De la tragedia a la gloria. El arquitecto que firma los estadios m¨¢s bonitos del f¨²tbol ingl¨¦s
Archibald Leitch, cuya carrera casi termina el d¨ªa que empez¨®, siempre ser¨¢ recordado por ser el dise?ador de las gradas del Manchester United, el Tottenham o el Fulham a principios del siglo XX
El primer gran campo de f¨²tbol que el ingeniero escoc¨¦s Archibald Leitch dise?¨®, en 1902, se cay¨®. Colaps¨® una grada y murieron 25 espectadores. Era el Ibrox Park, el estadio de su equipo, el Glasgow Rangers. Leitch, muy futbolero, presenci¨® desde su asiento el partido que disputaban Escocia e Inglaterra y el derrumbe de la tribuna de tablones de madera a modo de terrazas que hab¨ªa dise?ado. Lejos de suponer el fin de su carrera en la ampliaci¨®n de recintos deportivos, este dise?ador de f¨¢bricas obtuvo una veintena de encargos de los mejores equipos de f¨²tbol ingleses.
Algunas de sus obras, como las tribunas que desde 1905 forman Craven Cottage ¨Cel campo del Fulham FC, club asentado en el rico barrio hom¨®nimo del suroeste de Londres¨C, est¨¢n protegidas por el Gobierno brit¨¢nico y no se pueden tocar sin un permiso especial. Tan llamativa result¨® su ascensi¨®n tras la primera obra fallida como su ca¨ªda en el olvido tras su muerte en 1939 despu¨¦s de haber dise?ado Old Trafford (Manchester United) o Stamford Bridge (Chelsea).
Simon Inglis, su bi¨®grafo, desgrana la vida de Leitch en el libro Engineering Archie, publicado en 2005. Este licenciado en Arquitectura explica por tel¨¦fono las razones que convirtieron a Leitch en el gran arquitecto del f¨²tbol ingl¨¦s del siglo XX a pesar de la fatalidad inicial. ¡°Escribi¨® una carta emotiva al Rangers en la que insist¨ªa en que nadie lamentaba lo ocurrido tanto como ¨¦l. Estaba desesperado por lograr que lo consideraran un buen profesional. No iba a rendirse¡±. Leitch, protestante nacido en Glasgow, no hab¨ªa cobrado nada por la remodelaci¨®n, hab¨ªa liderado el proyecto por amor al club. Su actividad principal hasta entonces se resum¨ªa en el dise?o de f¨¢bricas.
¡°Era un hombre muy pele¨®n, en¨¦rgico. Tras el accidente les dijo a los responsables del club que contratar a otro ingeniero era lo mismo que se?alarle como culpable de la tragedia¡±, a?ade su bi¨®grafo. A la abnegaci¨®n de este cristiano practicante se le sum¨® una personalidad expansiva. ¡°Era sociable y confiado, muy carism¨¢tico. Un hombre de negocios. Le gustaba beber y re¨ªr¡±, afirma Inglis. Leitch qued¨® libre de cargos de la tragedia de Ibrox Park y la culpa recay¨® en el productor de madera, que entreg¨® vigas de menor calidad que las acordadas, aunque el bi¨®grafo admite que seguramente lo har¨ªa con la connivencia del arquitecto. La carrera de Leitch no solo no se fren¨® sino que se relanz¨®.
El Glasgow Rangers accedi¨® y le encarg¨® las obras de restauraci¨®n del estadio. Un a?o despu¨¦s el Middlesbrough, equipo de la primera divisi¨®n inglesa, contrat¨® sus servicios y a continuaci¨®n llegaron los encargos del Chelsea y del Fulham. Leitch no iba a cometer el mismo error que caus¨® la muerte de 25 espectadores y que llev¨® al hospital a 500 aficionados. Abandon¨® las terrazas de madera sustentadas sobre un marco de acero y patent¨® un nuevo sistema de vigas tubulares de acero y hormig¨®n armado sobre las que descansaban las gradas. ¡°La tragedia hab¨ªa demostrado que era m¨¢s seguros apoyar los asientos en el piso, no gradas alzadas y sostenidas por vigas¡±, cuenta este historiador del f¨²tbol.
Los encargos se sucedieron. En su ¨¦poca m¨¢s prol¨ªfica, la d¨¦cada de los veinte del siglo pasado, 16 de los 22 equipos de la primera divisi¨®n inglesa hab¨ªan contratado sus servicios para acometer reformas en sus campos. ¡°En otros lugares se apost¨® por estadios m¨¢s redondeados, m¨¢s como un bol. En Gran Breta?a se construyeron campos rectangulares¡±. Siga leyendo para descubrir algunos de los m¨¢s representativos que llevan la firma de Leitch.
Craven Cottage (1906). Fulham. Londres
Leitch recibi¨® el encargo de construir una nueva grada para 5.000 espectadores porque la anterior no cumpl¨ªa con las medidas de seguridad. La Stevenage Road Stand, hoy conocida como Johnny Haynes Stand ¨Cen honor al mejor jugador de la historia del club¨C se inaugur¨® al comienzo de la temporada 1905/1906. Seg¨²n la web oficial del Fulham FC, a Leitch se le pas¨® construir vestuarios debajo de la nueva tribuna por lo que se tuvo que levantar una caba?a en un corner para acoger a los futbolistas antes de saltar al campo. Hoy sigue siendo el lugar donde los jugadores y el ¨¢rbitro se cambian. Craven Cottage se encuentra pegado al T¨¢mesis, en el barrio acaudalado de Fulham.
White Hart Lane (1909). Tottenham. Londres
Cuando el Tottenham ingres¨® en la ¨¦lite del futbol ingl¨¦s, en 1909, le encarg¨® a Leitch la construcci¨®n de una nueva grada. Un gallo de cobre y una bola, presentes hoy en el escudo de los Spurs, adornaban el tejado de la nueva tribuna. Con el dinero obtenido por la consecuci¨®n de la copa en 1921, el club contrat¨® a Leitch de nuevo para la ampliaci¨®n de una tribuna. El aforo de White Hart Lane pas¨® de 40.000 a 58.000 espectadores. A?os m¨¢s tarde, en 1934, se encarg¨® de ampliar la East Stand para que el estadio de este equipo del norte de Londres alcanzara las 80.000 localidades. No todas sentadas, claro.
Old Trafford (1910). Manchester United. Manchester
A las afueras de Old Trafford hay una estatua de bronce de George Best, Denis Law y Bobby Charlton abrazados. Estos tres futbolistas, conocidos como la Trinity United, formaron parte del equipo que gan¨® la Copa de Europa de 1968. Dennis Law, delantero, era escoc¨¦s. Igual que Matt Busby, el entrenador de ese equipo que revolucion¨® el f¨²tbol con un juego ofensivo, alegre y lleno de j¨®venes, seg¨²n cuentan los especialistas. M¨¢s f¨¢cil de recordar es Alex Ferguson (27 a?os en el club, 38 t¨ªtulos), nacido en Escocia, como Leitch, el omnipresente ingeniero que construy¨® el estadio del Manchester United en 1910. Manchester est¨¢ en el noroeste de Inglaterra.
Villa Park (1914). Aston Villa. Birmingham
Antes de la intervenci¨®n de Leitch en 1914, el campo del Villa era ovalado y con una pista que recorr¨ªa su per¨ªmetro. El arquitecto propuso convertir el estadio en un recinto rectangular como todas sus obras anteriores. Pero el verdadero art¨ªfice de la Trinity Road Stand fue el presidente del club, Fred Rinder, que pretend¨ªa aumentar el aforo de Villa Park hasta los 104.000 espectadores. Cuando el duque de York inaugur¨® la obra en 1924 el coste hab¨ªa ascendido a 65.000 libras (el jugador m¨¢s caro por entonces ten¨ªa un valor de 5.000 libras), seg¨²n cuenta Inglis en su libro. La obra de Rinder se complet¨® con la construcci¨®n del primer restaurante en un campo de f¨²tbol del Reino Unido. La grada ha sido tantas veces modificada que a pesar de ser una de las m¨¢s valiosas, el Gobierno no le otorg¨® protecci¨®n. Solo queda la fachada de ladrillo.
La empresa de Leitch firm¨® la intervenci¨®n de 27 estadios entre 1900 y 1939, a?o de su muerte. Craven Cottage e Ibrox Park, ambos dise?ados por este ingeniero de Glasgow, son los dos ¨²nicos campos de f¨²tbol acreedores de protecci¨®n estatal. Su extraordinaria influencia en la primera mitad del siglo XX no le granje¨® no obstante ni un mero obituario en la prensa de su tierra. Inglis explica el poco reconocimiento del que goz¨® entonces: ¡°Hasta los setenta u ochenta, el f¨²tbol era ignorado en el mundo de la cultura. Resultaba extremadamente raro que alguien relacionado con el arte se dignase siquiera a hablar de este espect¨¢culo¡±.
Y a?ade: ¡°Los estadios que Leitch constru¨ªa eran utilitarios, no lo que se entend¨ªa por arquitectura o dise?o. Las revistas especializadas miraban a Francia, Italia o Alemania si quer¨ªan rese?ar un campo de f¨²tbol¡±. Leitch dise?aba gradas para que cupiera el mayor n¨²mero de aficionados y as¨ª justificar sus honorarios.
A pesar de todo, Inglis reh¨²ye cualquier atisbo de nostalgia: ¡°Entonces exist¨ªan y ahora existen estadios memorables. No creo que la atm¨®sfera fuera mejor en la ¨¦poca de Leitch ni en los sesenta o setenta, cuando incluso el ambiente era m¨¢s tranquilo¡±. Lo que cambia para Inglis son los espectadores que acuden y c¨®mo se comportan. ¡°Leitch alucinar¨ªa si viera los estadios de ahora, que permiten ver bien el partido desde cualquier sitio¡±, asegura. ¡°Los recintos actuales, que cuentan con esa iluminaci¨®n, sonido¡, parecen m¨¢s un estudio de grabaci¨®n que un campo de f¨²tbol. Ves un partido por la tele y no sabes si est¨¢ pasando de verdad o es una simulaci¨®n¡±, describe.
Cuando se recupere la movilidad muchos visitar¨¢n la capital de Inglaterra. Existe una pr¨¢ctica que se conoce como groundspotting que consiste en visitar estadios de f¨²tbol por fuera. El Emirates Stadium del Arsenal, en el norte, se encuentra a una hora en transporte p¨²blico de Craven Cottage, una de las obras de Leitch. A veces hay que elegir, el tiempo no cunde tanto cuando uno est¨¢ de visita en Londres.
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