La princesa Mako de Jap¨®n abandona la familia imperial tras dar el ¡°s¨ª, quiero¡± en una boda modesta
La sobrina del emperador Naruhito y ahora exprincesa sella el enlace con un compa?ero de la universidad tras tres a?os de pol¨¦mica, a la espera de comenzar una nueva vida en Nueva York
Mako de Akishino, la sobrina mayor del emperador Naruhito, ha dado por fin el ¡°s¨ª quiero¡± a su prometido Kei Komuro tras superar una aut¨¦ntica carrera de obst¨¢culos con la que ha lidiado durante tres calendarios. Su historia de amor, que nunca tuvo las papeletas para convertirse en el cl¨¢sico cuento de hadas, se ha oficializado hoy contra viento y marea: la primog¨¦nita del pr¨ªncipe heredero al trono japon¨¦s se ha casado con su alma gemela, s¨ª, pero sin todo el boato propio de estos acontecimientos reales y vi¨¦ndose obligada a abandonar la familia imperial por elegir como esposo a un var¨®n por cuyas venas no corre la selecta sangre azul. La princesa, que cumpli¨® 30 a?os el pasado s¨¢bado, pasa a ser, desde este martes, 26 de octubre, una simple mortal apellidada Komuro.
Esta ma?ana el Palacio Imperial tokiota amanec¨ªa, a ojos de cualquier transe¨²nte, como un d¨ªa cualquiera, aunque, con toda certeza, en su interior se respiraba una tensi¨®n inusual. No hubo ceremonia Kekkon-no-gi en el Kashikodokoro ¡ªrito sinto¨ªsta de enlace en el altar de la diosa del Sol¡ª, ni kimonos, carruajes ni cualquier tipo de parafernalia que pudiera esperarse en la boda de uno de los miembros del linaje din¨¢stico m¨¢s antiguo del planeta. Fuera de sus muros tampoco han repicado las campanas nupciales. De hecho, por no haber, no ha habido ni ceremonia civil: de acuerdo con un portavoz de la Agencia de la Casa Imperial, ha sido un funcionario de la instituci¨®n, en nombre de la pareja, el encargado de presentar esta ma?ana la documentaci¨®n para legitimar el matrimonio en el registro civil de Tokio.
Sobre las 10.00 hora local (3.00 hora peninsular espa?ola), la ahora exprincesa abandonaba la residencia de Akasaka, el palacio en el que hasta la fecha resid¨ªa con sus padres, los pr¨ªncipes herederos Fumihito y Kiko, y sus hermanos, Kako e Hisahito, este ¨²ltimo, segundo en el orden de sucesi¨®n a la corona. Luciendo un elegante vestido verde pastel y un collar de perlas, y portando un peque?o ramo de flores, Mako ha realizado varias reverencias ante sus padres y su hermana, quienes han salido a despedirla a la puerta, conscientes todos de que les esperaba una lluvia de flashes. La princesa Kako, de 26 a?os, se ha saltado el protocolo fundi¨¦ndose en un emotivo abrazo con su hermana mayor. Cumpliendo con las medidas para combatir la pandemia de covid-19, todos llevaban mascarillas.
A las 14.00 horas de Jap¨®n, ya convertidos en marido y mujer, los Komuro han entregado por escrito a la prensa sus respuestas a las preguntas que les hab¨ªa enviado previamente. ¡°En algunos de los temas cuestionados se daban por sentado datos err¨®neos que han molestado a la princesa¡±, comunic¨® la Agencia de la Casa Imperial, seg¨²n informa la cadena de televisi¨®n japonesa NHK. Los reci¨¦n casados han realizado unas declaraciones conjuntas ante los medios, en las que Mako ha expresado que est¨¢ decidida a construir una vida feliz con su ¡°irremplazable¡± marido. ¡°Soy consciente de que nuestro matrimonio ha generado discordia (¡) pero para nosotros, es una elecci¨®n necesaria si queremos vivir siguiendo lo que dictan nuestros corazones¡±, ha aseverado Mako.
Al contrario de lo que ocurri¨® con su abuelo (el emperador em¨¦rito Akihito), su padre (el pr¨ªncipe heredero Fumihito) o su t¨ªo (el emperador Naruhito), los tres casados con mujeres ajenas a la realeza, Mako se ha visto obligada a abandonar la familia imperial por el hecho de ser mujer y elegir un esposo sin estatus real. En respuesta al rechazo que ha provocado su matrimonio entre los m¨¢s devotos a la monarqu¨ªa de su pa¨ªs, Mako es la primera de la dinast¨ªa Yamato que no ha contra¨ªdo nupcias bajo el rito sinto¨ªsta e igualmente la ¨²nica que ha renunciado al monto de 152,5 millones de yenes (casi 1,2 millones de euros) que le corresponde por salir de la instituci¨®n tras desposarse con lo que se define en este gremio elitista como plebeyo.
El camino de Mako hacia el altar ha estado ensombrecido por un aluvi¨®n de cr¨ªticas desde que, en 2018, a?o en el que estaba previsto que se celebrarse su boda, la prensa sensacionalista destap¨® un esc¨¢ndalo financiero relacionado con la madre de Kei. La enorme presi¨®n y el escrutinio p¨²blico al que desde entonces ha debido atenerse han dado al traste con su salud: seg¨²n confirm¨® a principios de mes la propia Agencia de la Casa Imperial, Mako padece un trastorno por estr¨¦s postraum¨¢tico. Su psic¨®loga Tsuyoshi Akiyama, directora del centro m¨¦dico NTT de Tokio, ha asegurado que a la princesa ¡°la embarga el pesimismo y encuentra dificultades para ser feliz por el constante miedo a que su vida se destruya¡±.
Pero su caso no es aislado. A pesar de que no pueden ocupar el Trono del Crisantemo ¨Cy no hay indicios de que la ley s¨¢lica est¨¦ pr¨®xima a abolirse¨C, son precisamente ellas las que se encuentran m¨¢s a menudo en el punto de mira de los medios nipones, raz¨®n por la que el estr¨¦s y la depresi¨®n han hecho mella en varias damas de la familia imperial. La emperatriz em¨¦rita Michiko fue la primera mujer fuera de la realeza en desposarse con un heredero al trono de Jap¨®n. Su llegada a la casa real en 1959, as¨ª como las posteriores de Kiko, en 1990, y de Masako, en 1993, fueron recibidas por la mayor¨ªa del pueblo japon¨¦s como un soplo de aire fresco dentro de una instituci¨®n en la que el emperador era venerado como si de un dios se tratase hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
El supuesto car¨¢cter fuerte de Michiko y la imposibilidad de Masako de concebir un hijo var¨®n, sin embargo, ocupar¨ªan m¨¢s tarde cientos de titulares en art¨ªculos marcadamente fr¨ªvolos que afectaron la salud mental de ambas: la primera padece s¨ªntomas severos de estr¨¦s (en 1993 lleg¨® a perder la voz por unos meses), mientras que la segunda lleva a?os sufriendo una aguda depresi¨®n (antes de que su marido ascendiese al trono se la lleg¨® a apodar la ¡°princesa triste¡±).
En la rueda de prensa de hoy, Kei ha utilizado un lenguaje inusual para la realeza, asegurando que va ¡°a amar y proteger¡± a Mako y que desea ¡°pasar la ¨²nica vida que tengo con la mujer que amo¡±. El matrimonio Komuro se muda hoy a un apartamento en Tokio, a la espera de iniciar su nueva etapa en Nueva York, donde reside Kei desde 2018. El marido de Mako empez¨® a trabajar en la firma de abogados de Manhattan Lowenstein Sandler tras graduarse en mayo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Fordham.
Graduada en Arte y Patrimonio Cultural por la Universidad Cristiana de Tokio, donde conoci¨® a su media naranja en 2012, Mako tambi¨¦n cuenta con un m¨¢ster en Museolog¨ªa y Galer¨ªas de Arte de la Universidad de Leicester. En agosto renunci¨® a su cargo de investigadora asociada en el Museo de la Universidad de Tokio y aparc¨® el doctorado que estudiaba en la Universidad Cristiana de Tokio. Con este curr¨ªculum, las apuestas se inclinan a que la hija mayor del pr¨ªncipe heredero continuar¨¢ su carrera en el mundo del arte de la Gran Manzana.
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