Peces musicales, una nana cl¨¢sica y mucha hojalata: as¨ª es la sinfon¨ªa escult¨®rica creada por un matrimonio de artistas
?lvaro Urbano y Petrit Halilaj presentan ¡®Ensamble lunar para mares en alza¡¯ en el MACBA de Barcelona, una exposici¨®n que se podr¨¢ disfrutar hasta el 12 de enero
¡°?Ves? Son solo la mitad de las notas¡±, le explica ?lvaro Urbano a este periodista tras entregarle un pececillo de aluminio e indicarle c¨®mo manipular la cajita de m¨²sica que lleva dentro. ¡°Para que suene la melod¨ªa entera se necesita a otra persona que toque el pez que contiene las notas restantes, pero que se sincronicen es muy complicado¡±. Se refiere a Ay, mi pescadito, la canci¨®n con la que Spencer Tracy consolaba al ni?o n¨¢ufrago de Capitanes intr¨¦pidos (¡°?Ay, mi pescadito, deja de llorar! ?Ay, mi pescadito, no llores m¨¢s!¡±). A ¨¦l se la cantaba su abuela y de ah¨ª ha germinado Ensamble lunar para mares en alza, su primera exposici¨®n conjunta con su marido, el tambi¨¦n artista Petrit Halilaj, que se podr¨¢ ver hasta el 12 de enero en el MACBA de Barcelona.
Auspiciada por Audemars Piguet Contemporary y TBA21-Academy, la instalaci¨®n re¨²ne un bestiario de cuarenta criaturas marinas bajo el enorme huevo blanco que pende en el atrio del museo, y que, como explica Urbano en la inauguraci¨®n, al ser visto desde abajo se convierte en la luna que rige las mareas de este oc¨¦ano fant¨¢stico. Las esculturas son tambi¨¦n instrumentos musicales, de manera que, juntas, generan el eco submarino de la nana con la que este artista aprendi¨® a sacar fuerzas de flaqueza cuando era peque?o. ¡°?Ay, mi pescadito, no llores m¨¢s, porque una ballena un d¨ªa ser¨¢s!¡±, sigue la canci¨®n, en la que luego se habla de una escuela en el fondo del mar en la que los pececillos aprenden a no ser capturados.
La instalaci¨®n fue encargada originariamente para el Ocean Space de Venecia y parte del objetivo de sensibilizar acerca del cuidado de los oc¨¦anos que persigue esta instituci¨®n. Sin embargo, para sus creadores la performance que llevan a cabo los m¨²sicos encargados de tocar las medusas-gong, los esturiones-flauta y las rayas-cascabel admite otras lecturas como la queer o incluso la diplom¨¢tica. ¡°Estoy casado con un hombre de un pa¨ªs que no reconoce la existencia del m¨ªo¡±, afirma Halilaj, nacido en Kosovo y casado con Urbano, que es espa?ol. Y se?ala que, en definitiva, este ecosistema surgido del huevo que han creado dos hombres es la expresi¨®n de un deseo: el de un mundo con m¨¢s armon¨ªa entre seres diferentes.
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