De c¨®mo James Corden, el presentador afable que cantaba con los famosos, pas¨® a convertirse en el cliente ¡°tirano¡± y ¡°cretino¡±

Poco pod¨ªa imaginar James Kimberly Corden (Londres, 44 a?os) que una simple tortilla sin claras se convertir¨ªa en un men¨² indigesto para la que hasta ahora ha sido una fruct¨ªfera carrera profesional. El ¨²ltimo cap¨ªtulo del culebr¨®n ¡ªque bien podr¨ªa titularse tortillagate¡ª lo han vuelto a protagonizar de manera conjunta el presentador de The Late Late Show y el due?o del famoso restaurante neoyorquino Balthazar, Keith McNally, que el 17 de octubre vet¨® de su establecimiento al brit¨¢nico por haber tenido, seg¨²n su versi¨®n, un comportamiento inaceptable con sus empleados.

El martes, McNally volv¨ªa a atacar al presentador tras haber retirado d¨ªas antes el veto en su restaurante y aceptado las disculpas del tambi¨¦n actor. Todo despu¨¦s de haber le¨ªdo la entrevista que James Corden conced¨ªa el 28 de octubre al diario The Times ¡ªen plena promoci¨®n por Mammals (2022), una serie que se estrenar¨¢ el d¨ªa 11 en Prime Video¡ª, en la que negaba haber tenido un mal gesto con los empleados del restaurante. ¡°Es tan extra?o. Nunca le grit¨¦ a nadie, no insult¨¦ a nadie, ni maldije ni us¨¦ lenguaje despectivo... ?C¨®mo todo esto se ha convertido en algo? ?Y eso est¨¢ bien? Ahora ya es un hecho. Cuando esa persona que public¨® la historia ni siquiera estaba all¨ª¡±, aseguraba el presentador, que una semana despu¨¦s del incidente asum¨ªa su error y promet¨ªa disculparse en persona.

¡°Su confesi¨®n me parece artificiosa y falsa. Dir¨¢ cualquier cosa para salvar su pellejo. Mi opini¨®n no significa nada, pero me doy por vencido con James Corden. Para siempre. Fin de la historia¡±, escrib¨ªa McNally el martes en su cuenta de Instagram. Con sus palabras, el due?o del reputado restaurante parece querer zanjar la pol¨¦mica. Sin embargo, y tras el mes de cruce de acusaciones ¡ªen el que lleg¨® a decir del brit¨¢nico que era ¡°el cliente m¨¢s tirano¡± que tuvo en 25 a?os y lo calific¨® de ¡°cretino¡±¡ª, este podr¨ªa no ser el final. De hecho, las versiones contradictorias que ha dado Corden bien podr¨ªan convertirse en el inicio de la ca¨ªda en desgracia de uno de los presentadores m¨¢s queridos, hasta ahora, de la televisi¨®n estadounidense.

Y es que, inevitablemente, la salida de tono que tuvo con los empleados de Balthazar y su posterior pol¨¦mica han puesto la lupa sobre el comportamiento del brit¨¢nico. La ¨²ltima pol¨¦mica del creador de Carpool Karaoke ha sido el posible plagio de una broma del actor y humorista Ricky Gervais, a lo que le ha restado importancia. En el mon¨®logo inicial de The Late Late Show del lunes, el presentador habl¨® de la compra y la llegada de Elon Musk a Twitter y utiliz¨® una broma similar a una que hab¨ªa empleado Gervais en su programa especial Humanity en 2018, como apuntaban algunos tuiteros. ¡°Sin darme cuenta, cont¨¦ un chiste brillante de Ricky Gervais en el programa de anoche, obviamente sin saber que ven¨ªa de ¨¦l. Es brillante, porque es una broma de Ricky Gervais. Puedes ver todos los excelentes especiales de Ricky en Netflix¡±, se justific¨® Corden en un mensaje firmado por ¨¦l desde el Twitter oficial de su programa.

Adem¨¢s, el destape del incidente en el Balthazar ha animado a otros usuarios de las redes sociales a abrir la caja de Pandora y a contar antiguas situaciones inc¨®modas e inapropiadas en las que supuestamente se ha visto envuelto Corden. ¡°Si eres maleducado con un camarero, estoy segura de que lo eres con muchos m¨¢s¡±, reflexionaba en un v¨ªdeo en su canal de TikTok Becky Habersberger, esposa de uno de los miembros del grupo de comediantes estadounidense Try Guys, que asegura que presenci¨® c¨®mo el actor gritaba a un ayudante de camarero de un popular restaurante italiano en Los Feliz, un barrio de Los ?ngeles (California).

Un enfrentamiento que no ha sido el ¨²nico que se ha destapado recientemente a trav¨¦s de las redes sociales. Otro joven a trav¨¦s de su cuenta de Twitter hablaba de c¨®mo Corden se hab¨ªa mostrado impasible por el llanto de uno de sus hijos, coloc¨¢ndose tapones y antifaz para poder dormir durante un vuelo entre Nueva York y Londres, mientras su mujer, Julia Carey ¡ªcon la que tiene tres v¨¢stagos¡ª, lo consolaba, adem¨¢s de encargarse del equipaje.

La imagen que estos testimonios dibujan sobre la personalidad del presentador brit¨¢nico dista mucho de ese retrato de cercan¨ªa y afabilidad que Corden ha querido mostrar y mantener, hasta ahora, en sus apariciones p¨²blicas, sus actuaciones y su programa de televisi¨®n. ¡°Quer¨ªa entretener al p¨²blico, actuar, cantar, bailar; todo lo necesario que haga que la gente me mire y sonr¨ªa¡±, escrib¨ªa ¨¦l mismo en su autobiograf¨ªa May I Have Your Attention Please? (?Pueden prestarme atenci¨®n, por favor?, de 2011), en la que confesaba que desde muy peque?o tuvo claro que lo suyo eran la actuaci¨®n y el espect¨¢culo.

Fue en 2007, y gracias a la serie Gavin and Stacey (creada por ¨¦l mismo), cuando salt¨® a la fama en el Reino Unido. Sin embargo, no se lanzar¨ªa al estrellato a nivel mundial hasta 2015 con su programa Carpool Karaoke y una f¨®rmula sencilla: un coche, varias c¨¢maras enganchadas en su interior y un famoso que canta y hace gorgoritos, con los coros del presentador en el asiento de copiloto, mientras cuenta su vida. As¨ª, y desde hace siete a?os, Corden ha cantado con Mariah Carey, su primera invitada; Adele ¡ªuno de los programas m¨¢s vistos en YouTube, con m¨¢s de 257 millones de visualizaciones, gracias entre otras a su versi¨®n de Wannabe de las Spice Girls¡ª; Britney Spears, Jennifer Lopez, leyendas como Steve Wonder o el ex beatle Paul McCartney, e invitadas excepcionales como Michelle Obama.

El ¨¦xito de este formato en YouTube, copiado por muchos otros posteriormente, har¨ªa que lo incluyera como secci¨®n dentro de su programa The Late Late Show, de la cadena estadounidense CBS. Un espacio que James Corden ha decidido abandonar en 2023 despu¨¦s de ocho a?os al frente para dedicarse a otros proyectos, seg¨²n anunci¨® en abril. Una decisi¨®n, como asegur¨® ¨¦l mismo, que ha sido una de las m¨¢s dif¨ªciles de tomar. ¡°Nunca vi [el programa] como mi destino final. Dentro de un a?o ser¨¢ un buen momento para pasar p¨¢gina y ver qu¨¦ m¨¢s podr¨ªa haber por ah¨ª¡±, explic¨® a la televisi¨®n p¨²blica BBC tras el anuncio.

Las similitudes en el auge y la ca¨ªda de la carrera del brit¨¢nico y de la presentadora estadounidense Ellen DeGeneres han provocado que recientemente se los haya comparado y a ¨¦l se lo haya apodado male Ellen, es decir, su versi¨®n masculina. Pero a diferencia de DeGeneres, Corden no se despide de su programa forzado por los esc¨¢ndalos recientes, sino por una decisi¨®n anterior; mientras a ella las denuncias de acoso laboral la llevaron a dejar el programa que lideraba tras dos d¨¦cadas de ¨¦xito.

Sin embargo, y como apuntaba la columnista Arwa Mahdawi en un art¨ªculo de opini¨®n publicado el 22 de octubre en el diario The Guardian, hay una diferencia fundamental entre los dos que tiene m¨¢s que ver con el patriarcado que con la gravedad de los hechos. ¡°Corden puede ser el Ellen masculino, pero, a diferencia de su caso, no estoy segura de que las acusaciones de que sea un pieza vayan a hacer mella en su carrera. A las mujeres, despu¨¦s de todo, se las somete sistem¨¢ticamente a est¨¢ndares ¨¦ticos m¨¢s altos que a los hombres y se las castiga con mayor severidad por las mismas transgresiones¡±, reflexiona la experta en g¨¦nero. Mahdawi se apoya para respaldar esta teor¨ªa en un estudio de 2008 que nombra y que se titula ?Puede salir adelante una mujer enojada? En ¨¦l se descubri¨® que se otorga un estatus m¨¢s bajo a las profesionales (mujeres) enfadadas que a los profesionales masculinos enfadados.

¡°Nadie te dice nunca c¨®mo lidiar con estas cosas. Tienes que resolverlo seg¨²n llegue, y soy de los que siempre se han preocupado de si a la gente le gustaba el personaje o yo¡±, explicaba Corden al diario The Times sobre c¨®mo afrontar la fama y las cr¨ªticas negativas que percibe a su alrededor. Probablemente, sea el tiempo el que lo ayude a pasar el indigesto men¨² de aquella tortilla sin claras.