Asequible no es invivible: siete edificios de viviendas que son obras maestras de la arquitectura
Un recorrido por diferentes proyectos que demuestran que se pueden construir edificios bellos empleando materiales baratos, que los bloques no tienen por qu¨¦ albergar solo viviendas y que los espacios comunitarios pueden hacer la vida mucho m¨¢s agradable
En Espa?a nos cuesta encontrar casa. Algunos de los factores que explican un grave problema que afecta a seis de cada diez familias espa?olas son la concentraci¨®n de la poblaci¨®n en determinados n¨²cleos urbanos, el desfase entre el incremento del precio del metro cuadrado frente al de los salarios, la elevada presi¨®n de los tipos hipotecarios, la merma de la oferta causada por el alquiler tur¨ªstico o la hist¨®rica falta de inter¨¦s que los distintos gobiernos de nuestro pa¨ªs han demostrado hacia la construcci¨®n de un parque inmobiliario p¨²blico.
Tambi¨¦n parece que ahora construimos poco. Algunos expertos sostienen que ¡°la principal palanca para atajar el problema pasa por aumentar la oferta de vivienda asequible, pr¨¢cticamente inexistente en la producci¨®n de los ¨²ltimos ocho a?os¡±, y el Banco de Espa?a avisa: si queremos equilibrar el mercado inmobiliario, de aqu¨ª a 2025 tendremos que construir 600.000 viviendas.
Aunque la tesis de que el problema de acceso a la vivienda en Espa?a se pueda resolver construyendo nuevos edificios de viviendas es m¨¢s que discutible, lo cierto es que la buena arquitectura s¨ª puede contribuir a aliviar algunas necesidades. A pesar de lo que muchas de las promociones construidas al calor del frenes¨ª del pelotazo de los a?os previos a la crisis de 2008 puedan sugerir, la vivienda colectiva siempre ha sido un territorio f¨¦rtil para la experimentaci¨®n arquitect¨®nica, un juego de malabares en el que el genio creativo debe pasar por el ojo de tres agujas: funcionalidad, econom¨ªa y normativa.
En ICON Design proponemos un recorrido por siete proyectos que nos ayudar¨¢n a entender que se pueden construir edificios bellos empleando materiales baratos, que los bloques de vivienda no solo tienen por qu¨¦ albergar vivienda, que la variedad tipol¨®gica y las distribuciones flexibles son el mejor ant¨ªdoto contra la siniestra homogeneidad demogr¨¢fica y est¨¦tica de los nuevos barrios, o que la presencia de espacios comunitarios donde interactuar con nuestros vecinos puede hacernos la vida mucho m¨¢s agradable.
Colonia Weissenhof (Stuttgart, 1927)
Es dif¨ªcil imaginar qu¨¦ pensaron los miles de personas que hace casi cien a?os visitaron aquel extra?o barrio de construcciones abstractas pintadas de un blanco inmaculado. Se dec¨ªa que los arquitectos m¨¢s modernos de Europa hab¨ªan ensayado propuestas para poder construir viviendas en serie, como si fueran m¨¢quinas, y as¨ª solucionar la escasez residencial que asfixiaba a la clase obrera. Se dec¨ªa que iban a vivir en contacto con la naturaleza, en interiores m¨¢s iluminados y mejor ventilados. Se dec¨ªa que iban a vivir mejor.
El director de aquella exposici¨®n construida a escala real fue Mies van der Rohe. ?l y otros diecis¨¦is colegas ¨CLe Corbusier, Gropius y Oud, entre otros¨C proyectaron un total de veinti¨²n edificios de viviendas. Unifamiliares, adosadas o en bloques en altura; todas diferentes, pero todas unidas por una serie de criterios arquitect¨®nicos comunes. Las viviendas sacaban el m¨¢ximo partido a superficies m¨ªnimas: la mayor¨ªa adoptaban la planta libre ¨Cesto es, con estructura a base de pilares exentos, sin muros de carga¨C para favorecer distribuciones flexibles, a la vez que incorporaban soluciones novedosas para transformar el espacio, tales como tabiques m¨®viles y muebles plegables. Los grandes ventanales y las formas que evitaban la acumulaci¨®n de suciedad se combinaban con terrazas y cubiertas planas preparadas para utilizarse como una habitaci¨®n al aire libre, toda una revoluci¨®n en un momento en el que la profesi¨®n empezaba a tomar conciencia de la importancia que la higiene, el soleamiento y la ventilaci¨®n de los espacios interiores tiene en la salud f¨ªsica de sus habitantes.
La Segunda Guerra Mundial y la habitual desconsideraci¨®n hacia el patrimonio arquitect¨®nico contempor¨¢neo son la causa de que, en la actualidad, solamente se conserven once de aquellos edificios. Uno de ellos es la Casa Doble, proyectada por Le Corbusier y Pierre Jeanneret, reconvertida hoy en la sede del Weissenhofmuseum.
Casa de las Flores (Madrid, 1931), de Secundino Zuazo
¡°Aqu¨ª no hay otra decoraci¨®n que la que nace del juego de los materiales y de las superficies y l¨ªneas. Ni un adorno ocioso. Nada por el solo gusto de decorar¡±. As¨ª describ¨ªa Secundino Zuazo la Casa de las Flores, un proyecto con el que el arquitecto quiso rendir homenaje al material de construcci¨®n m¨¢s sencillo y econ¨®mico de la tradici¨®n espa?ola: el ladrillo. Dispuesto a desmontar los prejuicios que lo desprecian por aburrido o feo, el ladrillo visto se apareja en las fachadas describiendo emocionantes juegos de texturas y ritmos cambiantes. En el interior, los suelos y paredes de terrazo, baldosa hidr¨¢ulica y diversos tipos de cer¨¢mica, anticipan al visitante que este edificio es cualquier cosa menos convencional.
M¨¢s all¨¢ de esta filigrana material, lo que convierte la Casa de las Flores en una de las obras capitales del racionalismo madrile?o es una propuesta urbana que desafiaba el modelo de manzana cerrada prescrita por las ordenanzas municipales vigentes desde el ensanche decimon¨®nico del Plan Castro. En lugar de adaptar el edificio al per¨ªmetro del solar, Zuazo rompi¨® esta continuidad en los extremos norte y sur. Esta operaci¨®n le permiti¨® crear una especie de calle interior, privada y silenciosa, cuidadosamente proyectada con jardines, ¨¢rboles, fuentes, p¨¦rgolas, arcadas, terrazas y solanas, ¡°como en tantos pueblos y ciudades espa?olas¡±.
Unit¨¦ d¡¯Habitation (Marsella, 1947-1952), de Le Corbusier
La destrucci¨®n de Marsella durante la Segunda Guerra Mundial brind¨® a Le Corbusier la oportunidad de plasmar sus investigaciones sobre el desarrollo vertical de las ciudades en un inmenso bloque (137 metros de largo y 56 de altura) concebido como un vecindario autosuficiente para unas 1.600 personas. La Unit¨¦ d¡¯Habitation consiste en un armaz¨®n de hormig¨®n en el que se encajan 337 viviendas en d¨²plex. La organizaci¨®n en secci¨®n posibilita que estas viviendas aprovechen los 24 metros de profundidad del bloque, favoreciendo la ventilaci¨®n cruzada, a la vez que se minimiza la superficie dedicada a espacios de comunicaci¨®n: solamente hay un pasillo cada tres plantas.
El edificio reforzaba su apuesta colectiva con dos plantas de locales comerciales ¨Cf¨¢cilmente reconocibles en fachada¨C y una azotea equipada con servicios comunitarios tales como una guarder¨ªa, una pista de atletismo, un gimnasio, un local de reuni¨®n y una enfermer¨ªa. Las fotos que Ren¨¦ Burri tom¨® en la d¨¦cada de 1950 con los ni?os jugando entre las chimeneas de ventilaci¨®n, tomando el sol o ba?¨¢ndose en el estanque de la azotea, constituyen uno de los testimonios m¨¢s emocionantes de la arquitectura del siglo XX.
La Unit¨¦ d¡¯Habitation de Marsella se convirti¨® r¨¢pidamente en uno de los edificios m¨¢s influyentes de la historia de la arquitectura contempor¨¢nea. Con algunas variaciones respecto al proyecto original, se construyeron cuatro unidades m¨¢s (Nantes, 1950-1955; Briey-en-Foret, 1956-1963; Berl¨ªn, 1957; y Firminy, 1965-1967), y su rotundidad geom¨¦trica y el tratamiento rugoso del hormig¨®n definieron un modelo est¨¦tico que durante las d¨¦cadas posteriores propag¨® colosos brutalistas por todos los rincones del mundo.
Tingg?rden (Herf?lge, Dinamarca; 1971-1978), de Estudio Vandkunsten
En la d¨¦cada de 1960, un grupo de arquitectos y familias de Dinamarca que anhelaban una mayor interacci¨®n con sus vecinos dieron forma al movimiento de la covivienda (en ingl¨¦s, cohousing), cuyo planteamiento arquitect¨®nico podr¨ªa resumirse en: casas privadas agrupadas alrededor de espacios y dotaciones comunes. No debe confundirse con el coliving, un modelo residencial comunitario destinado a grupos homog¨¦neos (normalmente de personas j¨®venes), que comparten intereses, especialmente profesionales.
Tingg?rden fue uno de los primeros proyectos en llevar las teor¨ªas de la covivienda a la pr¨¢ctica. El conjunto original constaba de seis grupos de entre doce y quince viviendas distribuidas alrededor de un patio ajardinado, cada uno con un edificio comunitario con cocina, lavander¨ªa y ba?o en la planta baja, y un gran espacio de dos alturas abierto para clases, reuniones, guarder¨ªa o trabajo en la planta alta. Adem¨¢s, se construy¨® un gran edificio con cafeter¨ªa e instalaciones deportivas para todos los residentes del complejo. Los proyectistas optaron por unas formas, unos colores y unos revestimientos de madera similares a los graneros daneses de color rojo y crema de los alrededores. Las viviendas, robustas y sencillas, contaban con paredes flexibles que permit¨ªan, por ejemplo, que una familia con necesidad de espacio pudiera adquirir una habitaci¨®n que sus vecinos ya no necesitaran.
El experimento fue un ¨¦xito. Tingg?rden duplic¨® el n¨²mero de viviendas en una segunda fase en 1983-1984, y hoy sigue funcionando.
Viviendas Nemausus (N?mes, 1985-1987), de Jean Nouvel
En tanto que no existen familias est¨¢ndar con necesidades est¨¢ndar, y que el factor econ¨®mico es crucial para democratizar el acceso a la vivienda, un buen proyecto de vivienda social deber¨ªa resultar lo m¨¢s flexible y barato posible. En el conjunto Nemausus, Jean Nouvel combin¨® la respuesta a estos dos condicionantes desarrollando un sistema de construcci¨®n basado en componentes prefabricados que posibilitaba una puesta en obra r¨¢pida y sistem¨¢tica. El aspecto industrial exterior se reproduce en el interior: paredes de hormig¨®n rugoso, ventanas de inspiraci¨®n aeron¨¢utica, escaleras met¨¢licas y paneles prefabricados se acoplan como un mecano para resolver un amplio cat¨¢logo de viviendas ¨Cdesde estudios y apartamentos de un dormitorio, hasta viviendas a doble altura y tr¨ªplex de tres dormitorios¨C con abundante luz natural y excelentemente ventiladas.
Unas pasarelas met¨¢licas de casi tres metros de ancho rodean todo el per¨ªmetro de los dos edificios que integran el conjunto. En la fachada norte, las pasarelas funcionan como calles en altura ¡ªsu generosa anchura permite el recorrido en bicicleta¡ª, y resuelven el acceso a las viviendas desde un lugar p¨²blico exterior donde los vecinos se encuentran e interact¨²an. Hacia el sur, sin embargo, se convierten en terrazas privadas. Los sistemas de cerramiento de doble hoja pueden abrirse en el ancho total de la vivienda, favoreciendo la expansi¨®n del interior hacia el exterior.
Silodam (?msterdam, 1995-2003), de MVRDV
En la parte occidental del puerto de ?msterdam, junto a unos antiguos silos para almacenar grano de los que el proyecto de MVRDV toma su nombre, un enorme bloque de 120 metros de largo y diez pisos se eleva ligeramente sobre el agua. En su interior se resuelve un programa mixto de 157 viviendas, oficinas, talleres, locales comerciales y espacios colectivos, como un muelle para peque?as embarcaciones y una terraza de acceso p¨²blico. Con el fin de promover la mezcla de vecinos procedentes de distintos perfiles socioecon¨®mico y generacional, el estudio holand¨¦s proyect¨® quince tipos de viviendas completamente diferentes en tama?o, organizaci¨®n y precio. Apartamentos m¨ªnimos, pisos en d¨²plex, casas con patio y lofts de tres pisos se agrupan en conjuntos de cuatro a ocho unidades; una suerte de barrios conectados por una compleja red de pasarelas, galer¨ªas y corredores de colores brillantes.
Esta organizaci¨®n tipol¨®gica define la identidad exterior del edificio. Claramente inspirada en la imagen de los buques de transporte de contenedores que cruzan las aguas de la capital neerlandesa, la fachada es un collage de colores, materiales (chapa ondulada, madera de cedro o aluminio) y ventanas de diferentes formas, que permiten desentra?ar el orden de ese colorido rompecabezas.
Viviendas Sociales 1737 (Gav¨¤, Barcelona; 2017-2019), de H Arquitectes
En los ¨²ltimos a?os, Catalu?a est¨¢ contribuyendo al parque p¨²blico de vivienda social con algunas obras extraordinarias que hacen realidad aquello del ¡°bueno, bonito, barato¡±. Un buen representante de esta excelencia arquitect¨®nica es el proyecto que H Arquitectes construyeron en Gav¨¢, un peque?o municipio de costa entre el macizo del Garraf y el delta del Llobregat. El edificio se adapta al per¨ªmetro de un solar complicado, de forma triangular, rompiendo la continuidad en las esquinas, ya que as¨ª ¡°se evitan los rincones sin salida donde podr¨ªan producirse situaciones de inseguridad¡±, seg¨²n explican los autores.
La planta es tan sencilla y funciona tan bien que parece dif¨ªcil hacer tanto con tan poco. Cada vivienda consta de cuatro m¨®dulos iguales de 10,6 metros cuadrados, que pueden utilizarse indistintamente como sal¨®n, cocina o habitaci¨®n. A uno y otro lado de esos m¨®dulos, se disponen dos bandas de transici¨®n al exterior: un balc¨®n corrido hacia la calle y una galer¨ªa acristalada ¨Cdonde se encuentran los ba?os, espacio de almacenamiento, y que tambi¨¦n pueden ser anexos a los salones¨C hacia un atrio en el que se resuelven las circulaciones y los n¨²cleos de comunicaci¨®n vertical de todo el conjunto. No hay pasillos. Todas las estancias son exteriores y miran hacia la sierra de las Ferreres y al Parque Agr¨ªcola del Llobregat.
Luz, ventilaci¨®n, vistas y flexibilidad. ?Qu¨¦ m¨¢s se puede pedir?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.