Juan Carlos I y la reina Sof¨ªa, tres a?os separados pero sin divorcio a la vista: deber, tradici¨®n y dinero
Isabel II y Alfonso XIII, antepasados del rey em¨¦rito, tambi¨¦n pasaron sus ¨²ltimos a?os de vida lejos de sus consortes. En juego: estatus y un patrimonio opaco
La ma?ana del lunes 3 de agosto de 2020, Juan Carlos I abandon¨® Espa?a a bordo de un jet privado Bombardier Global 6500 de alquiler. El rey em¨¦rito vol¨® de Vigo a Abu Dabi, capital de los Emiratos ?rabes Unidos, con al menos cinco acompa?antes, entre ellos una persona de su m¨¢xima confianza y cuatro escoltas. Ninguno de los pasajeros que hicieron los 6.038 kil¨®metros y las 7 horas y 13 minutos de viaje junto a ¨¦l era la reina Sof¨ªa, su es...
La ma?ana del lunes 3 de agosto de 2020, Juan Carlos I abandon¨® Espa?a a bordo de un jet privado Bombardier Global 6500 de alquiler. El rey em¨¦rito vol¨® de Vigo a Abu Dabi, capital de los Emiratos ?rabes Unidos, con al menos cinco acompa?antes, entre ellos una persona de su m¨¢xima confianza y cuatro escoltas. Ninguno de los pasajeros que hicieron los 6.038 kil¨®metros y las 7 horas y 13 minutos de viaje junto a ¨¦l era la reina Sof¨ªa, su esposa desde 1962. La misma tarde del d¨ªa de su partida, la Casa Real confirm¨® la salida del pa¨ªs del ex jefe del Estado y difundi¨® la carta que este entreg¨® a su hijo, Felipe VI, en la que le informaba sobre su decisi¨®n. En la misiva no hac¨ªa ninguna menci¨®n a do?a Sof¨ªa. Ese mismo d¨ªa, fuentes de palacio confirmaron a EL PA?S que la reina em¨¦rita seguir¨ªa viviendo en La Zarzuela y continuar¨ªa con sus actividades institucionales.
Casi tres a?os despu¨¦s, los reyes em¨¦ritos viven separados y en pa¨ªses diferentes, aunque, seg¨²n explican fuentes de su entorno a EL PA?S, no sopesan divorciarse. ¡°La pasi¨®n est¨¢ muy bien con 20 a?os, con 30, con 40... pero llega una edad en la que la comodidad pasa a ser lo primero. ?Para qu¨¦ van a cambiar las cosas si los dos est¨¢n bien as¨ª?¡±, se pregunta Alessandro Lequio en conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S. ¡°Yo creo que siguen juntos por una cuesti¨®n de comodidad, tranquilidad y conocimiento¡±, a?ade el noble italiano, que es bisnieto de Alfonso XIII, sobrino nieto de Juan Carlos I y primo segundo de Felipe VI.
Las hijas del rey em¨¦rito, las infantas Elena y Cristina, han viajado en varias ocasiones a Abu Dabi para ver a su padre. La reina Sof¨ªa no lo ha hecho ni una vez. En marzo de 2022, despu¨¦s de que la Fiscal¨ªa del Tribunal Supremo archivara la triple investigaci¨®n que manten¨ªa abierta en torno a Juan Carlos de Borb¨®n y su fortuna, el exmonarca envi¨® una nueva misiva a Felipe VI anunci¨¢ndole que continuar¨ªa residiendo en Abu Dabi ¡°de forma permanente y estable¡±, porque, seg¨²n ¨¦l, all¨ª ha encontrado ¡°tranquilidad¡±. Una vez m¨¢s, no aclaraba c¨®mo afectar¨ªa esa decisi¨®n a su esposa o al matrimonio.
En estos casi 1.000 d¨ªas de ¡°autoexilio¡±, Juan Carlos I apenas ha coincidido con su c¨®nyuge. En mayo de 2022, nueve d¨ªas despu¨¦s de haber pasado por separado y sin celebraciones su 60? aniversario de casados, compartieron un almuerzo privado en el palacio de la Zarzuela. El encuentro tuvo lugar despu¨¦s de que el padre de Felipe VI participara en unas regatas en Sanxenxo, en Galicia, y poco antes de que regresara a Abu Dabi. En septiembre, aparecieron juntos en p¨²blico en las exequias de la reina Isabel II de Inglaterra, en Londres. Se sentaron en la abad¨ªa de Westminster junto a los reyes Felipe y Letizia y asistieron a una recepci¨®n en el palacio de Buckingham. En enero de este a?o volvieron a encontrarse en el funeral de Constantino de Grecia, hermano de la reina Sof¨ªa, en Atenas. Esta semana Juan Carlos de Borb¨®n se encuentra nuevamente de visita en Espa?a, pero no ha trascendido si se ver¨¢ con su mujer.
Seg¨²n los expertos consultados por EL PA?S, no hay trabas constitucionales ni legales que impidan el divorcio de los padres del actual Rey. Sus propios deseos e intereses ser¨ªan el ¨²nico obst¨¢culo. ¡°En muchos matrimonios poderosos, con proyecci¨®n p¨²blica o pol¨ªtica, se dan lo que yo llamo ¡®pactos de no agresi¨®n¡¯. Cada uno hace su vida, pero permanecen casados y van juntos a bodas, bautizos y comuniones. O, en este caso, a funerales de Estado y coronaciones¡±, explica Elena Zarraluqui, abogada experta en Derecho de Familia y conocida como ¡°la mujer que divorcia al poder¡±. ¡°Antes, este tipo de acuerdos eran m¨¢s comunes. Hab¨ªa se?oras que sab¨ªan que sus maridos les pon¨ªan los cuernos, pero que quer¨ªan seguir casadas porque no les compensaba ir solas a una boda. Hubo una ¨¦poca, en los a?os setenta y ochenta, en la que se ve¨ªan estos acuerdos en familias con mucho dinero y un estatus social muy alto. Muchos de los se?ores ten¨ªan a su esposa en Espa?a y a una segunda mujer en el extranjero, casi tan oficial como la primera¡±, contin¨²a Zarraluqui, que ha defendido a muchas personalidades, incluida Patricia Llosa en su divorcio del escritor Mario Vargas Llosa. ¡°Ahora se ven muy pocos casos de estos, salvo en matrimonios con intereses pol¨ªticos o de Estado¡±, concluye la letrada.
Probablemente, no haya en Espa?a una pareja con m¨¢s intereses pol¨ªticos o de Estado que la que forman Juan Carlos de Borb¨®n y Sof¨ªa de Grecia. Cuando se comprometieron, en 1961, Franco se opuso a la uni¨®n. ¡°Juan Carlos no le pidi¨® permiso y eso no le gust¨®¡±, recuerda el periodista Jaime Pe?afiel en conversaci¨®n con EL PA?S. ¡°A Franco tampoco le gustaba que Sof¨ªa fuera ortodoxa griega. Lo de ortodoxo le sonaba a ruso, a comunista. ?l, que era tan espa?ol, tan cat¨®lico y tan de derechas, estaba muy disgustado con la idea de que su sucesor se casara con una extranjera que profesaba otra religi¨®n, as¨ª que prohibi¨® a la prensa espa?ola cubrir el enlace en Atenas¡±, explica el cronista real, que tuvo que pedir prestada una sotana y disfrazarse de cura para entrar en lo que se conoce como ¡°la boda de los tres s¨ªes¡±. La ma?ana del 14 de mayo de 1962, los padres de Felipe VI se casaron tres veces: por el rito cat¨®lico, en la catedral de San Dionisio; por el rito ortodoxo griego, en la catedral de la Asunci¨®n de Santa Mar¨ªa; y finalmente, por lo civil, en el sal¨®n del trono del palacio real, residencia oficial de la familia real helena.
¡°No fue un d¨ªa feliz. Ni siquiera hubo una ceremonia de conversi¨®n de Sof¨ªa al catolicismo¡±, se?ala Pe?afiel. El periodista tambi¨¦n estuvo presente en el enlace civil y afirma que los reyes se casaron por el r¨¦gimen de bienes gananciales. Sin embargo, el cronista real apunta que, siguiendo la tradici¨®n de las casas reales, tambi¨¦n firmaron unas capitulaciones, un contrato que regula la relaci¨®n econ¨®mica del matrimonio. ¡°La reina Federica, madre de Sof¨ªa, fue quien puso las condiciones. Ella mov¨ªa los hilos. Entonces Juan Carlos no ten¨ªa ni dinero ni reino. No era nadie. Su suegra se refer¨ªa a ¨¦l como ¡®el chico de los Barcelona¡¯ con un tono de cierto desprecio¡±, recuerda Pe?afiel. Lo cierto es que tanto el r¨¦gimen econ¨®mico-matrimonial como las capitulaciones de los reyes son secretas. En cumplimiento de un real decreto de 1981, la Familia Real cuenta con su propio Registro Civil y un Libro de Familia especial que est¨¢ custodiado en una c¨¢mara de seguridad en la Direcci¨®n General de Registros y del Notariado. El ministro de Justicia, en calidad de notario mayor del Reino, es de las pocas personas que tienen acceso a estos documentos.
Purificaci¨®n Pujol, otra de las expertas en Derecho de Familia m¨¢s solicitadas en Espa?a, cree que el dinero y los intereses econ¨®micos mantienen unidos a muchos matrimonios de un perfil p¨²blico tan alto como el de los reyes. ¡°Hay personas de la realeza y personas normales que tienen un inmenso patrimonio y llegan a la conclusi¨®n de que divorciarse es m¨¢s perjudicial que no hacerlo y que el reparto les ocasionar¨ªa perjuicios¡±, dice Pujol, que en 2012 public¨® Un divorcio elegante: c¨®mo desenamorarse con estilo, un libro de recomendaciones para romper el matrimonio sin conflictos con un pr¨®logo escrito por Isabel Preysler. ¡°He visto muchos pactos de este tipo, que contemplan acuerdos econ¨®micos similares a una pensi¨®n o compensaci¨®n. Son matrimonios que viven separados, pero que van juntos a eventos sociales. Nuestro C¨®digo Civil admite estos acuerdos siempre que no vayan en contra de la ley, la moral y las buenas costumbres¡±, concluye la abogada, que fue la encargada de hacer cumplir el testamento de Miguel Boyer.
Al desconocerse el r¨¦gimen matrimonial y los detalles de las capitulaciones de los reyes em¨¦ritos, es dif¨ªcil calcular c¨®mo impactar¨ªa un divorcio en las finanzas de Juan Carlos I. La fortuna del padre de Felipe VI, un patrimonio opaco y de origen incierto, no es p¨²blica, aunque los indicios apuntan a que es millonaria. La justicia espa?ola ha dado por acreditado que el rey em¨¦rito fue beneficiario de unos trusts por unos 15 millones de euros en los a?os noventa. Por su parte, la justicia suiza tambi¨¦n ha dado por acreditado que en 2008 el entonces rey recibi¨® 64,8 millones de euros procedentes de Arabia Saud¨ª en concepto de ¡°regalo seg¨²n la tradici¨®n saud¨ª de cara a otras monarqu¨ªas¡±, y que en 2012 los traspas¨® a una cuenta en Bahamas propiedad de su entonces compa?era sentimental, Corinna Larsen. En la investigaci¨®n realizada por la Fiscal¨ªa helv¨¦tica se encontraron otros supuestos pagos millonarios recibidos por el rey em¨¦rito o Larsen procedentes de Kuwait y Bar¨¦in. En 2021, Juan Carlos de Borb¨®n tuvo que desembolsar 4,4 millones de euros para hacer frente a una serie de gastos no declarados por los vuelos que durante a?os pag¨® una fundaci¨®n de su primo, ?lvaro de Orleans.
Un divorcio real podr¨ªa hacer aflorar la fortuna que tiene el ex jefe del Estado en el extranjero. El padre de Felipe VI se arriesg¨® a ello en 2009, cuando pidi¨® matrimonio a Corinna Larsen, su compa?era sentimental y amiga entre 2004 y 2015. Seg¨²n Larsen, la pedida de mano tuvo lugar solo cinco meses despu¨¦s de que recibiera la donaci¨®n saud¨ª de 64,8 millones de euros. En la demanda de acoso que ha interpuesto la empresaria contra Juan Carlos I ante la justicia brit¨¢nica, afirma que el monarca le volvi¨® a pedir matrimonio en mayo de 2014, un mes antes de su abdicaci¨®n.
Los planes de boda entre el rey em¨¦rito y Larsen nunca prosperaron. Los intereses pol¨ªticos y econ¨®micos podr¨ªan haber pesado en la decisi¨®n. La tradici¨®n borb¨®nica tambi¨¦n. La separaci¨®n sin divorcio es un h¨¢bito en la Familia Real espa?ola. Tras la Revoluci¨®n de 1868, Isabel II y Francisco de As¨ªs de Borb¨®n ya no encontraron justificaci¨®n a su matrimonio y se separaron. El rey consorte, siempre acompa?ado de su favorito, Antonio Ramos Meneses, se instal¨® en ?pinay-sur-Seine, a las afueras de Par¨ªs, mientras que la reina destronada lo hizo en el palacio de Castilla, en el centro de la capital francesa. ¡°Fue necesaria nada menos que una revoluci¨®n para poner fin a la asociaci¨®n m¨¢s extra?a que haya registrado la historia de la casa de Borb¨®n¡±, escribi¨® el historiador Pierre de Luz en su libro Isabel II, reina de Espa?a, publicado en 1936.
La historia se repiti¨® con el matrimonio de Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Tras la proclamaci¨®n de la Segunda Rep¨²blica, el 14 de abril de 1931, los abuelos de Juan Carlos I se separaron. El monarca vivi¨® en Roma hasta su muerte, en febrero de 1941, mientras que su consorte pas¨® un tiempo en Londres y luego se instal¨® en Villa Vieille-Fontaine, en Lausana, hasta su fallecimiento, en abril de 1969. Alfonso y Victoria Eugenia nunca se divorciaron, lo que permiti¨® a la reina empezar a cobrar una pensi¨®n de viudedad oficial que ascend¨ªa a 250.000 pesetas anuales y a la que ten¨ªa derecho por estipulaciones matrimoniales. Tal como relev¨® Francisco Franco Salgado-Araujo, primo de Francisco Franco, en su libro Mis conversaciones privadas con Franco, fue el dictador quien firm¨® en 1955 un decreto-ley estableciendo esa asignaci¨®n para la reina por considerarse ¡°conveniente al inter¨¦s nacional¡±. En 1961, por petici¨®n de la consorte viuda y gracias a la intervenci¨®n del entonces ministro de Exteriores Fernando Castiella, el r¨¦gimen franquista triplic¨® la cifra de la pensi¨®n, elev¨¢ndola a 700.000 pesetas al a?o.
¡°Yo creo que lo econ¨®mico no influye en el hecho de que los reyes Juan Carlos y Sof¨ªa sigan juntos. Insisto, para m¨ª lo hacen por una cuesti¨®n de comodidad¡±, dice Alessandro Lequio. ¡°Mi abuela, la infanta Beatriz, siempre me contaba que mi bisabuelo quiso tener a su lado a su mujer en el lecho de muerte¡±, concluye el noble, que durante su infancia pas¨® temporadas en Suiza con su bisabuela y madrina, la reina Victoria Eugenia, viuda de Alfonso XIII.
Los reyes espa?oles llevan siglos separ¨¢ndose, pero nunca lo hacen del todo. Durante su exilio en Francia, Isabel II, tatarabuela de Juan Carlos I, sol¨ªa visitar a su marido en ?pinay. Como dijo Joseph Haltmann, secretario, administrador y jefe de la casa de la reina destronada, se trataba ¡°de revolver un poco en el pasado¡±. ¡°Como dos generales enemigos que fraternizan despu¨¦s del armisticio ¡ªescribi¨® Haltmann¡ª, Isabel y Francisco se complacen en evocar los incidentes tr¨¢gicos o c¨®micos, con m¨¢s frecuencia tragic¨®micos, de la larga guerra que fue su uni¨®n¡±.