La costura francesa y el ¡®skate¡¯ californiano colisionan en lo ¨²ltimo de Dior Men
La primera colecci¨®n crucero bajo la firma de Kim Jones revisita el ¡®streetwear¡¯ estadounidense en un energ¨¦tico desfile en Los ?ngeles
La m¨ªtica entrada a Venice Beach, en Los ?ngeles, se convert¨ªa en la tarde de ayer en la pasarela del desfile de Dior para la pr¨®xima primavera. Trat¨¢ndose de Kim Jones, el director art¨ªstico de la l¨ªnea masculina, estaba bastante claro que el emplazamiento era una invitaci¨®n a reflexionar sobre la cultura del skate. No s¨®lo porque Jones fuera el autor intelectual de la llegada de la moda urbana a la moda de autor, tambi¨¦n porque el dise?ador brit¨¢nico es experto en explorar los c¨®digos de la contracultura y actualizarlos seg¨²n las reglas del lenguaje del lujo del siglo XXI.
El culto a la juventud del pasado que tanto obsesiona a Jones se superpone al legado de Dior, una ense?a con casi ochenta a?os de historia que sigue revisitando los hitos de su creador. Y esa es, precisamente, la aproximaci¨®n con la que el creativo ha querido realizar la colecci¨®n: superponer capas temporales, sociales y generacionales de forma casi experimental. Porque la elecci¨®n de Venice no s¨®lo responde a la revisitaci¨®n de la contracultura californiana de los noventa.
Dior se ha instalado en la ic¨®nica playa por dos motivos completamente ajenos el uno del otro: el primero, la visita de Christian Dior a los ¨¢ngeles en 1951 (el modisto fue de los primeros en desembarazarse del encorsetamiento de la costura parisina y explotar las posibilidades comerciales del mercado norteamericano); el segundo, la sede de Eli Russell Linnetz, alma mater de ERL, una marca joven nacida en la propia Venice que ha ganado visibilidad en el ¨²ltimo a?o por tener la audacia de mezclar el estilo relajado y pr¨¢ctico que caracteriza a la indumentaria arquet¨ªpica de la zona con las t¨¦cnicas artesanales del textil norteamericano.
Aunque para la mayor¨ªa ERL naci¨® cuando Asap Rocky se puso un edred¨®n de quilt para acudir a la gala del Met el pasado oto?o (Linnetz se ha convertido en uno de los creativos m¨¢s j¨®venes en tener una prenda suya en la exposici¨®n anual del museo) , la ense?a nac¨ªa en 2018. ¡°Aunque es com¨²n que trabajemos con distintas personas, esta vez lo he querido hacer de otra forma: dejando que en la colecci¨®n interviniera el punto de vista de un creador joven al que admiro¡±, explica Jones, que decidi¨® cederle los archivos de las colecciones que Gianfranco Ferr¨¦ realiz¨® para la casa en 1991, el a?o de nacimiento de Linnetz. ?l, por su parte, se centraba en los de 1951, momento en el que Christian Dior estaba en el cenit de su carrera.
De un punto de partida tan aparentemente azaroso ha surgido California couture, un mensaje bordado en los jerseys que abr¨ªan y cerraban el desfile a modo de declaraci¨®n de intenciones; el hecho a mano al servicio de prendas encumbradas desde la calle; los colores pastel asociados con la ¨¦poca dorada de Dior ti?endo pantalones cortos, gorros y camisetas. La mirada artesanal de ERL teje a mano bermudas o construye prendas exteriores a base de patchwork tradicional y la mirada comercial de Jones convierte en objeto de deseo nost¨¢lgico las zapatillas de skater (de horma ancha y leng¨¹eta enorme), ahora firmadas por Dior, y en carne de viral los bolsos Saddle en tela acolchada.
Linnetz defin¨ªa la colecci¨®n como ¡°una colisi¨®n de momentos¡±, en referencia al choque frontal de lo m¨¢s pop con lo m¨¢s nicho. No es la primera vez que ocurre en la moda ni ser¨¢ la ¨²ltima, pero la varita m¨¢gica de Jones es capaz de hacernos creer que es la primera: el cliente quiz¨¢ no conozca al dedillo todas las capas y referencias que esconde la prenda que est¨¢ comprando, pero la querr¨¢ precisamente por eso: si condensa el esp¨ªritu visual del momento es porque ese aqu¨ª y ahora es en realidad un mezcla audaz de nostalgia y experimentaci¨®n
Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram,o suscribirte aqu¨ª a la Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.