La princesa Mako de Jap¨®n rechaza un mill¨®n de euros de dote y una ceremonia tradicional para su inminente boda
La sobrina del emperador Naruhito, que lleva tres a?os postergando su enlace, se mudar¨¢ a Nueva York tras casarse, donde su prometido, un plebeyo no aceptado por ciertos sectores tradicionalistas, quiere ejercer como abogado
La larga espera de la princesa Mako de Jap¨®n para contraer matrimonio con su prometido, Kei Komuro, parece llegar a su fin, aunque no de la manera m¨¢s ¡ªllam¨¦mosle¡ª ortodoxa. La sobrina del emperador Naruhito se casar¨¢ a finales de este a?o, tres m¨¢s tarde de lo planeado, sin la parafernalia que rodea las bodas imperiales y, lo m¨¢s probable, renunciando a la dote de m¨¢s de 150 millones de yenes (m¨¢s de un mill¨®n de euros) que corresponde a las mujeres de la familia real nipona al desposarse con un sujeto que, en el argot de su distinguid¨ªsimo gremio, se etiqueta de plebeyo.
Despu¨¦s de aplazarse en reiteradas ocasiones, fuentes cercanas a la realeza anunciaron el mi¨¦rcoles que la boda finalmente tendr¨¢ lugar, pero que no contar¨¢ con ninguna ceremonia ni ritual tradicional, seg¨²n recoge el rotativo japon¨¦s Asahi Shimbun. Mako, que cumplir¨¢ 30 a?os en octubre, registrar¨¢ su casamiento en suelo nacional y, despu¨¦s de renunciar a su estatus real, se mudar¨¢ a Nueva York, donde reside su prometido desde 2018.
De cumplirse este guion, que en cierta medida emula la telenovela de Enrique y Meghan, Mako de Akishino se convertir¨ªa en la primera princesa en tiempos modernos que no contrae nupcias bajo el rito sinto¨ªsta, liturgia que incluye una ceremonia de compromiso formal en la que las familias intercambian regalos, conocida como Nosai no Gi, adem¨¢s de un encuentro oficial con el emperador y la emperatriz para mostrarles eterna gratitud, denominado Choken no Gi.
La ley de la casa imperial japonesa recoge que las mujeres que se casan con los llamados plebeyos tienen garantizada una dote, cubierta con el dinero de los contribuyentes, con el objetivo de ¡°mantener la dignidad de una persona que fue miembro de la familia imperial¡±. La cuant¨ªa la determina el Consejo de Econom¨ªa de la Casa Imperial, en el que figura, entre otros miembros de alta alcurnia, el mism¨ªsimo primer ministro nip¨®n, Yoshihide Suga. A ra¨ªz de las continuas trabas para llevar su prolongado romance al siguiente nivel y del rechazo que ha generado su noviazgo con Komuro entre cierto segmento de la poblaci¨®n que a¨²n simpatiza con este orden din¨¢stico, Mako ha hecho p¨²blico su deseo de no cobrar la nada m¨®dica suma de 152,5 millones de yenes (casi 1,2 millones de euros) que le corresponde, una solicitud sin precedentes que el propio Gobierno est¨¢ sopesando.
La historia de amor de Mako y Komuro ha ocupado titulares dentro y fuera del pa¨ªs del sol naciente desde que la pareja anunciara su compromiso en 2017. La opini¨®n p¨²blica japonesa no recibi¨® con buenos ojos la noticia de que la hija mayor del futuro heredero al trono, el pr¨ªncipe Fumihito, hab¨ªa elegido para ser su c¨®nyuge a un hombre sin sangre azul, pues esto implicar¨ªa que Mako perder¨ªa sus privilegios reales.
La princesa conoci¨® al que ser¨ªa su prometido en 2012, cuando ambos estudiaban en la Universidad Cristiana Internacional de Tokio. Despu¨¦s de continuar sus carreras universitarias por separado (ella, en Edimburgo; ¨¦l, en California), Komuro pidi¨® matrimonio a Mako en 2013, cuatro a?os antes de que ambos lo comunicaran p¨²blicamente. Inicialmente, el gran d¨ªa estaba previsto para noviembre de 2018, pero, en febrero de ese mismo a?o, la casa imperial inform¨® de su aplazamiento hasta 2020 ofreciendo argumentos poco convincentes.
Ser¨ªan los medios sensacionalistas, tan al tanto de los asuntos m¨¢s relevantes que conciernen a una sociedad, los que se ocupar¨ªan de desvelar que la raz¨®n principal eran problemas econ¨®micos de la familia del novio. La madre de Komuro, Kayo, deb¨ªa unos 30.000 euros a su expareja, un monto con el que financi¨® los estudios de su hijo y que ella afirma se trat¨® de un regalo, mientras que su ex insiste en que fue un pr¨¦stamo. La reacci¨®n en palacio fue m¨¢s que tajante: no habr¨ªa boda hasta que no se aclarase ese litigio.
Komuro se mud¨® ese mismo a?o a Estados Unidos para estudiar Derecho en la Universidad Fordham de Nueva York, avivando las cr¨ªticas de muchos, quienes lo tomaron como una huida. El propio Komuro lanz¨® varios comunicados para reafirmar ante el pueblo nip¨®n que sus sentimientos por la princesa estaban intactos y que los planes de casarse segu¨ªan en pie. Tras graduarse el pasado mes de mayo, el futuro esposo se present¨® en julio al examen oficial de abogados para ejercer en territorio estadounidense, del cual conocer¨¢ los resultados en diciembre.
A pesar de que el pr¨ªncipe Fumihito aprovech¨® la celebraci¨®n de su 55? cumplea?os para bendecir p¨²blicamente la pol¨¦mica uni¨®n, desde la familia real se ha filtrado la preocupaci¨®n por el hecho de que parte de la ciudadan¨ªa se oponga rotundamente a la boda. ¡°Apruebo que se casen. La Constituci¨®n establece que el matrimonio debe basarse ¨²nicamente en el consentimiento mutuo de ambas partes. Si es lo que ellos realmente quieren, entonces es algo que debo respetar como padre¡±, expres¨® el hermano menor del actual emperador en aquella ocasi¨®n festiva.
El culebr¨®n que se ha generado en torno a la boda de la pareja tambi¨¦n ha dado alas al debate sobre el futuro de la familia real nipona. La ley de la casa imperial establece que solo los descendientes varones del linaje paterno pueden ascender al Trono del Crisantemo. En la normativa vigente (que data de 1947), adem¨¢s, prevalece una enorme distinci¨®n entre sexos: las mujeres pierden su estatus real al casarse con un plebeyo, pero no sucede lo mismo a la inversa.
Este anticuado proceder amenaza el futuro del linaje, que ahora mismo solo cuenta con tres varones en la l¨ªnea de sucesi¨®n y el tercero, Masahito ¡ªhermano menor del emperador em¨¦rito Akihito¡ª, es ya un anciano octogenario. De los 18 miembros de la familia imperial actual, incluido Akihito, de 87, y la otrora emperatriz Michiko, de 86, que ya no desempe?an funciones oficiales, 13 son mujeres. Seis de ellas, incluida la princesa Mako, no est¨¢n casadas. El futuro parece entonces depender de un jovencito de 14 primaveras, el pr¨ªncipe Hisahito, hermano de Mako, y quien ocupa el segundo lugar en la l¨ªnea del trono imperial de Jap¨®n.
La dinast¨ªa Yamato, que tradicionalmente se ha jactado de ser la casa real m¨¢s antigua del planeta, con m¨¢s de 2.600 a?os de historia, y de descender de la diosa del sol Amaterasu, deposita por el momento sus esperanzas de perpetuar los actuales privilegios en un adolescente, el ¨²nico heredero de su generaci¨®n. Mientras tanto, todo indica que Mako y Komuro ver¨¢n el desenlace a millas n¨¢uticas de distancia, viviendo una nueva vida al estilo neoyorquino.
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