Remy Renzullo, el ni?o prodigio de la decoraci¨®n: ¡°No hay nada m¨¢s pr¨¢ctico que un mueble del siglo XVIII¡±
Visitamos la casa del interiorista en Nueva York y descubrimos que la modernidad no siempre consiste en vivir rodeado de piezas vanguardistas
En 1898, un inmigrante que hab¨ªa hecho fortuna gracias al comercio erigi¨® una mansi¨®n de aires palaciegos a pocas calles de Central Park. Durante medio siglo fue una vivienda familiar, hasta que en los a?os cincuenta fue dividida en apartamentos. Y en alg¨²n momento de la ¨²ltima d¨¦cada a Remy Renzullo (Connecticut, 1991) le invitaron a cenar en el antiguo sal¨®n de baile. ¡°Nunca olvidar¨¦ la primera vez que entr¨¦, no se parece a ning¨²n otro apartamento de la ciudad¡±, recuerda ahora este chico que pidi¨® a sus amigos que, si alguna vez se mudaban, le avisaran antes.
Un d¨ªa la llamada se produjo, el alquiler se traspas¨® y hace cuatro a?os Renzullo se encontr¨® viviendo a los 25 a?os en una casa cuyas vidrieras recuerdan que no todo Nueva York parece Nueva York. ¡°Me crie en Connecticut y siempre he vivido en casas antiguas y acogedoras, laber¨ªnticas, con muchos cuartitos, pero nunca en una habitaci¨®n tan grande como esta¡±, recuerda. ¡°Cuando me mud¨¦ acababa de empezar como decorador y no ten¨ªa presupuesto para comprar muchas cosas. As¨ª que puse lo que ten¨ªa. Dej¨¦ las paredes en blanco porque son enormes y quer¨ªa elegir el color con cuidado¡±.
Encontr¨® inspiraci¨®n en las casas de campo inglesas del siglo XVIII que divisaba desde las p¨¢ginas de las revistas de decoraci¨®n ¨CThe world of interiors, House & Garden¨C que su madre coleccionaba. "Tienen habitaciones enormes y, sin embargo, son c¨®modas ", apunta. ¡°Mi estilo es un poco as¨ª: muebles preciosos y cosas un poco destartaladas pero muy vividas, como si llevaran ah¨ª mucho tiempo¡±. Algunas de las cosas que hay en su apartamento, de hecho, llevan en su vida desde siempre. ¡°Mi madre era decoradora y ten¨ªa un gusto extraordinario, un poco victoriano, para mezclar cosas muy dispersas con elementos de la naturaleza. Su estudio estaba abarrotado de taxidermia, cuadros, libros, nidos de p¨¢jaro¡ De ah¨ª sali¨® mi estilo¡±.
Tambi¨¦n el sof¨¢ de flores que ahora luce en su sal¨®n. ¡°Siempre lo he llevado conmigo. Est¨¢ destrozado, pero no quiero retapizarlo. Significa mucho para m¨ª¡±. Unos pocos elementos constantes ¨Cla alfombra turca, la mesa, el color ¨®xido de las paredes¨C sirven aqu¨ª como tel¨®n de fondo para el juego de combinatoria que Renzullo ha desarrollado con intuici¨®n, cultura y memoria a partes iguales. ¡°En Connecticut no hab¨ªa mucho que hacer, as¨ª que mi madre y mi abuela me llevaban con ellas a ver anticuarios y mercadillos. De ni?o no me hac¨ªa gracia, pero cosas as¨ª te acaban definiendo. Me he pasado la vida viendo cosas viejas¡±.
Al salir del internado Remy estudi¨® moda en Parsons y pas¨® cinco a?os trabajando con Wes Gordon, hoy director creativo de Carolina Herrera. ¡°La moda me gustaba, pero no era mi sitio. Y un d¨ªa un amigo vino a comer a mi apartamento en Chelsea y le sorprendi¨® que alguien de 24 a?os tuviera una casa tan bonita. Me dijo que hab¨ªa miles de j¨®venes tratando de abrirse paso en la moda, pero muy pocos con un gusto as¨ª. Yo hab¨ªa estado siempre tan rodeado de decoraci¨®n que nunca me hab¨ªa planteado en serio dedicarme a ello¡±. Hoy Renzullo ha desarrollado una carrera a la medida de sus filias.
Recibe a sus clientes en su casa, entre antig¨¹edades y obras de arte que van cambiando y que con frecuencia acaban en sus proyectos. ¡°Me paso la mitad de mi tiempo mirando cat¨¢logos de subastas. Como tampoco tengo un presupuesto ilimitado, el ¨²nico modo de hacerlo es comprar cosas y luego venderlas¡±. Por esta atalaya ecl¨¦ctica pasan butacas georgianas, mesitas imperio y pinturas barrocas que no aspiran a ser contempladas como en un museo, sino vividas como en una casa. Remy defiende que lo suyo no es el historicismo y que el ornamento no siempre es delito.
¡°Creo que mi casa es enormemente pr¨¢ctica, porque la uso constantemente. A veces la gente se olvida de que un mueble del siglo XVIII ha pasado la prueba del tiempo. Ha sido usado por muchas generaciones. No hay nada m¨¢s pr¨¢ctico que eso. Y, con los precios que hay ahora, a mis amigos les encuentro piezas de subasta por precios de Ikea¡±. De este modo, Renzullo ha conquistado una posici¨®n at¨ªpica en una ciudad que a menudo sucumbe a sus propios clich¨¦s. ¡°La gente olvida que aqu¨ª han estado los mayores coleccionistas de mobiliario de la historia. Lo que yo hago es contextualizarlo de forma distinta¡±. En el mundo est¨¦tico de Renzullo, todo puede combinar si encaja en la atm¨®sfera. ¡°No es que no me emocione lo contempor¨¢neo¡±, reconoce, ¡°pero a cada uno le gusta lo que le gusta¡±.
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