Este hospital en Senegal combate las altas temperaturas de la zona solo con arquitectura
El arquitecto suizo Manuel Herz ha levantado las nuevas alas de pediatr¨ªa y de maternidad del centro de Tambacounda con la colaboraci¨®n de los habitantes de esta regi¨®n senegalesa. Muros perforados, doble techo y paredes con dos capas de ladrillo para un espacio integrado en el entorno y en el que se tiene en cuenta incluso la comodidad de los acompa?antes de los pacientes
En Tambacounda (Senegal), el calor es asfixiante. El sol pega con fuerza, el aire apenas se mueve y las temperaturas m¨¢ximas rondan los 40?C todos los d¨ªas del a?o. Pocas son las noches en las que, con suerte, el mercurio se acerca t¨ªmidamente a los 20?C. Para quienes no hayan estado en el tr¨®pico, lo m¨¢s parecido son las olas de calor que azotan la pen¨ªnsula ib¨¦rica en los meses m¨¢s duros del verano. ¡°Es una regi¨®n caliente y seca, en la que llueve solo dos meses al a?o¡±, explica el reconocido arquitecto suizo Manuel Herz, encargado de dise?ar las nuevas unidades de maternidad y pediatr¨ªa del hospital de esta regi¨®n, que han sido financiadas por la Fundaci¨®n Josef y Anni Albers, y se inauguran el pr¨®ximo mes de mayo.
¡°No quiero hacer un edificio que ignore el clima y luego tenga que compensarlo a trav¨¦s de tecnolog¨ªa y energ¨ªa¡±, afirma Herz. Suplir con aire acondicionado lo que se puede conseguir a trav¨¦s de la arquitectura no solo ser¨ªa absurdo, sino un gasto innecesario en un pa¨ªs donde la pobreza es la norma. Seg¨²n Oxfam, Senegal ocupa el puesto 168 de los 189 pa¨ªses que conforman la lista del ?ndice de Desarrollo Humano de la ONU, un indicador de desarrollo humano y calidad de vida. De ah¨ª, que el arquitecto haya buscado las formas de crear un microclima dentro del edificio a trav¨¦s de los elementos de construcci¨®n.
La pared de prueba que acab¨® siendo una escuela
Uno de los elementos a los que ha recurrido Herz es un muro de ladrillo perforado. ¡°Mantiene el sol y la lluvia fuera, pero permite la entrada del aire y d¨¦ la luz a trav¨¦s de las aberturas¡±, explica el arquitecto. Se trata de un dise?o que nada tiene que ver con lo que se hace en Europa. Sobre todo en el norte (a lo que est¨¢ acostumbrado), donde el clima obliga a cerrar los edificios para mantener el fr¨ªo fuera y conservar el calor dentro. ¡°Para llegar a la idea del muro perforado tuve que hacer una larga investigaci¨®n sobre la arquitectura en las zonas tropicales m¨¢s c¨¢lidas. No es nada que yo me haya inventado, aunque he buscado darle un giro a trav¨¦s de la geometr¨ªa¡±, dice. Las formas curvas han sido el toque de Herz para crear un corredor de aire que refresque las habitaciones, los pasillos y las salas de espera del hospital.
La investigaci¨®n de la que habla el suizo no solo consisti¨® en estudiar la arquitectura tropical, sino tambi¨¦n en practicarla antes de llevarla al hospital. Lo hizo construyendo una fachada en un pueblo situado al sur de la ciudad de Tambacounda. Lejos de acabar demolida, esta pared tiene ahora una funci¨®n fundamental: se ha convertido en uno de los cuatro muros que albergan una peque?a escuela para ni?os de una zona en la que no hab¨ªa ning¨²n centro para sus estudios.
Otro de los elementos que ha usado el arquitecto en su proyecto es un doble techo de metal y hormig¨®n, que sirve para proteger la planta superior del edificio de la incidencia del sol. ¡°La capa exterior es la de metal y sirve para reflejar el sol en lugar de absorberlo. La de dentro, la de hormig¨®n, cuenta con un agujero que sirve para crear un efecto chimenea. El aire caliente sube y sale hacia la parte exterior, permitiendo que se mantenga m¨¢s fresca la planta¡±, contin¨²a el arquitecto. Una vez m¨¢s, se trata de crear viento en un lugar en el que el aire parece est¨¢tico. Pero incluso refrescando las estancias con el muro perforado y el doble techo, era necesario conseguir que el sol no se colara por todas partes al edificio. Para ello, las paredes dobles cuentan con un segundo manto de ladrillo para crear sombras sobre s¨ª mismas y que la luz y el calor no incidan directamente sobre la piel del hospital.
Un hospital para los pacientes y sus familiares...
De esta forma, Herz ha logrado levantar lo que ¨¦l mismo denomina como ¡°una m¨¢quina capaz de crear su propio clima¡±. Algo m¨¢s que necesario para la habitabilidad de un edificio en el que cada d¨ªa confluyen much¨ªsimas personas. Lejos de ser uno m¨¢s entre decenas de hospitales, este centro es el principal de Tambacounda. Cada a?o recibe en torno a 20.000 pacientes que provienen de toda la regi¨®n e incluso de pa¨ªses vecinos como Mal¨ª. A estas personas hay que sumar sus familiares y el propio personal sanitario, que antes de la ampliaci¨®n trabajaba en condiciones complicadas debido a las aglomeraciones que se produc¨ªan por la cantidad de gente.
Las nuevas alas de pediatr¨ªa y de maternidad ten¨ªan que dar soluci¨®n a este problema. Sobre todo porque se trata de unidades en las que los pacientes suelen estar acompa?ados por muchos seres queridos que hacen vida durante varios d¨ªas dentro del hospital. ¡°Llegan tanto desde la ciudad como desde otros pueblos de la zona y se quedan all¨ª m¨¢s o menos una semana. Por ejemplo, cuando una mujer va a dar a luz la acompa?a gran parte de su familia. Por eso ten¨ªa que ser un espacio amplio, habitable y din¨¢mico. De ah¨ª que el edificio sea tan grande y largo. Hab¨ªa que crear un entorno y un espacio de recreaci¨®n en el que fueran posibles las interacciones sociales y donde los ni?os pudieran jugar¡±, cuenta Herz.
Entre salas de consulta, quir¨®fanos y material sanitario, el hospital de Tambacounda acab¨® teniendo un parque infantil, el primero de toda la ciudad de Tambacounda. ¡°Mi mujer y yo nos casamos el a?o pasado. No, no, perdona, en 2019¡±, la percepci¨®n del tiempo en pandemia le juega una mala pasada al arquitecto, que sigue: ¡°Y en lugar de pedir regalos a los invitados, les pedimos donaciones para poder financiar y construir el parque para ni?os y ni?as del proyecto¡±.
¡ hecho por los vecinos
Desde un primer momento los tambacundanos han participado en todos los aspectos de este proyecto. ¡°Lo primero que hicimos fue ir all¨ª y hablar con todos para entender las necesidades y conocer las posibilidades que hab¨ªa¡±, aclara Herz. Entonces, empezaron las propuestas de dise?o. ¡°Me reun¨ªa con el gobernador de la regi¨®n y todos los trabajadores del hospital para explicarlo. La primera vez pens¨¦ que el gobernador no iba a tener la paciencia suficiente para aguantar toda la explicaci¨®n, es una persona muy ocupada. Pero lo hizo. Al final de la presentaci¨®n me dio su opini¨®n y, despu¨¦s, pregunt¨® a cada uno de los trabajadores por la suya¡±, cuenta el arquitecto suizo.
Superadas las asambleas populares, cuando lleg¨® la hora de empezar a construir el hospital tambi¨¦n se acudi¨® a la poblaci¨®n local. El suizo trabaj¨® mano a mano, en cada una de las etapas, con el doctor Magueye Ba, que tambi¨¦n fue quien se encarg¨® de construir la peque?a escuela surgoda a partir de la fachada de prueba. ¡°Trabajamos en todo momento con constructores de all¨ª. No quer¨ªamos que el edificio fuera como una nave extraterrestre que, de pronto, aterriz¨® all¨ª, sino que estuviera integrado en la comunidad. Adem¨¢s, por supuesto, que el dinero de la construcci¨®n se quedara en esa regi¨®n y no se fuera a una empresa internacional¡±, concluye Herz, que ¡ªpor cierto¡ª ha dise?ado el hospital pro bono, es decir, sin recibir retribuci¨®n econ¨®mica alguna.
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