Jap¨®n valora una reforma del sistema de sucesi¨®n de la casa imperial para que las mujeres no tengan que abandonarla al casarse
El Gobierno valora dos v¨ªas para atajar la crisis din¨¢stica: permitir que las mujeres mantengan la continuidad din¨¢stica tras unirse a un hombre ajeno a la realeza y abrir la puerta a la adopci¨®n de un var¨®n que comparta v¨ªnculos sangu¨ªneos con los ancestros de la familia real actual

La ¡ªpara algunos¡ª tan ansiada reforma del sistema de sucesi¨®n de la casa imperial japonesa podr¨ªa vislumbrarse un poco m¨¢s cerca en el horizonte. C¨®mo preservar la continuidad din¨¢stica vuelve a ocupar titulares en el pa¨ªs del sol naciente despu¨¦s de que la semana pasada se anunciase que la princesa Mako, sobrina del emperador Naruhito y primog¨¦nita del pr¨ªncipe heredero Fumihito, se casar¨¢ con su novio Kei Komuro a finales de este a?o, lo que la convertir¨¢ en una ciudadana com¨²n.
Seg¨²n informa la agencia local de noticias Kyodo, el Gobierno nip¨®n est¨¢ valorando permitir que las mujeres de la familia imperial preserven su estatus incluso si se casan con un var¨®n que no pertenezca a la realeza, lo que en este distinguid¨ªsimo argot se etiqueta de plebeyo. De esta manera, se abrir¨ªa la puerta a que ellas continuasen alargando la rama a la que pertenecen en la familia imperial en lugar de abandonarla, como est¨¢n obligadas a hacer desde mediados del siglo pasado.
Tras la promulgaci¨®n de la Constituci¨®n de 1947, impuesta por los estadounidenses despu¨¦s de la derrota de Jap¨®n en la II Guerra Mundial, se suprimieron los t¨ªtulos aristocr¨¢ticos de los miembros de once familias cuyos integrantes no eran descendientes por el linaje paterno del emperador Taisho (1912-1926). En un esfuerzo por limitar la pertenencia a la casa imperial a un colectivo a¨²n m¨¢s selecto, se estipul¨® que solo podr¨ªan ascender al trono del Crisantemo los hombres en la l¨ªnea de sucesi¨®n masculina, que las princesas deber¨ªan adoptar el t¨ªtulo o el apellido de su esposo (perdiendo as¨ª su posici¨®n real al casarse con un var¨®n por cuyas venas no corre sangre azul) y que ni el emperador ni los miembros de la familia imperial podr¨ªan adoptar un heredero.
El ¨¢rbol geneal¨®gico de la familia imperial japonesa se compone actualmente de la estirpe del emperador Naruhito y de otras cuatro ramas: la de su padre, el emperador em¨¦rito Akihito; la de su hermano menor, el pr¨ªncipe heredero Fumihito; la de su t¨ªo, el pr¨ªncipe Masahito; y la del primo de su padre, el difunto pr¨ªncipe Norihito. De los 18 miembros imperiales, incluido Akihito, de 87 a?os, y la emperatriz Michiko, de 86, ¡ªquienes ya no desempe?an funciones oficiales¡ª, 13 son mujeres y tan solo tres hombres cumplen con las condiciones de ser emperador. Uno, Fumihito, de 55 a?os; otro, Masahito, de 85.
Las esperanzas del porvenir del linaje est¨¢n depositadas pues en un adolescente que cumpli¨® el lunes 15 primaveras, el pr¨ªncipe Hisahito, hijo menor del heredero. Su nacimiento, el primero de un var¨®n en la familia desde que en 1965 naciera su padre, se tom¨® por los sectores m¨¢s conservadores como una se?al divina de que la tradici¨®n deb¨ªa quedar inalterada y releg¨® a un segund¨ªsimo plano el debate iniciado en 2005 para que las mujeres tuvieran derecho a convertirse en emperatrices.

El reciente anuncio de que su hermana Mako, la primog¨¦nita de Fumihito, renunciar¨¢ a su estatus imperial a finales de este calendario ha aumentado, sin embargo, la presi¨®n sobre el Ejecutivo japon¨¦s para atajar la crisis de sucesi¨®n de la dinast¨ªa. La agencia Kyodo informa que, desde mediados de julio, un panel ministerial de expertos ha presentado dos posibles soluciones. Voces progresistas critican que, la que deber¨ªa ser la iniciativa m¨¢s l¨®gica, abolir la ley s¨¢lica, no figura entre ellas.
En el informe provisional al que ha tenido acceso Kyodo, se menciona, por un lado, permitir que las mujeres contin¨²en dentro del linaje despu¨¦s de desposarse con los denominados plebeyos y, por otro, abrir la puerta a la adopci¨®n de un var¨®n heredero que guarde v¨ªnculos sangu¨ªneos con aquellas ramas de la familia imperial que fueron despojadas de sus t¨ªtulos en 1947.
La primera opci¨®n permitir¨ªa que la ¨²nica hija del emperador Naruhito, la princesa Aiko, de 19 a?os, y las dos hijas del pr¨ªncipe heredero, Mako, que cumple 30 en octubre, y Kako, de 26, mantengan sus t¨ªtulos tras contraer matrimonio. ¡°Si no aseguramos un cierto n¨²mero de miembros de la familia imperial de esta manera, no habr¨¢ suficientes personas de la realeza con derecho a apoyar al pr¨ªncipe Hisahito en sus labores¡±, explica una fuente cercana al Gobierno que recoge la agencia Kyodo. De hecho, en el caso de que contin¨²en las restricciones vigentes, si sus hermanas y sus primas renunciasen a sus t¨ªtulos por amor, recaer¨ªa sobre Hisahito una carga colosal: ¨²nicamente ¨¦l y su hipot¨¦tica familia ¡ªasumiendo que se case y tenga descendencia¡ª tendr¨ªan que hacerse cargo de todas las tareas de la dinast¨ªa Yamato.
Para contentar a las facciones m¨¢s conservadoras del panel, el citado texto recoge que se ha excluido la posibilidad de que las mujeres establezcan su propia rama familiar tras contraer matrimonio y que probablemente no se conceder¨¢ estatus privilegiado ni a sus maridos ni a sus hijos, lo que cierra de un portazo la v¨ªa del matrilinaje.
La segunda alternativa sobre la mesa es modificar la ley para admitir la adopci¨®n. El pr¨ªncipe Masahito, de 85 a?os, y su esposa, la princesa Hanako, de 81, figuran como primeros en la lista para explorar dicha senda. A este matrimonio sin hijos solo se les permitir¨ªa adoptar a un joven var¨®n descendiente de una de las antiguas familias aristocr¨¢ticas bajo el pretexto de que esos posibles herederos comparten ancestros con la familia imperial actual y que, de esta manera, se proteger¨¢ el ¡°estatus real¡± de su estirpe.
A pesar de que las encuestas dan una amplia mayor¨ªa (el 85% seg¨²n la ¨²ltima publicada por Kyodo en primavera) a la opci¨®n de permitir que una emperatriz ocupe el trono del Crisantemo, los segmentos de la poblaci¨®n que a¨²n simpatizan con este orden din¨¢stico se oponen a esa idea alegando que se ¡°destruir¨ªa¡± una l¨ªnea de sucesi¨®n de hombres que ha resultado ser inquebrantable durante dos milenios.
La casa imperial japonesa presume de ser la monarqu¨ªa m¨¢s antigua del mundo que goza de continuidad. Se cree que Naruhito es el 126? emperador de la dinast¨ªa Yamato, heredero de un linaje que se remonta a la fundaci¨®n de la naci¨®n en el a?o 660 antes de nuestra era por el emperador Jimmu, quien, cuenta la leyenda, descend¨ªa directamente de la diosa del sol Amaterasu. Si esa l¨ªnea se rompe, los m¨¢s tradicionalistas temen que las generaciones venideras no entiendan la necesidad de un tenno, un ¡°soberano del cielo¡±, encarnado en la Tierra por la figura del emperador.
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