El trabajo de arqueolog¨ªa que ha convertido una casona castellana del siglo XVII en un hotel rural

Las Merindades es una comarca burgalesa que destaca por poseer un rico patrimonio natural y arquitect¨®nico a¨²n desconocido para el turismo de masas. Cuenta con impresionantes cascadas y puentes de roca que se fusionan con cientos de pueblos medievales cincelados en piedra. Uno de ellos es Trespaderne, una peque?a localidad de apenas 800 habitantes circundada por los r¨ªos Nela y Jerea en su confluencia con el Ebro. Pese a sus reducidas dimensiones, este conjunto rural acoge aut¨¦nticas joyas hist¨®ricas como un puente rom¨¢nico de casi 100 metros de longitud construido en el siglo XII, la iglesia parroquial de San Vicente del siglo XVII o la casona del Priorato, recientemente reconvertida en hotel a cargo del estudio Atienza Maure Arquitectos. Se trata de un proyecto de rehabilitaci¨®n que reconstruye gran parte del hipot¨¦tico inmueble original ¨Cya que se encontraba pr¨¢cticamente en ruinas¨C e incorpora decisiones formales contempor¨¢neas para adaptar el espacio a las necesidades dom¨¦sticas actuales. ¡°El Priorato fue nuestro primer gran encargo. El inicio fue duro, pero tambi¨¦n muy ilusionante ya que nos enfrent¨¢bamos a un proyecto que ofrec¨ªa muchas posibilidades¡±, recuerda a ICON Design el arquitecto Alonso Atienza.

El Priorato fue una antigua casona, edificada en el siglo XVII sobre los restos de una antigua iglesia, donde los monjes recaudaban los diezmos de Trespaderne. Los tributos percibidos ¨Ctrigo, cereal, vino y ganado¨C se almacenaban en la planta baja de la propiedad. ¡°Tuvimos que restaurar los muros ya que hab¨ªan absorbido much¨ªsimo salitre del establo situado en los bajos del Priorato¡±, relata Atienza. En 1821 con la desamortizaci¨®n de Mendiz¨¢bal, proceso mediante el cual el gobierno expropi¨® y vendi¨® las tierras propiedad de la iglesia, el Priorato pas¨® a manos privadas y se convirti¨® en una vivienda. Lamentablemente con el paso de los a?os se fue abandonando hasta que qued¨® inhabitable debido a un incendio acontecido en 2011. Por suerte en el a?o 2018 los actuales propietarios, originarios de Trespaderne, decidieron adquirir la casona en ruinas para darle una tercera vida anticipando el inter¨¦s ¨Chist¨®rico y arquitect¨®nico¨C que El Priorato pod¨ªa suscitar en el incipiente turismo de Las Merindades. ¡°Es la casa m¨¢s representativa del pueblo. La propiedad que todo el mundo hubiese querido comprar¡±, afirma Alonso Atienza desvelando el v¨ªnculo familiar que le une con el pueblo y los actuales propietarios.

No se conserva documentaci¨®n gr¨¢fica ni escrita de la morfolog¨ªa exacta del interior de El Priorato. Seg¨²n vestigios arquitect¨®nicos encontrados ¨Cuna escalera con b¨®veda, dovelas de los arcos colapsados y trazas de los muros de piedra¨C se cree que contaba con un pajar, una peque?a capilla y un huerto en la fachada sur. En base a ello, el estudio Atienza Maure realiz¨® un minucioso trabajo de arqueolog¨ªa e investigaci¨®n para reinterpretar El Priorato evitando caer en copias o reproducciones. ¡°M¨¢s que la imagen, nos interesaba recuperar el car¨¢cter del lugar para que el proyecto se entienda como una continuaci¨®n de la vida y la historia que ha tenido el edificio¡±, afirman desde el estudio.

La primera decisi¨®n fue mantener la contundencia p¨¦trea de los muros perimetrales que flanqueaban la fachada norte. Esta preexistencia oscurec¨ªa mucho el interior, sobre todo la cota inferior, ya que los muros apenas conten¨ªan ventanas. Por ello fue fundamental jugar con la iluminaci¨®n natural desde un punto de vista arquitect¨®nico. ¡°Quisimos introducir mucha luz en la planta baja y la ¨²nica posibilidad para no alterar los muros existentes fue hacerlo de manera cenital. Por eso aparecen los atrios¡±, explica Atienza refiri¨¦ndose a los cinco lucernarios que iluminan y conectan visualmente la parte central del proyecto.

La segunda estrategia de Atienza Maure fue idear c¨®mo deb¨ªa configurarse espacialmente el nuevo hotel. Alineados con la propiedad, tuvieron claro que el alojamiento ten¨ªa que interpretarse como una vivienda. No quer¨ªan dise?ar el t¨ªpico hotel con habitaciones en suite producidas en serie. ¡°Quisimos hacer un hotel que pareciese una casa, que diera la sensaci¨®n de estar en un espacio hogare?o¡±, comenta el arquitecto. Por ello, los espacios comunes ¨Ctoda la planta baja, la terraza y jard¨ªn exterior y las escaleras centrales- tienen una dimensi¨®n muy generosa y est¨¢n ba?adas por luz natural. ¡°Los metros cuadrados que pierdes en cada habitaci¨®n los ganas en zonas comunes y calidad espacial¡±, afirma Atienza refiri¨¦ndose a las siete habitaciones que componen el alojamiento; Pajar, Capilla, Solana, Nela, San Salvador, Tedeja y Urria. Todas ellas son distintas entre si y responden a los condicionantes arquitect¨®nicos preexistentes del conjunto.

Por ¨²ltimo, otro elemento fundamental en el proyecto ha sido la elecci¨®n de materiales, aplicados de manera artesanal por una constructora local. Con la intenci¨®n de mantenerse fieles con la tradici¨®n arquitect¨®nica de El Priorato se mantuvieron los muros de piedra, se recuperaron las cubiertas de teja ¨¢rabe y los paramentos se revocaron con mortero de cal. Adem¨¢s se moldearon con hormig¨®n aplicado in situ elementos como la cocina y la escalera como gui?o al car¨¢cter tect¨®nico de las preexistencias. ¡°No quer¨ªamos que la cocina fuese un elemento que se a?adiese como un mueble, sino que se percibiese como algo que siempre estuvo ah¨ª¡±, aclara Atienza. El segundo grupo de materiales incorporados en el proyecto engloba elementos livianos materializados en acero y sustentados mediante sistemas de tracci¨®n como las escaleras que conducen a las plantas superiores.