Abandonadas pero no olvidadas: la arquitectura que Juan Baraja rescata en el tiempo
Una muestra en el Museo ICO de Madrid recorre los trabajos del fot¨®grafo toledano durante la ¨²ltima d¨¦cada en el margen de PhotoEspa?a 2022
De espaldas y con un vaso de pl¨¢stico en la mano, un tipo descansa en el filo de una terraza de hormig¨®n. Sobre el brazo lleva tatuado el esqueleto del edificio donde habit¨®, Vele di Scampia, un gran bloque de viviendas urbanas proyectado por el arquitecto italiano Franz Di Salvo al norte de N¨¢poles, entre 1962 y 1975. Es uno de los pocos personajes que ocupan Contra todo lo que reluce: efectos del tiempo, la muestra monogr¨¢fica que acoge estos d¨ªas el Museo ICON sobre la obra de Juan Baraja (Toledo, 1984), conocido por ahondar en las relaciones que la arquitectura y la gesti¨®n del espacio mantienen a trav¨¦s de su fotograf¨ªa. Pero su presencia no es fortuita, tiene una s¨®lida raz¨®n de ser. ¡°Esa fotograf¨ªa es crucial porque ordena muchos elementos. Llevar tatuado este edificio en el brazo (un lugar que durante mucho tiempo ha permanecido estigmatizado trat¨¢ndose como un gueto, por estar apartado y resultar peligroso) muestra un sentimiento casi de pertenencia que ayuda a interpretar el espacio en otra direcci¨®n¡±, explica por tel¨¦fono a ICON DESIGN.
Las instant¨¢neas que Baraja tom¨® sobre esta masa ingente de hormig¨®n y acero construida como un modelo de arquitectura inclusiva para paliar la falta de vivienda de miles de familias napolitanas, revelan todo lo contrario a la utop¨ªa del plan original: durante a?os fue carne de La Camorra y tras d¨¦cadas de continuo deterioro anunci¨® su derribo en 2016. Esa silueta de tres velas triangulares que dio nombre al vecindario ¨Cy decora el brazo retratado¨C se muestra derruida, ajada por el tiempo y la problem¨¢tica social que lo llev¨® a su fat¨ªdico desenlace. Pero a¨²n as¨ª, pervive el esp¨ªritu de quienes lo habitaron a trav¨¦s de sus muebles despedazados, pintadas en los muros o el orgullo de una mirada, ese alma del edificio que el fot¨®grafo toledano es capaz de captar m¨¢s all¨¢ de las paredes que lo contiene.
La construcci¨®n de Di Salvo forma parte de Utopie Abitative, una de las ocho series que integran la muestra que permanecer¨¢ abierta hasta el 28 de agosto. Iniciada en 2018, a ella se adhieren fotograf¨ªas de otros edificios italianos, como la residencia brutalista de Rozzol Melara en Trieste o el mastod¨®ntico Corviale, el complejo de viviendas al suroeste de Roma. Todos nacieron con el objetivo de dar una respuesta a la incipiente demanda habitacional de las familias con menos recursos del pa¨ªs tras la posguerra; muchas de ellas acababan de llegar a las ciudades tras dejar su hogar rural y ten¨ªan que encontrar en estos espacios no solo una vivienda sino un lugar donde relacionarse.
¡°Son edificios de hormig¨®n, con estructuras un poco duras y surgen a ra¨ªz de la intenci¨®n social de urbanistas y gobiernos de propulsar esta convivencia¡±, explica Baraja. El artista elude a una forma de urbanismo inspirada en la Unidad de Habitaci¨®n que desarroll¨® Le Corbusier en Marsella. Este concepto de tipolog¨ªa residencial anclado en el movimiento moderno resolver¨ªa los problemas de viviendas generados tras la II Guerra Mundial, al crear bloques de viviendas a modo de comuna donde las personas tuvieran, adem¨¢s de su espacio privado, servicios y zonas comunes en las que reunirse, comer o hacer ejercicio. ¡°En algunos casos s¨ª funcionaron, como Il Serpentone en Poetisa o Rozzol Melara en Trieste, que son ciudades peque?as y est¨¢n pr¨®ximas al n¨²cleo urbano. Aqu¨ª la invasi¨®n del propio edificio es menor y funcionan como barrios de esa misma ciudad. En cambio, en otros como Corviale, proyectado por Mario Fiorentini a las afueras de Roma para albergar hasta 8.500 personas (con un kil¨®metro de longitud) y al actuar como una ciudad en s¨ª misma no lo hicieron ¡°, explica.
Esta mirada anal¨ªtica hacia la arquitectura como un espacio social en el que habitan y conviven las personas es uno de los distintivos de su obra, presente en la selecci¨®n de trabajos del fot¨®grafo toledano que muestra el museo madrile?o ¨Cla m¨¢s completa hasta la fecha¨C durante esta ¨²ltima d¨¦cada. Algunos de ellos cerrados y otros en curso, incluye desde proyectos m¨¢s personales a otros institucionales o ejecutados por encargo, como la serie para el Museo ICO sobre la Y Vasca, que finalizar¨¢ al termino de las obras del AVE en 2028. Este ¨²ltimo retrata la infraestructura ferroviaria que pretende unir mediante v¨ªas de alta velocidad las tres capitales vascas ¨CBilbao, San Sebasti¨¢n y Vitoria¨C y conectarlas a su vez con Francia y Madrid.
Tras dos d¨¦cadas en construcci¨®n, la pol¨¦mica ha sido un ingrediente m¨¢s del proyecto. El plan que atraves¨® cambios de normativa ambiental y ferroviaria a nivel de la Uni¨®n Europea, ha generado voces cr¨ªticas por el golpe en los ecosistemas y el modelo social que puede suponer una infraestructura de esta envergadura, como el impacto del hormig¨®n sobre los bosques o el desplazamientos de caseros fruto de la expropiaci¨®n de terrenos. Sin ir m¨¢s lejos, las obras fueron objeto de una campa?a de atentados y boicots desde 2007 en manos de ETA. Pero como sucede en todas sus series, Juan Baraja aclara que su c¨¢mara permanece imparcial y anal¨ªtica ante lo que sucede, para dar testimonio de su evoluci¨®n y que luego sea el espectador el que pueda juzgar por s¨ª mismo. ¡°Mi obra no habla de cr¨ªtica social, yo me ocupo de fotografiar y analizar lo que veo, aunque se traten de recorridos subjetivos. En este caso [Y vasca] ser¨ªa f¨¢cil posicionarse con una de las partes, pero mi intenci¨®n es contar de forma documental lo que est¨¢ pasando en este entorno de Euskadi¡±.
Ese acercamiento a la realidad a trav¨¦s de un relato imparcial encaja en la tem¨¢tica documental que rige la ¨²ltima edici¨®n de PHotoEspa?a, que este a?o celebra su 25 aniversario y de la que forma parte en su secci¨®n oficial. ¡°Mi trabajo quiz¨¢s no lo definir¨ªa como documental al uso pero la fotograf¨ªa siempre es un documento y un retrato fiel, incluso el simple detalle de un picaporte. Das informaci¨®n sobre algo muy concreto, en este caso, sobre un edificio¡±, reflexiona. Su pulso objetivo heredado de la Kunstakademie de D¨¹sseldorf, conocida por su fotograf¨ªa arquitect¨®nica que reduc¨ªa a lo esencial cada elemento ¨Cy con Candida H?fer, Thomas Ruff y Thomas Str?th como referentes¨C ha evolucionado con el paso del tiempo, al igual que la c¨¢mara digital y el medio formato han dejado sitio a una escala mayor y al negativo de color 4X5.
?guas Livres, una de sus primeras series iniciada en 2014, retrata el bloque de viviendas modernas dise?ado por Nuno Teot¨®nio y Ozenfant en Lisboa durante los a?os cincuenta, inspirado tambi¨¦n en el modelo habitacional de Le Corbusier. En este recorrido que contin¨²a Parnaso ¨Cotro edificio de la misma ¨¦poca y con un mismo lenguaje en Oporto, esbozado por Jos¨¦ Carlos Loureiro¨C, Baraja pone el foco en los elementos cotidianos a escala humana que componen un edificio, como el pasamanos de una escalera o un picaporte. Un trabajo que ensalza su capacidad anal¨ªtica a la hora de mostrar un espacio recorriendo al detalle las l¨ªneas, colores y trazos de luz que proyecta. ¡°Mi idea es que cuando el espectador vea la serie al completo y ensamble los diferentes fragmentos pueda imaginarse c¨®mo est¨¢ dise?ado el edificio en su totalidad¡±. La serie Hip¨®dromo, desarrollada en el mismo a?o, examina tambi¨¦n en planos detalle la anatom¨ªa racionalista que los arquitectos C. Arniches y M. Dom¨ªnguez y el ingeniero E. Torroja proyectaron en 1931 para este enclave del monte de la Zarzuela, junto a Madrid. En sus series posteriores, explica Baraja, el plano cambia de registro: ¡°En ¨²ltimos proyectos como Utopie Abitative he ampliado la mirada, voy m¨¢s all¨¢ del detalle o la toma cerrada, retrato lo que une al edificio con sus alrededores¡±.
Este artista que lleg¨® a la fotograf¨ªa por causalidad, mientras estudiaba Bellas Artes en la Universidad de Barcelona ¨C¡±qued¨¦ fascinado con el revelado anal¨®gico y la investigaci¨®n de la luz en cuanto entr¨¦ en el cuarto oscuro¡±, confiesa¨C empez¨® a interesarse por la arquitectura como protagonista de su obra de una forma l¨®gica y casi org¨¢nica, un modo de comprender el lugar que le rodeaba. ¡°La arquitectura est¨¢ muy presente en nosotros desde que somos peque?os, forma parte de nuestra relaci¨®n con el espacio. Analizarla a trav¨¦s de la fotograf¨ªa permite llegar a ella con otro tiempo, otro ritmo. Ese paseo por su atm¨®sfera que conlleva el estudio previo permite entender el edificio de otra manera¡±, reflexiona.
Norlandia, su primer serie iniciada en 2014, tambi¨¦n surgi¨® por casualidad, a ra¨ªz de una residencia art¨ªstica en Islandia. En esta ocasi¨®n, Baraja retrat¨® la vida cotidiana que envuelve a una compa?¨ªa pesquera y secadero en Olafsfjordur, un pueblo en el fiordo island¨¦s de Eyjafj?r?ur. Su incursi¨®n en el retrato sirve de herramienta para profundizar en la relaci¨®n que los trabajadores mantienen con esta regi¨®n, atizada por la dureza del paisaje y un clima extremo que sumerge a sus habitantes en una ausencia total de oscuridad durante el mes de julio. Esta discurso se manifiesta en el uso hiperrealista del color, las pinceladas de iron¨ªa (como un p¨®ster de una playa paradis¨ªaca cuando la nieve brota en el exterior) o el bodeg¨®n a sangre fr¨ªa de un pescado en proceso de putrefacci¨®n. Su trabajo denota orden y armon¨ªa pero tambi¨¦n est¨¢ llena de tensi¨®n y claroscuros, como la calma tras el caos. ¡°Mediante la utilizaci¨®n de elementos caracter¨ªsticos (¡.) como la repetici¨®n de la misma toma, la inestabilidad de la luz y el particular punto de vista de cada imagen, es como Juan Baraja logra retratar la simplicidad detr¨¢s de las complejidades del mundo que habitamos¡±, describe en la web del artista Alfredo Puente, historiador de arte y comisario de la exposici¨®n.
Washington, con una exposici¨®n el pr¨®ximo oto?o a cargo de la embajada espa?ola en esta ciudad; y el proyecto en Pontevedra junto a la fundaci¨®n Rac en el que Baraja retrata los edificios a la deriva tras la Ley de Costas, ser¨¢n las pr¨®ximas paradas en su ruta por esta geograf¨ªa del abandono. En definitiva, lugares rec¨®nditos ¨Cy otros m¨¢s alcance de la mano, pero igualmente desde?ados¨C que Baraja rescata con su objetivo del olvido.
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