Cuando se dise?a para ser ¨²til y no para impresionar: c¨®mo los muebles daneses conquistaron el mundo
El ¡®boom¡¯ del mobiliario proveniente de Dinamarca tras la I Guerra Mundial todav¨ªa colea en subastas astron¨®micas, colecciones privadas y, m¨¢s recientemente, en Madrid, donde ha protagonizado Casa Decor
¡°Es la silla m¨¢s bonita del mundo¡±. En 1949, la revista estadounidense Interiors present¨® as¨ª el nacimiento de The Round Chair, la creaci¨®n del dan¨¦s Hans J. Wegner (1914-2007) que The New York Times bautizar¨ªa como The Chair (La Silla), a secas porque no hab¨ªa m¨¢s que a?adir. Este asiento modesto en apariencia, tan robusto como ligero gracias a un respaldo unido a ambos apoyabrazos y un asiento de fibra natural, revolucion¨® el mercado estadounidense. Su productor, Johannes Hansen, recibi¨® el encargo de hacer 400 piezas solo para ese pa¨ªs, todo un reto para la producci¨®n artesanal que Wegner aplicaba a cada pieza y que precis¨® dos a?os para completarse. Y aquel fue solo el primer encargo de muchos. The Chair es hoy el gran bestseller de la historia del mobiliario dan¨¦s.
Siete d¨¦cadas despu¨¦s, este estilo artesanal y atemporal sigue siendo igual de codiciado ¨Csus originales protagonizan subastas astron¨®micas¨C y relevante gracias a fabricantes como PP M?bler. La clave, dicen sus defensores, es que la est¨¦tica no ha dejado de mantenerse al servicio de la funci¨®n. ¡°El dise?o dan¨¦s ha estado siempre pensado por y para personas, no para impresionar. Por ejemplo, una silla que pesa mucho, o es inc¨®moda, no es una buena silla. Por ello son los muebles m¨¢s complicados¡±, explica Patricia ?lvarez, responsable de dise?o de la embajada de Dinamarca en Espa?a, al inicio de una ruta por el espacio que la instituci¨®n despliega estos d¨ªas en la ¨²ltima edici¨®n de Casa Decor. Pasa por un apartamento a dos alturas del estudio de Erico Navazo, plagado de iconos del pa¨ªs escandinavo bajo el nombre de ¡°Nueva Bauhaus¡±.
Precisamente Navazo es el responsable del di¨¢logo entre la factura serena y liviana del mobiliario dan¨¦s frente a la arquitectura puramente regionalista de la Casa de Tom¨¢s Allende (Plaza de Canalejas 3, Madrid) de Leonardo Rucabado, donde se celebra este a?o Casa Decor. Mezclar ambos tonos fue tarea sencilla. ¡°Me gusta incluir piezas danesas de ¨¦poca que busco en subastas cuando tengo presupuesto. Son ic¨®nicas, internacionales y una inversi¨®n para el cliente, porque implican una buena reventa al ser entendidas en todas partes. La atemporalidad es algo muy importante y siempre lo encuentro en el dise?o dan¨¦s¡±.
¡°Los daneses avanzan desde la tradici¨®n¡±, a?ade ?lvarez. ¡°Evolucionan incorporando referencias internacionales y mejoras tecnol¨®gicas sin perder el foco en las personas. Basan su dise?o en la herencia cultural, no solo suya, sino de todo el mundo, ya que desde tiempos de vikingos han sido grandes exploradores. La silla Wishbone, por ejemplo, una de las m¨¢s vendidas e imitadas del mundo, se inspira en los sillones chinos. Ellos no entraron en la producci¨®n en masa porque quisieron mantener el aspecto artesanal que les identifica¡±, se?ala Patricia ?lvarez.
La Wishbone fue fabricada en exclusiva para Carl Hansen & S?n en 1949 por el maestro Wegner y es una de las piezas que se pueden ver en Casa Decor junto a otros iconos de su pa¨ªs como la butaca Egg, de Arne Jacobsen para Fritz Hansen, o la PH Artichoke, de Poul Henningsen, que corona el piso superior, una de las l¨¢mparas favoritas de Navazo. Este dise?o, creado en 1958 para el restaurante de Estilo Interionacional Langelinie Pavillonen de Copenhague, es una de las estrellas del cat¨¢logo de Louis Poulsen, la firma de luminarias que fabrica los modelos rupturistas de Henningsen desde sus or¨ªgenes. Seg¨²n su actual director creativo, David Obel Rosenkvist, la versatilidad y la moderaci¨®n son otras cualidades del dise?o dan¨¦s. ¡°Son piezas que se integran f¨¢cilmente en cualquier lugar y est¨¢n dise?adas y fabricadas para durar. No siguen tendencias ni modas a corto plazo y est¨¢ al servicio del ser humano y su bienestar¡±, explica a ICON Design.
La ¡®pizza¡¯ del dise?o de muebles: por qu¨¦ nos gusta a todos lo scandi
Christian Andresen, jefe de dise?o y embajador de Fritz Hansen, la firma de mobiliario fundada en 1872 en Dinamarca que lleva iconos de Hans Wegner, Arne Jacobsen o Cecilie Manz en su cat¨¢logo, tiene su teor¨ªa sobre el ¨¦xito del dise?o dan¨¦s: ¡°Se trata de un sentimiento nativo. Los escandinavos, y especialmente los daneses, disfrutan de la vida familiar y con amigos en casa, tanto alrededor de la mesa como en salas de estar. Un buen dise?o con materiales naturales, acompa?ado de una est¨¦tica simple y artesanal a un precio razonable, es parte de estos valores. Y estos tuvieron un atractivo internacional extendi¨¦ndose tanto por Europa como por EE UU y Jap¨®n¡±.
Recalca Patricia ?lvarez: ¡°No se conciben como objetos de lujo para una minor¨ªa, porque son una sociedad bastante igualitaria que busca el beneficio com¨²n y mejorar la vida de todos. Las casas danesas tienen pocas piezas pero buenas, y eso es algo muy caracter¨ªstico de ellos. Por su clima son m¨¢s caseros, por ello buscan un ambiente que no sea cargado, rodeado muebles que reflejen la luz (tan escasa algunos meses del a?o), pocos estampados y colores que inviten a relajarse. No tienen casas para recibir, sino para vivir en ellas. Eso que conocemos como hygge [acogedor], porque para ellos la casa es el mejor sitio del mundo en el que pueden estar¡±.
Pero, ?y por qu¨¦ nos gusta tambi¨¦n en hogares mediterr¨¢neos? ¡°Creo que se trata de la elegancia en los materiales, esa manera de conectar con la naturaleza y la buena vida sencilla pero sofisticada que tenemos en Escandinavia. El estilo [dan¨¦s] perdura porque es honesto y de buena calidad, envejece con belleza¡±, se?ala Christian Andresen.
¡®Midcentury¡¯, el principio de todo
Al final de la I Guerra Mundial, este pa¨ªs de reducidas dimensiones vivi¨® una industrializaci¨®n m¨¢s bien tard¨ªa en comparaci¨®n con pa¨ªses como Alemania, que lleva a?os desarrollando la escuela Bauhaus. Pero este retraso favoreci¨® la permanencia de una artesan¨ªa de alta calidad que se mantendr¨ªa durante d¨¦cadas a¨²n en paralelo a la producci¨®n industrial como una de sus se?as de identidad.
La Real Academia de Bellas Artes impuls¨®, a trav¨¦s del arquitecto Karee Klint (1888-1954), un estilo in¨¦dito hasta entonces y cercano al principio racionalista de que la forma sigue a la funci¨®n. ¡°Pero nunca perdi¨® de vista la tradici¨®n¡±, alerta Andersen. ¡°Arquitectos como Klint y Hans Wegner adoptaron ese movimiento entre las bases del nuevo dise?o dan¨¦s que ense?aron a sus estudiantes¡±, explica Christian Andresen.
Consolidado tras el final de la II Guerra Mundial, el dise?o que impuls¨® Klint result¨® moderno sin pretenderlo, al partir de modelos antiguos que ¨¦l mejoraba despoj¨¢ndoles todo lo superfluo para hacerlos m¨¢s c¨®modos. ¡°Dec¨ªa que hab¨ªa que partir de un mueble de buenas cualidades, como una silla china o una banqueta japonesa, y mejorarlo. Pensaba que si empezabas de algo que ya era bueno, seguro que el resultado ser¨¢ bueno¡±, explica Patricia ?lvarez.
La asesora de la embajada recalca el trabajo en equipo como otro agente clave en su evoluci¨®n. ¡°A lo largo de su historia, los daneses han concebido la creatividad y la colaboraci¨®n como una respuesta efectiva para resolver nuevos retos. Tienen una forma muy din¨¢mica de trabajar en equipos reducidos y el estilo midcentury surgi¨® precisamente de esa colaboraci¨®n entre arquitectos y ebanistas que inici¨® Klint, ya que hasta la fecha no exist¨ªa la figura de dise?ador de muebles¡±.
El nuevo dise?o arras¨® por el mundo. Las nuevas estrellas eran las sillas Round y Wishbone, de Wegner; el asiento Ant de Arne Jacobsen para Fritz Hansen, la primera pieza producida industrialmente en Dinamarca; o los dise?os funcionales de madera y metal de B?rge Mogensen, relanzados por Carl Hansen. En cuesti¨®n de iluminaci¨®n, el cr¨ªtico y dise?ador Poul Henningsen marc¨® un hito con la l¨¢mpara en suspensi¨®n PH5, que sigue produci¨¦ndose en multitud de colores y tama?os por su fabricante original Louis Poulsen.
La d¨¦cada de los sesenta supuso la internacionalizaci¨®n del sello dan¨¦s y tambi¨¦n el principio de su declive. Con breves pero intensas excepciones, como Poul Kj?rholm y sus muebles producidos de forma industrial pero con materiales naturales; o el rupturista y siempre pop Verner Panton ¨Cbastante incomprendido en la ¨¦poca¨C los a?os siguientes no fueron especialmente fruct¨ªferos en cuesti¨®n de mobiliario. ¡°Verner fue el rebelde de la clase y contradijo el midcentury para investigar un dise?o que resultara m¨¢s popular, lo que le llev¨® a desarrollar gran parte de su carrera fuera. Jacobsen y Kj?rholm, por otro lado, murieron j¨®venes, lo que gener¨® un vac¨ªo de grandes dise?adores y debilit¨® la comunidad de dise?o en Dinamarca. Fritz Hansen en ese momento empez¨® a trabajar con dise?adores internacionales para crear una interpretaci¨®n del dise?o desde fuera del pa¨ªs y ese viaje ahora es nuestro camino¡±, explica el jefe de dise?o de la firma que cuenta con piezas del espa?ol Jaime Hayon en su haber.
Mujeres dise?adoras a la sombra
Fritz Hansen, Carl Hansen y &tradition son las grandes firmas de mobiliario dan¨¦s que han ayudado con la fabricaci¨®n y reedici¨®n de estos cl¨¢sicos modernos a que el esp¨ªritu y los valores del estilo dan¨¦s perduren hasta hoy. Pero al igual que sucedi¨® en otras artes como la arquitectura o la pintura, su historia ha mantenido a la mujer a la sombra durante d¨¦cadas.
Prueba de ello, entre otras muchas, son Bodil Kj?r, autora del escritorio m¨¢s famoso del mundo, los asientos suspendidos de Nanna Ditzel o esa manera casi de origami de entender las sillas de Grete Jalk. Ninguna de ellas hasta la fecha han recibido su merecido reconocimiento. ¡°Es muy injusto. Afortunadamente, muchas de las dise?adoras que por razones culturales tuvieron menos exposici¨®n en el pasado est¨¢n siendo presentadas ahora, obteniendo algo del cr¨¦dito que merecen y nunca obtuvieron en su tiempo¡±, concluye David Obel Rosenkvist.
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