Una vida bien vivida
Despu¨¦s de la emoci¨®n, el derroche y pompa de unos funerales ¡®extra large¡¯, el Premio Nacional de Cinematograf¨ªa de Pen¨¦lope Cruz, y que la actriz dividiera la dotaci¨®n econ¨®mica del premio entre tres causas, me devolvi¨® la fe en la vida y esperanza en la continuidad
¡°Tuvo una vida bien vivida¡± es una de las frases con las que Carlos III despidi¨® en p¨²blico a su madre, Isabel II. En mi criterio, es mucho mejor una vida bien vivida que solo vivida de forma ejemplar. La vida es ¨¢nimo, curiosidad, instinto. Olfato para lo inesperado, es lo que me sucedi¨® camino a retransmitir el hist¨®rico funeral de la monarca brit¨¢nica para ?Hola! TV.
Es un canal de televisi¨®n, muy seguido en Latinoam¨¦rica, esa emancipada y desordenada Commonwealth de idioma espa?ol. Lo inesperado no era que estuviera puntual subido al coche, sino bajar del mismo y encontrarme con una pared de fot¨®grafos. Tuve que asumir que no era por m¨ª. Cuando me gir¨¦, con curiosidad period¨ªstica, ?top¨¦ con la mirada del flamante l¨ªder de la oposici¨®n, Alberto N¨²?ez Feij¨®o! Es como un sino que tengo: toparme con l¨ªderes del Partido Popular en situaciones inesperadas. Con Mariano Rajoy, en la acera de enfrente del Congreso, el d¨ªa que se aprob¨® el matrimonio igualitario. Con Aznar, en la fila de inmigraci¨®n del aeropuerto de Miami, y con Pablo Casado, en una tarde de lidia en homenaje a Vargas Llosa. De inmediato me apart¨¦ de los periodistas para no entrometerme y me escabull¨ª entre guardaespaldas y se?oras vestidas como Cuca Gamarra. Pero mi cabeza contuvo mi escapada: ?No es feo y torpe evitar ese saludo?
Es cierto que una vida bien vivida conlleva tanto un v¨ªa crucis como encrucijadas. Me detuve en seco en la puerta del hotel y pude confirmar c¨®mo N¨²?ez Feij¨®o alargaba su mano mientras avanzaba, indiscutiblemente en mi direcci¨®n. Eso facilit¨® que mi mano encajara perfectamente en la suya y que el saludo fuera bueno, seco y nada blandengue. Me pareci¨® una buena se?al que justo antes del adi¨®s dorado a la reina de reinas, Feij¨®o y yo nos conoci¨¦ramos formalmente.
Aunque prefiero el rito a la norma, estos d¨ªas hemos visto c¨®mo el rito se ha hecho norma. El reinado de Carlos III lo comenzamos fatigados por lo exhaustivo del funeral. Tanto, que las portadas de varias revistas han buscado y encontrado desahogo en la felicidad plena de las im¨¢genes de Urdangarin y su novia Ainhoa Armentia bes¨¢ndose en las aguas de Formentera. Otra buena se?al. I?aki, empezar a vivir otra vida, alejado de la frialdad de las olas de Bidart, dej¨¢ndose acariciar por el Mediterr¨¢neo. Mucho mejor imagen que la alta tensi¨®n entre los cuatro Reyes en el funeral de la reina de reinas. Desde luego, no es la mejor manera de empezar los 50 a?os de Letizia. Pero los felipistas pudieron mostrar sus colores y cargaron fielmente contra la aparici¨®n sonriente, renqueante y un tanto triunfal de Juan Carlos. Otra de las im¨¢genes de los asistentes a esa olimpiada del luto es la de do?a Sof¨ªa con un m¨®vil (un tel¨¦fono) al cuello de la manera menos smart posible. No sabemos, por ahora, si consigui¨® hacerse un ¨¢lbum personal de fotos y selfis.
En Madrid, durante la retransmisi¨®n desde el hotel Palace, coincid¨ª con mi compa?era, la periodista M¨¢bel Galaz. Con M¨¢bel, en las pocas pausas posibles, intent¨¦ hablar no solo del din¨¢mico ejercicio felipismo versus juancarlismo sino tambi¨¦n de Pen¨¦lope Cruz y su discurso de agradecimiento por el Premio Nacional de Cinematograf¨ªa 2022. Me pareci¨® propio de una reina, de una se?ora ejemplar que dividiera la dotaci¨®n econ¨®mica del premio entre tres causas importantes para ella, ayuda a la plataforma que apoya a v¨ªctimas de los desahucios, la investigaci¨®n contra el c¨¢ncer y el cuidado a actores mayores. Es uno de los gestos m¨¢s positivos e inspiradores de estos meses. Despu¨¦s de la emoci¨®n, el derroche y pompa de unos funerales extra large, ese momento de Pen¨¦lope me devolvi¨® la fe en la vida y esperanza en la continuidad. Se van unas reinas, pero permanecen otras, como Pen¨¦lope, entre nosotros.
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