Miqui Puig: ¡°Vengo de una estirpe sin pap¨¢s ricos, tengo el miedo de d¨®nde va a salir el dinero para los discos¡±
El excomponente de Los Sencillos, ya convertido en una figura del ¡®indie¡¯ espa?ol, lanza su octavo disco en solitario, ¡®Miqui Puig canta vol. 7¡ä
A punto de cumplir 54 a?os, Miqui Puig (L¡¯Ametlla del Vall¨¨s) estrena disco, el decimocuarto de su carrera (lleva seis con Los Sencillos y ocho en solitario). Se llama Miqui Puig canta vol. 7, ¡°en claro homenaje a aquellas cintas de las gasolineras y porque no es el Miqui Puig Dj¡± aclara. Se publica el 1 de julio, lo edita nuevamente El Segell y es una sucesi¨®n de temazos bailables absolutamente incontestable e imparable. ¡°...
A punto de cumplir 54 a?os, Miqui Puig (L¡¯Ametlla del Vall¨¨s) estrena disco, el decimocuarto de su carrera (lleva seis con Los Sencillos y ocho en solitario). Se llama Miqui Puig canta vol. 7, ¡°en claro homenaje a aquellas cintas de las gasolineras y porque no es el Miqui Puig Dj¡± aclara. Se publica el 1 de julio, lo edita nuevamente El Segell y es una sucesi¨®n de temazos bailables absolutamente incontestable e imparable. ¡°Tiene un formato muy radiof¨®nico. Hay cu?as, locuciones y esa cosa de que las canciones vayan casi empalmadas como ya ¨ªbamos haciendo en los directos¡±.
El resultado es un disco que se escucha del tir¨®n y que, probablemente, sea el m¨¢s inspirado de esta ¨²ltima y brillante etapa que iniciara con Escuela de capataces (2017). Suenan ecos de Berlanga, de Battiato, de David Sylvain, de Iv¨¢n, de Pet Shop Boys, de Grace Jones, de los Radio Futura m¨¢s danzables o de aquellos Ciudad Jard¨ªn tan injustamente olvidados. Canciones para la pista de baile como caramelos envenenados. Basta con escuchar las letras para saber que el Miqui de siempre est¨¢ ah¨ª, agazapado entre beats y acompa?ado a los coros por resplandecientes colaboraciones como Queralt Lahoz, Ferran Palau o por leyendas rescatadas como Irantzu Valencia de La Buena Vida (como ya hiciera, por cierto, con Jeannette en su disco Casualidades).
Ocho discos en solitario y casi treinta a?os en la industria... ?En qu¨¦ momento se encuentra? En uno muy dulce. De repente viene gente muy joven a mis conciertos y no juzgan nada. Simplemente ven a un se?or mayor ah¨ª arriba cantando, movi¨¦ndose y bailando y les flipa. Hace poco mi sobrina de 16 a?os me vio en un concierto y de repente pens¨®: ¡°Buah, mi t¨ªo hace lo que quiere, baila como quiere y a la gente le mola¡±. Para ella que quiere ser actriz supuso comprobar que, para tener una carrera art¨ªstica, tienes que ser t¨² mismo.
?Y c¨®mo es eso de componer sin saber tocar instrumentos? Esto es como cuando Morrissey dej¨® The Smiths y todo el mundo dijo: ¡°No va a hacer nada en solitario porque todo lo hacia Johnny Marr¡±. Al final hemos visto que Morrissey segu¨ªa teniendo melod¨ªas en la cabeza. Yo soy bueno creando melod¨ªas y eso es b¨¢sico para seguir haciendo canciones. Trabajo con m¨²sicos a los que explico la idea de los temas siempre partiendo de las letras que para m¨ª son muy importantes y a las que les doy mil vueltas. En este disco, he tenido momentos de decirme a m¨ª mismo: ¡°Basta, es guay, funciona¡±¡ He intentado no ser tan intelectual en las letras, aunque siga habiendo mi habitual vomitera de ideas.
S¨ª, pero se nota que se ha puesto al servicio de las canciones y que ha dado un pasito atr¨¢s d¨¢ndole mayor peso a la producci¨®n. Creo que el resultado es un disco m¨¢s hedonista a pesar de que las historias no lo sean tanto¡ No puedo desprenderme de esa p¨¢tina. Me sale innato. No pretendo d¨¢rmelas de nada. Ten¨ªamos muy claro que quer¨ªamos un disco muy bailable pero sigue teniendo esas coordenadas de cantautor raro¡
Peculiar, le definen en Wikipedia. Aqu¨ª los est¨¢ndares, ya se sabe... Aunque peculiar ya me gusta. Ecl¨¦ctico, por ejemplo que es otra cosa que tambi¨¦n me dicen mucho, lo odio con todas mis fuerzas.
Lo que sigue estando en este disco son los miedos que parecen ser su gran e inagotable motor de inspiraci¨®n. El miedo es mi d¨ªa a d¨ªa. Es algo con lo que siempre he convivido. Miedo a no ser aceptado, miedo de ser el gordito de la clase, el distinto, el raro¡ Recuerdo que cuando Los Sencillos empez¨¢bamos, escuchaba mucho lo de: ¡°Ah, es que no es un cantante guaperas¡±. Pero mira, los guaperas han pasado todos y yo sigo aqu¨ª... Y luego hay otros miedos m¨¢s pr¨¢cticos. Yo vengo de una estirpe en la que no tengo pap¨¢s ricos y tengo ese miedo constante a tener que reinventarte, a ver de donde va a salir el dinero para pagar los discos¡ El otro d¨ªa viendo a Tangana pensaba ¡°?viva el presupuesto!¡±. Cuando a un artista le va bien, chasquea los dedos y lo tiene todo. Cuando no, has de grabar con dos duros o tocar donde sea. Y todos esos miedos funcionan como motor creativo. Igual que el estar enfadado. Mi amigo Kiko Amat siempre dice que cuando Edwyn Collins sali¨® de ese doble derrame cerebral se convirti¨® en alguien amable y perdi¨® la chispa¡
Precisamente en su reciente libro, Los enemigos (Anagrama, 2022), Kiko Amat sostiene que, a nivel creativo, los enemigos son rentables y necesarios. ?Est¨¢ de acuerdo? Totalmente. De hecho hay una parte del libro en la que dice que para hacer tu mejor canci¨®n de pop hay que obsesionarse con tus peores enemigos¡ Pero, claro, yo no tengo la colecci¨®n de discos que tiene Morrissey para poder decir sin tapujos quienes son sus enemigos o como hac¨ªa Prince cuando afirmaba estar a favor de la pirater¨ªa cobrando un pastizal en royalties. Yo sigo siendo ese aut¨®nomo que alg¨²n d¨ªa se va a encontrar con el enemigo en la misma habitaci¨®n y tendr¨¢ que poner buena cara. Aunque, a estas edades algunos ya han gastado todos sus tiques de amabilidad...
Pero a lo largo de una carrera tan larga como la suya habr¨¢ acumulado mucho hater¡ Seguro. Pero tambi¨¦n est¨¢ el mito. El otro d¨ªa en la barra del S¨®nar, se acerca una chica a preguntarme no s¨¦ qu¨¦ y acto seguido le dice a su novio: ¡°Es s¨²per majo, joder, no es borde¡±. Pero, claro, tambi¨¦n depende de la hora de la noche y de lo que te digan. Que los que somos artistas tenemos que convivir con cosas muy sobradas tipo que te suelten de repente: ¡°Este disco ¨²ltimo est¨¢ bien porque los dem¨¢s eran una mierda¡±. O: ¡°Esta canci¨®n est¨¢ bastante bien¡±. Bastante bien¡
Volviendo al disco. Escuchando las letras con atenci¨®n, da la sensaci¨®n de que hay mucho mensaje cifrado ah¨ª, recados para m¨¢s de uno. Algunos hay¡ Pero s¨®lo puedo comentarlo en petit comit¨¦, con mis amigos. En este disco hay fantasmas por todos lados. Hay frases para amantes, para enemigos, para gente que ya no est¨¢. Y luego hay mensajes muy personales o para uno mismo como ese ¡°volver nunca es buena idea¡±, que es una cosa que hacemos mucho los seres humanos, ?no? Eso de regresar a lugares donde te han machacado emocionalmente o seguir mandando ese mensaje de madrugada que sabemos que no debemos mandar.
La portada, con usted convertido casi en sacerdote del acid house, ya deja claro que es un disco pensado para ser bailado. Yo quer¨ªa salir como un predicador del acid, un se?or mayor del baile. Como estos dj¡¯s de cincuenta y tantos que siguen militando en el clubbing, que siguen saliendo a pinchar haciendo bailar a los de 50 y a los de 20. Y luego est¨¢ la idea de ser ese predicador reventando la boda y haciendo que, al final, las chicas no se casen y lo dejen todo por el acid.
?Y lo de que en esta ocasi¨®n todo el dise?o sea en rosa y negro? Bueno, eso viene de mi parte de ¡°el loco de la moda¡±, uno de mis alias. Tengo un trauma con una sudadera de Marc Jacobs que no me entra y que es rosa y negra y que alg¨²n d¨ªa tendr¨¢ que caberme¡
Esta cosa suya con la est¨¦tica lastr¨® no poco a Los Sencillos con la llegada del indie, ?no ?Absolutamente! Siempre he tenido que luchar con eso. Recuerdo una an¨¦cdota buen¨ªsima. Primer Primavera Sound. Cartel: La Buena Vida, Meteosat y Los Sencillos. Era la ¨¦poca de Colecci¨®n de favoritas (1999) en la que ¨ªbamos de blanco y llev¨¢bamos un violinista. De repente, empezamos a tocar una canci¨®n s¨²per l¨¢nguida, como muy francesa y era el Duro de pelar de Rebeca. ?Las caras del p¨²blico! Esto aqu¨ª no se entend¨ªa. En eso los brit¨¢nicos nos ganaban. Sal¨ªa un grupo indie tocando ABBA y todo bien. Esa cosa nuestra de sentirnos inferiores y de querer ser los m¨¢s guays¡ Dejando claro que en el indie hubo bandas incre¨ªbles, creo que perdimos mucho tiempo. El otro d¨ªa, pinchando Mano Negra, pens¨¦: ¡°?Qu¨¦ hijos de puta, qu¨¦ buenos eran mezclando referencias que iban desde el rockabilly hasta el dub y eran realmente interesantes!¡±.
Es que lo de mezclar estilos y tener un pie en lo indie y otro en lo mainstream no se entend¨ªa muy bien por aquel entonces¡ Probablemente, pero es que ten¨ªamos muy buenas canciones y eso funcionaba en cualquier bar y en cualquier coche.
Tambi¨¦n fue usted un adelantado en aquello de participar como jurado en talent shows y no le fue precisamente rentable porque, si bien ahora est¨¢ normalizad¨ªsimo, cuando usted lo hizo con Factor X all¨¢ por 2007 le pas¨® una tremenda factura. Tremenda¡ Llegu¨¦ a recibir cartas, cajas con cacas en casa¡ Eso s¨ª, si un d¨ªa escribo unas memorias y cuento los directores de festivales o de sellos indies que estaban en ese mismo casting a los que no cogieron¡ Pero me arrepiento cero de aquello. Hice amigos, hice pareja, gan¨¦ dinero como para poder montar el estudio y poder seguir produciendo... Y claro que me penaliz¨®. Tanto como para que el disco Impar que saqu¨¦ justo despu¨¦s y que es un buen disco pasara sin pena ni gloria. Pero forma parte de las reglas del juego y quejarse no sirve de nada. Nunca me arrepiento de lo que he hecho. De lo que no he hecho, s¨ª. El que no se equivoca es un cursi y un bienqueda. El pacto de no agresi¨®n en el arte no funciona. Yo s¨®lo quedo bien en lo que me ense?aron mis pap¨¢s: saludando y siendo amable.
Hablando de familia. Usted viene de familia obrera y as¨ª como muy italiana¡ Muy clan, s¨ª.
?C¨®mo fue lo de decir: ¡°Me voy a dedicar a la m¨²sica¡±? En mi casa siempre ha habido libros, arte, mis padres iban al teatro, militaban en todas las asociaciones de izquierdas¡ Pero que de repente tu hijo decida dejar de ingresar las 100.000 pesetas que ganaba trabajando en una tienda de recambios de coches y motos para dedicarse a la m¨²sica fue un shock. Mi madre me dijo: ¡°No te quiero ver en el bar, no quiero que acabes como los borrachos del pueblo, como un drogadicto¡±. El primer a?o me dediqu¨¦ a trabajar por las ma?anas y a ensayar por las tardes hasta que mis padres vieron que pasaban cosas, que me llamaban de Madrid, que empez¨¢bamos a tocar, a ganar dinero¡ Todo muy controlado. El hecho de estar en L¡¯Ametlla me permit¨ªa estar muy conectado con Barcelona, pero teniendo un pie en la realidad del d¨ªa a d¨ªa, de mis amigos, de la gente normal. Y eso me ha hecho ser retratista de muchas cosas. Si s¨®lo te relacionas con gente de tu mismo gremio dejas de tener una visi¨®n real.
De hecho en Pors Puig, el himno que abre el disco, canta: ¡°Tampoco me creo nadie especial¡±. Recuerdo un d¨ªa que estaba en un after en Madrid con Paz Vega sentada al lado y pens¨¦: ¡°Ostras, ?qu¨¦ hago yo aqu¨ª? Este no es mi sitio¡±. Mi sitio era estar bailando en una rave o comiendo con mis amigos. Eso hace que cuando han llegado las vacas flacas, que siempre llegan en cualquier tipo de artisteo, haya estado muy blindado y preparado para arremangarme.
Los Sencillos fue un grupo enorme que vendi¨® una absoluta barbaridad. ?En alg¨²n momento se les fue la olla? ?No! Yo me compr¨¦ un coche, pero era un Peugeot, no un Mercedes. Todo lo invert¨ª en guitarras y trapitos y en salir o en hacer peque?os viajes, pero no a Tailandia. ?ramos muy disciplinados. Los Sencillos se hicieron grandes porque ensayaban cada d¨ªa y murieron por eso mismo. ?ramos una empresa y trabaj¨¢bamos cada tarde. Era sagrado. Por eso nuestro directo era poderoso. Tambi¨¦n nos ayud¨® no vivir en Madrid, aunque yo soy fan¨¢tico de esta ciudad. No vivir all¨ª nos lastr¨® en seg¨²n qu¨¦ cosas, pero nos manten¨ªa con ese aura de los grupos de Glasgow... Para nosotros ir a Madrid era ir a trabajar, a ponerse el mono.
Los Sencillos se disuelven y se lanza usted en solitario. Yo ten¨ªa muy claro es que no quer¨ªa ser un cantautor afectado. Llorar s¨ª, pero bailando. Ah¨ª me sale mi parte obrera. Ese hedonismo de estar toda la semana pringando para que llegue el fin de semana e ir a bailar.
Tras el par¨¦ntesis de casi diez a?os entre Impar (2008) y Escuela de capataces (2017) parece que haya vuelto a coger carrerilla¡ Cuando la maquinaria se pone en marcha, hay que seguir aliment¨¢ndola y reivindic¨¢ndose a cada paso. Al final, formo parte del imaginario de muchas personas. Hago feliz a la gente con canciones y tener esa capacidad despu¨¦s de tantos a?os es fant¨¢stico. Pero tambi¨¦n confieso que otro de mis grandes miedos, y todo mi entorno esta avisado, es que si llega un momento en el que esto es rid¨ªculo, se convierte en una parodia o no es cre¨ªble, quiero que alguien me lo diga y me pare. No es miedo a envejecer. Es a perder la perspectiva.
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