Una ¡°casa en las nubes¡± con cancha de baloncesto color pastel: c¨®mo J Balvin ha roto el t¨®pico de mansi¨®n de superestrella
5 S¨®lidos, el estudio que firma el proyecto, nos da las claves de este refugio con vistas a los montes de Medell¨ªn y un interiorismo sosegado y abierto que huye de la ostentaci¨®n
Ni muebles con incrustaciones de oro, ni televisiones tama?o XXL, ni m¨¢rmoles o enormes piscinas. La nueva casa de J Balvin en las monta?as de Medell¨ªn rompe con el t¨®pico de la refoma que se har¨ªa una superestrella del pop. Nada que ver con el bling bling radical de la mansi¨®n del rapero Drake, o con las boutades posmodernas de astros como Justin Bieber. Balvin, que durante el confinamiento ya mostr¨® su sosegada casa en la capital colombiana ¡ª¡±un templo¡±, como ¨¦l mismo la llam¨®, de inspiraci¨®n japonesa¡ª, se ha vuelto a alejar del concepto de mansi¨®n exc¨¦ntrica para apostar por una vivienda de ambiente zen, en la que prima la conexi¨®n con la naturaleza y donde lo m¨¢s llamativo es su peculiar ubicaci¨®n, que casi la hace levitar entre las monta?as. Hablamos de un refugio en el que, de nuevo, no faltan referencias a la arquitectura japonesa, pero tambi¨¦n a la n¨®rdica y a la imperfecci¨®n wabi-sabi.
En lugar de dejarse llevar por el reclamo de arquitectos internacionales, como hicieron Kanye West y Kim Kardashian en su palacete ultraminimalista firmado por los belgas Axel Vervoordt y Vincent Van Duysen, el cantante acudi¨® para crear su mansi¨®n a 5 S¨®lidos, uno de los estudios de arquitectura e interiorismo m¨¢s en boga de Colombia y que han sido portada, entre otras, de la revista Wallpaper. Formado por Elisa Ortega, Daniel Correa y Maria Jos¨¦ Fernandez, han definido su arquitectura como sencillez y elegancia con algo de riesgo. Respecto a su ¨²ltimo proyecto para Balvin, afirman: ¡°Es una casa en las nubes. Es ligera, ef¨ªmera y discreta. La interpretaci¨®n del contexto, de todo lo que la rodea, se vuelve la esencia de su dise?o y conceptualizaci¨®n interior. Como la estructura est¨¢ en el tope de un terreno muy elevado, de cara al valle, hay un sentido de levitaci¨®n casi abrumador¡±, explican desde el estudio ubicado en Medell¨ªn sobre este encargo, titulado acertadamente Casa Aire.
Aunque ya hab¨ªan trabajado para Balvin creando varias de sus casas, como su apartamento en Nueva York o su otra morada en la ciudad de Medell¨ªn, esta directamente inspirada en Jap¨®n y hasta con puertas correderas semejantes a las de los interiores asi¨¢ticos, desde el estudio fundado por Mar¨ªa Jos¨¦ Fern¨¢ndez, Daniel Correa y Elisa Ortega prefieren no centrarse en su famoso propietario y no ha trascendido, por ejemplo, el presupuesto de este trabajo que se llev¨® a cabo en seis meses.
Sin embargo, s¨ª que deslizan algunos datos de la vivienda: tiene 540 metros cuadrados (m¨¢s 170 de zonas exteriores) en los que destaca un gran sal¨®n con cocina abierta y un comedor separado por un jard¨ªn interior rodeado de vidrio. Tiene adem¨¢s tres dormitorios, el principal cuenta con su propio ba?o, y destaca por sus numerosas terrazas y zonas verdes que conectan las diferentes habitaciones desde la parte exterior.
A pesar de su aparente sencillez, a lo largo del proyecto se fueron a?adiendo mejoras y espacios pensados para el disfrute que s¨ª son m¨¢s cercanos a los que asociar¨ªamos con una celebridad. As¨ª, Balvin tiene gimnasio, sauna, ba?o turco (todos ellos accesibles desde su dormitorio) o una piscina infinita en la terraza. La guinda la pone su cancha de baloncesto profesional, aqu¨ª te?ido de inusitados colores pastel. ¡°Creemos que lo m¨¢s llamativo de la propiedad es el contraste entre unas l¨ªneas y unas geometr¨ªas muy rectil¨ªneas sobre un ambiente completamente org¨¢nico. Hay un juego constante entre lo que est¨¢ pasando dentro y fuera¡±, resaltan los arquitectos
La sencillez, al menos a nivel conceptual, tambi¨¦n se ha extendido al uso de materiales. Apenas se ha recurrido a tres: hormig¨®n, madera y vidrio. Todos aportan un cierto aire brutalista y contribuyen a reforzar ese toque zen del que hace gala el artista, un gran defensor de la salud mental. Lejos de una mansi¨®n pensada para hacer fiestas, detalles como los bons¨¢is milenarios y olivos espa?oles que pueblan las diferentes terrazas y peque?os jardines, que pueden verse desde el interior, hablan m¨¢s de un espacio ideado como retiro espiritual del siglo XXI.
Desde el estudio 5 S¨®lidos dejan claro que, aunque buscaban ¡°un espacio tranquilo y conectado con la naturaleza¡± se intent¨® que fuera tambi¨¦n algo ¡°disruptivo¡± desde el punto de vista arquitect¨®nico y de mobiliario. Para ello, el recurso que utilizaron fue el uso del color en algunos elementos, con el objetivo de crear un contraste con la paleta m¨¢s neutra de todo el edificio. De este modo, la estructura met¨¢lica que rodea toda la vivienda, a la vista tanto en el interior como en el exterior, se ha te?ido de un original tono verde que, por un lado, resalta frente al tono casi rosa pastel de las paredes y, por otro, va a juego con la vegetaci¨®n que rodea la propiedad. ¡°El uso inesperado del color logra ese contraste y adem¨¢s transforma la energ¨ªa del espacio completamente¡±, se?alan desde 5 S¨®lidos.
Adem¨¢s, los ramalazos de color contin¨²an en piezas como los espectaculares sof¨¢s curvos fabricados a medida para el sal¨®n, que parecen inspirarse en piezas m¨ªticas como el sof¨¢ Osaka, un icono de los a?os sesenta del dise?ador franc¨¦s Pierre Paulin. El resto de muebles se han dise?ado acorde con la arquitectura de la casa en materiales como la madera, piedra en bruto o el papel, que cubre algunas l¨¢mparas de techo de clara inspiraci¨®n oriental.
¡°Como era la segunda casa del propietario, nos arriesgamos a hacer una distribuci¨®n de mobiliario m¨¢s at¨ªpica¡±, cuentan desde el estudio. Basta con entrar al sal¨®n principal para darse cuenta ya que la mayor¨ªa de los muebles, muchos de ellos dise?ados a medida, se han colocado para que miren directamente al exterior de la vivienda, aparentemente conscientes de que la naturaleza y las monta?as de Medell¨ªn son el mayor valor de esta propiedad¡±.
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