Dise?ar para la vida: las casas que los arquitectos crearon para s¨ª mismos y sus familias
Para el ruso Melnikov, su vivienda se convirti¨® en su c¨¢rcel. Philip Johnson exhibi¨® su d¨ªa a d¨ªa en la Glass House y Le Corbusier eligi¨® para ¨¦l la caba?a m¨¢s peque?a que jam¨¢s hab¨ªa dise?ado. As¨ª es la casa ideal de los constructores m¨¢s famosos
El edificio de viviendas sociales de El Ruedo (Madrid, 1986-1990) junto a la M-30 es una de las obras m¨¢s importantes de Francisco Javier S¨¢enz de Oiza. Tambi¨¦n una de las m¨¢s pol¨¦micas. Las formas curvas de algunas de las viviendas y el tama?o de las habitaciones prendieron la mecha del descontento de sus residentes, 346 familias de vecinos realojados del poblado chabolista del Pozo del Huevo de Vallecas. Lejos de amilanarse, S¨¢enz de Oiza decidi¨® ir a escuchar sus cr¨ªticas en persona. Lo que comenz¨® como un encuentro casi divertido, en el que el arquitecto sonre¨ªa y bromeaba mientras resist¨ªa con estoicismo una lluvia de quejas, fue tens¨¢ndose hasta que el maestro perdi¨® la paciencia e interpel¨® a uno de los vecinos: ¡°Deja la casa y hazte arquitecto, a ver si las haces mejor¡±.
Independientemente de lo acertado o no del proyecto de S¨¢enz de Oiza, la historia de El Ruedo sirve para recordarnos que al p¨²blico en general le cuesta mucho conectar con un dise?o que se aleje de los c¨¢nones convencionales. En el negocio de la vivienda, los arquitectos se ven obligados en demasiadas ocasiones a sacrificar sus ideas para satisfacer a un cliente al que se le ha hecho creer que siempre tiene la raz¨®n.
Pero, ?qu¨¦ pasa si el cliente desaparece? O mejor a¨²n: ?qu¨¦ pasa si el cliente es el propio arquitecto? ?C¨®mo es la vivienda ideal cuando la dise?a para s¨ª mismo? A continuaci¨®n, recordamos 17 casas en las que grandes maestros de la arquitectura tuvieron que lidiar con su cliente m¨¢s exigente: ellos mismos.
Un refugio a salvo de la industria
William Morris. Red House (Bexleyheath, Inglaterra, 1859-1860)
William Morris (1834-1896) era un esp¨ªritu contrario al progreso desbocado de la Inglaterra victoriana. Dise?ador, pero tambi¨¦n pintor, escritor y activista pol¨ªtico, su firme rechazo hacia los m¨¦todos de producci¨®n industriales del siglo XIX y la reivindicaci¨®n de la labor del artesano medieval apuntalaron los cimientos del movimiento Arts and Crafts. Su propia casa a las afueras de Londres, la Red House (Bexleyheath, Inglaterra, 1859-1860), constituye un claro manifiesto de su filosof¨ªa creativa.
Concebida como un esfuerzo cooperativo con el arquitecto Philip Webb, Morris se centr¨® en el dise?o de un interior acogedor y flexible que permiti¨® a la Red House servir tanto de residencia familiar para los Morris como de taller de trabajo. Artistas y artesanos enriquec¨ªan la casa con murales y vidrieras con historias de mitos art¨²ricos, muebles pintados a mano y telas estampadas con motivos florales, haciendo realidad el sue?o de Morris de habitar un lugar id¨ªlico alejado del ruido de la gran ciudad donde poder ¡°transformar el mundo en belleza¡±.
La casa y c¨¢rcel de un revolucionario confinado
Konstantin Melnikov. Casa Melnikov (Mosc¨², 1929)
La Casa Melnikov (Mosc¨², 1927-1929) fue proyectada por Konstantin Melnikov (1890-1974) como un modelo experimental de vivienda cuya producci¨®n deb¨ªa resultar econ¨®mica y sencilla. Su imagen radical, fiel reflejo de la vanguardia constructivista sovi¨¦tica, esconde un edificio humilde hecho de simple ladrillo cuyos m¨¦todos constructivos se basaban en los sistemas tradicionales rusos. El resultado es una vivienda eficiente y creativa, de aspecto contempor¨¢neo, producida con recursos limitados, y para todos los p¨²blicos. ¡°La escasez de medios nos hace buscar nuevas soluciones¡±, dijo Melnikov.
Desafortunadamente, la casa nunca lleg¨® a producirse en masa. La deriva totalitaria de Stalin y su cruzada contra la arquitectura moderna apart¨® a Melnikov del ejercicio profesional en 1937 y lo conden¨® a vivir bajo arresto domiciliario. El arquitecto, reconvertido en pintor de retratos, vivi¨® recluido en aquella casa hasta su muerte en 1974.
Un oasis hecho de piedra
Frank Lloyd Wright. Taliesin West (Scottsdale, Arizona, 1937-1959)
Frank Lloyd Wright (1867-1959) lleg¨® a Arizona escapando del fr¨ªo y las tragedias de Taliesin, su casa estudio en Wisconsin. En pleno desierto de Sonora adquiri¨® un terreno ideal para su nuevo cuartel general, Taliesin West (Scottsdale, Arizona, 1937-1959). La construcci¨®n evoca la de los pueblos nativos americanos para adaptarse al lugar clim¨¢tica y simb¨®licamente.
Mucho antes de que estos temas estuvieran de moda, Wright concibi¨® sistemas de refrigeraci¨®n pasiva y natural que mantuvieran su casa confortable frente a un entorno hostil. Muros gruesos de mamposter¨ªa de piedra como aislante, grandes aleros y p¨¦rgolas para crear sombras, techos de vigas de secuoya cubiertos con lonas blancas para permitir la circulaci¨®n de aire y la implantaci¨®n de un estanque adosado al edificio para combatir la sequedad ambiental, establecen un di¨¢logo fluido de la arquitectura con el lugar. ¡°Nuestro nuevo campamento del desierto pertenece al desierto de Arizona como si hubiera estado all¨ª desde su creaci¨®n¡±, escribi¨® el arquitecto.
Autoconstrucci¨®n y supervivencia en una caba?a m¨ªnima
Ralph Erskine. The Box (Lissma, Suecia, 1940-1942)
El estallido de la Segunda Guerra Mundial forz¨® a Ralph Erskine (1914-2005), su esposa y su hija peque?a a abandonar Estocolmo para comenzar una nueva vida en los bosques suecos. En un terreno cedido por un granjero local, los Erskine recogieron piedras del lugar, ladrillos de un antiguo horno abandonado y dem¨¢s materiales de desecho para construir con sus propias manos una modest¨ªsima caba?a de 6 x 3,6 metros (21,6 metros cuadrados) y dos metros de altura, que bautizaron como The Box (Lissma, Suecia, 1941-1942).
Constaba de cocina y una ¨²nica habitaci¨®n, que hac¨ªa de sala de estar, dormitorio y despacho de trabajo. La cama, que tambi¨¦n serv¨ªa como sof¨¢, pod¨ªa ocultarse en el techo mediante un sistema de poleas. No hab¨ªa cuarto de ba?o ni agua corriente, y la tienda m¨¢s cercana estaba a tres kil¨®metros. The Box funcion¨® como vivienda familiar durante cuatro g¨¦lidos inviernos b¨¢lticos, hasta 1946. Aquella experiencia marc¨® la dilatada trayectoria profesional posterior de Erskine, caracterizada por un firme posicionamiento ¨¦tico y una b¨²squeda constante de lo m¨ªnimo y esencial.
¡°T¨®mate tus placeres en serio¡±
Ray y Charles Eames. Casa Eames (Pacific Palisades, California, 1945-1949)
Ray y Charles Eames (1912-1988 y 1907-1978) demostraron que los nuevos materiales y procesos de fabricaci¨®n desarrollados durante la guerra pod¨ªan llenar de felicidad los hogares de la clase media en tiempos de paz. Cuando la Segunda Guerra Mundial termin¨®, los Eames eligieron una preciosa parcela repleta de eucaliptos y con unas vistas impresionantes sobre el oc¨¦ano Pac¨ªfico para establecer su lugar de residencia, trabajo y ocio, tres conceptos que, en su caso, se fund¨ªan en un mismo modo de vida.
Icono del dise?o moderno y hedonista de la California cool de mitad del siglo XX, la Casa Eames (Pacific Palisades, California, 1945-1949) est¨¢ construida con materiales prefabricados y componentes est¨¢ndar. Su armaz¨®n estructural fue erigido por cinco operarios en 16 horas, un prodigio t¨¦cnico que marc¨® un hito en la ¨¦poca.
Al exterior, la casa se muestra como dos cajas de vidrio y acero negro, con paneles de madera contrachapada de colores que componen un juego abstracto de inspiraci¨®n neoplasticista. En el interior, un bodeg¨®n de muebles de formas sexis dise?ados por los propios Eames, alfombras estampadas, plantas, cuencos con fruta, faroles japoneses suspendidos del techo y piezas de arte ¨¦tnico demuestran que, como dijo Charles Eames, ¡°al final, todo se conecta: personas, ideas, objetos¡±.
Espiritualidad a todo color
Luis Barrag¨¢n. Casa-Taller Luis Barrag¨¢n (M¨¦xico, 1948)
Uno de los grandes logros que condujeron a Luis Barrag¨¢n (1902-1988) a alzarse con el Premio Pritzker, conocido como el Nobel de la Arquitectura, fue su hermosa capacidad de combinar el lenguaje del racionalismo m¨¢s puro y funcional de la vieja Europa con el car¨¢cter colorido y alegre de su orgulloso M¨¦xico natal. Su Casa-Estudio Barrag¨¢n (Ciudad de M¨¦xico, 1948) es un ejemplo brillante de esta aleaci¨®n arquitect¨®nica. La casa se presenta al exterior sobria e impenetrable, como una muralla blanca, que custodia el fest¨ªn de colores, luces, reflejos y texturas existente una vez se cruza el umbral de entrada.
Paramentos rosas y lienzos dorados, suelos de piedra volc¨¢nica negra, alfombras espesas de lana y muebles de maderas nobles trazan un recorrido crom¨¢tico y sensorial que desemboca en un impresionante jard¨ªn privado trasero. Espacios a doble altura, como la biblioteca o la sala de estar, contrastan con dormitorios peque?os y desnudos, celdas monacales que expresan el car¨¢cter introspectivo y espiritual de un arquitecto irrepetible.
Nada que esconder
Philip Johnson. Glass House (New Canaan, Connecticut, 1949)
Exc¨¦ntrico. Provocador. Culto hasta la erudici¨®n. Inmensamente rico y poderoso. Gay. Patol¨®gicamente promiscuo. Con un pasado filonazi. Valiente. Una contradicci¨®n en s¨ª mismo, Philip Johnson (1906-2005) fue un personaje fundamental en la historia de la arquitectura contempor¨¢nea, aun cuando solamente firm¨® unas pocas obras verdaderamente destacables. Su vivienda particular, la Glass House (New Canaan, Connecticut, 1949), que ICON DESIGN visit¨® junto a su ¨²ltima pareja, fue una de ellas. En su extrema sencillez reside un acierto radical: la casa no es m¨¢s que una cajita de 32 x 56 pies (9,8 x 17 metros; 166 metros cuadrados) de vidrio y acero negro.
En su interior no hay pr¨¢cticamente nada: un cilindro de ladrillo que aloja el cuarto de ba?o y una chimenea, y unos pocos muebles que ayudan a cualificar el espacio sin compartimentarlo. M¨¢s elegante que c¨®moda, su total transparencia conecta la casa con un entorno natural delicioso y cuidadosamente dise?ado por Johnson. ¡°La gente dice que era fr¨ªa, indiscreta y ruidosa¡±, contaba en nuestra visita Robert Melik Finkle, uno de los muchos amantes de su autor, ¡°pero un d¨ªa de lluvia en su interior era una absoluta belleza¡±.
Habitar el horizonte
Lina Bo Bardi. Casa de Vidrio (Morumb¨ª, Brasil, 1949-1951)
La Casa de Vidrio (S?o Paulo, 1949-1951) fue la residencia familiar y primera obra construida de Lina Bo Bardi (1914-1992). Ubicada en plena selva tropical de la periferia paulista, el proyecto surgi¨® del respeto al entorno existente y del deseo de su due?a y dise?adora de ¡°vivir en extrema aproximaci¨®n con la naturaleza¡±. Como si fuera un ¨¢rbol, se separa del suelo sobre unos esbeltos pilares cil¨ªndricos pintados de gris, que se camuflan en la sombra para crear la sensaci¨®n de que la vivienda flota en el denso follaje selv¨¢tico de la finca. Una fina escalera de acero y hormig¨®n gu¨ªa al visitante en un recorrido ascendente hasta el espacio principal que da nombre a la casa: una enorme sala de estar con un acristalamiento continuo de suelo a techo que regala unas vistas panor¨¢micas de infarto. Interior y exterior se diluyen, permitiendo que el paisaje fluya dentro de la casa.
Un castillo de 16 metros cuadrados
Le Corbusier. Cabanon de Vacances (Roquebrune-Cap Martin, Francia, 1951-1952)
Aunque Le Corbusier (1886-1965) adquiri¨® fama y prestigio internacional durante el periodo de entreguerras gracias a las opulentas villas de est¨¦tica mecanicista construidas para acaudalados empresarios, cuando lleg¨® el momento de dise?ar una vivienda para s¨ª mismo, opt¨® por una soluci¨®n radicalmente distinta. El Cabanon de Vacances (Roquebrune-Cap Martin, Francia, 1951-1952) es una min¨²scula casita hecha con paneles prefabricados de madera y recubierta con corteza de ¨¢rbol de aspecto r¨²stico. La puerta, las dos ventanas o el escaso mobiliario en su interior se adaptan cuidadosamente a un espacio m¨ªnimo dise?ado de acuerdo al Modulor, un sistema de medidas relacionadas con el cuerpo humano ideado por el maestro suizo. ¡°Tengo un castillo en la Costa Azul que tiene 3,66 metros por 3,66 metros¡±, dijo Le Corbusier. ¡°Lo hice para mi mujer y es un lugar extravagante de confort y gentileza. Est¨¢ ubicado sobre un sendero que llega casi al mar, incrustado debajo de los vi?edos. Solamente el sitio es grandioso, un golfo soberbio con acantilados abruptos¡±.
La casa como laboratorio
Alvar Aalto. Casa Experimental Muuratsalo (Isla Muuratsalo, Finlandia 1952-1953)
Abatido despu¨¦s de la muerte de su primera esposa, Alvar Aalto (1898-1976) decidi¨® construirse un lugar de retiro en una peque?a isla deshabitada del lago P?ij?nne. Lo que comenz¨® como un plan de evasi¨®n, pronto se torn¨® en un concienzudo proyecto de investigaci¨®n aplicada sobre materiales de construcci¨®n. La Casa Experimental Muuratsalo (Isla Muuratsalo, Finlandia, 1952-1953) es una construcci¨®n sencilla en forma de L que se abre a un patio central con un fog¨®n en el centro.
Desde los bosques de pinos que rodean la casa, la tapia que delimita la propiedad se ve de un blanco uniforme. Una vez dentro, sin embargo, el suelo y los muros del patio se despiezan en m¨¢s de 50 combinaciones de ladrillos en todas las formas, colores y texturas imaginables. Perforados, refractarios, macizos, cuadrados, rectangulares, crudos o a medio cocer. De terracota y esmaltados. Bloques de barro dispuestos en un espectro crom¨¢tico que abarca desde un rosa p¨¢lido a un rojo profundo, aparejados de todas las maneras posibles con un completo cat¨¢logo de juntas y morteros.
Como si fuera el laboratorio de un cient¨ªfico, cada verano Aalto regresaba a su casita para tomar nota del comportamiento de todas estas soluciones ante un clima extremadamente duro, as¨ª como para analizar su resistencia a plantas y musgos. ¡°Cuando se utilizan adecuadamente los ladrillos se convierten en oro¡±, escribi¨® en su diario.
El Mediterr¨¢neo en Harvard
Josep Llu¨ªs Sert. Casa Sert (Cambridge, Massachussets, 1955-1957)
Josep Llu¨ªs Sert (1902-1983) huy¨® de la dictadura franquista y se exili¨® en Estados Unidos, donde desarroll¨® una carrera profesional y acad¨¦mica extraordinaria que le llev¨® al decanato de la Escuela de Dise?o de la Universidad de Harvard. La universidad le cedi¨® un solar para que erigiera su Casa Sert (Cambridge, Massachussets, 1955-1957), una construcci¨®n que aunaba la modernidad americana con la tradici¨®n mediterr¨¢nea.
En una clara apuesta por la privacidad del arquitecto y su familia, la vivienda se esconde detr¨¢s de unos muros ciegos de ladrillo que delimitan la parcela y la protegen de los curiosos y de los g¨¦lidos vientos de Nueva Inglaterra. En el interior, sin embargo, se descubre que m¨¢s de la mitad de la superficie del terreno se dedica a tres grandes patios, que sirven como elementos de conexi¨®n con los espacios interiores y como estancias al aire libre de derecho propio. Para Sert, su vivienda era ¡°como un queso gruyer: con m¨¢s agujeros que queso, m¨¢s patios que casa¡±.
Piedra mallorquina para olvidar S¨ªdney
J?rn Utzon. Can Lis (Porto Petro, Mallorca, 1971-1972)
La ¨®pera de S¨ªdney fue un quebradero de cabeza para el autor de su dise?o, J?rn Utzon (1918-2008). Incapaz de soportar el conflicto y la presi¨®n a los que estaba sometido, el arquitecto decidi¨® abandonar Australia y aislarse del mundo en la cima de un acantilado en la costa sur de Mallorca. De aquel retiro surgi¨® Can Lis (Porto Petro, Mallorca, 1971-1972), un conjunto de cuatro pabellones independientes unidos por patios y galer¨ªas abiertas que prolongan los espacios interiores hacia unas vistas del Mediterr¨¢neo que parecen postales.
Para su construcci¨®n, Utzon colabor¨® estrechamente con operarios y contratistas de la zona, lo que result¨® en una reinterpretaci¨®n de los sistemas constructivos y el empleo de materiales locales, entre los que destaca la arenisca amarillenta del mar¨¦s, la misma que se utiliz¨® en la Catedral de Santa Mar¨ªa de Palma de Mallorca o en el Palacio de la Almudaina, presente en toda la vivienda, mobiliario incluido. La casa, cuyo nombre se debe a la esposa de Utzon, constituye un bello homenaje a la arquitectura popular de una isla que, para el arquitecto, fue una verdadera tabla de salvaci¨®n.
La cueva de la creaci¨®n
Fernando Higueras. El Rascainfiernos (Madrid, 1972)
¡°Me he pasado la vida dise?ando casas para mis amigos artistas y yo, sin embargo, tengo que vivir en una cueva bajo tierra¡±, le gustaba a decir en broma a Fernando Higueras (1930-2008). El Rascainfiernos (Madrid, 1972) es una reinterpretaci¨®n de las arquitecturas populares subterr¨¢neas del sur de Espa?a trasladada al jard¨ªn trasero de la residencia familiar de Higueras en el barrio de Chamart¨ªn. La vivienda se excava en un patio cuadrado de nueve metros de lado y ocho de profundidad y se organiza a su alrededor.
Al estar enterrada, el aislamiento ac¨²stico y clim¨¢tico son magn¨ªficos, lo cual mantiene una temperatura casi constante a lo largo de todo el a?o que permite superar el t¨®rrido verano madrile?o sin necesidad de aire acondicionado. Cuatro lucernarios permiten la entrada de una hermosa luz cenital en un gran vac¨ªo central ocupado por una hamaca y multitud de plantas.
La imagen es extra?amente placentera, como si se tratara de las ruinas de un templo de hormig¨®n olvidado en un lejano para¨ªso tropical. Atestada de cuadros, libros, esculturas y otros objetos personales de Higueras, la casa revela la personalidad de un arquitecto moderno, culto y polifac¨¦tico, desafortunadamente en demasiadas ocasiones m¨¢s conocido por los excesos de su propio personaje de enfant terrible que por su fant¨¢stico legado arquitect¨®nico.
Esto s¨ª que es industrial
Ricardo Bofill. La F¨¢brica (Sant Just Desvern, Barcelona, 1973-1975)
¡°Encontramos enormes silos, una chimenea, cuatro kil¨®metros de galer¨ªas subterr¨¢neas y salas de m¨¢quinas en buen estado¡±, cuenta Ricardo Bofill (1939) sobre su primer encuentro con la antigua f¨¢brica de cemento que convertir¨ªa en su hogar y oficina de trabajo. Literalmente envuelta en un exuberante jard¨ªn de palmeras, eucaliptos, olivos y cipreses, La F¨¢brica (Sant Just Desvern, Barcelona, 1973-1975) encarna el brutalismo m¨¢s crudo y desnudo que, a su vez, se deja hechizar por una fantas¨ªa surrealista de formas extra?as, escaleras que no conducen a ning¨²n sitio y grandes espacios vac¨ªos llenos de magia.
M¨¢s all¨¢ de sus cualidades escult¨®ricas, el proyecto es una sabia lecci¨®n de arquitectura que desmonta el principio de que ¡°la forma sigue a la funci¨®n¡±. Bofill demuestra en su propia casa que un espacio con unas cualidades ambientales, materiales y dimensionales adecuadas, puede adaptarse al uso que se desee con una intervenci¨®n m¨ªnima. ¡°Actualmente aqu¨ª vivo y trabajo mejor que en cualquier otro lugar¡±, afirma el arquitecto. ¡°Tengo la impresi¨®n de vivir en un universo cerrado que me protege del mundo exterior y el d¨ªa a d¨ªa¡±.
La reforma que nunca acaba
Frank Gehry. Casa Gehry (Santa M¨®nica, California, 1977-1979)
Cuando Berta se qued¨® embarazada de Sam, los Gehry comprendieron que necesitaban una casa m¨¢s grande, por lo que se compraron un viejo bungal¨® de estilo colonial en un barrio residencial de Santa M¨®nica (California, EE UU). ¡°Podr¨ªamos haber vivido en lo que era. La parte de arriba era lo suficientemente grande para nuestro dormitorio y un cuarto para el beb¨¦¡±, recuerda Frank Gehry (1929). ¡°Pero se necesitaba una cocina nueva y el comedor era tan peque?o como un armario¡±.
Gehry aprovech¨® la excusa de la ampliaci¨®n para dar comienzo a un proceso de investigaci¨®n formal con materiales industriales de bajo coste que acabar¨ªa por cristalizar en todo un s¨ªmbolo de la arquitectura deconstructivista. La Casa Gehry (Santa M¨®nica, California, 1977-1979) se compone de un amasijo de placas de chapa ondulada, madera contrachapada y enrejado met¨¢lico que envuelve, perfora y secciona la construcci¨®n antigua para generar nuevos espacios interiores. Los vecinos odiaban aquella casa que parec¨ªa estar permanentemente en obras, pero los Gehry se salieron con la suya: la cocina nueva les qued¨® preciosa.
No hace falta m¨¢s
Ryue Nishizawa. The Weekend House (Gunna, Jap¨®n, 1997-1998)
Apartada en un bosque a unas dos horas de Tokio, la Weekend House (Gunna, Jap¨®n, 1997-1998) es un peque?o refugio que Ryue Nishizawa (1966) dise?¨® para sus escapadas de fin de semana. En consonancia con el sobrio minimalismo nip¨®n, la casa se reduce a una cajita negra modulada de acuerdo con las medidas del tatami tradicional. Estructura, paredes, suelos y techos de la casa fueron concebidos para su montaje a base de piezas estandarizadas con unas dimensiones y peso m¨ªnimos, lo que facilit¨® las tareas de prefabricaci¨®n, transporte y manipulaci¨®n para una puesta en obra r¨¢pida y eficaz. Por dentro, y con la ¨²nica excepci¨®n del cuarto de ba?o, la vivienda no cuenta con ninguna pared o elemento de compartimentaci¨®n. Tres patios ajardinados de distintas dimensiones establecen conexiones visuales con la naturaleza exterior, a la vez que sirven para organizar un espacio interior totalmente flexible que permite que la vivienda tambi¨¦n pueda utilizarse como sala de exposiciones para la hija del arquitecto.
Una habitaci¨®n con vistas al mar
David Chipperfield. Casa de Vacaciones (Corrubedo, Galicia, 1996-2002)
Cada verano, David Chipperfield (1953) y su familia se trasladan a un peque?o pueblo de pescadores en la costa gallega donde el arquitecto pasa ochos semanas ocup¨¢ndose de recibir visitas de amigos, trabajar por el d¨ªa y navegar por la tarde. El amor incondicional de la familia hacia el lugar condicion¨® el dise?o de su casa de vacaciones (Corrubedo, Galicia, 1996-2002), que parad¨®jicamente funciona justo al rev¨¦s que el resto de los edificios del pueblo. A diferencia de sus vecinos, que dan la espalda al puerto para resguardarse de las inclemencias mar¨ªtimas y abren sus ventanas al frente urbano, Chipperfield ofrece una fachada pr¨¢cticamente ciega hacia la calle y explota al m¨¢ximo su ubicaci¨®n disponiendo todos sus espacios interiores orientados directamente al mar. Elegante y sensible, la casa se dise?¨® teniendo en cuenta las costumbres y rutinas de la familia, como tomar el desayuno, leer un libro o prepararse una taza de t¨¦, lo que convierte esta obra en una celebraci¨®n de la intimidad dom¨¦stica.
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