Carla Pereyra: ¡°No soy ninguna hip¨®crita: la belleza me ha dado mucha agenda¡±
La modelo argentina, esposa del entrenador Diego Simeone y directiva de su propia empresa inmobiliaria, abandera una gran recogida de alimentos para personas necesitadas como embajadora de la Fundaci¨®n Atl¨¦tico de Madrid
La vida es bella y sencilla un martes a las siete de la tarde en la terraza del lago del centro comercial de La Finca, en la zona p¨²blica de esta ultraexclusiva urbanizaci¨®n madrile?a donde viven, blindados, futbolistas, artistas y magnates varios. Es el primer d¨ªa de casi verano y alegres corrillos de se?ores y se?oras con vaqueros, americanas ligeras y deportivas prohibitivas liban refrescos y gin tonics a discreci¨®n, ajenos al atascazo de curritos de vuelta del trabajo que satura la cercana M-40. En esas, llega ...
La vida es bella y sencilla un martes a las siete de la tarde en la terraza del lago del centro comercial de La Finca, en la zona p¨²blica de esta ultraexclusiva urbanizaci¨®n madrile?a donde viven, blindados, futbolistas, artistas y magnates varios. Es el primer d¨ªa de casi verano y alegres corrillos de se?ores y se?oras con vaqueros, americanas ligeras y deportivas prohibitivas liban refrescos y gin tonics a discreci¨®n, ajenos al atascazo de curritos de vuelta del trabajo que satura la cercana M-40. En esas, llega Carla Pereyra, alta, guapa, esbelt¨ªsima, tambi¨¦n con tejanos y chaqueta blanca, y nadie la mira especialmente, por lo que deduzco que debe de ser asidua. Viene casi directa desde Venecia, donde ha visitado la Bienal de arte en una escapada con Diego Simeone, entrenador del Atl¨¦tico de Madrid, su pareja desde hace 10 a?os. De aqu¨ª sale pitando a recoger a sus dos ni?as de un cumplea?os de una amiguita del cole, cuenta, apurada. ¡°La vida misma¡±, a?ade, notando, quiz¨¢, la ir¨®nica mirada de la periodista que, a otro nivel, tambi¨¦n lleva un d¨ªa movidito. Pide un agua con un chorrito de lim¨®n y se ofrece a la charla con cero pamplinas mirando a los ojos con un hablar pausado, casi zen, pero sin esquivar preguntas. Parece m¨¢s lista que el hambre.
?Le gusta el f¨²tbol?
S¨ª, y soy del Atleti desde antes de conocer a Diego, lo cual me honra un poquito. Ahora, el entendido es mi marido. Yo disfruto el momento del estadio, la afici¨®n. No era muy forofa, pero al final abrazas lo que hace tu pareja y el f¨²tbol se ha convertido en una pasi¨®n familiar.
?Qu¨¦ quer¨ªa ser de mayor?
Estudi¨¦ algo parecido a perito de construcci¨®n por tradici¨®n, porque mi familia ten¨ªa una empresa constructora, pero yo era un alhel¨ª: me encantaba bailar, la moda, so?aba con desfilar en Par¨ªs, Mil¨¢n. Y lo hice. Creo que llegu¨¦ donde llegu¨¦, sin ser una supermodelo ni tener un carrer¨®n, por cabezota. Todo lo he conseguido un poco as¨ª. Aguant¨¦ ocho o nueve meses y me fui. Volv¨ª a Argentina y despu¨¦s a Espa?a.
?Se le hizo duro?
Pas¨¦ baches de ¨¢nimo, de pensar en dejarlo. En aquella ¨¦poca, en Mil¨¢n, para ser modelo de las buenas, ten¨ªas que ser una tabla, y yo no lo soy. Engordabas tres kilos y te quedabas fuera de todos los castings.
Eso no ha cambiado mucho.
Bueno, es la realidad. Hay que desestigmatizarla. Como modelo, vives de tu f¨ªsico, como el futbolista, que se echa tres kilos y no juega el domingo. T¨² est¨¢s en una industria y, al final, la industria tambi¨¦n la marca el consumidor. Ahora, hay extremos que, si los cruzas, y te desestabilizan y te crean enfermedades o adicciones, son mal¨ªsimos. Viv¨ª alguno, trist¨ªsimo, en alguna amiga. El caso es que vi que yo no iba a aguantar y lo dej¨¦. Me quedo con lo positivo.
A saber...
No soy ninguna hip¨®crita: la moda, la belleza, me ha abierto muchas puertas y me ha dado muchos contactos, mucha agenda. Creo que yo ten¨ªa una inteligencia natural de saber con qui¨¦n ten¨ªa que estar. A m¨ª se me da muy bien la parte social. A todo el mundo le gusta la belleza. Las modelos eran invitadas a eventos, a galas, y vas conociendo a cierto c¨ªrculo social que es atractivo y te facilita muchas cosas. Es as¨ª, y est¨¢ bien decirlo y reconocerlo.
Tampoco tiene que pedir disculpas por ello.
Pero vamos, ni de broma. No lo he hecho jam¨¢s. Luego es verdad que tambi¨¦n te llevas chascos.
?Se ha sentido prejuzgada por su aspecto o su profesi¨®n?
?Sabes qu¨¦ pasa? Que el camino es tan propio, que cada uno hace el suyo. Tengo 36 a?os, pero siento que he vivido muchas vidas, y no me quedo con lo negativo que hayan podido escribir de m¨ª. Hubo momentos en que s¨ª me afectaba. Era m¨¢s joven, ten¨ªa a mi familia lejos, en Argentina. Cuando hablaba con mi madre dec¨ªa que todo estaba bien, para qu¨¦ preocuparla. Pero me volv¨ª una cebolla, poniendo capas y capas de autoprotecci¨®n. Y me pas¨® que, cuando, de repente, todo est¨¢ bien, tienes que ir quit¨¢ndotelas para volver a ser t¨², porque te han hecho da?o y te has vuelto dura.
?Ahora va a cuerpo?
Pues mira, creo que, desde que conoc¨ª a Diego, perd¨ª todos los p¨¦talos. La seguridad del amor sano, consolidado, la familia unida hace que no te preocupes tanto por todo.
Cuenta que se toparon en un restaurante y ya no se separaron. ?Lo suyo con Simeone ha sido una conjunci¨®n astral?
Pues un poco s¨ª. Desde el punto de vista emocional, encuentras a una persona que cree y conf¨ªa en ti, te da la mano y caminas juntos, te va quitando inseguridades.
Me ha citado para presentar una recogida solidaria de alimentos en este entorno exclusivo. ?C¨®mo se lleva esa paradoja?
Nunca pas¨¦ necesidad, pero tengo una familia muy humilde y trabajadora. Hoy me ha tocado estar aqu¨ª, pero s¨¦ de d¨®nde vengo y no s¨¦ qu¨¦ me tocar¨¢ ma?ana. Claro que es m¨¢s bonito vivir en un sitio maravilloso, con todas tus necesidades cubiertas, pero s¨¦ cu¨¢nto vale la cesta de la compra y cu¨¢nto el alquiler de un piso, porque he estado ah¨ª. T¨² ves a esta Carla empresaria que vive en La Finca, pero esa Carla sali¨® muy jovencita de Argentina: llevo m¨¢s a?os viviendo como una persona normal y currante, que es lo que soy, que aqu¨ª.
Cerca de los edificios que compra y rehabilita con su empresa My Location para despu¨¦s venderlos m¨¢s caros hay gente durmiendo en la calle. ?Los ve? Hay pol¨ªticos que no los ven.
Claro que los veo. No me gusta la palabra pobres, pero veo a mucha gente con necesidad. Si no los ves es que eres ciego, o no los quieres ver porque tienes los ojos tapados y vivir en la belleza, mirando al cielo, es muy bonito. Pero, cuando has hecho una evoluci¨®n personal, cuando se te dan estas oportunidades, siento que tengo un deber social, porque tengo hijas, tengo familia, tengo conciencia, me duele ver eso porque hay gente que le toc¨® nacer del otro lado y a m¨ª me toc¨® nacer de este, y no soy ni mejor ni peor por ello. Con mis aciertos y errores, siento que no he cambiado. Por eso me implico en estos proyectos, no necesito salir a contarlo, si lo hago es para animar a otros a hacerlo.
Hay cierto entorno del f¨²tbol adicto a los logos y el lujo.
No soy para nada de logos. Claro que me compro ropa cara, pero tambi¨¦n cosas de franquicias. El dinero no te cambia. O bueno, no tiene por qu¨¦ cambiarte. Para m¨ª es una posibilidad para ser mejor persona y ayudar, y si no, es que no has aprendido nada. Para m¨ª el lujo, palabra que me parece hasta vulgar, es estar con mi familia en un campo con un mate. La mejor fiesta est¨¢ en mi casa con los m¨ªos.
?Le preocupa que sus hijas vivan en una burbuja?
No lo hacen. No les cuento ning¨²n cuento. Vienen conmigo a mis labores en la Fundaci¨®n del Atleti, en la recogida de alimentos. Mis padres viven en la casa de mi infancia, en Entrerr¨ªos, Paran¨¢, donde no llegaba el agua, y, cuando vamos, no vamos a un hotelazo, nos quedamos all¨ª. Viven en la realidad.
?Qu¨¦ le sugiere Milei y su ¡®motosierra¡¯ social?
No me quiero meter ah¨ª porque no soy pol¨ªtica. S¨ª que creo que hay que aguantar y que va a haber un cambio. En los ¨²ltimos 25 a?os, otros Gobiernos se han cargado el pa¨ªs, se vino muy abajo en educaci¨®n y valores. Se ha empobrecido mucho y hay que acabar con la cultura del subsidio.
Hay compatriotas suyos que lo est¨¢n pasando fatal por esos recortes.
Bueno, quiero pensar que esto es como un bache muy duro que hay que pasar para que todo vuelva a estabilizarse. Yo hago lo que puedo. Ayudo desde varias fundaciones en 15 ciudades. Hacemos cosas concretas, como arreglar colegios para ni?os. Con el dinero de mi boda construimos un espacio para que las mujeres vayan a trabajar. La semana pasada compr¨¦ m¨¢quinas de coser. Tengo a mi hermana supervis¨¢ndolo todo, porque quiero comprobar que las cosas se hacen. Soy de las que si no ve, no cree.
Simeone y usted: dos argentinos en casa, ?se quitan la palabra el uno al otro?
Jajaja. No, la verdad es que yo soy m¨¢s de hablar, ¨¦l quiz¨¢ menos. Diego es la persona que m¨¢s admiro, y me ha hecho mejor a m¨ª. Lo he visto transformar las cosas negativas en positivas, vive con pasi¨®n lo que hace, no le gustan los conflictos. Lo he visto quedarse seco y volver a florecer. Darlo todo, porque el f¨²tbol es as¨ª: un a?o est¨¢s arriba y otro no, y no vale ni rendirse ni relajarse.
Parece que me habla de San Diego Simeone.
Pues un poco s¨ª.
?Usted tambi¨¦n va partido a partido?
Ese dicho est¨¢ muy trillado, pero es la vida misma. Un d¨ªa no das el 100% y el otro nada, hay que ir de a poco. Yo me eduqu¨¦ en un colegio religioso, el Juan XXIII, y all¨ª nos dec¨ªan: ¡°Solo hoy ser¨¦ feliz, solo hoy lo har¨¦ lo mejor posible¡±. D¨ªa a d¨ªa. Es como un partido a partido, pero de la vida.
Parece la terapeuta de la familia.
Bueno, mi hermana es terapeuta all¨¢ en Argentina. All¨ª hay uno en cada familia. Y si no, un futbolista, o un abogado. O las tres cosas.
SUPERVIVIENTE
Carla Pereyra (Paraná, Argentina) dice tener la sensación de haber vivido mucho a sus 36 años y lo cierto es que su biografía lo atestigua. Nacida en una familia con una empresa constructora, estudió "algo parecido a perito de construcción" antes de intentar su sueño de niña: ser modelo en Europa. Emigró muy joven a Milán, donde llegó a destacar "por cabezota", antes de hartarse de la soledad y las exigencias del oficio y volver a Argentina, desde donde volvió a partir hacia Nueva York para trabajar en otra de sus grandes pasiones: el mundo del arte. Finalmente, se instaló en España, donde se convirtió en una celebridad lo suficientemente popular para concursar en el reality Supervivientes en la edición de 2010, antes de conocer, en 2013, a su compatriota Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid. Volvía de un viaje a Nueva York, fue a cenar con una amiga, se topó con Diego en un restaurante y hasta hoy, dice Pereyra, esposa y madre de las dos hijas de la pareja, que ahora ejerce de consejera delegada de My Location, una empresa con la que compra, rehabilita y vende edificios en Madrid, y como embajadora de la Fundación Atlético de Madrid. Hoy, domingo 12 de mayo, Pereyra, y toda la familia, estará recogiendo donativos para los bancos de alimentos en el estadio Metropolitano de Madrid antes del partido con el Celta.