Igl¨²s, trencad¨ªs y dunas: visitamos la central nuclear m¨¢s surrealista de Espa?a
Esto es lo que queda de Vandell¨®s I, el singular proyecto del arquitecto Bonet Castellana, a pocos a?os de que se termine su desmantelamiento y se resuelva el futuro de sus edificaciones
Si a Antonio Bonet le hubieran dejado, Vandell¨®s I hubiera sido posiblemente la ¨²nica central nuclear con un reactor coronado por una b¨®veda invertida. Su proyecto inicial, que no lleg¨® a ser aprobado, quer¨ªa incorporar arte en el complejo a?adiendo remates escult¨®ricos en todas sus edificaciones, incluida la vasija del reactor. S¨ª pudo dar respuesta, en cambio, a su principal obsesi¨®n: integrar la central en el paisaje. A falta de unos pocos a?os para que se termine de desmantelar ¨Cun proceso que arranc¨® en 1989 cuando un incendio en la sala turbinas oblig¨® a cerrarla¨C, y de que se resuelva el futuro de sus edificaciones, declaradas Bien de Inter¨¦s Cultural, Vendell¨®s es una muestra conmovedora de esa estrategia escult¨®rica, crom¨¢tica y humanizadora que el arquitecto catal¨¢n dise?¨® a finales de los sesenta.
La idea de una central nuclear entra en conflicto con la primera impresi¨®n que recibe el visitante. Entre los pinos y los olivos, solo la enorme presencia del edificio del reactor nos recuerda d¨®nde estamos. Tras ser rechazada su propuesta de la c¨²pula invertida, Bonet apost¨® por el color y dise?¨® un revestimiento met¨¢lico rojo pompeyano que destacaba enormemente en un paisaje marcado por el verde de los pinos pi?oneros de la costa mediterr¨¢nea. Ya no es rojo. El caj¨®n del reactor dise?ado por Bonet fue retirado y sustituido por uno nuevo, azul, quiz¨¢s para evidenciar visualmente el fin de la actividad at¨®mica.
El resto permanece como lo proyect¨® el arquitecto, sin otra intervenci¨®n que la del paso del tiempo. No s¨¦ c¨®mo debe ser el control de acceso de una central nuclear en funcionamiento, pero el de Vandell¨®s I tiene un aspecto posapocal¨ªptico que recuerda a un aeropuerto abandonado. En el recinto apenas hay gente, y la que hay se mueve de manera tranquila. Un escenario muy alejado de la fren¨¦tica actividad de sus comienzos bajo el mando del industrial catal¨¢n Duran Farell, a quien Bonet hab¨ªa conocido en el puente a¨¦reo que une Madrid y Barcelona.
Pinos, uranio y trencad¨ªs
Farell, que impuls¨® el sector el¨¦ctrico en la regi¨®n y tuvo cargos ejecutivos en Hidroele?ctrica de Catalun?a, La Maquinista Terrestre y Mar¨ªtima y en Catalana de Gas y Electricidad, compart¨ªa con Bonet cierta visi¨®n ut¨®pica y un pensamiento abierto y europe¨ªsta. Preocupado por el impacto visual que iba a suponer en la costa tarraconense la construcci¨®n de la central nuclear, en 1967 Duran Farell pidi¨® a Bonet que dise?ara el caj¨®n del reactor ¨Cque es la estructura que alterar¨ªa m¨¢s el paisaje¨C y otros edificios de obra civil.
A finales de los sesenta Antonio Bonet Castellana ya hab¨ªa realizado algunos de sus proyectos m¨¢s conocidos, como el edificio Paraguay-Suipacha de Buenos Aires (1939), la casa La Ricarda (1953), el Can¨®dromo Meridiana (1962) o el Edificio Mediterr¨¢neo (1963). Posteriormente el arquitecto tambi¨¦n se encarg¨® de construir un poblado para los trabajadores de la central, el poblado Hifrensa, en Hospitalet de l¡¯Infant. Tambi¨¦n hab¨ªa ensayado en la Casa Cru?lles (1964 - 1968), frente al mar en Begur, en la Costa Brava, la cubierta en forma de U que quer¨ªa instalar en el reactor de Vendell¨®s I, y que recuerda a la realizada por Le Corbusier en el Palacio de la Asamblea en Chandigarh (1951-62), en la India.
Aquello no termin¨® de encajar en los planes del industrial, pero s¨ª lo hicieron desde el principio el resto de elementos. Como las tres edificaciones que en la central llaman ¡°los huevos¡±, las m¨¢s singulares de la central: el pabell¨®n meteorol¨®gico, la centralita telef¨®nica y el pabell¨®n de los vigilantes de la entrada. ¡°Le fascinaban las c¨²pulas¡±, se?ala su hija, Victoria Bonet, ¡°dej¨® proyectadas dos viviendas, que nunca se llegaron a hacer, con una forma igual, pero mucho m¨¢s grandes. Tambi¨¦n dise?¨® en esos a?os un edificio en La Manga del Mar Menor en forma de duna de color amarillo que luego no se realiz¨®¡±.
Seg¨²n Nicolau Rabasseda, que fue aparejador en el proyecto de Vandell¨®s, Bonet tuvo muy clara desde el principio la elecci¨®n de las estructuras esf¨¦ricas: ¡°Un huevo es lo m¨¢s neutro que hay, no tiene aristas. Bonet pretend¨ªa intervenir en la naturaleza casi sin forma¡±. Ten¨ªa raz¨®n: desde la cima del reactor, a lo lejos, se ve Vandell¨®s II, la central que sigue en funcionamiento pero, a nuestros pies, los edificios de Bonet, revestidos con cer¨¢mica de color amarillo usando la t¨¦cnica del trencad¨ªs, consiguen camuflarse de manera org¨¢nica en un paisaje agr¨ªcola poblado por algarrobos, olivos y bancales de piedra seca, y se distancian de la rigidez de la arquitectura funcionalista y racionalista.
¡°Yo sal¨ªa del estudio de Le Corbusier repleto de ideas arquitect¨®nicas racionalistas e imbuido de la m¨ªstica urban¨ªstica de los CIAM (Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna), a las que yo quer¨ªa incorporar con entusiasmo una esencia surrealista¡±, declarar¨ªa Bonet en una charla de 1982. ¡°Consideraba que correspond¨ªa al surrealismo la tarea de humanizar e individualizar la arquitectura, un tanto germ¨¢nica, que estaba emergiendo de los distintos grupos europeos¡±.
El incendio que Bonet se perdi¨®
Al lado del reactor, lo que antes eran oficinas ahora es un jard¨ªn, y solo algunas estructuras de hormig¨®n, actualmente cubiertas por enredaderas, nos recuerdan c¨®mo era antes el edificio de la administraci¨®n, que completa el conjunto, en deterioro desde el accidente de 1989.
La noche del 19 de octubre de aquel a?o las alarmas empezaron a sonar en la sala de control de la central. Luego los trabajadores oyeron varias explosiones. Un incendio se hab¨ªa desencadenado en la sala de turbinas debido a un fallo mec¨¢nico. Las llamas se extendieron r¨¢pidamente y eran visibles a varios kil¨®metros de distancia. El accidente, considerado de grado 3 en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (los accidentes de Chern¨®bil o Fukushima fueron de nivel 7, el m¨¢s alto), no provoc¨® la emisi¨®n de radiaci¨®n al exterior pero supuso el fin de la actividad de Vandell¨®s I tras 17 a?os en funcionamiento.
Bonet no lleg¨® a enterarse del incidente, pues hab¨ªa muerto un mes antes, el 12 de septiembre de aquel a?o. Unos meses despu¨¦s, el 31 de julio de 1990, ser¨ªa decretado el cierre oficial de la instalaci¨®n, pues se consider¨® que la inversi¨®n necesaria para volver a poner en marcha la central no era rentable.
El proceso de desmantelamiento, el primero de una central nuclear en Espa?a, comenz¨® retirando el combustible gastado, que se traslad¨® a Francia para su reprocesado, y continu¨® con la retirada de las instalaciones no necesarias. Enresa, la compa?¨ªa p¨²blica que se encarga de los residuos nucleares, se hizo cargo de la segunda fase de desmantelamiento en 1998 y hasta el 2003 estuvo retirando materiales y llevando los residuos radiactivos de baja y media actividad al Centro de Almacenamiento de El Cabril.
El caj¨®n del reactor dise?ado por Bonet se reemplaz¨® por uno nuevo. Respecto a los edificios ¡°huevo¡±, los dos que est¨¢n en los terrenos de Vandell¨®s I se salvaron del derribo gracias a la intervenci¨®n del Colegio de Arquitectos de Tarragona, aunque actualmente no tienen ning¨²n uso y la centralita telef¨®nica necesitar¨ªa una restauraci¨®n del trencad¨ªs. El que s¨ª se est¨¢ restaurando es el pabell¨®n meteorol¨®gico, que se encuentra dentro del recinto de Vandell¨®s II. Para Victoria Bonet, lo ideal ser¨ªa que estos edificios tuvieran un uso, ya que, seg¨²n ella, ¡°el mejor mantenimiento para la arquitectura es que se habite¡±.
En 2028 acabar¨¢ la fase de latencia ¨Cun periodo de 25 a?os que permite que bajen los niveles de radiaci¨®n¨C y se acabar¨¢ de desmantelar lo que queda de la central, incluida la vasija del reactor. Enresa se retirar¨¢ del lugar y Endesa, que sigue siendo la propietaria de la parcela, podr¨¢ disponer de nuevo de esos terrenos. ?Qu¨¦ pasar¨¢ entonces con los edificios de Bonet? ¡°Al estar catalogados como Bienes Culturales de Inter¨¦s Local el propietario debe mantenerlos en buen estado¡±, declara Alexis Castillo, t¨¦cnico de Cultura del Ayuntamiento de Vandell¨°s i l¡¯Hospitalet de l¡¯Infant, ¡°pero no est¨¢ obligado a abrirlos al p¨²blico, aunque en otros casos similares hemos llegado a acuerdos con los due?os para que se permitieran las visitas.¡±
Castillo reconoce que de momento no hay sobre la mesa ning¨²n proyecto para revalorizar los igl¨²s at¨®micos de Bonet, pero el consistorio ha iniciado acciones para convertir en Bien de Inter¨¦s Cultural Nacional el poblado Hifrensa. Adem¨¢s, ¡°el a?o pasado creamos un peque?o museo dedicado a difundir la obra Bonet en una de las aulas de la Escuela ?ster, el centro que el arquitecto construy¨® para los hijos de los trabajadores de la central¡±. Una escuela que, seg¨²n Victoria Bonet, ¡°a pesar de estar construida a finales de los sesenta, en estos tiempos de pandemia cumple con todas las normas higi¨¦nicas, pues las aulas cuentan con lavamanos¡± y cada una de ellas da a un patio exterior exactamente del mismo tama?o que el aula, lo que permite dar clase tanto en el interior como al aire libre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.