Marisol Gald¨®n: ¡°Muchos est¨¢n jodidos como yo y solo muestran su cara ideal¡±
La comunicadora y actriz, que public¨® un v¨ªdeo pidiendo empleo, denuncia la perversidad de un mercado que excluye a las mayores y confiesa la dureza de vivir en la precariedad y la pobreza cuando se ha tenido casi todo
Charlando ambas sentadas en el sal¨®n de su bonito adosado con vistas al bell¨ªsimo campo alcarre?o, cuesta creer que Marisol Gald¨®n est¨¦ tan mal econ¨®micamente como para haber publicado hace unos meses un v¨ªdeo pidiendo trabajo y confesar, hoy, que sigue pas¨¢ndolas canutas y no le llegan ofertas. Primer prejuicio a revisar. La casa, llena de lozan¨ªsimas plantas y estantes atestados de libros viejos, es alquilada; su casero, comprensivo, le ha aplazado y rebajado la renta, y la inquilina completa sus escuetos ingresos con ayudas de amigos. Gald¨®n, amable y locuac¨ªsima, luce primorosamente vestida, te?ida y maquillada. Segundo prejuicio: se ti?e y se maquilla ella sola, y el modelito que ha elegido para las fotos, divino, es de hace d¨¦cadas. Prejuicios fuera: la pobreza y la precariedad no implican siempre pasar hambre ni llevar harapos. Y ella es la primera en saberlo.
?Cu¨¢ndo empez¨® a torc¨¦rsele el carro, laboralmente hablando?
En realidad, muy pronto. Despu¨¦s del boom de los programas Plastic y Peligrosamente juntas, en los noventa, me llamaron como opinadora en Telecinco, como jurado en programas de entretenimiento y cosas as¨ª. No me llenaba profesionalmente, pero pagaban bien, aunque jam¨¢s me hice rica. La ruina lleg¨® con la crisis de 2008, en la que bajaron brutalmente las tarifas, y, sobre todo, con la pandemia. Se par¨® todo. No me sal¨ªa nada. Tuve que vender mi casa, pagar deudas. Lleg¨® un momento en que no vi otra salida que grabar y subir el v¨ªdeo.
?? Mujer de m¨¢s de 50, con amplia y reconocida experiencia profesional, en b¨²squeda activa de empleo ????????#marisolgaldon
— Marisol Gald¨®n (@MarisolGaldon) September 16, 2021
?Me ayudas a difundir?
Gracias.
?????? pic.twitter.com/yavJ07nytp
?Cu¨¢nto le cost¨® publicarlo?
Much¨ªsimo. Es dur¨ªsimo salir del armario de la pobreza, y m¨¢s en una ¨¦poca y una profesi¨®n en las que mandan el postureo y la impostura. Alucinar¨ªas con la cantidad de colegas que est¨¢n tan jodidos como yo y solo muestran su cara ideal.
Tambi¨¦n hay gente que lo pasa bastante peor que usted.
Claro, yo no estoy en guerra encerrada en un s¨®tano en Ucrania ni me han mutilado el cl¨ªtoris ni paso hambre. Pero necesito trabajar y nadie me contrata. Y luego est¨¢ la dictadura esa de la autoayuda y el autoempleo. ¡°Emprende, emprende¡±, te dicen. Reinv¨¦ntate. Yo escribo libros, tengo un blog, acabo de rodar un corto, me invento mil cosas, pero de eso no vivo. Estoy harta de ese discurso. A la mierda la resiliencia. Al final, te culpan a ti de no darte trabajo.
?C¨®mo es ser pobre cuando se ha vivido confortablemente?
Muy duro. Yo, modestamente, lo he tenido todo. Te vas empobreciendo, vas teniendo que dejar de hacer cosas. Parecer¨¢ fr¨ªvolo, pero es una derrota ¨ªntima, por ejemplo, tener que dejar de usar cremas buenas por una del s¨²per, y racion¨¢ndola. Y lo de mendigar a los amigos... Es todo no, no, no.
?Qu¨¦ es ahora un lujo para usted?
Un libro. Hace siglos que no me compro uno, es de lo que peor llevo.
Un libro cuesta unos 20 euros.
S¨ª, pero son 20 euros que quito a la compra y las facturas. Mi ¨²nico lujo es Spotify. Nueve euros al mes, incluso en los peores tiempos. Habr¨¢ quien no lo entienda, pero sin m¨²sica me muero.
En el v¨ªdeo se ofrece de periodista, DJ, presentadora de eventos, guionista. ?Est¨¢ al d¨ªa en todos esos frentes?
Soy muy buena haciendo todo eso. Ya lo he hecho y ahora, a mi edad, lo har¨ªa much¨ªsimo mejor. Tengo experiencia, poso, aplomo. Pero no me quieren. Ese es el drama.
?No se le caen los anillos por nada?
Nunca. Porque, adem¨¢s, estoy sola. No tengo padres ni hijos ni pareja. No tengo a nadie. Por eso me endeud¨¦ como una loca antes de pedir ayuda a los amigos. El tiempo pasa, la gente te dice que c¨®mo puede ser, si eres muy potente. Y t¨² dices, ser¨¦ potente, pero en un mundo impotente. Y te metes en un pozo muy negro. El a?o pasado por estas fechas casi termino como Ver¨®nica Forqu¨¦.
?De verdad pens¨® en suicidarse?
S¨ª, sin dramas, adem¨¢s, porque siempre he pensado que la vida le pertenece a uno y a nadie le importa lo que hagas. De ni?a te ense?an cosas maravillosas como la bondad y luego sales al mundo y ves que son patra?as, que todo es mentira. Y si eres buena persona, lo pasas mal. Cuando te vas estrellando contra una valla y otra, y no lo logras, te desesperas. Yo me valoro mucho a m¨ª misma. Demasiadas cosas he hecho ya por debajo de mis posibilidades. Entonces, si este mundo no est¨¢ interesado en m¨ª, dices, como Fern¨¢n G¨®mez: ¡°Idos todos a la mierda¡±.
?Por qu¨¦ no lo hizo?
Porque me concedieron una ayuda de 400 euros de AISGE (Sociedad de Gesti¨®n de Derechos de Imagen de Int¨¦rpretes), de la que soy socia. Y me salieron de puta chamba unas secuencias en la serie Sentimos las molestias. Del Estado no he recibido nada. Esas ayudas a m¨ª me salvaron la vida. Con eso voy tirando.
Ha dicho que no tiene a nadie. ?C¨®mo lleva la soledad?
En mi f¨®rmula de la felicidad, y cada uno tiene la suya, entra la soledad. Es maravillosa si una est¨¢ a gusto consigo misma. Desconozco el aburrimiento. Estoy todo el d¨ªa haciendo cosas. He vivido en pareja ocho a?os con el primero, cuatro con el segundo, y con el tercero no lleg¨® ni a dos, y cada uno en su casa. Ahora hace 20 a?os que no tengo novio. Necesito mi mundo, mi espacio, mi rollo.
?Ha renunciado al amor?
El amor ha renunciado a m¨ª, lastimosamente, y eso s¨ª me sabe mal. Cuando hice el mon¨®logo Me r¨ªo por no follar, que hablaba del sexo y las mujeres maduras, dec¨ªa que me hab¨ªa hartado de follar y lo que quer¨ªa era hacer el amor. Pero no es as¨ª: se puede hacer el amor con alguien de quien no est¨¢s enamorado. Y follar, tambi¨¦n. Eso sigue operativo y lubricado. Las menop¨¢usicas no somos mujeres de segunda clase como quieren hacernos creer. Al rev¨¦s, para m¨ª fue una liberaci¨®n.
?Y las arrugas?
Pero, ?c¨®mo me preguntas eso?
Bueno, yo las llevo regular.
Porque el puto patriarcado nos ha vendido que un hombre maduro da igual que tenga arrugas, tripa, canas. Lo importante es su sabidur¨ªa y su experiencia. Y que las mujeres podemos ser sabias, pero qu¨¦ mal se nos ve pasada una edad. Ese es el problema en que nos han metido y caemos como idiotas. ?C¨®mo permitimos que nos mangoneen as¨ª? Aunque reconozco que el c¨®digo de barras me tiene frita. Ser¨¢ por la crema del s¨²per [bromea].
?Se siente una culpable de no encontrar trabajo?
La culpa lo ¨²nico que hace es meternos veneno y tenernos controlados. Pero s¨ª. Cuando eres autocr¨ªtica, lo primero que haces es culpabilizarte. Siempre pienso qu¨¦ habr¨¦ hecho mal, en qu¨¦ la habr¨¦ cagado. Pero eso es perverso. Este mundo no me merece. Tienen a una t¨ªa como yo, superv¨¢lida, que puede hacer mil cosas en un mont¨®n de frentes, y no les interesa. Esa es la realidad.
Hace ya ocho meses que public¨® su videocurr¨ªculo. ?Ha merecido la pena?
Aquello se hizo viral, me puso en el mapa y me salieron bolillos, entrevistas, alguna cosilla, s¨ª, pero es todo tan precario y tan puntual que no acabo de salir del hoyo. Lo digo otra vez desde aqu¨ª: necesito trabajar ya. Tuve que darme de baja en la Seguridad Social por no poder pagarla y necesito cotizar para cobrar pensi¨®n. Hace poco me ofrecieron ir [al reality] Supervivientes. Les agradec¨ª la atenci¨®n, pero deb¨ª de mostrar tan poco entusiasmo que no me volvieron a llamar. Soy una mujer madura y talentosa a la que no le dan trabajo. De petarda me habr¨ªa ido mejor.
'MARISOL AL DESNUDO'
Así se titula el cortometraje que ha rodado Marisol Galdón (Barcelona, 59 años) sobre su vida actual y las razones que la llevaron, en septiembre de 2021, a colgar un vídeo en Twitter relatando su abultado currículo y pidiendo trabajo. En él, no se le ve un centímetro de más de piel, pero Galdón se desnuda confesando sus más íntimos sentimientos: los de una mujer en plenitud obligada al ostracismo y la precariedad por un mercado de trabajo que la ignora. Marisol, rostro popularísimo en la televisión de los noventa y los primeros dos mil, estudió Periodismo, aunque su auténtica vocación hubiera sido ser directora de cine para narrar historias. Acaba de publicar su tercer libro, un trepidante thriller titulado Cumbres tenebrosas, y de aparecer como actriz en la serie Sentimos las molestias, junto a Antonio Resines, Miguel Rellán y Fiorella Faltoyano. Sigue buscando trabajo.
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