Ron Arad: ¡°No necesito a Oscar Wilde para saber lo que es arte y lo que no¡±
El dise?ador brit¨¢nico-israel¨ª lleva d¨¦cadas huyendo de los convencionalismos sobre mobiliario e intentando discernir a qu¨¦ disciplina pertenecen sus creaciones
A Ron Arad (Tel Aviv, 73 a?os) no le gusta saber lo que se le va a preguntar antes de la entrevista. ¡°Soy muy vago, no me apetece prepararme¡±, admite ajust¨¢ndose su caracter¨ªstico sombrero de fieltro confeccionado por ¨¦l mismo. Su supuesta pereza tiene toda la pinta de no ser m¨¢s que una excusa para no leer mensajes, porque a sus 73 a?os este dise?ador industrial y arquitecto brit¨¢nico israel¨ª no para de trabajar. ¡°A ver, de qu¨¦ quieres que hablemos hoy¡±, demanda. Podr¨ªa charlar largo y tendido sobre ...
A Ron Arad (Tel Aviv, 73 a?os) no le gusta saber lo que se le va a preguntar antes de la entrevista. ¡°Soy muy vago, no me apetece prepararme¡±, admite ajust¨¢ndose su caracter¨ªstico sombrero de fieltro confeccionado por ¨¦l mismo. Su supuesta pereza tiene toda la pinta de no ser m¨¢s que una excusa para no leer mensajes, porque a sus 73 a?os este dise?ador industrial y arquitecto brit¨¢nico israel¨ª no para de trabajar. ¡°A ver, de qu¨¦ quieres que hablemos hoy¡±, demanda. Podr¨ªa charlar largo y tendido sobre su pasi¨®n por el ping-pong, sus colaboraciones con marcas como Vitra, Moroso o Alessi, o sus vacaciones familiares en Formentera despu¨¦s de que Mariscal le ¡°obligara¡± a visitarla: pero hoy toca hablar de sus piezas de resina creadas en exclusiva para Opera Gallery, una serie de objetos de mobiliario que son dignos de ser admirados en un museo.
¡°Todo empez¨® porque cada vez que yo ten¨ªa una gran idea, el Big Easy saltaba y me ped¨ªa que lo usara¡±. Este modelo, cuyo nombre es una referencia a Nueva Orleans, es una butaca club de formas vertiginosas que ha ido reinvent¨¢ndose a lo largo de los a?os. ¡°Al principio eran modelos en metal soldado de aspecto muy crudo, porque a¨²n no era un buen artesano, pero fui mejorando y experimentando con diferentes materiales como pintura s¨®lida o acero inoxidable¡±, explica mostrando las im¨¢genes en una tablet. La actual serie en resina incluye otros tipos de asientos y una estanter¨ªa que homenajea al collage El caracol de Henri Matisse. ¡°Produje la serie en un taller de Madrid. Lo lleva Jes¨²s, que es excelente, y tambi¨¦n trabaja con Manolo Vald¨¦s¡±, comenta sin aportar m¨¢s detalles. ¡°Todo termin¨® saliendo mejor que los bocetos, mejor de lo que merezco. Yo no puedo atribuirme el m¨¦rito por la manera en la que se expande la gota de pintura. Esto es lo que los buenos materiales hacen por ti¡±, asegura el dise?ador.
Arad recibe en su casa en el norte de Londres, un edificio de fachada cl¨¢sicamente elegante que oculta un interior con ambiente de guarida steampunk. En el sal¨®n conviven varias de sus creaciones como la estanter¨ªa ondulante Bookworm o el sof¨¢ mecedora Glider, producido por Moroso, con carteles de conciertos de rock descoloridos, taquillas de colegio reutilizadas y una gran caja de cart¨®n donde juega su nieto. Mientras prepara un caf¨¦ en su cocina hecha con trozos enormes de metal, anima a usar sus ic¨®nicas obras. ¡°Si¨¦ntate aqu¨ª mismo¡±, exclama se?alando a una silla Rover original de 1981. Es el primer mueble que realiz¨®. Tras descansar en ella sus posaderas esta redactora, puede atestiguar que la silla es muy c¨®moda. ¡°Lo hice con partes de coches de desguace, pero sin la idea de salvar el mundo. Una revista ecologista de la ¨¦poca la puso en la portada para animar a sus lectores a reciclar y lo cierto es que me hizo muy feliz¡±, recuerda sobre la pieza que le abri¨® las puertas al mundo del dise?o.
La conversaci¨®n con Arad discurre entre incontables meandros y desv¨ªos, pero finalmente siempre se llega a la cuesti¨®n de si su trabajo es arte o dise?o. ?l, que eligi¨® la m¨¢xima ¡°No discipline¡± (Sin disciplina, en ingl¨¦s) como lema de su estudio, prefiere responder con una an¨¦cdota. En 2001 un prototipo en acero de su sill¨®n D-Sofa se vendi¨® en la casa de subastas Phillips por aproximadamente un mill¨®n y medio de euros. ¡°Un precio que me pareci¨® ciencia ficci¨®n¡±, a?ade. ¡°Normalmente en las casas de subastas dan un porcentaje al autor, pero en este caso alegaron que yo no era artista y no me deb¨ªan nada¡±. Arad los llev¨® a juicio, gan¨® y recibi¨® la comisi¨®n. ¡°No es mi problema si es arte o dise?o. Oscar Wilde dijo que el arte no es funcional, pero yo no necesito a Wilde para saber lo que es arte y lo que no. Me gusta m¨¢s otra cita suya que dice que el mundo se divide entre personas tediosas y encantadoras, yo lo aplico a los objetos¡±. ?Y qu¨¦ le resulta a Arad interesante o encantador? ¡°Tengo curiosidad por todo,¡± responde sin mojarse. ¡°Me interesan los artesanos con los que trabajo en Dakar, una f¨¢brica de m¨¢rmol italiana... Si una exposici¨®n no me produce envidia, no es buena. Adem¨¢s, no me faltan ideas. Mi problema no es que se me ocurran cosas, es decidir en cu¨¢les merece la pena usar mi tiempo¡±.