As¨ª es el apartamento de 7,5 millones de d¨®lares en el que vivi¨® Joan Didion en Manhattan
La inmobiliaria de lujo Sotheby¡¯s busca nuevo due?o para la residencia que la escritora y su marido John G. Dunne mantuvieron en el distinguido barrio de Upper East Side hasta su muerte. Grandes cl¨¢sicos de la literatura norteamericana como ¡®El a?o del pensamiento m¨¢gico¡¯ y ¡®Blue Nights¡¯ fueron concebidos entre sus paredes
Cuando Joan Didion lleg¨® por primera vez a Nueva York en 1956 llov¨ªa a c¨¢ntaros. Era uno de esos d¨ªas de calor sofocante que distaba de las temperaturas suaves de su California natal. Con apenas 20 a?os tom¨® el autob¨²s hasta Manhattan para llegar a las oficinas de la revista Vogue, el primer eslab¨®n en su mete¨®rica carrera hasta convertirse en una de las cronistas m¨¢s brillantes que ha dado Estados Unidos en el siglo XX. En un relato de la periodista Heidi Harrington-Johnson con motivo del estreno del documental Joan Didion: The Center Will Not Hold (2017), disponible en Netflix, describe c¨®mo en esos primeros a?os la escritora de Sacramento asimil¨® los clich¨¦s que dar¨ªan lugar a su propia visi¨®n de la Gran Manzana; de las se?oras de la parte alta de Madison Avenue a sus yorkshire terriers, las lavander¨ªas chinas, los taxis humeantes y las luces de Times Square.
Tras vivir en varios pisos compartidos alquil¨® uno propio a una veintena de manzanas del centro. Sin un gran presupuesto pero ya haciendo gala del glamur que acompa?¨® a Didion en vida, lo decor¨® con dos sillas francesas de jard¨ªn y unas cortinas de seda amarilla. La luz dorada que proyectaba este tejido pens¨® que le har¨ªa sentir mejor en esa primera fase de enamoramiento hacia el lugar. ¡°Nueva York no era una mera ciudad¡±, escribi¨® Joan Didion en su ensayo Goodbye to All That de 1967, ¡°en cambio era una noci¨®n infinitamente rom¨¢ntica, el nexo misterioso de todo amor, dinero y poder, el sue?o brillante y perecedero mismo¡±.
Ocho a?os despu¨¦s abandon¨® la ciudad junto a su marido John G. Dunne (en esos momentos periodista de la revista Time) para instalarse en Los ?ngeles, y no ser¨ªa hasta 1988 cuando regresar¨ªan otra vez a Nueva York. En un art¨ªculo para la revista House and Garden de 1992 en el que ambos escritores protagonizan un tour por la intimidad de su nuevo hogar, Didion explica que su regreso fue cuesti¨®n de un impulso, pero el apego y la nostalgia por su tierra natal les llev¨® a vivir varios a?os entre las dos costas americanas, un periplo que defin¨ªa su forma de vida y su propio trabajo.
Se instalaron en un espacioso apartamento en el n¨²mero 30 de East 71 Street, al cobijo de un edificio residencial de 1928 revestido de piedra caliza en pleno coraz¨®n del Upper East Side. Con vistas a la iglesia de St. James en la esquina con Madison Avenue, su impresionante emplazamiento fue el hogar de Didion hasta su muerte en diciembre de 2021, testigo de sus obras m¨¢s laureadas y las tragedias vitales que impulsaron sus l¨ªneas.
Su portentoso comedor sali¨® en primera plana en 2003 cuando John G. Dunne sufri¨® un ataque al coraz¨®n mientras Didion preparaba una ensalada para cenar. Ese primer cara a cara con la muerte dar¨ªa lugar a El a?o del pensamiento m¨¢gico (2005), todo un cl¨¢sico contempor¨¢neo sobre el duelo inexorable que implica la p¨¦rdida de un ser querido. Apenas 18 meses despu¨¦s de la tragedia, el dolor no deseado volver¨ªa a inspirar un nuevo libro de memorias, Blue Nights, tras morir su ¨²nica hija, Quintana, de pancreatitis aguda. Ambos bestsellers fueron concebidos entre las paredes de este apartamento.
Sin inquilinos desde el fallecimiento de Didion, cualquier fan adinerado de la escritora que quiera adquirir esta espaciosa vivienda de 11 habitaciones puede hacerlo ahora a trav¨¦s del portal inmobiliario de Sotheby¡¯s por 7.500.000 d¨®lares (unos siete millones de euros al cambio actual). Adem¨¢s del valor literario que representa, el que fuera el hogar de Didion y Dunne durante d¨¦cadas anclado en la belleza arquitect¨®nica de entreguerras, es el sue?o de cualquier familia cosmopolita. El edificio cuenta con un vest¨ªbulo recientemente renovado, lavander¨ªa, trasteros y gimnasio con m¨¢quinas de ¨²ltima generaci¨®n y admite mascotas. La comunidad cuesta 8.000 d¨®lares al mes. Con una ubicaci¨®n privilegiada a pocos metros de Central Park y a los museos y boutiques m¨¢s famosos de la ciudad, la vivienda dispone de amplios ventanales con luz natural constante y alberga cuatro dormitorios, cuatro ba?os y un aseo, adem¨¢s de un ascensor semiprivado que da paso a una galer¨ªa que act¨²a como epicentro con armarios para almacenaje.
El sal¨®n principal que fue testigo de largas entrevistas con la pareja, jornadas de lectura y veladas literarias, incluye una zona de bar y est¨¢ coronada por una chimenea de le?a con molduras cl¨¢sicas. A ambos lados del marco y sobre estanter¨ªas de obra en azul pastel, el matrimonio Dunne fue acumulando parte de su biblioteca personal, repartida tambi¨¦n a lo largo y ancho de la pared contraria de la habitaci¨®n. A finales de enero de este a?o, la Biblioteca P¨²blica de Nueva York adquiri¨® los archivos literarios conjuntos de Didion y Dunne. Entre otros, su colecci¨®n personal de cartas, fotograf¨ªas y manuscritos, incluido el trabajo de investigaci¨®n que Didion utiliz¨® para elaborar los aclamados ensayos Slouching Towards Bethlehem (1968) y The White Album (1979), as¨ª como notas y borradores de El a?o del pensamiento m¨¢gico y Blue Nights.
La estancia da paso a una sala de estar y un comedor, con peque?os armarios y estantes empotrados en el mismo azul beb¨¦ de toda la carpinter¨ªa interior. Originalmente las paredes de la vivienda estaban pintadas en el tono underwater white (un blanco acu¨¢tico) que la pareja eligi¨® tras horas de debate con los pintores por su parecido al m¨¢s p¨¢lido de los verdes, quiz¨¢s en recuerdo al agua de la costa del Pac¨ªfico que tanto gustaba a Didion. En el ala sur del apartamento se encuentra la cocina-comedor junto a una gran despensa, electrodom¨¦sticos de Viking (la marca premium favorita de las familias americanas acomodadas) y grifer¨ªa en acero inoxidable, gabinetes de madera y un original suelo de azulejos hexagonales en terracota. Por ¨²ltimo, una zona de servicio con ba?o privado y sala de lavander¨ªa.
El dormitorio principal es la suite so?ada por cualquier viajero con gustos sibaritas; dispone de un gran ba?o privado con amplias ventanas, un despacho con moqueta gris perla, tocador y estanter¨ªas a medidas, junto a una estancia contigua a modo de vestidor. El resto de habitaciones disponen de vistas al sur de la isla, incluidos los tejados ic¨®nicos de las casas adosadas de East 70th St, y se conectan por varios ba?os y un largo pasillo con m¨¢s espacio para el almacenaje.
El suelo de madera en espiga y las molduras cl¨¢sicas son originales de la ¨¦poca, que respiran esa solemnidad arquitect¨®nica que brindaban este tipo de edificios antes de la II Guerra Mundial. La salida a venta de la residencia se produjo unas semanas despu¨¦s de la cantidad astron¨®mica que alcanz¨® el lote de An American Icon: Property from the Collection of Joan Didion en la casa de subastas Stair Galleries, mucho mayor al valor esperado. M¨¢s de dos millones de d¨®lares ha recolectado hasta la fecha, cantidad destinada a dos organizaciones ben¨¦ficas, una de ellas, en forma de beca para mujeres vinculadas a la literatura en la ciudad de Sacramento.
Muchos de los objetos personales expuestos en esta subasta adornaron durante d¨¦cadas su residencia de Upper East Side. Un reflejo del gusto refinado de Didion, hambriento de antig¨¹edades y piezas de arte contempor¨¢neo que, a menudo, fue tildado como un claro ejemplo de gauche caviar. El protagonizar un anuncio para la firma de moda C¨¦line no hizo sino fortalecer el mito. A pesar de los peque?os rasgu?os por el uso, las gafas de sol con montura de falso carey que luce en la campa?a fueron una de las piezas m¨¢s codiciadas del lote, que alcanzaron los 27.000 d¨®lares al cierre de la subasta.
La famosa silla de rat¨¢n estilo Emmanuele con la que Didion fue fotografiada en numerosas ocasiones, sola o junto a Quintana, as¨ª como un juego de boles de Cartier de plata con las iniciales de la pareja JJD, porcelanas de Limoges, ollas de Le Creuset, una cubitera de cristal de Baccarat o su colecci¨®n de l¨¢mparas antiguas Hurricane que cita en escritos como El a?o del pensamiento m¨¢gico y que adorn¨® el alf¨¦izar del sal¨®n, son algunas de las piezas distinguidas que se subastaron. Adem¨¢s de numerosos objetos con un incalculable valor emocional como la m¨¢quina de escribir IBM con la que Didion transcribi¨® sus famosos ensayos, material de escritura o la colecci¨®n de conchas y guijarros de playa que ella misma recolect¨® y us¨® para decorar la chimenea del sal¨®n principal.
En una de las columnas que la periodista Nancy Levinson escribi¨® sobre esta vivienda para la publicaci¨®n ArtsJournal.com, menciona que su inter¨¦s no se centr¨® en cuestiones de decoraci¨®n o dise?o, sino en la manera en la que Didion hab¨ªa elegido disponer los objetos a su alrededor, en el espacio donde viv¨ªa y escrib¨ªa: ¡°Sobre su escritorio [hab¨ªa] hojas de papel secante, una l¨¢mpara Luxo, un jarr¨®n con rosas frescas y, en un marco, su carta de rechazo de Stanford fechada el 25 de abril de 1952 (¡). Junto a antiguo servicio de t¨¦ plateado un volante del FBI de mediados de los a?os setenta sobre el secuestro de Patricia Hearst, varias fotos familiares y un telegrama de marzo de 1970 que informaba a Didion acerca de bajas semanales en Vietnam¡±, describe.
En 2021, la editorial Apartamento reedit¨® el libro New York Living Rooms, con el trabajo que Dominique Nabokov realiz¨® en 1995 para un ensayo de la revista New Yorker. En ¨¦l, la fot¨®grafa traza a trav¨¦s de polaroids un retrato ¨ªntimo sobre los espacios interiores de algunas de las figuras culturales m¨¢s legendarias de la ciudad, como Susan Sontag, Louise Bourgeois, Allen Ginsberg o Norman Mailer. Entre sus p¨¢ginas se incluye una toma del sal¨®n que Didion y Dunne compartieron en esta residencia, sin alterar la luz original ni mover un objeto o incluir un ramo de flores, una practica inusual en las revistas de decoraci¨®n. Con sus estanter¨ªas atestadas de libros, mapas y recortes de peri¨®dico, la disposici¨®n an¨¢rquica de sillas y l¨¢mparas de lectura que sol¨ªan tener, y el recuerdo persistente de su California natal con una panor¨¢mica sobre la chimenea. Tal y como la pareja lo dispuso en vida. Ahora las paredes descansan vac¨ªas a la espera de un nuevo due?o, y aunque los renders enfr¨ªen la carga m¨ªstica a¨²n se percibe la esencia del universo de Didion.
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