Y color¨ªn colorado, Neverland se ha acabado: el due?o de Soho House compra el rancho de Michael Jackson, un lugar tan excesivo como permite la fantas¨ªa
El rey del pop convirti¨® aquella residencia de estilo Tudor en el universo so?ado por cualquier ni?o del planeta de la mano del constructor californiano Tony Urquidez. As¨ª se construye un mundo ideal
En 1988, Ronald y Nancy Reagan dejaron de ser los propietarios m¨¢s famosos del sudoeste de California. A tan solo 32 kil¨®metros de su c¨¦lebre Rancho del Cielo se instalar¨ªa una celebrity sin rival. Michael Jackson supo desde la grabaci¨®n del videoclip Say say say junto a Paul McCartney en el valle de Santa Ynez (en el condado de Santa Barbara) que, en esta tierra f¨¦rtil para el cultivo del vino, flanqueada por pl¨¢tanos de Virginia y robles, har¨ªa realidad el sue?o de su ni?ez: crear un pa¨ªs de Nunca Jam¨¢s tan real como el ladrillo. Un reflejo fiel de la inmensa fortuna que lleg¨® a amasar el artista mejor pagado de la historia y que se convertir¨ªa en su propia pesadilla hasta su marcha en 2005.
La fatalidad que acompa?¨® al rancho Neverland durante m¨¢s de una d¨¦cada, fruto de las deudas que acumul¨® el rey del pop y las acusaciones por abusos sexuales, parece llegar a su fin con la venta de la propiedad al multimillonario estadounidense Ronald Burke. El fundador de la firma de inversi¨®n Yucaipa Companies, propietaria entre otras muchas empresas de la exclusiva cadena de clubes Soho House, ha adquirido la propiedad privada m¨¢s famosa de EE.UU. (con permiso de Graceland) a precio de ganga, tras ponerse en venta a ra¨ªz de la muerte de Michael Jackson por sobredosis de calmantes en 2009. La operaci¨®n se cerr¨® por 22 millones de d¨®lares (18 millones de euros), casi la quinta parte del precio original de salida que lanz¨® la inmobiliaria Sotheby¡¯s Realty en 2016.
La ausencia de compradores y el desplome de su valor en todo este tiempo estuvo azuzada por la pol¨¦mica que desat¨® el estreno de Leaving Neverland (2019), el documental de HBO en el que varios hombres relatan los supuestos abusos sexuales que vivieron con Michael Jackson dentro del complejo. A la espera de conocer el nuevo futuro que tendr¨¢ en manos de Burke, un portavoz de su compa?¨ªa avanz¨® que se trataba de una operaci¨®n de land baking, una inversi¨®n en propiedades inmobiliarias a largo plazo para venderlas a posteriori.
S¨ª se sabe que la finca nunca jam¨¢s se convertir¨¢ en un parque tem¨¢tico sobre la vida de Michael Jackson, como s¨ª sucedi¨® con la vivienda de Elvis Presley. Seg¨²n la revista Time, la sociedad propietaria de Neverland que cre¨® el cantante de Indiana junto a la inversora Colony Capital para salvar a su residencia del embargo en 2007 ¨Ccuando las deudas lo llevaron a deshacerse de los derechos de las canciones de los Beatles¨C especific¨® una cl¨¢usula en su compraventa. Los compradores interesados no podr¨ªan usar este terreno para recrear un museo sobre la vida y obra del artista. Y as¨ª lo confirmaba la gestora del inmueble, Suzanne Perkins, a la publicaci¨®n: ¡°No vamos a realizar ning¨²n tour por la finca¡±.
Sycamore Valley Ranch: la fantas¨ªa Tudor de un empresario inmobiliario
Seg¨²n recoge su libro de memorias, Starting Over (2012), Latoya fue testigo de la obsesi¨®n de su hermano por esta finca conocida como Sycamore Valley Ranch desde que la visit¨® por primera vez en 1983. Paul McCartney invit¨® al cantante a pasar unos d¨ªas en este id¨ªlico rancho, entonces propiedad del empresario inmobiliario William Bone, a tan solo dos horas y media de Los ?ngeles para culminar la grabaci¨®n del videoclip Say, Say, Say en un dueto junto al exintegrante de los Beatles. ¡°Alg¨²n d¨ªa ser¨¦ el due?o de esta propiedad¡±, cuenta que dijo el artista, que quer¨ªa convertirla en la versi¨®n inmobiliaria del hogar de Peter Pan, el ni?o que nunca crece y que protagoniza el cuento de J.M. Barrie.
Pero hacerse con la finca requiri¨® de largas negociaciones nada pueriles. El Sycamore Valley Ranch del que Jackson se enamor¨® era el fruto de la fantas¨ªa personal de Bone, un consolidado promotor de campos de golf, viviendas y resorts por todo el pa¨ªs, quien hab¨ªa sentido una atracci¨®n parecida por la finca y edific¨® en ella una residencia de cuento de hadas rodeada de miles de flores y jardines para su familia. No estaba dispuesto a desprenderse de ella a cualquier precio.
Bone la hab¨ªa comprado en 1977 con el nombre de Zaca Laderas, a Robert Easton, el fundador de la Banca Crocker. Sus terrenos de 1.100 hect¨¢reas hab¨ªan servido como pastos para la ganader¨ªa, adem¨¢s de contar con una peque?a f¨¢brica y varios almacenes. Como nombre, decidi¨®, llevar¨ªa el de los ¨¢rboles m¨¢s representativos de la zona, los sic¨®moros. El arquitecto Robert Altevers (todo un referente en las villas de lujo de California y Dub¨¢i) sigui¨® al pie de la letra el documento de una decena de p¨¢ginas que Bone redact¨® sobre c¨®mo deb¨ªa ser su futuro hogar, y que llev¨® cinco a?os materializarlo con el trabajo de artesanos de todo el pa¨ªs.
En 1981 el clan Bone se mud¨® a esta mansi¨®n construida bajo los par¨¢metros del estilo Tudor. El mismo g¨¦nero arquitect¨®nico que hizo furor en Inglaterra durante el siglo XVI, y que destaca por su rica ornamentaci¨®n inspirada en las construcciones g¨®ticas, atestadas de arcos y molduras en las ventanas. En el interior de la vivienda la referencia europea se acentuaba con muebles ingleses y franceses del siglo XVIII. El toque oriental lo daban las porcelanas chinas y las alfombras persas.
El entorno fue creado por el arquitecto y paisajista Thomas A. Stone, habitual de las grandes plantaciones de Carolina del Sur. Junto al dise?o de varios edificios principales ide¨® los densos jardines del complejo, con m¨¢s de 128.000 plantas y un lago de 16.000 metros cuadrados ¨Cel mismo volumen que el de la Casa de Campo de Madrid¨C, que incluir¨ªa dos cascadas y un puente de piedra (y al que Michael Jackson a?adir¨ªa despu¨¦s un embarcadero con botes y un transbordador en forma de cisne).
Michael Jackson lleg¨® a ofrecerle 35 millones de d¨®lares por toda la propiedad, un precio muy superior a su valor de la ¨¦poca. Tras negociaciones con sus abogados que consideraban desorbitada la cifra, acordaron la compra por 17,5 millones de d¨®lares (14,2 millones de euros), con la condici¨®n de que el empresario pudiera visitar el rancho una vez por semana desde 1988 hasta 1991. Seg¨²n cuenta la web de fans La Corte del Rey del pop, Michael llev¨® tan en secreto su compra que sus padres se enteraron de la noticia por televisi¨®n.
La era ¡®Neverland¡¯
Michael Jackson quiso conservar la estructura de la residencia principal de Bone, parte de su dise?o interior, como el suelo de roble procedente de dos palacios franceses del siglo XVIII, y muchos de sus muebles. Pero tambi¨¦n realiz¨® una reforma en profundidad para acondicionar la vivienda a sus necesidades.
¡°Es gracioso, cuando empec¨¦ a trabajar con Michael, yo no ten¨ªa ni idea de con qui¨¦n estaba trabajando, yo solo estaba construyendo la verja de una casa¡±, declar¨® el constructor Tony Urquidez. Le encarg¨® el r¨®tulo de Neverland en letras doradas, Jackson qued¨® muy satisfecho y ser¨ªa el primero de otros muchos, tanto para la mansi¨®n como para el famoso parque de atracciones que mand¨® construir en 1990.
Tras su remodelaci¨®n, la vivienda lleg¨® a contar con 25 dormitorios, seis ba?os completos, dos aseos, cinco chimeneas y dos vestidores revestidos en madera de cedro, adem¨¢s de un jard¨ªn privado de cal¨¦ndulas en el patio trasero. La casa estaba decorada con todo tipo de objetos inveros¨ªmiles, como el disfraz original de Batman (1989), las manos de Eduardo Manostijeras (1990) o un sinf¨ªn de maniqu¨ªes y mu?ecos Power Ranger en tama?o real.
En el exterior, la directriz fue siempre ¡°m¨¢s es m¨¢s¡±. Se construyeron dos casas de invitados de 500 metros cuadrados cada una, un edificio de viviendas para los empleados, una gran piscina, varias pistas de baloncesto y de tenis, una barbacoa totalmente equipada y un establo para sus caballos Clydesdale. Solo el cuidado de las ¨¢reas verdes exig¨ªa el trabajo diario de 40 jardineros. En el centro del lago, frecuentado por decenas de cisnes, se cre¨® una peque?a isla con playa privada, el refugio favorito de Michael Jackson y todo un gui?o al libro de J.M. Barrie.
El sue?o de un ni?o atormentado
La mansi¨®n era el sue?o de un ni?o: Una sala de cine para 50 personas (barra de palomitas incluida), un estudio de baile y un poblado indio con multitud de caballos. Incluso ten¨ªa su propio medio de transporte, la Neverland Valley Railroad, con tres l¨ªneas de ferrocarril que cubr¨ªan casi un kil¨®metro de distancia y por las que circulaban varias locomotoras a vapor. Una de ellas fue restaurada a partir de un modelo que Urquidez hall¨® enterrado entre las monta?as nevadas de Vermont. Tambi¨¦n dispuso de un tren el¨¦ctrico a tama?o natural fabricado por la compa?¨ªa alemana Elektro-Mobiltechnik para sus hijos Prince, Paris y Blanket detr¨¢s de la vivienda principal.
Otra de sus obsesiones fue el coleccionismo de animales a lo Tiger King. Cre¨® su propio zoo para albergar numerosos ejemplares dom¨¦sticos y otros m¨¢s ex¨®ticos como jirafas, llamas, orangutanes o cocodrilos. Algunos llegaron a tener fama propia, como el elefante Gipsy que le regal¨® su amiga ¨ªntima la actriz Liz Taylor en agradecimiento por haber costeado su sonada boda junto al alba?il Larry Fortensky. Este parque zool¨®gico fue tambi¨¦n lugar de residencia, hasta la partida de Jackson, de los tigres Thriller y Sabu, ahora propiedad de la granja que la actriz Tippi Hendren cre¨® para acoger animales antes empleados en rodajes de Hollywood.
Pero, sin duda, el animal m¨¢s famoso de Neverland fue el chimpanc¨¦ Bubbles, adoptado por el cantante en 1984 y su acompa?ante en la gira del Bad World Tour por Jap¨®n tres a?os despu¨¦s. Vestirle con su propia ropa en miniatura como si fuera su gemelo (como bien reflej¨® el artista Jeff Koons en su obra Michael Jackson y Bubbles, de 1988) o confesar que dorm¨ªa en una cuna en su propio dormitorio fueron algunas an¨¦cdotas que fueron objeto de burla en los medios de comunicaci¨®n.
Ideas de medianoche: del fuerte para batallas de agua al camino m¨¢gico
Pero la guinda de la residencia privada (y centro de ocio) de Michael Jackson fue el parque de atracciones privado que mand¨® construir a golpe de llamadas a medianoche con alguna nueva idea para el constructor californiano. Durante varios a?os, Urquidez se dedic¨® a visitar convenciones y parques de atracciones de todo el pa¨ªs para probar las instalaciones en persona y hacer realidad las peticiones de Jacko. ¡°Michael me daba una idea de lo que quer¨ªa y yo ten¨ªa libertad creativa para ejecutarla. Despu¨¦s de varios proyectos como el camino m¨¢gico, el puente a la casa del ¨¢rbol, el barco pirata, y el fuerte para batallas de agua, creamos un idioma propio. Yo sab¨ªa lo que estaba imaginando y lo hac¨ªa realidad¡±, declar¨® en una entrevista.
El dinero no era un obst¨¢culo. En 1991, un a?o despu¨¦s de la puesta en marcha del parque de atracciones, Michael Jackson firmar¨ªa un contrato con Sony por 1.000 millones de d¨®lares, convirti¨¦ndose en el artista mejor pagado de la historia. Durante casi una d¨¦cada, el dinero entraba y sal¨ªa a raudales sin poner ning¨²n tipo de l¨ªmite a la imaginaci¨®n del artista: una noria de casi 20 metros de altura, un tiovivo con m¨²sica, una monta?a rusa, una atracci¨®n con sillas voladoras, un pulpo mec¨¢nico, coches de choque o un sal¨®n de videojuegos con m¨¢quinas recreativas y puestos de golosinas fueron algunas de las creaciones de Jackson para su mundo de fantas¨ªa.
Y Neverland se ha acabado
Todas las distracciones eran pocas para llevar a cabo esa misi¨®n que aseguraba buscar: dar una mejor infancia a los ni?os que lo visitaban, muchos de ellos con enfermedades en fase terminal. La misma que ¨¦l no pudo disfrutar por una ni?ez explotada en los escenarios, dec¨ªa. ¡°La gente se pregunta por qu¨¦ siempre tengo ni?os a mi alrededor. Y la raz¨®n es que, a trav¨¦s de ellos, encuentro eso que nunca tuve: Disneylandia, parques de atracciones, videojuegos. Yo adoro todas esas cosas porque cuando era peque?o lo m¨ªo era todo trabajo, trabajo y trabajo¡±, cont¨® Michael Jackson a Oprah Winfrey en una entrevista grabada en el rancho en 1993.
Una labor presuntamente altruista muy cuestionada a ra¨ªz de las acusaciones por supuestos abusos sexuales a las que se enfrent¨® en 2003. En ellas, el rancho de Neverland fue se?alado como el lugar donde transcurrieron los delitos, motivo por el que la polic¨ªa irrumpi¨® en la propiedad ese mismo a?o, mientras el cantante se encontraba en Las Vegas, en busca de evidencias sobre su supuesta pedofilia. A pesar de ser absuelto de todos los cargos por falta de pruebas concluyentes (y tras un acuerdo econ¨®mico con uno de los primeros demandantes para retirar la demanda), Michael Jackson decidi¨® en 2005 dejar definitivamente Neverland, al que ya no consideraba su hogar.
Con su marcha, se desmantelaron las atracciones y los animales abandonaron el zoo. En paralelo, las deudas ¨Cseg¨²n el diario brit¨¢nico Mirror, de unos 250 millones de libras (m¨¢s de 276 millones de euros)¨C derivadas del lujoso tren de vida del cantante casi suponen el embargo de la propiedad. Jackson lo evit¨® gracias a un acuerdo con la inversora inmobiliaria Colony Capital, por el que el artista ced¨ªa los derechos de explotaci¨®n del rancho a cambio de 23 millones de d¨®lares. Tras la muerte del cantante, el rancho recobr¨® su nombre original de Sycamore Valley Ranch y fue puesto a la venta por 100 millones de d¨®lares. Lady Gaga o Kanye West han sido algunos de los famosos que se han interesado por su compra y restauraci¨®n. En el caso del rapero estadounidense por razones m¨¢s emocionales que financieras: quer¨ªa regal¨¢rselo a su mujer, Kim Kardashian, que frecuent¨® este lugar en su adolescencia y siempre quiso tenerlo para sus hijos. All¨ª celebr¨® su 14 cumplea?os junto a su novio, T. J. Jackson, sobrino de Michael e hijo menor de Tito Jackson. Ella tambi¨¦n fue una ni?a en el mundo de nunca jam¨¢s.
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