para hacer algo, es el verdadero lujo hoy. No se trata de tener muchas cosas, sino de preocuparse por lo que uno consume. Compra cosas bonitas y cu¨ªdalas. El primer vestido que dise?¨¦ para mi primer show todav¨ªa me encanta. Es poderoso y delicado. La idea de que lo vayamos a vender otra vez es tambi¨¦n una forma de riqueza.
?Es o debe ser la moda pol¨ªtica?
Nunca he pensado en ello. Pero s¨ª, porque todo es pol¨ªtico. Si tienes una voz ¡ªya seas un cantante o un director de cine¡ª y la utilizas para comunicar una idea, eso, sin duda, es pol¨ªtica. Y, desde luego, la forma en la que te vistes es poder.
Gucci se precia de ser una de las primeras grandes marcas internacionales en experimentar ¡ªen la ¨¦poca contempor¨¢nea¡ª con las prendas sin g¨¦nero, apostar por la diversidad en sus campa?as o en establecer colaboraciones en principio tan transgresoras como la protagonizada en 2018 por el sastre de Harlem Dapper Dan, famoso por plagiar el logo de las dos G en los a?os ochenta para vestir a la aristocracia hip-hop y al que la marca demand¨® en su momento.
En una entrevista que hice a la directora creativa de Dior, Maria Grazia Chiuri, me dijo que el hecho de que fuesen dos de los dise?adores que m¨¢s utilizan el discurso social en sus colecciones tiene que ver con que ambos son de Roma.
Es un punto de vista muy interesante. Roma es un lugar muy fuerte donde nacer porque tiene algo magn¨¦tico, una atm¨®sfera, una perspectiva, y, adem¨¢s, los romanos nos relacionamos con la ciudad de una forma muy libre. Al fin y al cabo, nos recuerda lo que es trascendente: las cosas cambian y ella permanece.
Hace unos a?os, Gucci decidi¨® no hacer rebajas. Y ahora, cada vez m¨¢s marcas, tanto de lujo como de fast fashion, se han subido al carro.
Cuando veo cosas muy rebajadas, que se venden casi por nada, pienso que es una f¨®rmula antigua. Vivimos en una ¨¦poca en la que se supone que queremos evitar el desperdicio, as¨ª que hag¨¢moslo. No tiene sentido llenar las tiendas con un mill¨®n de cosas y despu¨¦s bajarles el precio porque no se venden. Quiz¨¢ sea mejor seleccionar las adecuadas para cada ciudad. Nuestro merchandising est¨¢ funcionando muy bien porque respetamos el mercado. Si t¨² no valoras tu producto, qui¨¦n lo va a hacer. Adem¨¢s, si compras hoy una cosa y dentro de un mes la pongo a la venta con un descuento del 50%, es como si te estuviese robando. Tampoco es justo para la cadena de producci¨®n: no hay que olvidar el trabajo del distribuidor y el proveedor. Un bolso es un bolso. No es la mitad de bolso a los cuatro meses. Espero que esta estrategia ¡ªque, por cierto, fue una idea de Marco Bizzarri, nuestro CEO¡ª funcione para siempre.
Muchos dicen que gran parte del ¨¦xito de Gucci reside en el buen entendimiento entre ambos.
Nunca ha interferido en mi trabajo. Y, al principio, cuando llegu¨¦, era hasta peligroso no hacerlo. Siempre estaba pensando que me iban a despedir al segundo siguiente. ?l es el verdadero jugador, el que arriesga.
Ahora que nos definimos a trav¨¦s de nuestros gustos y de las redes sociales, y que pasamos tanto tiempo en casa; ?ha perdido fuerza la moda como herramienta de expresi¨®n personal?
¡°El marketing tiene que ir despu¨¦s de la creatividad, no al rev¨¦s, porque entonces est¨¢s muerto¡±
No. Yo no puedo resistirme a llevar mis collares y mis anillos cuando estoy en casa. Es verdad que ahora uso ropa m¨¢s c¨®moda, pero necesito ser yo mismo frente al espejo, aunque no me mire muy a menudo. Nos gusta reflejar la idea que tenemos de nosotros mismos a trav¨¦s de la ropa, incluso si nuestro estilo es muy sencillo o estamos solos. Es la parte m¨¢s poderosa de la moda.
?Cree que, a partir de ahora, la gente buscar¨¢ dise?os m¨¢s funcionales y b¨¢sicos o algo m¨¢s extravagante que les haga sentir especiales?
Estamos buscando siluetas bellas pero sencillas y muy ponibles. Por eso, en esta colecci¨®n estaba tan obsesionado con las camisetas de baloncesto. Combinadas con una falda cl¨¢sica y elegante son muy chics. Es un look que creo que tiene sentido ahora: austero pero cool. Enti¨¦ndeme, la excentricidad es algo que amo, la idea de ponerse algo err¨®neo, que no encaja, me encanta. Siempre lo he hecho. Incluso cuando era muy peque?o.
?Fue un ni?o exc¨¦ntrico?
Mi madre siempre me dec¨ªa: ¡°Ya estabas loco desde peque?o¡±. Cuando ten¨ªa seis a?os, en los setenta, me encantaban los zuecos y pretend¨ªa ir al colegio en pleno invierno con ellos, ?y sin calcetines! ?Te imaginas? Me inventaba mil excusas para que me dejasen hacerlo. Creo que sigo haciendo lo mismo. Cuando me visto y compruebo que todo est¨¢ perfecto, me gusta introducir un detalle que est¨¦ mal, porque es precioso y te da la oportunidad de experimentar algo muy poderoso: a todos nos da miedo equivocarnos, pero cuando tienes bajo control eso que haces mal y te permites llevar algo bello pero equivocado, en la estaci¨®n equivocada, de la forma equivocada, significa que est¨¢s m¨¢s en contacto con tu ego y contigo mismo.
Parece que, de una forma u otra, su trabajo esconde casi siempre un homenaje a sus padres. Como por ejemplo ahora, con la serie que codirige junto a Gus Van Sant y en la que ahonda en esa pasi¨®n por el cine heredada de su madre.
Mis padres murieron hace mucho tiempo, pero dentro de m¨ª pervive lo que me ense?aron, como el gusto por mantener una conversaci¨®n abierta con referentes y voces distintas, porque ellos eran muy diferentes. Mi padre era como un cham¨¢n, y mi madre, una chica muy urbana que trabajaba en la industria del cine. Adem¨¢s de a amar las pel¨ªculas o a abrir mi mente, me ense?aron que puedes pasar toda tu vida con alguien completamente opuesto a ti. Y, por eso, siempre me ha gustado estar en contacto con las dos caras de mi personalidad.
?Cu¨¢les son?
Siento que no soy una persona, sino muchas voces que est¨¢n en conversaci¨®n constante. Soy un ni?o y soy un viejo, que intenta cambiar de vez en cuando, pero al que cada vez le cuesta m¨¢s.
Siempre explica sus colecciones a trav¨¦s de la filosof¨ªa. Algunas de sus notas de prensa parecen tesis doctorales.
Mi novio me lee filosof¨ªa constantemente. Pero soy un ignorante en este y otros campos: eso me hace sentir vivo y curioso. Lo que s¨ª s¨¦ es que la moda no es solo un trozo de tela. Como dijo [el fil¨®sofo Walter] Benjamin, la conversaci¨®n entre moda y sociedad es muy poderosa. Me resulta extra?o que en el pasado nadie recurriese a ella para explicar sus colecciones, ahora todo el mundo cita a fil¨®sofos en su trabajo.
Despu¨¦s de usted.
Es como todo. Las cosas que en principio se consideraban raras ahora est¨¢n de moda. Los loafer con pelo [unos zuecos ic¨®nicos de Gucci dise?ados por Michele] eran extra?os y poco funcionales; despu¨¦s se pusieron de moda; m¨¢s tarde se popularizaron y ahora son como el bolso Kelly de Herm¨¨s, un cl¨¢sico. Si la gente copia la forma en la que trabajo, bien; solo espero que alguien m¨¢s lo haga de una forma sincera y descubra lo poderoso que es abrir la moda a otras disciplinas.
Usted trabaja con artistas underground y durante el GucciFest emiti¨® los fashion films de 15 dise?adores emergentes. Hay algo perverso en que una marca de lujo como Gucci ¡ªep¨ªtome del consumismo y el capitalismo¡ª se erija en plataforma y defensora de las subculturas.
Son la sangre de lo que sucede escaleras arriba. Es muy interesante. Somos par¨¢sitos: yo de ellos, y ellos de m¨ª. Esta conexi¨®n mantiene vivas a las grandes marcas; especialmente a las que consiguen incorporar de una forma contempor¨¢nea la realidad de las subculturas. Para m¨ª es algo normal, porque siempre me he sentido muy atra¨ªdo por el mundo underground y no me importa compartir el mismo espacio con ellos. Es como el ox¨ªgeno, no puedo vivir sin ¨¦l. Pero es verdad: hay una perversi¨®n en esta relaci¨®n.
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